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La histórica fotografía de la familia Ponte

 

El pro­ce­so de recu­peración de la pieza de 1913, tardó 14 meses En el año 2007, el econ­o­mista Anuar Sal­divia Najul, adquir­ió una antigua casa en la car­rera 18 esquina calle 21, sin imag­i­narse el tesoro impre­so guarda­do den­tro de una de las habitaciones 

En el inmue­ble, celosa­mente reser­va­do en una caja de zap­atos, había un lote de fotografías de la hon­or­able famil­ia Ponte, así como un rol­lo que con­tenía una par­tic­u­lar ima­gen, envuelta en un tubo de papel. Era sin lugar a dudas, un hal­laz­go pat­ri­mo­ni­al de trascendencia.

Este esce­nario llamó la aten­ción del nue­vo dueño de la casona que comu­nicó la novedad al espe­cial­ista Car­los Eduar­do López, pres­i­dente de la Fotote­ca de Bar­quisime­to.

Al inter­venir el rol­lo, hal­laron una pieza albu­mina­da de dimen­siones extra­or­di­nar­ias que ante­ri­or­mente jamás habían observado.

Inves­ti­gadores de otras partes del país que reg­u­lar­mente habían vis­i­ta­do la Fotote­ca, mostraron su asom­bro por la dimen­sión de la pieza, entre las que desta­ca Sagrario Berti, quien recono­ció en el ves­ti­gio una de las copias albu­minadas más grandes que ha escu­d­riña­do en Venezuela. 

Car­los Eduar­do López, estu­dioso de la fotografía 
y pres­i­dente de la Fotote­ca de Barquisimeto

Enfa­ti­za López, alu­di­en­do a Berti, que en la pieza se obser­van tres per­sonas ele­gan­te­mente vesti­das, “que debieron pertenecer a un grupo social de enorme trascen­den­cia, porque la dimen­sión de la fotografía esta­ba reser­va­da para per­son­al­i­dades insignes en la sociedad”. 

Opina que hac­er una fotografía de esa mag­ni­tud rep­re­senta­ba más que un esfuer­zo, tan­to en lo mate­r­i­al como en lo económico. 

El arduo proceso

Expli­ca que el pliego enrol­la­do, luego de su hal­laz­go fue someti­do a un pro­ce­so de dis­ten­sión porque esta­ba com­pro­meti­da en un 90%. A lo largo de 14 meses, pro­gre­si­va­mente fueron esti­ran­do la fotografía con líqui­dos y baños espe­ciales, además de lámi­nas de aceta­to para garan­ti­zar su inte­gri­dad, para después ser escanea­da y mon­ta­da.

 
Pre­vi­a­mente se le hizo una serie fotográ­fi­ca y restau­ró la ima­gen dig­i­tal; el orig­i­nal per­maneció incólume. La fotografía en ref­er­en­cia, de un metro 10 por 80 cen­tímet­ros, aparte de ser un pat­ri­mo­nio de gran impor­tan­cia de la Fun­dación Fotote­ca de Bar­quisime­to, guar­da según tes­ti­mo­nio de his­to­ri­adores la ima­gen de Can­de­lario Ponte, su hijo Rafael María Ponte y su esposa. 
 

Bar­quisime­to cuen­ta entonces con un pat­ri­mo­nio úni­co en Venezuela, moti­vo de orgul­lo para el esta­do Lara, al con­ser­varse imá­genes y tes­ti­mo­nios icono­grá­fi­cos de per­son­al­i­dades y veci­nos de Bar­quisime­to de prin­ci­p­ios del siglo XX. Esta fotografía de la famil­ia Ponte, es tam­bién un pat­ri­mo­nio del esta­do Lara y está al ser­vi­cio de estu­di­antes, inves­ti­gadores y cultores.

Cómo se plasmó a los Ponte

Inves­ti­ga­ciones real­izadas por la Fun­dación Fotote­ca de Bar­quisime­to, sobre el ori­gen de la fotografía de la famil­ia Ponte, en un primer momen­to se creyeron había sido real­iza­da por Arturo Cordiglia, en 1886.

Fotografía de Don Can­de­lario Ponte, su hijo Rafael María y su esposa doña Julia Tor­rel­las de Ponte 

Más tarde, se cono­ció que la fecha señal­a­da no era la cor­rec­ta, sino que había sido real­iza­da durante las primeras décadas del XX, propi­a­mente en 1913, en foto Rex, cuestión que en lo inmedi­a­to cor­rigieron para evi­tar malentendidos.

Car­los Eduar­do López, expli­ca que el pro­ced­imien­to min­u­cioso y engor­roso, se efec­tu­a­ba con pape­les prepara­dos y sen­si­bi­liza­dos pre­vi­a­mente con albúmi­na, a base de claras de huevos. Estos se reserv­a­ban en la oscuri­dad, luego se les aplic­a­ba una pla­ca de yoduro de pla­ta, para ser expuestas. 

Primera­mente se con­seguía un interneg­a­ti­vo y luego este era colo­ca­do en una suerte de ampli­ado­ra, una especie de cam­pana que ampli­a­ba la ima­gen y uti­liz­a­ba la luz de sol o en otros casos, car­buro para la iluminación. 

Apun­ta que al detal­larse esta magis­tral fotografía, se obser­va que hay tonos oscuros en la parte supe­ri­or y dis­em­i­na­da a los lados de las imá­genes, debido a que la dis­tribu­ción de la luz, a través de las citadas cam­panas, era bas­tante irreg­u­lar y no per­mitía la repar­ti­ción uni­forme, lo que oblig­a­ba al fotó­grafo recur­rir al retoque con crey­ones, tin­ta y tiza, para reforzar los bor­des y ter­mi­na­ciones, pro­por­cionán­dole may­or carác­ter a la fotografía. 

Aclaratoria sobre la fotografía

A juicio de López, nar­rar una his­to­ria a través de la fotografía tiene sus bemoles. El primero sin duda algu­na ‑dice‑, es la proce­den­cia del mate­r­i­al;  cómo se obtu­vo; de dónde y quién o quienes apare­cen en la grá­fi­ca, aparte de la autoría de la fotografía en sí. 

Históri­ca fotografía de don Can­de­lario Ponte y familia

Recien­te­mente la famil­ia Ponte rebatió una infor­ma­ción y detalles de una fotografía que mostró la Fun­dación Fotote­ca de Bar­quisime­to en la exposi­ción con moti­vo a su déci­mo aniversario

“Has­ta el momen­to pre­sumíamos se trata­ba de don Felipe Ponte, abue­lo del epón­i­mo del Ambu­la­to­rio de Cabu­dare, luego por lla­madas de miem­bros de la famil­ia Ponte nos enter­amos se trata­ba de Can­de­lario Ponte, de su hijo Rafael María Ponte su esposa”, señala.

En cuan­to a la propiedad de la fotografía, López aclara que la mis­ma se encuen­tra reg­istra­da como bien y pat­ri­mo­nio de la Fotote­ca de Bar­quisime­to, según
inven­tario de bienes real­iza­do en el año 2011, debida­mente audi­ta­do por la con­ta­do­ra inter­na de la fun­dación puesto que para el momen­to ya tenía cua­tro años en pos­esión de la mis­ma, adquiri­da en acto de donación antes explicado.

López ase­gu­ra, que su tenen­cia por parte de la FFB es abso­lu­ta­mente legal puesto que el mate­r­i­al se encon­tra­ba en situación de aban­dono y recibi­da por éste en una caja.

El resto de las fotos de pequeño for­ma­to fue limpia­do, dig­i­tal­iza­do y archiva­do. Asesores jurídi­cos ates­tiguan que el bien es propiedad de la FFB según las leyes de la nación, primero por el tiem­po de pos­esión del bien, luego porque la fotografía había sido pub­li­ca­da en reit­er­adas oca­siones sin que medi­ase reclamo por el uso y proce­den­cia de las mismas.

Luis Alberto Perozo Padua 

CorreodeLara

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