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Lisandro Alvarado, el último de los naturalistas venezolanos

 

Omar Garmendia
Cronista


Cada naturalista lleva dentro de sí a un aventurero o un viajero que convoca una percepción del mundo, en un itinerario cuyo destino adviene en la extensión de la curiosidad. Razones comerciales y económicas, morales, religiosas, educativas e incluso militares con fines de dominar los territorios, habrían de servir de insumos informativos a científicos, geógrafos y naturalistas en su afán de satisfacer esa curiosidad por el conocimiento.

Lisan­dro Alvara­do, médi­co de pro­fe­sión, fue un hom­bre de cien­cia y académi­co que se man­tu­vo acti­vo entre las fron­teras de dos sig­los. El aporte de Lisan­dro Alvara­do, a quien pudiera calificarse

Lisan­dro Alvara­do Marchena, nació en El Tocuyo, esta­do Lara

como el últi­mo de los nat­u­ral­is­tas vene­zolanos de finales del siglo XIX y prin­ci­p­ios del XX, que al igual que quienes lo pre­cedieron, andu­vo los caminos de la patria para dejarnos obras escritas sól­i­das, den­sas y de gran hon­dura científica. 

Lisan­dro Alvara­do Marchena, nació en El Tocuyo, esta­do Lara, Venezuela, el 19 de sep­tiem­bre de 1858 y fal­l­e­ció en Valen­cia, esta­do Carabobo, el 10 de abril de 1929. Se dis­tingue por sus con­cien­zu­dos, cul­tos y sis­tem­ati­za­dos tra­ba­jos como nat­u­ral­ista, etnó­grafo, his­to­ri­ador, filól­o­go, lex­i­có­grafo, además de otros cam­pos, donde despl­ie­ga hon­da sabiduría, rep­utación y renom­bre, que lo han man­tenido como una de las primeras fig­uras de la cul­tura vene­zolana y hom­bre de cien­cia de alcances universales.

Los Nat­u­ral­is­tas

Sabido es que, en el caso de Améri­ca, el Nue­vo Mun­do fue el esce­nario par­tic­u­lar de un sin­número de via­jeros nat­u­ral­is­tas que en sus recor­ri­dos dejaron un pre­ci­a­do lega­do en donde se cer­ti­f­i­can descrip­ciones y rela­ciones acer­ca de la flo­ra y la fau­na y estu­dios antropológi­cos en cuan­to a usos y rit­uales en con­so­nan­cia con las cos­tum­bres cul­tur­ales y for­mas de vida de los lugares vis­i­ta­dos. Des­de los cro­nistas de Indias en el siglo XVI has­ta los últi­mos via­jeros de los sig­los XIX y XX, todos ellos dejaron su huel­la, su impre­sión de lo obser­va­do: lenguas, dialec­tos, mapas, ríos, sel­vas y mon­tañas, nom­bres, topón­i­mos, plan­tas, maderas, ani­males y leyen­das en el vas­to panora­ma que se les abría a esos sin­gu­lares caminantes.

En Venezuela, todo el siglo XIX lo llenarán nat­u­ral­is­tas e inves­ti­gadores como Hum­boldt, de Depons, Chaf­fan­gon, Bon­pland, Boussin­gault y muchos más, quienes a su lle­ga­da asumen inves­ti­ga­ciones sobre geología, geografía, zoología, antropología, astronomía, min­er­alogía, botáni­ca. Intro­ducen nuevos instru­men­tos cien­tí­fi­cos como sex­tantes, brúju­las, cronómet­ros, barómet­ros, ter­mómet­ros y muchos otros dis­pos­i­tivos para estu­di­ar el cli­ma, tem­per­atu­ra, pre­sión atmos­féri­ca y realizar recor­ri­dos delin­e­an­do mapas, pre­cisan­do nacimien­tos de ríos y sus trayec­to­rias, abrien­do caminos hacia el conocimien­to del país.

Lisan­dro Alvara­do intro­duce en Venezuela el méto­do exper­i­men­tal mod­er­no en las cien­cias sociales y humanas

En este sen­ti­do, se hace intere­sante el aporte a la cien­cia que don Lisan­dro ofre­cería como nat­u­ral­ista. A pie, en mula, a cabal­lo y en canoa, durante más de 20 años de per­se­ver­ante recor­ri­do, al igual que Hum­boldt y Bon­pland por los dis­tin­tos lugares de Venezuela, abor­dó del dato direc­to, de primera fuente, de acuer­do con los prin­ci­p­ios del pos­i­tivis­mo imper­antes en la cien­cia de su época.

El tra­ba­jo de cam­po como méto­do emplea­do por Alvara­do se fun­da­men­ta en la téc­ni­ca de obser­vación sis­temáti­ca propia de la cien­cia nat­u­ral­ista pos­i­tivista, lo que puede obser­varse en la tax­onomía, análi­sis, clasi­fi­cación y cat­a­lo­gación de las especies ani­males y veg­e­tales inclu­idas en sus obras, tal como lo afirma­ba el pro­pio Alvara­do, procu­ran­do “al ser posi­ble, la nomen­clatu­ra lati­na de los nat­u­ral­is­tas y una cor­ta descrip­ción del obje­to prop­uesto”, (Alvara­do (1929:46‑I). Todo ello en soli­tario, sin equipos de tra­ba­jo, sin dis­pos­i­tivos téc­ni­cos, sólo papel y lápiz y la infor­ma­ción que alma­cen­a­ba en su prodi­gioso cerebro.

Se podría afir­mar que Alvara­do intro­duce en Venezuela el méto­do exper­i­men­tal mod­er­no en las cien­cias sociales y humanas, donde el con­tac­to direc­to con las fuentes históri­c­as, cul­tur­ales y con las comu­nidades que vis­ita­ba, le per­mi­tieron elab­o­rar un méto­do de entre­vista, de inda­gación-acción, el méto­do exper­i­men­tal, el méto­do de cam­po en dis­ci­plinas como la etno­grafía, lingüís­ti­ca, soci­ología, historia.

Para Acos­ta Saignes (1989:16–18), las obras de Alvara­do con­sid­er­adas más rep­re­sen­ta­ti­vas de sus activi­dades cien­tí­fi­cas antropológ­i­cas son Datos etno­grá­fi­cos de Venezuela (1907), donde se mues­tra al estu­dioso de las más diver­sas fuentes históri­c­as en cuan­to a la descrip­ción de las cul­turas indí­ge­nas vene­zolanas. A ello debe­mos añadir los tra­ba­jos lingüís­ti­cos Vocab­u­lario de lenguas caribes, Gramáti­ca maipures y vocab­u­lario, Glosario de voces indí­ge­nas de Venezuela (1921), jun­to con las Alteraciones fonéti­cas del español en Venezuela, (1922, 1929) y cul­mi­nan­do con la desta­ca­da obra Glosar­ios del bajo español en Venezuela (1929), año de su muerte.

Su obra lo hizo acree­dor de un sin número de hom­e­na­jes y dis­tin­ciones: Miem­bros de las Acad­e­mias Nacionales de Med­i­c­i­na (1905), de la His­to­ria (1920), de la Real Acad­e­mia Españo­la (1922), comen­dador de la Orden Isabel la Católi­ca (1922); miem­bro de la sociedad de Antropología y Etnología de Munich – Ale­ma­nia (1923) y de la sociedad Amer­i­can­ista de París, con­dec­o­ra­do con la Medal­la de Instruc­ción Públi­ca en Francia,(1921) y la Orden del Lib­er­ta­dor en Venezuela ( 1921)

(Para una con­sid­eración sobre Lisan­dro Alvara­do como cien­tí­fi­co y lex­i­có­grafo se puede con­sul­tar mi libro Lisan­dro Alvara­do y la lex­i­cografía cien­tí­fi­ca en Venezuela (2007). Uni­ver­si­dad Lisan­dro Alvara­do. Edi­ciones del Rectorado.)

REFERENCIAS
Acos­ta Saignes, Miguel. La obra antropológ­i­ca de Lisan­dro Alvara­do, en Lisan­dro Alvara­do, Obras Com­ple­tas (1989), T‑II. Cara­cas: Fun­dación La Casa de Bello

Alvara­do, Lisan­dro en Obras com­ple­tas. Cara­cas: Fun­dación La Casa de Bello

Extraí­do de: steemit.com

CorreodeLara

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