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Abelardo Almao, en el paraje inconfundible de aquel Guamacire

 

José Luis Sotillo J
Cronista Parroquial de Agua Viva
aguavivajose@hotmail.com
twitter e instagram: @aguavivajose 

Inmerso en el eco profundo de la reminiscencia de aquel paisaje inconfundible, donde el paraje irregular de aquellas estribaciones se tiñe con un verdor latente, acoplándose a los bancos de neblina que retozan en las faldas de la serranía, característica de este indescriptible lugar


La típi­ca nos­tal­gia que se dejan des­fi­lar por las aguas cristali­nas de una que­bra­da homón­i­ma del sitio de Gua­macire. Un pun­to geográ­fi­co inva­di­do por los olores a tier­ra húme­da, aromáti­cos cedros, per­fumadas orquídeas; las cuales con­fluyen con la memo­ria de viejos habi­tantes que todavía guardan en sus sen­timien­tos los secre­tos de un cumu­lo de hechos, aflo­ran­do el buen nom­bre del evo­ca­do Rafael Abelar­do Almao Jiménez.

Jor­nalero y apa­sion­a­do sien­do amante de las fae­nas del cam­po, de mar­ca­da descen­den­cia bravía por sus vín­cu­los san­guí­neos direc­tos con los per­son­ajes recono­ci­dos de la his­to­ria palaveci­nense entre ellos: el fed­er­al­ista Gral. Nicolás Patiño Sosa y Ama­bilis Solaigne. Endosán­dole sus más ínti­mas amis­tades la incal­cu­la­ble proeza en su pecu­liar for­ma de ser,  definido así por sus famil­iares, alle­ga­dos y amigos.

Des­de tem­prana edad sin­tió impul­so por las activi­dades agrí­co­las, cul­ti­van­do: carao­tas, maíz, cam­bur, así como café; por ser Gua­macire una zona predilec­ta de esté deman­da­do cul­ti­vo. Tra­ba­jan­do ini­cial­mente en la renom­bra­da hacien­da de Hon­o­rio Sígala, Cruz María Sígala y Alirio Sígala, jun­to a su padre Andrés Almao, lle­gan­do a ejercer las ocu­pa­ciones como encar­ga­do de la referi­da pos­esión, sin embar­go, here­do unas tier­ras en la cues­ta de la Cay­era, cul­ti­va­da de una por­ción con­sid­er­able de plan­tas de café.


Don Abelar­do jun­to a su esposa y sus hijas; de izquier­da a derecha Zai­da, Ney­da y Digna
En una foto no muy exac­ta por el tiem­po; aparece don Abelar­do jun­to al cuero de un oso fron­ti­no u oso de anteo­jos; el cual se local­i­zo en los bosques nubla­dos de Terepaima.

Don Abelar­do en el hoy San­tu­ario de San­ta Rosa en el mat­ri­mo­nio de sus dos hijas María (izquier­da) y Reina (derecha); y al fon­do de lado izquier­do Aline Araña pri­mo de Abelar­do Almao 

 

Hijo de Andrés Almao de ori­gen rio­clareño y María Rosario Jiménez ori­un­da de la población de Cabu­dare; nació un 9 de enero de 1928 en el caserío el ´Paradero´ cer­ca de Cor­ral­i­to en ple­na mon­taña de Tere­paima. Con los años dejaron atrás su natal caserío, y decide su famil­ia mudarse a Gua­macire, cuan­do ape­nas con­ta­ba con 15 años de edad, según el tes­ti­mo­nio feha­ciente de doña Angeli­na Par­ra, quien sería su eter­na com­pañera de vida.

 La distancia no fue impedimento 

Cuan­do con­ta­ba con 18 años de edad asid­u­a­mente fre­cuenta­ba una hacien­da cafe­talera en el dis­tante sitio “del Palo e’ Tigre-Tere­paima”, la mora­da de don Martín Par­ra. Fue allí donde sen­tiría atrac­ción por aque­l­la joven ado­les­cente, quien tiem­po más tarde con­traerían mat­ri­mo­nio en la antigua igle­sia Nues­tra Seño­ra del Pilar de la población de Rio Claro, puesto que con doña Angeli­na Par­ra se casaría el 12 de octubre de 1948, a la edad de 20 años.

Unido en mat­ri­mo­nio fija su res­i­den­cia en el pro­pio Gua­macire, y entre tar­eas agrí­co­las, y crec­imien­to de la famil­ia se lle­garía a ganar el respeto de la colectividad.

Fue des­ig­na­do por algún tiem­po jefe de caserío por la pre­fec­tura del antiguo dis­tri­to Palave­ci­no, con­sigu­ien­do a ser respeta­do por sus veci­nos de aquel bucóli­co espa­cio, hoy inmer­so den­tro de las áreas del Par­que Nacional Terepaima.

Entre el can­to y las negr­eras a San Antonio

Como creyente y amante de las cul­turas apren­di­das de los más viejos, orga­ni­z­a­ba el rito del tradi­cional tamu­nangue en com­pañía de: Vicente Álvarez, Chico Álvarez, Víc­tor Escalona, José Vásquez, Hernán Escalona, entre otros habi­tantes de Gua­macire, tenien­do den­tro de la estruc­tura femeni­na del cuer­po de baile de negro a: Igna­cia Escalona, Cele­donía Álvarez, María Can­de­lar­ia Álvarez, Reina Almao, y aque­l­los que de algún modo en la víspera de San Anto­nio se sum­a­ban a las prome­sas fer­vorosas al San­to patrono de los obje­tos per­di­dos. Ya que los patios y corre­dores eran con­cur­ri­dos por los veci­nos de aquel pin­toresco caserío.

Los habitantes y su escuela 

Los por­menores de la evo­cación por los años ante­ri­ores hacen recor­dar la can­ti­dad de habi­tantes, que de algún modo poblaron la intim­i­dad intrínse­ca del aquel Gua­macire de los años 60 y 70; surgien­do los nom­bres de los jefes de famil­ias numerosas, los cuales, por las cir­cun­stan­cias del tiem­po y con­tex­to, ya no moran en el caserío del que poco se habla, a no ser por quienes rev­e­lan que, entre sus habi­tantes; además de Abelar­do, esta­ban Guiller­mo Escalona, Juan Mora, Domin­go Sosa, Pas­tor Sosa, José Igna­cio Rodríguez, Ana Anto­nia Álvarez, Ramón Guillen, Nicolás Guillen, y otros tan­tos que en la medi­da del tiem­po fueron impor­tantes den­tro del uni­ver­so de usan­zas que car­ac­teri­zaron a esté típi­co lugar.

Abelar­rdo en su casa de Guamacire

En los años 60 surge por ini­cia­ti­va y necesi­dades de la gente, una impor­tante escuela o núcleo rur­al tute­la­do por la docente: Ger­va­sia Cre­spo, quien sería susti­tu­i­da por Yolan­da Agüero, luego por Jaime González, Aida Rodríguez, has­ta final­mente haber sido regen­ta­da por el respeta­do y muy esti­ma­do pro­fe­sor Mar­cos Soto. Fra­ter­nal ami­go de don Abelardo.

En sus ini­cios aque­l­la humilde insti­tu­ción apaci­ble fun­ciono en una vivien­da de bahareque, pos­te­ri­or­mente donde Ramón Escalona, luego en la casa cono­ci­da como la “Fore­stal”, has­ta final­mente, ya con­stru­i­da y debida­mente equipa­da con casa para el mae­stro entre otros detalles, se ubicó en un pun­to cén­tri­co del pro­pio caserío; estando en su lap­so ini­cial muy con­cur­ri­da noto­ri­a­mente por los hijos de los nativos de aquel caserío.

El trueque y las compras hogareñas

Hábil y cor­rec­to en sus andares, don Abelar­do como hom­bre del medio rur­al no solo era propi­etario de una bien­hechuría, pues en el inte­ri­or de su lla­ma­ti­va y par­tic­u­lar vivien­da poseía una tril­la cafe­talera y, a través de arreos de mula eran trans­porta­dos los pesa­dos sacos de café, que luego eran com­er­cial­iza­dos en la paca Río Claro, como el prin­ci­pal cen­tro com­prador del deman­da­do fruto.

Con las ganan­cias obtenidas de las cose­chas se adquirían pro­duc­tos y uten­sil­ios, a veces el gra­no proce­sa­do era deman­da­do por el recono­ci­do com­er­ciante cabu­dareño Augus­to Casamay­or, el cual poseía una pulpería o almacén en la calle Juan de Dios Meleán.  Era allí donde se inter­cam­bi­a­ba el café por comi­da y dinero. Otro per­son­aje abor­da­do por el rela­to de doña Angeli­na, era Sil­vio Echev­er­ría a quien se le sum­in­is­tra­ba de café por velas, jabón, hari­na, papelón, aceite; entre otros artícu­los en grandes can­ti­dades de bul­tos. Con Jesús (Chu­cho) Sánchez en Mapo­ral, tam­bién era usu­al trasladar en vehícu­lo el café para ser paga­do o com­pen­sa­do por comida.

En el INOS y los caminos andados

Un reconocimien­to otor­ga­do por el Insti­tu­to Nacional de Obras San­i­tarias a don Abelar­do, en el mar­co de sus 10 años de ser­vi­cio ininterrumpido

En 1975 don Abelar­do es incor­po­ra­do como tra­ba­jador fijo del Insti­tu­to Nacional de Obras San­i­tarias, INOS, con cas­co tipo safari e indu­men­taria ade­cua­da para las fun­ciones que ejer­cía, Cam­po Elías Rodríguez Par­ra lo recuer­da con la nos­tal­gia de ver­lo subir has­ta la que­bra­da Agua Blan­ca a limpiar los sis­temas fil­trantes de las galerías que dis­tribuía el pre­ci­a­do líqui­do para las pobla­ciones del Man­zano y Las Cuibas.

Nun­ca desapartó su interés por estar pen­di­ente no solo del viejo acue­duc­to Gomero; nom­bre por el cual se le iden­ti­ficó a esta red dis­tribuido­ra de agua limpia, ya que fue con­stru­i­da en la época que gob­ernó Eusto­quio Gómez la región Larense, sino tam­bién vig­i­lar el bosque de las asechan­zas de la tala y la quema.

Según Cam­pos, Abelar­do era respon­s­able “día tras día de limpiar y man­ten­er el dique, donde están los pozos”, que nacen en la espesura viva de Tere­paima; y de haber­le hecho el man­ten­imien­to ade­cua­do a la propia que­bra­da Gua­macire, además del sifón y toda la tubería com­ple­ta que iba en direc­ción a Las Cuibas.

Era cono­ce­dor, pal­mo a pal­mo, de los caminos reales que traslad­a­ba a los viejos arrieros a Gua­macire, el camino de Agua Blan­ca, hacia El Potrero, el de La Aguai­ta, el de La Cues­ta al Jobo y el cono­ci­do de Cues­ta Larga.

En 1986 se muda de Gua­macire y se trasla­da con su entorno famil­iar a la comu­nidad de Las Tunas, donde a pesar del estre­cho trayec­to jamás aban­dono su labor de tra­ba­jador adscrito al INOS, y menos a su encomen­da­da fun­ción. Siem­pre presto a sus que­hac­eres, dejó una huel­la mar­ca­da en el pen­samien­to de quienes de cer­ca conocieron sus fac­etas; alma pal­pi­tante que sur­có las aguas vivas de aque­l­la que­bra­da; fal­l­e­cien­do físi­ca­mente el 3 de noviem­bre de 1998, pero cul­tiván­dose en el pen­samien­to y la reten­ti­va de sus coter­rá­neos. 

Foto de por­ta­da: Don Andres Almao, en su par­tic­u­lar vivien­da rur­al en el paisaje mon­tañoso de Gua­macire, jun­to a sus nietas y nietos, las hijos de Abelar­do Almao

Escribe tu valioso comen­tario al final del artícu­lo, expre­sión que apreciamos

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

10 comentarios en «Abelardo Almao, en el paraje inconfundible de aquel Guamacire»

  • Exce­lente repor­ta­je infor­ma­ti­vo para que les sir­va al mis tri­un­fadores para la Reseña históri­ca de gama cure que nece­si­ta­mos. gra­cias al mu gran ami­go Swami .
    Pilar Ramos
    Facil­i­ta­dor Mis­ión Ribas
    Guamacire

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  • Que her­mosa his­to­ria Sotil­lo gra­cias por com­par­tir­la, per­sonas como Don Abelar­do son las que nece­si­ta­mos en estos tiem­pos que estén com­pro­meti­das con todo aque­l­lo que rep­re­sente el bien­es­tar de todos

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    • Ami­ga Lucila como me con­tenta que te haya gus­ta­do, de cualquier man­era mil gra­cias por tu opinión con el artícu­lo y este portal.

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  • Salu­dos ami­go Swua­mi Sotillo.muy intere­sante esa his­to­ria con­ta­da con lujos de detalles .siem­pre me ha gus­ta­do resaltar en mis escritos ‚esa his­to­ria de gentes que se gana con su esfuer­zo un sitio en la his­to­ria pero que que­da sólo en la memo­ria de unos cuan­tos .nos toca recoger­la y espar­cir­la para conocimien­to de las gentes que sur­gen y sir­va como ejemplo

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  • Exce­lente repor­ta­je infor­ma­ti­vo, además de nostálgico…En la medi­da que lo leía me imag­in­a­ba ese momen­to en el cual mi tío políti­co Abelar­do Almao desar­rol­la­ba todas esas fae­nas en ese espa­cio tan bel­lo como lo fue GUAMACIRE..Digo fue porque la Famil­ia ALMAO eran quienes le dieron vida a esa zona cafe­talera y es a par­tir de ser nom­bra­do PARQUE NACIONAL cuan­do el gob­ier­no de Luis Her­rera Campins,fue entonces que la famil­ia tuvo que salir de allí y reubi­carse en otros espa­cios ..Mi esposo ANTONIO ALMAO nos comen­ta sus relatos vivi­dos des­de muy niño con el abue­lo Andrés y su papá Fran­cis­co ALMAO

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    • Apre­ci­a­da pro­fe­so­ra aunque no nos conoz­camos per­sonal­mente le recuer­do cuan­do tuvo su opor­tu­na pas­an­tía por la Direc­ción de Edu­cación Estadal, para el entonces era yo Direc­tor Prin­ci­pal en el cuer­po direc­ti­vo de Con­cul­tura; sin embar­go ha sido una labor inal­ter­able dar a cono­cer los per­son­ajes de nues­tra tier­ra y así man­ten­er vivo su ejem­p­lo en el pen­samien­to colec­ti­vo de la gente; cuestión que hemos per­di­do cómo sociedad. Agradez­co la men­ción de muchos de los lugares, y aunque no cor­re­spon­den al ámbito geográ­fi­co de nues­tra local­i­dad, ya que son parte de la veci­na par­ro­quia Juares, no es así con el caso de Gua­macire que si cor­re­sponde a nues­tra local­i­dad, además que el eje cafe­talero por exce­len­cia están entre ambas zonas y su cir­cu­lo montañoso.
      Conoz­co muy de cer­ca a la referi­da viu­da de don Abelar­do, la cual fue de fun­da­men­tal val­or para recon­stru­ir el pre­sente rela­to, por su mar­ca­da memo­ria de fres­ca y sabrosa cal­i­dad humana; con ella pude pre­cis­ar esas her­mosas viven­cias, cómo per­son­aje de primer orden.
      Por otro lado está demás agrade­cer su opinión, cuan­to me encan­taría poder­le cono­cer per­sonal­mente a ust­ed y a su esposo, de cualquier modo le dejo mi con­tac­to a través del 0416.456.61.23, de allí me puede ubicar o lla­mar vía whas­s­apht, ya que donde vivo en las Cuibas- Agua Viva, la cober­tu­ra de la señal tele­fóni­ca es pésima.
      Quizás los aporte y viven­cias de su esposo nos puedan nutrir para elab­o­rar otro papel de tra­ba­jo escrito.
      Sin más preám­bu­los que­do de ust­ed a sus com­ple­tas ordenes
      José Luis Sotil­lo J.
      Cro­nista Par­ro­quial de Agua Viva.

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  • Sr José Luis Sotillo,le Felic­i­to por man­ten­er vivo nues­tras raíces…Guamacire,Cuesta Lara,Cocodrilo has­ta Matatere,estaban ubi­cadas hacien­das como:El Poleo,La Mesa ‚La Patriciera,La Callera,Las Marías,El Chino,El Golo.En cada una existe her­mosas his­to­rias de año­ran­zas de quiénes con pasión apor­taron su gran­i­to de are­na por una VENEZUELA pro­duc­ti­va ‚con Prin­ci­p­ios y Valores.

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    • Profe lo con­trario, a ust­ed por su pre­ci­a­do comentario.

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