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Argenis Latiegue “Crecí en Cabudare leyendo EL IMPULSO”

Arge­nis Latiegue, Cabu­dareño ejemplar

ENCONTRAMOS A ARGENIS LATIEGUE rebuscando libros en la Biblioteca Hector Rojas Meza de Cabudare. 

Con EL IMPULSO debajo
del brazo para no olvidarlo en algún lugar, afirma que creció leyendo EL IMPULSO en casa de la familia Rodríguez Colmenárez, situada en el barrio Turén.

Arge­nis lle­ga­ba tem­pra­no a la amplia casona
a esper­ar al joven Dante Rojas, dis­tribuidor del diario en el Cabu­dare de antaño.
“EL IMPULSO costa­ba 0,50
bolí­vares para la época de mi niñéz”, sostiene al tiem­po que
añade que se afan­a­ba en
bus­car la colum­na Camino y Espe­jo de Her­mann Gar­men­dia y El Hilo de la Cuarenta
de José Indave Meléndez.
Uno de los artícu­los de Gar­men­dia que más le llamó la aten­ción sería aquel en donde narra­ba que “a las per­sonas con los cachetes chu­pa­dos, el bar­bero le ofrecía una metra para poder realizar mejor el
tra­ba­jo de rasur­a­do. Así iba emple­an­do la metra
a los clientes subsiguientes”. 
Con el per­iódi­co en mano, apre­tu­ja­do como un tesoro, Arge­nis describe que lo que
leía con más pasión era el cuer­po de deportes, pues esboza, que los reporteros
narra­ban las noti­cias con tan­ta pasión “que el lec­tor se
trans­porta­ba y vivía la expe­ri­en­cia. Leer
los jue­gos de beis­bol en los años 70 era algo
sensacional”.
Dante Rojas dis­tribuía EL IMPULSO des­de una casona pat­ri­mo­ni­al, en
donde había naci­do el doc­tor José Anto­nio Ponte, sex­to arzo­bis­po de Venezuela.
“La gente acud­ía a esa casona colo­nial, espe­cial­mente a mi,
porque tenían un tina­jero deba­jo de
un arbol de mamón, con una totu­ma para
beber agua fres­ca”. Nar­ra que la piedra
del tina­jero esta­ba recu­bier­ta de muzgo.
El per­iódi­co no lo leía todo el mun­do ‑dice‑,
más que todo com­pra­ban EL
IMPULSO la gente que le gusta­ba leer, de cier­ta condi­ción social.
Asien­ta con agradec­imien­to que en EL
IMPULSO, el pueblo de Cabu­dare y el hoy munici­pio Palave­ci­no, ha tenido un
espa­cio pre­pon­der­ante, desta­can­do en sus pági­nas el diario acon­te­cer, las cróni­cas e his­to­rias del ayer, y la cultura.
Con las pági­nas de EL IMPULSO se ha enrique­ci­do la colos­al hemerote­ca de la
bib­liote­ca públi­ca en donde labora,
lo cual ha sido de espe­cial util­i­dad para los estu­di­antes de media y
diver­si­fi­ca­do, y tesis­tas universitarios.
Según el reg­istro del bib­liote­cario, una de las pági­nas más con­sul­tadas por mucho tiem­po era la de ecología de EL IMPULSO, escri­ta por Mayra Tor­nay, así como los ensayos biográ­fi­cos de GENTE, escritos por Oscar Castro
Leal, Lar­ry Cama­cho, Martín Martínez y quien suscribe esta nota.
“Quisiéramos que EL IMPULSO retomara nue­va­mente la pági­na de GENTE, para seguir resaltan­do figuras
y per­son­ajes de a pie, que edi­fi­caron con su pro­ced­er este lar. Con estas pági­nas EL IMPULSO sacó del anon­i­ma­to a hom­bres y mujeres de gran rel­e­van­cia”, pun­tu­al­iza Argenis.

Texto y foto:
Luis Alberto Perozo Padua

CorreodeLara

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