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El poblado de Cabudare no fue fundado

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
luisalbertoperozopadua@gmail.com
IG/TW: @LuisPerozoPadua

Esta importante población del estado Lara, y encrucijada de caminos, no tuvo fundación hispana, ni tampoco un poblamiento por decreto


Cabu­dare no tiene 200 o 300 años de fun­da­do o estable­ci­do, tal como muchas per­sonas creen o han asen­ta­do en libros y man­uales. Inves­ti­ga­ciones y doc­u­men­tos ya han demostra­do que este her­moso y pujante ter­ri­to­rio no dis­pu­so de fun­dación his­pana como El Tocuyo o Cara­cas, aunque el debate latente ya es sufi­cien­te­mente esboza­do, pero no ago­ta­do, porque las pági­nas de la his­to­ria se escriben a diario.

Las fun­da­ciones his­panas fueron un acto ofi­cial, se reg­is­traron en actas, que eran doc­u­men­tos for­males, y en aque­l­la remo­ta época, un escrib­ano deja­ba tes­ti­mo­nio escrito del poblamien­to, con defini­ción de los límites, iden­ti­ficán­do­los, en donde tam­bién se nom­bra­ba a un juez poblador quien coor­dina­ba todas y cada una de las acciones a seguir para que el acto se inmortalizara.

Jabil­lo históri­co en donde acam­pó el Lib­er­ta­dor el 10 de noviem­bre de 1813. Foto Archi­vo Diario El Impulso

El poblamien­to es un acto espon­tá­neo, en donde los veci­nos ocu­pan un espa­cio para sat­is­fac­er fines, en primer lugar, mate­ri­ales, pero tam­bién propósi­tos espir­i­tuales, caso especí­fi­co, el de Cabu­dare, que des­de 1811, un grupo de nota­bles veci­nos, habían esta­do solic­i­tan­do con per­ti­na­cia, ante las autori­dades ofi­ciales de Bar­quisime­to y Cara­cas, “para que se dotara al sitio (de Cabu­dare) de una casa de oración”.

Pero qué ocur­rió: en 1793, don Juan José Alvara­do de la Par­ra, rico propi­etario del Valle de Tur­bio y alférez real del Cabil­do de Bar­quisime­to, (Real­ista), por sug­eren­cia del obis­po de Cara­cas Mar­i­ano Martí, solic­itó per­miso ante el despa­cho dioce­sano de Cara­cas, con el propósi­to de con­stru­ir un espa­cio ade­cua­do “para el cul­ti­vo de la fe” y así fue otorgado.

Pero no se con­stru­irá este her­mosísi­mo ora­to­rio bajo la advo­cación de San­ta Bár­bara, sino cua­tro años después, en 1797.

Fue entonces cuan­do los habi­tantes del sitio de Cabu­dare comen­zaron a con­gre­garse los domin­gos y días de fies­ta, en el ora­to­rio, primer tem­p­lo de la comarca.

No obstante, el hor­ren­do suce­so del 26 de mar­zo de 1812 hizo sucumbir el ora­to­rio reducién­do­lo a sim­ples ruinas, y de segui­da tan­to los veci­nos como la famil­ia Alvara­do de la Par­ra, lev­an­taron un tinglado de techo de tamo y pare­des de bahareque, para pros­eguir con el cul­to al Señor, pero no lograron la mis­ma recep­tivi­dad, lo que implic­a­ba que la gente debía trasladarse has­ta la igle­sia de San­ta Rosa, cuan­do los ríos Tur­bio y Claro no esta­ban crecidos.

Cam­pa­nario de la Igle­sia San Juan Bautista de Cabu­dare. Cir­ca 1990

Asien­to de grandes acontecimientos

Cabu­dare tiene el priv­i­le­gio de ser asien­to de acon­tec­imien­tos inmemo­ri­ales. A ese pequeño pobla­do arribó Simón Bolí­var antes de vis­i­tar Bar­quisime­to, reen­con­trán­dose con el gen­er­al zuliano Rafael Urdaneta.

El 10 de noviem­bre de 1813, entra a Cabu­dare antes de con­frontar las tropas de los real­is­tas Cebal­los y Ober­to en la aci­a­ga batal­la de Tier­ri­tas Blan­cas. En el lugar, Bolí­var y sus gen­erales trazaron las estrate­gias para salir al encuen­tro de Tier­ri­tas Blan­cas o cono­ci­da tam­bién como la Batal­la de Bar­quisime­to, en donde par­tic­i­parían los nuevos agre­ga­dos al ejérci­to: Cristóbal Palave­ci­no y José Gre­go­rio Basti­das, ambos veci­nos de la localidad.

El Lib­er­ta­dor pasa revista a las filas repub­li­canas en la fron­da del históri­co jabil­lo real que hoy es pat­ri­mo­nio de la ciu­dad, aunque el lugar osten­ta la des­dicha del des­pre­cio y el aban­don­a­do inmis­eri­corde de las autori­dades locales.

Rafael María Bar­alt nar­ra que «Des­de allí (des­de Cabu­dare) se des­cubría el sitio lla­ma­do El Cam­pa­men­to, que es una gran casa situ­a­da en el extremo ori­en­tal de la ciu­dad (de Bar­quisime­to). Para subir a aquel pun­to, era pre­ciso, yen­do por el camino real, sufrir los fue­gos del ene­mi­go, pero Bolí­var observó que seme­jante incon­ve­niente se podía evi­tar toman­do la vere­da de Tier­ri­ta Blan­ca, que des­de Cabu­dare con­duce al camino que va de San­ta Rosa a Bar­quisime­to. Por ese ata­jo dis­pu­so subir a la mesa en donde esta­ba situ­a­da la ciu­dad y sin esper­ar los cuer­pos que deberían reunírse­le por reta­guardia, marchó sobre el ene­mi­go sin obstácu­lo has­ta pon­erse bajo sus fuegos».

Jabil­lo real de Cabu­dare en donde acam­pó el Lib­er­ta­dor el 10 de noviem­bre de 1813

El cro­nista Eliseo Sotel­do añade que las fuerzas repub­li­canas disponían de 1.200 hom­bres de infan­tería, algo más de 100 inte­gra­ban la caballería y disponían además de dos piezas de artillería.

«El ene­mi­go era muy supe­ri­or y en todas las armas tenía 2.000 hom­bres de infan­tería, 500 de caballería y 9 cañones».

Un revés ines­per­a­do cuan­do el Lib­er­ta­dor esta­ba ganan­do la batal­la, gen­eró des­or­den en las tropas repub­li­canas: el toque de cor­ne­ta: uno, diez y seis, (que sig­nifi­ca­ba: reti­ra­da) se dejó escuchar, cesan­do el encar­niza­do fuego para empren­der el repliegue, que fue aprovecha­do por Fran­cis­co Ober­to, uno de los coman­dantes real­is­tas más aven­ta­ja­do, y ningún esfuer­zo de Bolí­var y Urdane­ta, evitó la derrota.

Señala Sotel­do que los der­ro­ta­dos tomaron el camino de Cabu­dare, y fueron sal­va­dos de la mor­tal per­se­cu­ción por la opor­tu­na lle­ga­da al sitio de Tara­bana, del Escuadrón Drag­ones de Rivas Dávi­la, coman­da­do por Cristóbal Palavecino.

El 27 de enero

En la segun­da quin­ce­na de noviem­bre de 1817, los veci­nos del sitio de Cabu­dare reci­bieron la bue­na nue­va, que esta­ba pron­to a eri­girse la creación de la Par­ro­quia Ecle­siás­ti­ca y la con­struc­ción de su tem­p­lo mayor.

El 27 de enero de 1818, que es la ante­sala inmedi­a­ta a la creación de la Par­ro­quia Reli­giosa, tiene el sig­nifi­ca­do de ser el día en donde los fieles, los veci­nos, suscri­bieron un doc­u­men­to con el propósi­to de dejar por sen­ta­do que se con­gre­garon en un solar de Cabu­dare, para definir la con­struc­ción del tem­p­lo matriz, la plaza may­or, y en torno a estas, pros­eguir con el crec­imien­to de la futu­ra ciu­dad, más allá de las con­se­cuen­cias legales que ello pudo gener­ar y que gener­aron, porque el man­do del gen­er­al real­ista Pablo Moril­lo, se aper­sonó a esta tier­ra y ordenó cer­rar las pulperías, pero ya Cabu­dare había nacido.

La par­ro­quia ecle­siás­ti­ca de Cabu­dare y su tem­p­lo matriz San Juan Bautista, fueron dec­re­ta­dos el 1º de abril de 1818

Según rig­urosa inves­ti­gación del recor­da­do his­to­ri­ador Tay­lor Rodríguez Gar­cía, excro­nista del munici­pio Palave­ci­no, ese día, 27 de enero, igual­mente, se delim­itó lo que sería el cas­co urbano, sep­a­rán­do­lo de los solares pro­duc­tivos como El Cara­balí, Bureche, El May­al. Se habló tam­bién de la edi­fi­cación de las sedes de los ser­vi­cios públi­cos, y es que éramos tan pequeños, que el primer colum­bario o cemente­rio, estu­vo ubi­ca­do en las már­genes de la hoy Escuela Val­more Rodríguez.

Pese a los anh­e­los de los cabu­dareños de ser recono­ci­dos como pueblo, en 1826, los com­er­ciantes de Bar­quisime­to actu­aron, tras basti­dores, para que Cabu­dare no alcan­zara la jer­ar­quía de pueblo.

Es así entonces como Cabu­dare surgió, entre la Capil­la San­ta Bár­bara y el tem­p­lo matriz San Juan Bautista, bajo la advo­cación de la Vir­gen de La Candelaria.

Los límites de ciudad

El Boletín del Cen­tro de His­to­ria Larense de abril, mayo y junio de 1944, cita que los veci­nos de Cabu­dare se reunieron el 27 de enero de 1818, con “la jun­ta ple­nar­ia” integra­da por el doc­tor Juan de Muji­ca, cura de San­ta Rosa, los dos curas de Bar­quisime­to, pres­bíteros bachiller Sebastián Bueno y José Anto­nio Meleán, el Alférez Real Juan José Alvara­do de la Par­ra y el padre Andrés Tor­rel­las, que rubricó el acta de demar­cación «orde­na­da por el señor gob­er­nador de este obis­pa­do, pro­ced­i­mos a recono­cer el ter­reno que debía desmem­brarse –de San­ta Rosa- para la creación de la nue­va parroquia».

Fron­tis del tem­p­lo San Juan Bautista de Cabu­dare. Cir­ca 1940

Al final del doc­u­men­to se acen­túa que esta «será la exten­sión par­ro­quial del nue­vo cura­to de Cabu­dare y sus límites, los mis­mos que quedan men­ciona­dos, en cuya operación no man­i­fes­taron oposi­ción algu­na los señores curas y se con­for­maron en todo con la expre­sa­da demarcación».

Seguida­mente ‑dice este valiosísi­mo pergamino‑, pro­cedemos a la demostración y reconocimien­to del ter­reno en que debe fun­darse la Igle­sia Par­ro­quial del enun­ci­a­do cura­to, casa públi­ca para la instruc­ción de la juven­tud, y casa para la habitación del cura, y deter­mi­namos que el ter­reno situ­a­do al frente de don Miguel Bernal, hacia la parte del norte, en pos­esión de Los Ordoñes, es el más propósi­to y capaz para fundación…

En el sitio se clavó una cruz como señal de que allí se insta­laría el poder reli­gioso y así quedó escrito y fir­ma­do, el 27 de enero de 1818.

Decir lo con­trario a lo expuesto amer­i­taría nue­va inves­ti­gación, y porque no, que se abra el debate entonces, dado los méto­dos históri­cos son flex­i­bles, por tan­to, bien­venidos a este for­mi­da­ble debate que hemos asum­i­do con pasión.


Fotos: Archi­vo Diario EL IMPULSO, Julio Álvarez Casamay­or, Fran­cis­co Cañiza­les Verde
Fuente: www.CorreodeLara.com

Capil­la de Los Misioneros o del Nazareno. Cabu­dare cir­ca 1990

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

3 comentarios en «El poblado de Cabudare no fue fundado»

  • Muy buen artícu­lo, dig­no para que hoy no este­mos cel­e­bran­do la fecha como si se tratara de una fundación.

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  • Muy buen escrito que plas­ta el edi­tor de esta colum­na me ali­men­to de his­to­ria de cabudare

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