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Alberto Adriani es el autor de la frase “sembrar el petróleo”

 

Juan José Peralta
Periodista


A Arturo Uslar Pietri atribuyen la frase “sembrar el petróleo” del brillante economista andino de padres italianos Alberto Adriani, quien la incluyó en su “proyecto de país cuando muera el tirano Juan Vicente Gómez”,  pensado en su formación en el exterior, entre estudios y diplomacia con la tradición familiar de la agricultura.

Econ­o­mista, políti­co y peri­odista, Adri­ani nació en Zea, esta­do Méri­da el 14 de junio de 1898 hijo de los inmi­grantes de la isla de Elba, Giuseppe Adri­ani Barsali­ni y María Mazzei Marchi­ani, lle­ga­dos a Venezuela en 1892.

Habla­ba castel­lano, ital­iano, inglés, francés y latín cuan­do en 1918 comen­zó Dere­cho en la Uni­ver­si­dad Cen­tral y al detec­tar su tal­en­to, el pro­fe­sor Este­ban Gil Borges –además min­istro de Rela­ciones Exte­ri­ores– lo nom­bró su sec­re­tario en la Can­cillería y comien­za su vida diplomática.

Alber­to Adri­ani, segun­do a la izquier­da con el resto del gabi­nete min­is­te­r­i­al. Al cen­tro el gen­er­al Eleazar López Con­tr­eras, pres­i­dente de Venezuela

En 1921 inte­gró la del­e­gación a la inau­gu­ración de la estat­ua ecuestre de Simón Bolí­var en Nue­va York pero ya iba des­ig­na­do cón­sul en Gine­bra donde fue sec­re­tario de la del­e­gación vene­zolana  ante la Sociedad  de las Naciones, más tarde Orga­ni­zación de las Naciones Unidas.

En simultá­neo estu­di­a­ba Economía y Cien­cias Sociales y se tit­u­la en abril de 1925. Luego fue a Lon­dres donde estu­vo has­ta 1928 y se con­vir­tió en el primer vene­zolano en obten­er títu­lo de Peri­odista. Allá encon­tró el archi­vo Colombeia, de Fran­cis­co de Miran­da y tramitó su com­pra para la nación.

En Wash­ing­ton como sub­di­rec­tor de la Unión Panamer­i­cana, Gil Borges  lo llamó a la cap­i­tal esta­dounidense y lo nom­bran jefe de Coop­eración Agrí­co­la. En 1931de regre­so a Zea, ayu­da a sus padres y reflex­iona sobre el futuro de Venezuela y allá esta­ba al morir el tira­no gen­er­al Juan Vicente Gómez. El 30 de diciem­bre llevó a Cara­cas al pres­i­dente encar­ga­do, gen­er­al Eleazar López Con­tr­eras su “proyec­to de país cuan­do muera el tira­no Juan Vicente Gómez” y lo con­tratan de inmediato.

El primero de mar­zo de 1936 es parte del gabi­nete del pres­i­dente Eleazar López Con­tr­eras (segun­do a la izq.) quien lo designó min­istro de Agri­cul­tura y Cría, idea suya, fla­mante despa­cho de reciente creación tras haberse desmem­bra­do en dos min­is­te­rios con el de Sanidad y Asis­ten­cia Social al antiguo min­is­te­rio de Salu­bri­dad, Agri­cul­tura y Cría. Insól­i­to que un país rur­al no tuviera un min­is­te­rio para el campo.

Sólo un hom­bre de hon­das raíces campesinas pudo crear esa frase “sem­brar el petróleo”

Al frente de este despa­cho llevó a cabo la trans­for­ma­ción del Ban­co Agrí­co­la y Pecuario en una insti­tu­ción que pro­te­giera la agri­cul­tura, en espe­cial medi­ante el otorgamien­to de crédi­tos, de allí que pro­mul­gara un decre­to el 21 de mar­zo de 1936 en el que se orga­ni­z­a­ba y cen­tral­iz­a­ba el crédi­to agrí­co­la nacional. Por ese tiem­po fundó la revista El Agricul­tor Venezolano

Con Rómu­lo Betan­court, quien admiró y aprendió de su pen­samien­to ade­lan­ta­do, par­ticipó en la fun­dación del movimien­to políti­co ORVE y en la elab­o­ración de sus estatu­tos y se desem­peñó como miem­bro de la sec­re­taría políti­ca de dicha organización.

En dos meses orga­nizó el despa­cho de la agri­cul­tura y el 29 de abril de 1936 López Con­tr­eras lo des­igna al min­is­te­rio de Hacien­da para que reor­ga­ni­zara el despa­cho de las finan­zas públi­cas luego de la muerte del tira­no. Había prop­uesto crear el Ban­co de la Nación, diez años después Ban­co Cen­tral de Venezuela.

Adri­ani creó la Sub­comisión de Estu­dios de Leg­is­lación Fis­cal que elaboró var­ios proyec­tos de la ley, algunos aproba­dos por el Con­gre­so Nacional como el de Aran­cel de Adu­a­nas y otros sobre ramos de la renta nacional.

Pro­pu­so la Ley de Cig­a­r­ril­los no aproba­da por el Con­gre­so después inclu­i­da en la Ley Orgáni­ca de la Hacien­da Nacional. Fue colab­o­rador de la revista Cul­tura Vene­zolana y del Boletín de la Cámara de Com­er­cio de Cara­cas. La may­or parte de sus artícu­los anal­iz­a­ban el área agrí­co­la y mon­e­taria del país así como de la economía cafe­talera, cuya pro­duc­ción conocía muy bien. En la recopi­lación pós­tu­ma de su obra Labor Vene­zolanista, están com­pi­la­dos algunos de sus ensayos más importantes.

En su habitación del desa­pare­ci­do hotel Majes­tic, en Cara­cas, lo encon­traron muer­to un lunes por la mañana

Se había cri­a­do en el cam­po con sus padres, aven­ta­ja­dos agricul­tores y aunque sal­ió a la uni­ver­si­dad y luego la diplo­ma­cia, no dejó de estu­di­ar los prob­le­mas de la pro­duc­ción agrí­co­la, de lo cual dejó un intere­sante legado.

No podía ser la frase de un citadi­no, sino a un hom­bre de la agri­cul­tura a quien se le ocur­ri­era la idea de “sem­brar el petróleo”, porque la economía del país no podía depen­der de un solo pro­duc­to, en aquel momen­to el gran nego­cio para las petrol­eras y la camar­il­la gomecista. 

En ple­na labor cre­ati­va, a Adri­ani lo encon­traron muer­to en su habitación del hotel Majes­tic y aunque espec­u­laron que lo habían enve­ne­na­do por las envidias y mezquin­dades por su pen­samien­to bril­lante a quien se augura­ba un futuro promisor en la políti­ca. La autop­sia rev­eló  que murió de un infarto.

De obra descono­ci­da o igno­ra­da, su pen­samien­to de avan­za­da lo señala como uno de los más impor­tantes vene­zolanos del siglo XX. Su frase,” Sem­brar el petróleo”, sigue esperan­do todavía.

CorreodeLara

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