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Expedición de Nicolás Federman

Yolanda Aris
Cronista oficial del municipio Palavecino
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Este año 2025, se cumplen 495 años de la expedición realizada por Nicolás Federman al interior de territorio venezolano, que partió desde la ciudad de Coro hacia el sur de la provincia  

Nicolás Fed­er­man será el primer europeo en explo­rar el ter­ri­to­rio que actual­mente cor­re­sponde al esta­do Lara y al munici­pio Palave­ci­no. Fue un com­er­ciante alemán perteneciente a la Casa de los Welser, quienes se ded­i­ca­ban al com­er­cio y las activi­dades financieras en el siglo XVI.

Car­los I, quien era Rey de España y tam­bién, era Rey de Ale­ma­nia como Car­los V, había recibido prés­ta­mos de  este grupo económi­co, y para sal­dar sus deu­das; decidió entre­gar­les en arren­damien­to una capit­u­lación en Améri­ca, para paci­ficar y poblar la Provin­cia de Venezuela. Los Welser debían fun­dar pobla­ciones, tres for­t­alezas, explotar las riquezas de la región en dos años y se les per­mitía licen­cia para traer cabal­los,  yeguas y esclavizar a los indígenas.

Nicolás Fed­er­mann o de Fed­er­man; Ulm, 1501-Val­ladol­id, 1542. Explo­rador alemán que par­ticipó en el des­cubrim­ien­to y col­o­nización de Colom­bia y Venezuela

Esta capit­u­lación se otorgó en 1528, cuan­do fue crea­da la Provin­cia de Venezuela, la cual com­prendía, con algu­nas mod­i­fi­ca­ciones, los actuales esta­dos Fal­cón, Lara, Carabobo, Aragua, Yaracuy, Por­tugue­sa, Cojedes, Var­gas, Dis­tri­to Cap­i­tal y parte de Guári­co. Es decir el espa­cio ter­ri­to­r­i­al des­de el Cabo de La Vela al oeste, has­ta el Cabo de Mara­ca­pana al este.

Esto, sig­nificó la pres­en­cia de ale­manes en el actu­al ter­ri­to­rio vene­zolano durante 16 años, des­de 1528  has­ta 1544. El primer gob­er­nador alemán de la Provin­cia de Venezuela fue Ambro­sio Alfin­ger, quien recibió la provin­cia de manos de Juan de Ampíes, quien había fun­da­do Coro en 1525.

En 1530, Alfin­ger via­jó a San­to Domin­go y dejó encar­ga­do de la provin­cia al Teniente de Gob­er­nador Nicolás Fed­er­man, quien tenía 30 años. Dese­an­do explo­rar el ter­ri­to­rio, por ini­cia­ti­va propia, y tam­bién como empre­sa económi­ca, dejó la población de Coro, para empren­der una expe­di­ción que duró 6 meses.  Sal­ió el 12 de sep­tiem­bre de 1530 de Coro acom­paña­do de 226 per­sonas: 110 sol­da­dos, 16 jinetes y 100 indios caque­tíos, y regresó el 17 de mar­zo de 1531.

Lo trascen­den­tal de esta expe­di­ción es el hecho,  que Nicolás Fed­er­man llevó un reg­istro escrito de su trav­es­ía, donde detal­ló con esmero las impre­siones de lo que iba encon­tran­do. Ese rela­to de su expe­di­ción, se con­vir­tió en una fuente históri­ca, y ha sido pub­li­ca­da con var­ios títu­los, entre ellos: His­to­ria Indi­ana o Via­je a las Indias del Mar Océano, y La His­to­ria Indi­ana o primer via­je de Nicolás Federman.

De allí que, aunque con cier­ta difi­cul­tad, puede recon­stru­irse la ruta que llevó a cabo, des­de Coro has­ta los actuales esta­dos: Fal­cón, Lara, Por­tugue­sa, Cojedes y Yaracuy, incluyen­do espa­cios del actu­al munici­pio Palave­ci­no.  Fed­er­man men­cionó los nom­bres de los ríos, pobla­ciones y lugares por los que tran­sitó, dejan­do para la his­to­ria, los tér­mi­nos indí­ge­nas o topón­i­mos pro­pios de esos gru­pos demográ­fi­cos: Tocuio, Iraacuy, Varari­da, Coha­heri, Variquisime­to y Hacarygua, entre otros. Muchos de los cuales han sobre­vivi­do has­ta la actualidad.

Mon­u­men­to de Niko­laus Fed­er­mann en Rio­hacha, Colombia

Se con­vir­tió en el primer europeo, en realizar la primera expe­di­ción por el inte­ri­or de la provin­cia, y es el primero, en describir los paisajes, la flo­ra, la veg­etación, los gru­pos indí­ge­nas con los cuales se relacionó. 

Los describió físi­ca­mente y resaltó sus cos­tum­bres, tipo de vivien­das, los fru­tos y ali­men­tos, y los nom­bres que las pobla­ciones autóc­tonas les daban: mahys, yuca, bata­ta, auya­ma, bohío. Uti­lizó a indí­ge­nas como explo­radores, guías para seguir sus caminos, intér­pretes, car­gadores y ali­a­dos militares

El reg­istro de su expe­di­ción per­mite igual­mente cono­cer los difer­entes gru­pos o naciones indí­ge­nas vis­i­tadas: Caque­tíos cori­anos; Jira­jaras o Xide­ha­ras en las sier­ras de San Luis y Chu­ruguara has­ta el río Tocuyo; Aya­manes de la Sier­ra de Parú­pano; Coy­ones de la Sier­ra de Bobare y Dua­ca has­ta la Ser­ranía de Matatere; Caque­tíos en los Valles del Tur­bio, Yaracuy y piede­monte andi­no has­ta Acarigua; Cuy­bas y Caque­tíos en los llanos de Acarigua; Guay­queríes de los llanos del río Cojedes; Cipari­co­tos de la Sier­ra de Aroa; Caque­tíos de la Cos­ta del Gol­fo Triste y en la desem­bo­cadu­ra de los ríos Aroa y Yaracuy.

Legó a la pos­teri­dad, las nar­ra­ciones escritas de esa expe­di­ción, trans­for­mán­dose en el primer cro­nista de esta región, y dejan­do el primer doc­u­men­to o fuente que per­mite cono­cer las car­ac­terís­ti­cas cul­tur­ales, demográ­fi­cas, antropológ­i­cas, etnológ­i­cas, orga­ni­za­ti­vas de los gru­pos indí­ge­nas y el espa­cio ocu­pa­do por ellos en esta región, en el perío­do pre-his­páni­co, es decir, antes de la lla­ma­da con­quista y col­o­nización real­iza­da por los españoles.

Reseñó la for­ma nat­ur­al en que fue trata­do por los pueb­los caque­tíos, donde acam­pó por 15 días en las már­genes del actu­al río Tur­bio, evi­den­cian­do el tra­to amis­toso hacia ellos y que no tenían temor al descono­ci­do.  Así lo señala Fed­er­man: “En las aldeas de esta provin­cia de variqueseme­to me dieron de todo, pero de bue­na vol­un­tad y sin que los forzáse­mos.”

Tris­te­mente, tam­bién dejó con­stan­cia del mal­tra­to, veja­ciones y atro­pel­los que este grupo de vis­i­tantes tuvo hacía las pobla­ciones indí­ge­nas; ya que entre sus exi­gen­cias, esta­ba la ali­mentación para sus 500 acom­pañantes, y rega­los en oro como mues­tra de amis­tad, paz y respeto. 

Así lo refiere en su encuen­tro con los Guay­caries: “Mata­mos por sor­pre­sa a unos quinien­tos de ellos, pues como estábamos con­ver­san­do y tratan­do con ellos suave­mente de la paz, no tenían ningu­na sospecha de nosotros y no lle­garon a hac­er uso de las armas.  Remata­mos a muchos en tier­ra, has­ta que les hici­mos huir.”

En 1540 regresó a Europa, donde fue acu­sa­do por el Con­se­jo de Indias, de apropi­arse de oro que no declaró, pero al año sigu­iente fal­l­e­ció sin poder demostrar la inocen­cia que pregonaba.

Sin el rela­to de este explo­rador y aven­turero, no se ten­dría infor­ma­ción de las car­ac­terís­ti­cas, cos­tum­bres y vida social, económi­ca y cul­tur­al de los gru­pos vis­i­ta­dos,  en la región cen­troc­ci­den­tal de la actu­al Venezuela, antes del con­tac­to con los con­quis­ta­dores españoles.

Sin embar­go, para estos gru­pos indí­ge­nas, este fue el primer con­tac­to con los europeos, el ini­cio de lo que sería la pos­te­ri­or con­quista y col­o­nización pro­tag­on­i­za­da por los españoles, quienes final­mente se apropi­arían de sus ter­ri­to­rios y cam­biarían para siem­pre su for­ma de vida.


Fuentes con­sul­tadas:

His­to­ria Indi­ana o Primer Via­je de Nicolás Fed­er­mann. Insti­tu­to Uni­ver­si­tario Pedagógi­co Exper­i­men­tal de Bar­quisime­to. Bar­quisime­to, 1980. 75 p.

CorreodeLara

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