CrónicasHistoria

José Gregorio Hernández frente a la pandemia de 1918

Luis Alber­to Per­o­zo Padua
Peri­odista espe­cial­iza­do en cróni­cas históricas
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@LuisPerozoPadua

En octubre de 1918, la temi­da gripe españo­la —la pan­demia que cobró más de cuarenta mil­lones de vidas en el mun­do— llegó a Venezuela dejan­do una estela de muerte: se cal­cu­la que unas ochen­ta mil per­sonas fal­l­ecieron en el país, más de 1.500 solo en Caracas.

En medio de aquel desas­tre san­i­tario, el Dr. José Gre­go­rio Hernán­dez acaba­ba de regre­sar de Nue­va York y Madrid, donde había per­fec­ciona­do sus estu­dios de Embri­ología e His­tología. Sin des­can­so, se incor­poró al com­bate con­tra la epi­demia, jun­to a su ami­go y cole­ga Dr. Luis Razetti.

El doc­tor José Gre­go­rio Hernán­dez fue un pio­nero de la med­i­c­i­na y de la inves­ti­gación cien­tí­fi­ca en Venezuela

Se orga­ni­zaron Jun­tas de Socor­ro y comi­siones par­ro­quiales, además de seis hos­pi­tales de ais­lamien­to. La Jun­ta Nacional de Socor­ro, encabeza­da por el arzo­bis­po Felipe Rincón González y coor­di­na­da por Razetti, reunió a fig­uras como Vicente Lecu­na, San­ti­a­go Vegas, Anto­nio Rísquez y Rafael Requena. 

José Gre­go­rio fue uno de los más activos: aban­donó su cos­tum­bre de recor­rer a pie los bar­rios y uti­lizó, por vein­tidós días, un automóvil con chofer para poder aten­der a más enfermos.

Dr. José Gre­go­rio Hernán­dez. Retra­to real­iza­do con IA

Ante la avalan­cha de rumores y reme­dios inútiles, la Acad­e­mia Nacional de Med­i­c­i­na emi­tió un comu­ni­ca­do expli­can­do en qué con­sistía la enfer­medad y cómo debía tratarse. 

Pero Hernán­dez y Razetti fueron más allá: denun­cia­ron públi­ca­mente que lo que real­mente esta­ba matan­do al pueblo vene­zolano no era la gripe, sino la mis­e­ria, la mala ali­mentación, el palud­is­mo y la tuber­cu­lo­sis que cor­roían a una nación vulnerable.

En diciem­bre de ese mis­mo año, la epi­demia se disipó tan repenti­na­mente como había lle­ga­do. Pero el eco de aquel tiem­po quedó graba­do en la memo­ria nacional: José Gre­go­rio Hernán­dez, el médi­co de los pobres, había vuel­to a entre­gar su vida entera al ser­vi­cio de los demás.

Uno de los salones del Hos­pi­tal Var­gas de Cara­cas, cuyas recientes refor­mas en el Gob­ier­no del Gen­er­al Juan Vicente Gómez, lo colo­can a la altura de los mejores de su género

CorreodeLara

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