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El 5 de julio no se firmó el Acta de Independencia de Venezuela

 

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista

 


La historiografía romántica y más aún la historia acomodaticia, ha modificado el suceso de la Firma del Acta de declaratoria de Independencia de Venezuela y por supuesto las sesiones anteriores, durante y después de aquel 5 de julio de 1811

En las actas de aquel con­gre­so reunido en Cara­cas, se lee clara­mente que el 2 de mar­zo de 1811, en la casona del Conde de San Javier, una vis­tosa e impo­nente edi­fi­cación lev­an­ta­da en 1736, “cubier­ta de azotea con pare­des de cal y ladrillo y bal­con­ería de hier­ro”, se reunió por vez primera el Con­gre­so de Venezuela, en donde un reduci­do grupo de criol­los, decidió despren­der­se de la monar­quía españo­la y ade­lan­tar la con­struc­ción de una nue­va nación con sus propias prác­ti­cas políti­cas, cul­tur­ales y sociales. 

Los debates del Con­gre­so se man­tu­vieron durante tres días y después de encen­di­dos dis­cur­sos e increpa­ciones, el día 7 se pre­sen­tó el tex­to a la cámara, redac­ta­do por Juan Ger­mán Roscio y Fran­cis­co Isnar­di, el cual fue aproba­do por la may­oría de los diputados.

El voto contrario

Pero no todos los diputa­dos se mostraron afec­tos a la decisión con­traria de 300 años de dom­i­nación, por tan­to, pau­lati­na­mente se fueron suman­do a la idea tras el acalo­rado debate y al final, solo un voto en con­tra se asen­tó en el acta: la de Manuel Vicente de Maya, sac­er­dote y rep­re­sen­tante de La Gri­ta, quien con­sid­eró tal decisión como prematura.

Fir­ma del Acta de la Inde­pen­den­cia en 1811 por Martín Tovar y Tovar (1883)

El sac­er­dote con­fron­tó abier­ta­mente la posi­ción del resto de los leg­is­ladores al declarar la inde­pen­den­cia de Venezuela, posi­ción que defendió medi­ante razon­amien­to al sal­var su voto por con­sid­er­ar que no era el momen­to para ello además de la com­ple­ja situación social que imper­a­ba en el país.

Maya era nat­ur­al de San Felipe, esta­do Yaracuy, en donde había naci­do  el 10 de mar­zo de 1767.  Hijo de Gabriel de Maya y Tel­lechea y Jerón­i­ma Vidal y Tinoco, una de las famil­ias más promi­nentes de la región yaracuyana.

Grad­u­a­do en la Uni­ver­si­dad de Cara­cas a los 20 años, de donde egresó como bachiller en Filosofía y en 1797, recibió el títu­lo de doc­tor en Teología y Dere­cho Civ­il y Canóni­co. Fue un desta­ca­do cat­e­dráti­co de Latinidad y Sagra­dos Cánones, en su mis­ma casa de estudios.

En 1811, lo encon­tramos como rec­tor de la Real y Pon­ti­f­i­cia Uni­ver­si­dad de Cara­cas. Pese a su oposi­ción a la declaración de Inde­pen­den­cia, fir­mó el acta del Con­gre­so y fue uno de los patri­o­tas con ideas preclaras.

Los periódicos reseñaron el evento

Durante los días 5, 6 y 7 de julio, las noti­cias de las dis­cu­siones al final de las sesiones, se anun­cia­ban a viva voz. Hom­bres, mujeres y niños, salieron a la calle a fes­te­jar, y en todas partes se escuchó músi­ca y can­ciones, fies­tas que se pro­lon­garon has­ta casi la medianoche.

Poco a poco, los diputa­dos fueron gra­ban­do su rúbri­ca en el pergamino has­ta que el 18 de agos­to se con­sumó el pro­ce­so de fir­ma de declara­to­ria de la Independencia.

El 8 de julio, el Poder Ejec­u­ti­vo recibió y refrendó la Declaración de la Inde­pen­den­cia y el 11 se pub­li­ca en el Pub­licista de Venezuela, en su segun­do número. 

Pos­te­ri­or­mente, el 14, se real­iza en Cara­cas el acto de procla­mación públi­ca de la Declaración de la Inde­pen­den­cia, cuyo tex­to es leí­do com­ple­to por el sec­re­tario de decre­tos, José San­tana, pre­ce­di­do de repique de tambores.

El 16 de julio en la Gaze­ta de Cara­cas, aparece ínte­gra la pub­li­cación de la Declaración de la Inde­pen­den­cia. Tiem­po después, en medio de los rig­ores de la guer­ra, esta Acta desapareció.

Extraviada por años 

En 1907, el his­to­ri­ador Fran­cis­co González Guinán, por mediación de Ricar­do Smith, recibe infor­ma­ción acer­ca de la exis­ten­cia en la ciu­dad de Valen­cia de un libro de actas del Con­gre­so Con­sti­tuyente de Venezuela, man­u­scrito en pos­esión de María Jose­fa Gutiér­rez de Navas Espíno­la, en el cual se encon­tra­ba tran­scri­ta y con las fir­mas autó­grafas de los diputa­dos el Acta de la Declaración de la Independencia. 

Tres años después, el 1° de enero, luego de revis­ar y ver­i­ficar la aut­en­ti­ci­dad del man­u­scrito por parte de la Acad­e­mia Nacional de la His­to­ria, el Poder Ejec­u­ti­vo san­ciona un decre­to por medio del cual se dispone la colo­cación del Libro de Actas con la Declaración en el Salón Elíp­ti­co del Con­gre­so Nacional. 

El 5 de julio de 1911, en acto solemne, el libro de actas del Con­gre­so Con­sti­tuyente, incluyen­do el man­u­scrito de la declaración es colo­ca­do en el referi­do salón en un arca elab­o­ra­da para preservarlo.

El bar­quisimetano José Ángel Álamo, fue autor prin­ci­pal de la declara­to­ria de Inde­pen­den­cia de Venezuela

Barquisimeto en el Congreso

La figu­ra prin­ci­pal de nue­stro pro­cer­a­to civ­il es José Ángel Álamo, per­son­aje olvi­da­do y aparta­do por esa his­to­ri­ografía mil­i­tar en con­fab­u­lación con antiguas y nuevas autori­dades políticas.

Álamo nació en Bar­quisime­to en 1774. Se marchó a la cap­i­tal para cur­sar estu­dios en la Uni­ver­si­dad de Cara­cas y en 1802, obtu­vo el doc­tor­a­do en med­i­c­i­na, y en 1807, sobre­sale como pro­fe­sor de la cát­e­dra de med­i­c­i­na y cirugía de esta casa de estudios. 

Fue elegi­do diputa­do al Con­gre­so por la Provin­cia de Bar­quisime­to en 1811, y fir­mó el Acta de declara­to­ria de Inde­pen­den­cia y for­man­do tam­bién parte de la comisión redac­to­ra de los Dere­chos del Pueblo, de la Ley sobre mat­ri­mo­nios y del Proyec­to de Con­sti­tu­ción que refrendó con su fir­ma el 21 de diciem­bre de 1811. Murió en Cara­cas en 1831.

Álamo es el primer tratadista nacional en mate­ria de libre expre­sión de pen­samien­to, sobre cen­sura de pren­sa y opos­i­tor a un rég­i­men opro­bioso que sub­yu­ga­ba la dig­nidad humana.

Por­ta­da desta­ca­da: El 5 de julio de 1811 (1838). Óleo sobre tela 975 x 138 cm. Pala­cio Munic­i­pal, Caracas

Fuente: 
Diputación Region­al Larense al Con­gre­so de 1811. Fran­cis­co Cañiza­les Verde. Bar­quisime­to 1994
Qué Cel­e­bramos Hoy. Vini­cio Romero Martínez. Cara­cas 1999
No es Cuen­to, es His­to­ria. Inés Quin­tero. Cara­cas 2013
El Desafío de la His­to­ria. Revista 27. Año 4
El voto sal­va­do del padre Manuel Vicente de Maya. Willians Oje­da Gar­cía http://alfayaracuynoticias.wixsite.com/alfayaracuy/single-post/2016/07/05/EL-VOTO-SALVADO-DEL-PADRE-MANUEL-VICENTE-DE-MAYA

CorreodeLara

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