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Gómez: Póstuma jaladera presidencial

 

Juan José Peralta
Periodista


Cuatro presidentes venezolanos –todos militares– han muerto en el ejercicio del poder, en funciones de la primera magistratura, decesos causantes de cambios en la gestión pública de sus herederos.

Los tenientes coro­ne­les Car­los Del­ga­do Chal­baud y el pre­sun­to autor int­elec­tu­al de su asesina­to, Mar­cos Pérez Jimenez

El más reciente fue el teniente coro­nel reti­ra­do Hugo Chávez Frías, luego de una enig­máti­ca y penosa agonía, inclu­so por el mis­te­rio guarda­do en su enfer­medad aún se duda acer­ca de la fecha ver­dadera del dece­so que provocó largo y sen­ti­do velo­rio y exe­quias pade­ci­do por todos.

En noviem­bre de 1950, el pres­i­dente de la jun­ta mil­i­tar de gob­ier­no, teniente coro­nel Car­los Del­ga­do Chal­baud, fue asesina­do según algunos por órdenes de su cole­ga teniente coro­nel Mar­cos Pérez Jiménez, quien encabezaría una fer­oz y cor­rup­ta dic­tadu­ra has­ta 1958 cuan­do huyó cobarde­mente. Esta muerte tam­poco ha sido del todo esclare­ci­da porque el respon­s­able de su muerte tam­bién fue asesinado.

 5 de mar­zo de 2013

El fal­l­ec­imien­to del pres­i­dente de la Repúbli­ca Boli­var­i­ana de Venezuela Hugo Chávez Frías se pro­du­jo a las 14:25 hora local (20:55 UTC) del martes 5 de mar­zo de 2013, en el Hos­pi­tal Mil­i­tar Dr. Car­los Arvelo de Cara­cas, donde recibía tratamien­to médi­co para aten­der una supues­ta  infección.

Gran Demócra­ta lla­maron al gen­er­al Linares Alcán­tara, fal­l­e­ci­do en 1897. Todavía se habla de su enve­ne­namien­to por haber “traiciona­do” a su men­tor, el gen­er­al Anto­nio Guzmán Blan­co, con quien vino des­de Curazao en la Rev­olu­ción de Abril, pero per­mi­tió el der­rib­amien­to de sus estat­uas por el pueblo caraque­ño, supues­ta causa de la ven­gan­za del guzmancismo.

Linares, dicen que lo enve­ne­naron en ven­gan­za por per­mi­tir el der­rum­bamien­to de las estat­uas de Guzmán Blanco

El 17 diciem­bre de 1935, después de 35 años en el poder, los últi­mos 27 como tira­no cru­el y cor­rup­to, murió el gen­er­al Juan Vicente Gómez. Había traiciona­do tam­bién a su men­tor, su com­padre Cipri­ano Cas­tro a quien des­de la vicepres­i­den­cia dio un golpe de esta­do cuan­do sal­ió a una inter­ven­ción quirúr­gi­ca en Ale­ma­nia. no le per­mi­tió entrar más al país y murió en el exilio. Con Cas­tro vino Gómez des­de su tier­ra natal, el esta­do Táchi­ra a tomar el poder aban­don­a­do por el entonces pres­i­dente Igna­cio Andrade.

En diciem­bre de 1935 hubo pós­tu­ma jaladera al tira­no al día sigu­iente de su muerte como el edi­to­r­i­al lac­rimoso de El Universal:

Anoche, a las once y cuarenta y cin­co, rindió la jor­na­da de la vida en la ciu­dad de Mara­cay el Ben­eméri­to Gen­er­al Juan Vicente Gómez, Mag­istra­do Supre­mo de la Repúbli­ca, después de una larga enfer­medad, con­tra la cual resul­taron infruc­tu­osos los cuida­dos de los famil­iares y ami­gos, y los esfuer­zos de la cien­cia, en medio de una dolorosa expec­ta­ti­va, que pesó grave­mente sobre los áni­mos, en toda la exten­sión de la Repúbli­ca. Hora de due­lo para la Patria vene­zolana, que se pone de pie para dar la des­pe­di­da al varón que se destacó con lin­eamien­tos inequívo­cos en la eta­pa de su actuación como el primero de sus hijos y como la alta y firme garan­tía de sus aspira­ciones de orden, de paz y de tra­ba­jo. No es esta la ocasión de exal­tar una vez más la per­son­al­i­dad del Gen­er­al Juan Vicente Gómez, en este min­u­to infaus­to en que Venezuela no puede menos que val­o­rar, en toda su mag­ni­tud, la obra patrióti­ca por él real­iza­da. Un solo hecho de hon­da sig­nifi­cación en el orden del espíritu bas­taría para dar idea de la glo­ria de Juan Vicente Gómez y para ase­gu­rarse la grat­i­tud de los vene­zolanos: el de destacarse como acree­dor al títu­lo de Paci­fi­cador de la Patria, Fun­dador de la Paz, es decir, del basa­men­to para el lev­an­tamien­to de cualquier obra, ya mate­r­i­al, ya espir­i­tu­al. La vida del varón ben­eméri­to que aca­ba de morir con­sti­tuye un ejem­p­lo y un lega­do de val­or ina­pre­cia­ble. Él mis­mo llego a pen­sar de sí que no era sino un instru­men­to de la Prov­i­den­cia, a pesar de que siem­pre tuvo la con­cien­cia de su energía y del rum­bo por el que la había ori­en­ta­do. De per­ma­nente acción fue su vida en las eta­pas hero­icas; y en la trayec­to­ria se com­pen­etró con el país y sus hom­bres, y por ello les pudo señalar los der­roteros a seguirse y, más tarde, pudo lle­var a cabo su per­durable obra políti­ca y admin­is­tra­ti­va, con­jun­to de real­iza­ciones de impo­nente ampli­tud. Y así aparece con car­ac­teres indele­bles, en la vida nacional, en su triple sig­nifi­cación: Gómez luchador, Gómez ori­en­ta­dor, Gómez con­struc­tor. El Uni­ver­sal, que se aso­cia ple­na­mente a este gran due­lo de la Repúbli­ca, pre­sen­ta su expre­sión de con­do­len­cia a la hon­or­able famil­ia del Ben­eméri­to ciu­dadano desaparecido.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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