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Del antiguo trapiche a la gran factoría azucarera

 

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista


Durante la Segunda Guerra Mundial, e incluso en los años de la posguerra, se agravó el déficit de azúcar debido a la contracción de la oferta a nivel mundial

En estas cir­cun­stan­cias se con­sti­tuyó, el 20 de diciem­bre de 1945, la C.A. Cen­tral Río Tur­bio. El grupo fun­dador esta­ba con­sti­tu­i­do por agricul­tores que tenían como obje­ti­vo prin­ci­pal trans­for­mar los viejos trapich­es papeloneros de la zona en una gran fac­toría azucarera.

La primera Jun­ta Direc­ti­va de la com­pañía, estu­vo con­for­ma­da por Pablo Gil Gar­cía, Pres­i­dente; los vocales Cruz Mario Sigala, Pablo Cortez y J. A Tamayo Pérez; los suplentes: Mar­cial Gar­men­dia, Mar­i­ano y Daniel Yepes Gil, Car­los Gil Gar­cía, Diego Rodríguez y Hora­cio Anzo­la; el sec­re­tario Luis Eduar­do Castil­lo y el tesorero Cruz María Yepes Gil, pero la plan­ta se insta­laría años más tarde has­ta obten­er los cap­i­tales necesarios.

Pre­cisa­mente, en 1946 fue crea­do el Depar­ta­men­to de Indus­tria Azu­car­era con el fin de adop­tar las medi­das nece­sarias para el crec­imien­to de la pro­duc­ción nacional. Con tal fin, se planteó el establec­imien­to de tres nuevos cen­trales en El Tur­bio, El Tocuyo y Cumanacoa.
 
En lo que respec­ta al Cen­tral Río Tur­bio, para el 13 de febrero de 1947, ya esta­ban suscritas 1.770 acciones de la empre­sa por un val­or de 1.700.000 bolí­vares.
 

Surge el Central Azucarero Río Turbio

La his­to­ri­ado­ra Catali­na Banko, asien­ta en su inves­ti­gación que en 1950, se elaboró el Plan Azu­carero Nacional, con el obje­ti­vo de desar­rol­lar la pro­duc­ción azu­car­era y garan­ti­zar el abastec­imien­to inter­no. “En el mar­co de la nue­va políti­ca azu­car­era, se retomó el proyec­to del Cen­tral Río Tur­bio, com­pañía que esta­ba bajo la pres­i­den­cia de Pablo Gil García. 
 
Al respec­to se decidió que la obra quedaría direc­ta­mente a car­go de la Corporación
Vene­zolana de Fomen­to, CVF, acuer­do que fue acep­ta­do por la sociedad que había prop­uesto la insta­lación del cen­tral. La fac­toría, una vez con­stru­i­da, sería entre­ga­da a la com­pañía con­tra el pago del 25% de su cos­to de con­ta­do, oblig­án­dose a pagar el resto en no más de 15 anualidades. 
 
El Valle del Tur­bio tenía a comien­zos de los años cin­cuen­ta alrede­dor de 4.750 hec­táreas cul­ti­vadas con caña de azú­car, que esta­ban dis­tribuidas en 47 hacien­das (CVF, 1951:49)”. 
 

Asistió Pérez Jiménez

 
La primera piedra de este cen­tral fue colo­ca­da el 28 de noviem­bre de 1952, en el sitio de la hacien­da La Unión, caserío Chorobobo, a 8 kilómet­ros de Bar­quisime­to. Asistieron al mag­no acon­tec­imien­to, aparte de la direc­ti­va en pleno de la fac­toría, el min­istro de Fomen­to, doc­tor Sil­vio Gutiérrez.
 
El pres­i­dente de Venezuela Mar­cos Pérez Jiménez asis­tió a la inau­gu­ración del Cen­tral Azu­carero Río Turbio
Su establec­imien­to se con­cretó en el 9 de diciem­bre de 1952 cuan­do el Ejec­u­ti­vo nacional otorgó un crédi­to por 28 mil­lones 100 mil 733 bolí­vares. Las opera­ciones se ini­cia­ron en 1955, con el proce­samien­to de 2.500 toneladas diarias de caña y la elab­o­ración de 14.447 toneladas de azú­car, que rep­re­senta­ban el 6.47% de la pro­duc­ción nacional, que había alcan­za­do en ese
año las 223.127 toneladas.
 
La inau­gu­ración for­mal se efec­tuó el 26 de enero de 1956, con la pres­en­cia del pres­i­dente de la Repúbli­ca, gen­er­al Mar­cos Pérez Jiménez. En 1959 la capaci­dad insta­l­a­da de molien­da del Cen­tral Río Tur­bio era de 2.500 toneladas de cañas diarias con miras a proce­sar unas 5.000, esce­nario que se logró con la adi­ción de nuevas maquinar­ias dos años más tarde.
 

La estructura del central

Al insta­larse el Cen­tral Río Tur­bio se con­struyó una mod­er­na plan­ta físi­ca para su
ópti­mo funcionamiento:

Un edi­fi­cio prin­ci­pal de tres cuer­pos en el cual están insta­l­a­dos los moli­nos, calderas, cen­trífu­gas, tachos, evap­o­rado­ras y secado­ras de azúcar 
Otro edi­fi­cio para la direc­ción de la empre­sa, la geren­cia y admin­is­tración en gen­er­al
Un edi­fi­cio de dos plan­tas para la plan­ta eléc­tri­ca con capaci­dad de energía de 5.000 kilo­va­tios
Un edi­fi­cio para el fun­cionamien­to del laboratorio
Un edi­fi­cio para el taller mecánico
Un edi­fi­cio para depósi­to de azúcar
Un edi­fi­cio para ves­tu­ario y lava­bos de emplea­d­os y obreros
Un edi­fi­cio para la plan­ta de tratamien­to de agua
Un edi­fi­cio para come­dor, pagos y con­sul­to­rio médico
Un edi­fi­cio para fun­cionamien­to de estacionamiento
Un edi­fi­cio para club y res­i­den­cia de empleados
Un edi­fi­cio para hotel de solteros con capaci­dad para 60 personas
Tres casa tipo A, siete tipo B, y cua­tro tipo C para vivien­da del per­son­al téc­ni­co del cen­tral
Cin­co grandes pozos para la pro­duc­ción y abastec­imien­to de agua para los servicios
del cen­tral y para el con­sumo humano
Cuen­ta además la fac­toría con amplias y mod­er­nas arte­rias viales, bien pavi­men­tadas e ilu­mi­nadas con insta­la­ciones de gas de mer­cu­rio, lo cual demostró el gra­do de ade­lan­to y de comodidades.
 

Los obreros fundadores 

 
El recur­so humano del Cen­tral Río Tur­bio fue clave para lev­an­tar el gran inge­nio, des­de los corteros de cañame­lar has­ta los oper­adores, fueron parte esen­cial de la naciente empre­sa que pasaría a la his­to­ria como una de las más sól­i­das y con rendimien­tos excepcionales.
 
Fig­u­raron entonces:
Pán­fi­lo Segun­do Gudiño
Braulio Latiegue
Hilario Puer­ta
Daniel Mon­tal­ban
Anto­nio Ramírez
Leobal­do Pinto
Este­ban Moreno
Rómu­lo Duque
David Sil­va
Este­ban Pastrán
Mario Segu­ra
Eduar­do Álavarez
Pedro Guil­lamón
Luis Vázquez
Pas­tor Martínez
José Martínez
Benal­do Gómez
Sil­fre­do Giménez
Con­stan­ti­no Soto
Fran­cis­co Gómez
Evaris­to Colmenárez
Bernal­do Leal
Rober­to Zambrano
Alber­to Zambrano
Emilio Men­doza
Car­los Quintana
Anto­nio Tovar
Edner Amaro
Julián Tran­vel­saire (de ori­gen cubano)
Dion­i­sio Guédez
José Med­i­na
Sabi­no Galvis
Andrés Carucí
Flavio Molle­ja
Reimun­do Carucí, son un com­pen­dio de la primera nómi­na de obreros de la indus­tria.
 
Los inge­nios exis­tentes
 
En 1944, durante el gob­ier­no de Med­i­na Angari­ta, ya existían en Venezuela 29 cen­trales azu­careros insta­l­a­dos en el país. En esa época con­vivían téc­ni­cas antiguas con conocimien­tos modernos.
 
Entre estos inge­nios fig­ura­ban en Lara sola­mente: Los Pal­mares, en El Tocuyo, con una pro­duc­ción de 939–990 kilo­gramos de azú­car; Tara­bana, en Cabu­dare, con 800.000, segui­do por Ver­salles en La Con­cep­ción con 360.000 y Sicarigua, en La Trinidad con 350.000.
 

El Cen­tral Río Tur­bio ini­ció con una molien­da de 2.500 toneladas de caña por día. Esta grá­fi­ca da cuen­ta la for­ma cómo se trans­porta­ba el rubro has­ta los cen­trales azucareros
Pub­li­ca­ciones rela­ciona­dos con este repor­ta­je especial: 

http://elimpulso.com/articulo/del-antiguo-trapiche-a-la-gran-factoria-azucarera

Fotos: Las grá­fi­cas de este repor­ta­jes pertenecen a Diario EL IMPULSO e inge­niero Diego Rivero Loza­da, ger­ente agrí­co­la de Azu­car­era Río Tur­bio, quien gen­erosa­mente las pro­por­cionó para preser­var la historia

Fuente:
José Ángel Rodríguez. Los paisajes geo­históri­cos cañeros en Venezuela. Acad­e­mia Nacional de la His­to­ria 1986
Catali­na  Banko, “El Cen­tral Venezuela y la indus­tria azu­car­era zuliana” en  Akade­mus Vol. 5. Cara­cas, 2003 
Morales Álvarez, Juan. Dulzu­ra Caroreña. His­to­ria del Cen­tral La Pas­to­ra. Cara­cas 2006
I. E. Lame­da Acos­ta. Com­pen­dio Económi­co y Social de Bar­quisime­to. Sociedad Ami­gos de Bar­quisime­to 1957
FOTOGALERÍA
Mar­cos Pérez Jiménez cam­i­na por el Cen­tral Azu­carero Río Tur­bio, jun­to a su comitiva

 

Así se trans­porta­ba la caña des­de los cul­tivos has­ta la fac­toría en los primeros años 

 

 

 

 

 

 

 

Cen­tral Azu­carero Río Tur­bio en una vista del valle con el mis­mo nombre
Vista aérea de Azu­car­era Río Tur­bio, ubi­ca­da en el Valle del Tur­bio, munici­pio Palavecino

CorreodeLara

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