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Barquisimeto: heredad de crecimiento social y económico

 

Para 1873, el estado Lara tenía una población de 143.818 habitantes, correspondiendo a Barquisimeto 42.203 personas, según información demográfica de los antiguos cronistas


Con el tran­scur­rir del tiem­po, conc­re­ta­mente en 1891, la ciu­dad con­ta­ba con 9 cuadras lon­gi­tu­di­nales y 13 trans­ver­sales, amplian­do su cuadrícu­la urbana en 1922 a dos avenidas prin­ci­pales: la calle Lib­er­ta­dor, que dividió a Bar­quisime­to de oeste a este, y la calle Juares, que la sep­a­ró de norte a sur, com­ple­men­tadas con 11 calles lon­gi­tu­di­nales y 21 transversales.

Acen­túa Eliseo Sotel­do, antiguo cro­nista de Bar­quisime­to, que las calles esta­ban empe­dradas y en su may­oría tenían el piso de tier­ra. La may­or parte de las aceras eran de ladrillo y fue el gen­er­al Aquili­no Juares, que enci­men­tó algu­nas cuan­do con­struyó la plaza Miranda.
 
Sil­va Uzcátegui reg­is­tra que en la admin­is­tración del gen­er­al Rafael María Velas­co, se con­struyó una fran­ja de con­cre­to en el cen­tro de las calles prin­ci­pales de Bar­quisime­to, “para que por éstas pasaran los vehícu­los. De cada lado qued­a­ba el viejo empedrado”.
 

Dotada de servicios

Lucila Muji­ca señala que en 1890, se inau­guró en Bar­quisime­to el acue­duc­to, dec­re­ta­do por el Lib­er­ta­dor a su paso por la ciu­dad en 1821. En 1896, hubo notable mejoría del ser­vi­cio de alum­bra­do públi­co con el cam­bio de faroles por bom­bil­los eléctricos.
 
En 1897, para reducir el tiem­po de cir­cu­lación de mer­cancías y de pasajeros, se inau­guró el Tran­vía de Bar­quisime­to, con­stru­i­do por el inge­niero Andrés Pala­cio Hernán­dez y admin­istra­do por la empre­sa de Bolaño cuyo encar­ga­do era Celesti­no Frayle García.
 
Antes, en 1877, el gen­er­al Jac­in­to Fabri­cio Lara, en su carác­ter de gob­er­nador del esta­do Lara, decretó la con­struc­ción de una car­retera de tier­ra des­de Bar­quisime­to pasan­do por Dua­ca has­ta El Hacha, para encon­trarse con la vía fer­ro­car­ril­era, dán­dole así may­or flu­idez al com­er­cio de exportación.
 

La ciudad en 1929

 

En la Guía Gen­er­al de Venezuela, sec­ción esta­do Lara, pub­li­ca­da en Ale­ma­nia el 15 de enero de 1929, su autor F. Benet, apun­ta que existían en la juris­dic­ción 131 establec­imien­tos de enseñan­za con 6.262 alum­nos dis­tribui­dos así:

Gob­ier­no Fed­er­al sostiene 3 cole­gios con 63 alum­nos, 12 escue­las grad­u­adas con 1.391 alum­nos; 78 escue­las de un mae­stro 3.090 para un total de 4.544 alum­nos. El Gob­ier­no del Esta­do sostiene 7 escue­las de un mae­stro con 223 alum­nos y 3 insti­tu­tos espe­ciales con 89 alum­nos, para un total de 309.

Benet, describe por munici­p­ios la can­ti­dad de insti­tu­ciones de instruc­ción min­u­ciosa­mente con un cen­so muy pre­ciso. En un cuadro el autor detal­la la den­si­dad demográ­fi­ca por dis­tri­to, seña­lan­do:

Dis­tri­to
Varones
Hem­bras
Total
Nº casas
Bar­quisime­to
28.029
31.158
59.187
10.607
Cabu­dare
7.213
7.510
14.723
3.430
Cre­spo
14.281
14.438
28.719
5.001
Jiménez
15.807
16.557
32.364
5.371
Morán
26.267
28.295
54.562
8.837
Tor­res
24.574
28.619
53.193
10.011
Urdane­ta
13.713
14.908
28.621
4.941
Total
129.884
141.485
271.369
48.198

De auge económico

En cuan­to a la pro­duc­ción agrí­co­la, Benet apun­ta que en Lara se pro­ducían 250 mil litros de aguar­di­ente de caña al año y 500 mil litros de aguar­di­ente de cocuy; y 6 mil­lones de papelón en los difer­entes trapiches. 

Igual­mente men­ciona la pro­duc­ción de otros rubros entre los que desta­can café con 8 mil­lones de kilo­gramos, carao­tas y legum­bres con 15 mil­lones, maíz con 40 mil­lones, entre otros. 

La riqueza pecuar­ia tam­bién es men­ciona­da, sub­rayan­do 82.503 cabezas de gana­do vac­uno; cabal­lar 8.803; mular 6.427; asnal 16.704; cabrío 402.920; lanar 23.325 y por­ci­no 24.325.

Otras edificaciones

Señala que Bar­quisime­to, cap­i­tal del esta­do Lara, “posee un gran hos­pi­tal: La Cari­dad, ubi­ca­do en la calle Obis­po y del Cuar­tel”. Tam­bién una bib­liote­ca públi­ca: La Bolí­var, situ­a­da en la calle de Lara; y un teatro denom­i­na­do Juares entre las calles Juares y Libertador.

Dos asi­los y un sem­i­nario: el San­to Tomás de Aquino en la calle Obis­po sur. De los tem­p­los católi­cos detal­la Alt­a­gra­cia en la calle Fal­cón; Cat­e­dral en la calle Cat­e­dral; Con­cep­ción, calle Obis­po; San José, calle Mar­qués y Juares; San Juan, calle San Juan; “un mag­ní­fi­co edi­fi­cio de corre­os, en la calle del Comercio”.
 
Asimis­mo dos san­tu­ar­ios: el de Nues­tra Seño­ra de La Paz y Nues­tra Seño­ra de Lour­des, en la car­retera Trasan­d­i­na. Además de dos tem­p­los: uno protes­tante Capil­la Bethel y Masóni­co de la Logia Estrel­la de Occi­dente Nº 50.
 
Benet reg­is­tra todos los com­er­cios, las indus­trias, las fábri­c­as, las ofic­i­nas públi­cas y tam­bién men­ciona a los com­er­ciantes y propi­etar­ios de todos los establec­imien­tos en un min­u­cioso y detal­la­do libro de tres tomos que abar­ca el uni­ver­so de esta­dos del país.  
 

Los datos del cronista

Según Ramón Querales, cro­nista ofi­cial de Irib­ar­ren, las prin­ci­pales edi­fi­ca­ciones de Bar­quisime­to, sobre­salían no por su mon­u­men­tal­i­dad sino porque en com­para­ción con el resto de vivien­das, su estruc­tura era bas­tante may­or: Pala­cio de Gob­ier­no (calle 25 con car­rera 15), Teatro Juares, Hos­pi­tal La Cari­dad (hoy Museo de Bar­quisime­to), Mer­ca­do Públi­co, situ­a­do donde aho­ra se lev­an­ta el lla­ma­do Edi­fi­cio Nacional, el Matadero Públi­co, hoy Mer­ca­do San Juan, Puente Bolí­var, Ofic­i­nas del Fer­ro­car­ril situ­adas en el ter­reno  ocu­pa­do aho­ra por la Cat­e­dral de Bar­quisime­to en la aveni­da Venezuela, Pala­cio Epis­co­pal, en ter­renos donde aho­ra se lev­an­ta la Torre de David y, por supuesto, los tem­p­los de San Fran­cis­co, que entonces era la Cat­e­dral, la Inmac­u­la­da Con­cep­ción, La Paz, Alt­a­gra­cia, San José que se recon­struía y el de San Juan ape­nas en fábri­ca, su con­struc­ción esta­ba paralizada.
 

Luis Alberto Perozo Padua

Foto desta­ca­da: En 1942, aun existía en Bar­quisime­to un viejo coche tira­do por dos mulas para la benef­i­cen­cia públi­ca, des­ti­na­do para lle­var los cadáveres de extrema pobreza al Cemente­rio de Bel­la Vista
 
Fuente: 
Eliseo Sotel­do. Cróni­cas de Barquisimeto
Rafael Domin­go Sil­va Uzcátegui. Bar­quisime­to. His­to­ria Pri­va­da, Alma y Fisonomía
Lucila Muji­ca de Asua­je. El Fer­ro­car­ril Bolí­var de Tuca­cas a Barquisimeto
Otto Acos­ta. Bar­quisime­to. Eran otros Tiempos
 

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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