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En Barquisimeto había muchas lagunas

 

Omar Garmendia
Cronista y escritor

Barquisimeto siempre ha sido una ciudad seca, pero no por eso ha dejado de llover. La documentación histórica conservada a lo largo de los años (1562, 1808, 1933, 1981, entre otros), refieren lluvias torrenciales causantes de estragos en diferentes partes de la ciudad


Debido a la topografía par­tic­u­lar de la ciu­dad, des­de tiem­pos remo­tos existían varias depre­siones en las cuales se deposita­ba agua de llu­via o de otros orí­genes for­man­do lagu­nas y descar­gas de que­bradas que a su vez ali­menta­ban las lagu­nas ya exis­tentes. Tam­bién había los zan­jones que dren­a­ban las aguas hacia el norte en direc­ción a la que­bra­da La Ruez­ga y hacia el sur en direc­ción al río Turbio.

En la medi­da que la ciu­dad crecía y la deman­da de ter­renos se hacía exi­gente, las lagu­nas y aun zan­jones, como en el caso del zan­jón Bar­rera, fueron rel­lena­dos o uti­liza­dos como vert­ederos de escom­bros y basura o sitio de aprovechamien­to de arcil­las para la fab­ri­cación de adobes, impi­di­en­do con ello la libre cir­cu­lación de las aguas. Un ejem­p­lo de ello es el de que has­ta hace aprox­i­mada­mente 100 años exis­tió la lagu­na de La Mora, cega­da en 1908, sien­do una de las últi­mas en ser rellenadas.

Varias lagu­nas existían en Bar­quisime­to, unas nat­u­rales y otras arti­fi­ciales, las cuales eran uti­lizadas bien sea para la agri­cul­tura o extrac­ción de mate­r­i­al para la con­struc­ción de vivien­das (bar­ro y fab­ri­cación de adobes).

Las lagu­nas más impor­tantes eran la de Patara­ta, la Mora, la de los Álamo, denom­i­na­da tam­bién las Cua­tro Lagu­nas, de los Muer­tos, la Clara, la Sucia, el pozo Angu­lo, los pozones de Can­tar­rana, la de la calle Real, la lagu­na de Piedra, la de Lev­alle, Lagune­ta y otras de menor enver­gadu­ra, como las que se forma­ban (y en la actu­al­i­dad todavía lo hacen) cada vez que llueve fuerte en la ciu­dad. Una de las más cono­ci­das se sitúa en la car­rera 19 con calle 28, denom­i­na­da des­de antaño con toda razón esquina del Bar­ri­al­i­to; asimis­mo, la de la car­rera 22 con calle 30; otra que se for­ma en la calle 29 con car­rera 22 en la esquina donde esta­ba el otro­ra Come­dor Pop­u­lar, entre otras.

La lagu­na de Patara­ta o La Cié­na­ga, esta­ba ubi­ca­da hacia el noreste de la ciu­dad, entre la aveni­da Lara has­ta lle­gar a los ter­renos donde hoy se encuen­tra la urban­ización Patara­ta, era una inmen­sa lagu­na de dos kilómet­ros de lon­gi­tud abar­can­do lo que hoy es el Par­que del Este y el Cen­tro Com­er­cial Las Trini­tarias, has­ta topar con las Col­i­nas de San­ta Ele­na y sec­tores ady­a­centes. En 1918 en el gob­ier­no del Gen­er­al David Gimón se decretó la con­struc­ción de un ter­raplén para cegar grad­ual­mente la laguna.

La lagu­na de La Mora es de ori­gen muy antiguo y ya fig­ura­ba en un mapa de 1813, es decir un año después del ter­re­mo­to de ese año, para esa época esta­ba situ­a­da en las afueras de la ciu­dad hacia el norte. No era muy pro­fun­da, ape­nas era una depre­sión en la super­fi­cie de la sabana, por lo que, en el año 1831, por ini­cia­ti­va del Alcalde Munic­i­pal, señor Raimun­do Pérez, durante la Gob­er­nación de Bern­abé Planas se pro­cedió a efec­tu­ar los tra­ba­jos de ahon­dar la lagu­na y así aumen­tar el vol­u­men de agua acu­mu­la­da en tiem­po de llu­vias. Pos­te­ri­or­mente fue excava­da en algunos años al aprox­i­marse la estación llu­viosa. El mag­istra­do que más se dis­tin­guió en mejo­rar La Mora fue el gen­er­al Jac­in­to Lara, prócer de la Inde­pen­den­cia en el año 1847. Esta lagu­na se uti­lizó como área de esparcimien­to de la población y en 1908 por orden de las autori­dades se pro­cede a rel­lenarla. En 1952 bajo la admin­is­tración del gob­er­nador Dr. Car­los Felice Car­dot se con­struye la Plaza Juan de Vil­le­gas en esta área.

Las Cua­tro Lagu­nas o de Álamo fueron cegadas en 1844. Antigua­mente era una sola lagu­na y unos años antes existía en ese sitio un inge­nioso apara­to con­stru­i­do a propósi­to para lle­var agua des­de esa lagu­na has­ta las obras de recon­struc­ción de la igle­sia de La Con­cep­ción. Este artilu­gio tenía el curioso nom­bre de “Pan­cra­so”. Sil­va Uzcátegui. (1959:264) expre­sa que en los cruces de las calles de Ayacu­cho (car­rera 18) y de Obis­po (calle 26), se llamó antigua­mente de la lagu­na de Álamo, porque con las llu­vias se forma­ba un enorme pozo que lle­ga­ba has­ta la esquina de la Igle­sia de La Con­cep­ción y el cruce con la calle del Puente o Ilus­tre Amer­i­cano (car­rera 17). Por orden del gob­er­nador Jac­in­to Lara en 1844 al con­stru­irse un ter­raplén para ampli­ar lo largo de las calles de Ayacu­cho y de Obis­po, se dividió la lagu­na en cua­tro más pequeñas. Des­de ese entonces la esquina de la lagu­na de Álamo comen­zó a lla­marse esquina de las Cua­tro Lagu­nas. Con el tran­scur­rir del tiem­po se rel­lenó la zona y se urban­izó el sector.

La lagu­na de Los Muer­tos esta­ba ubi­ca­da al norte del puente Lib­er­ta­dor en la car­rera 19 entre calles 10 y 11, donde dren­a­ba por el zan­jón o caña­da que cruza el mis­mo. Se llam­a­ba “de los muer­tos”, porque se dice que en las cer­canías murieron más de 1.300 patri­o­tas en la con­fusa y ful­mi­nante der­ro­ta en la batal­la de Tier­ri­tas Blan­cas, debido a la errónea inter­pretación de un toque de reti­ra­da de tam­bor o cor­ne­ta. Después de la Batal­la de Tier­ri­tas Blan­cas, los cadáveres fueron lan­za­dos en la lagu­na para no abrir fos­as comunes.

La lagu­na de La Clara era muy útil para los gana­dos que pasta­ban en los alrede­dores de la ciu­dad en las sabanas que se extien­den des­de la población hacia el nordeste, has­ta la que­bra­da de la Ruez­ga. Se llam­a­ba así por sus aguas límp­i­das. Las aguas de San José tenían su cur­so nat­ur­al hacia la lagu­na de La Clara, que existía entre las calles denom­i­nadas Miran­da (car­rera 21) y Bruzual (car­rera 22), en el sitio donde estas son cor­tadas por la calle Escalona (calle 19). Las aguas des­bor­dadas de esta lagu­na seguían su cur­so hacia los ter­renos cenagosos de la lagu­na de La Sucia.

Lagu­na de La Sucia. Había por lo menos dos lagu­nas con ese nom­bre. Una de ellas esta­ba situ­a­da más próx­i­ma a la ciu­dad, des­de la esquina for­ma­da por la car­rera 21 con calle 21 (esquina de La Sucia) has­ta la esquina de la car­rera 21 con la calle 22 (esquina de La Máquina). Se llam­a­ba así por ser sus aguas pan­tanosas, oscuras, ubi­ca­da en ter­renos cenagosos. La otra lagu­na Sucia se encon­tra­ba en direc­ción de la Cié­na­ga o lagu­na de Patara­ta, en los alrede­dores de las calles 8 y 9 hacia la aveni­da Venezuela.

El pozo Angu­lo era una depre­sión que acu­mu­la­ba agua de llu­via y otras escor­ren­tías. Exis­tió en la esquina con­for­ma­da por la car­rera 24 con calle 48, hacia la esquina noroeste del Cemente­rio de Bel­la Vista.

Los pozones de Can­tar­rana, ubi­ca­dos en la calle 35 entre las car­reras 23 y 24. Estos pozones surgieron del aprovechamien­to de la arcil­la para la fab­ri­cación de adobes des­ti­na­dos a la con­struc­ción de vivien­das. Eran pozos pro­fun­dos, lo que con­sti­tuía un peli­gro sobre todo para los mucha­chos y niños, por lo que en 1925 el Con­ce­jo Munic­i­pal orde­na la clausura y cegamien­to de estos pozos.

El pozo de Tejería, que era bas­tante pro­fun­do y la gente del sec­tor uti­liz­a­ba para bañarse y hubo var­ios ahoga­dos. Qued­a­ba en el sitio que hoy ocu­pa el actu­al Hos­pi­tal Pediátri­co y la zona del Cen­tro Com­er­cial ARCAY se extendía has­ta la calle 22 y la aveni­da Var­gas, la aveni­da Lib­er­ta­dor y la car­rera 31. 

La lagu­na de la Calle Real exis­tió has­ta la déca­da de los años 30 y esta­ba situ­a­da en la car­rera 19 con calles 36 has­ta la 38. Se ali­menta­ba de las aguas de llu­via que provenían del oeste.

La lagu­na de Piedra era un reser­vo­rio de aguas plu­viales prove­nientes de Loma de León. Se situ­a­ba en la zona com­pren­di­da entre las car­reras 18 y 19 con calles 43 a la 49 y el agua se estanca­ba prin­ci­pal­mente en la calle 43 y car­rera 18 has­ta la calle 49 y des­de el calle­jón 13‑B a la car­rera 19. El cen­tro de esta lagu­na se encon­tra­ba entonces donde hoy está la igle­sia de San Agustín.

La lagu­na de Lev­alle tuvo su ori­gen en los ter­renos pri­va­dos de una famil­ia Oroz­co en 1928, ubi­ca­dos entre las car­reras 18 a la 21 con calles 50 y 54. En dicha pos­esión cavaron un pozo grande que luego se con­ver­tiría en lagu­na de Levalle.

La Lagune­ta, aunque no se conoce lugar exac­to de su ubi­cación, de ella se hace men­ción que en ese lugar se con­struyó la capil­la de San Rafael y en la déca­da de 1950 la capil­la fue demol­i­da y se con­struyó la igle­sia de Bar­rio Nue­vo. El ter­reno des­ti­na­do para lev­an­tar la capil­la era ane­gadi­zo y las aguas sobrantes se dirigían a otra lagu­na cer­cana lla­ma­da de La Vera entre los calle­jones 13 y 14 de esa zona.

LOS CURSOS DE AGUA

En cuan­to a las que­bradas, el más sig­ni­fica­ti­vo cur­so de agua, después del río Tur­bio, es la que­bra­da La Ruez­ga una de las más impor­tantes de Bar­quisime­to, recep­to­ra del 70 % de las aguas de llu­via y atraviesa la ciu­dad de oeste a este en su pen­di­ente nat­ur­al. La que­bra­da La Ruez­ga nace en los cer­ros de Durigua y el cer­ro Por­tachue­lo de Pavia y en su recor­ri­do toma como aflu­entes la que­bra­da el Mamón, Hati­co, la India, el Totu­mo, Mos­quera, Barure, los Ran­chos y el Tigre, para descar­gar final­mente en el río Tur­bio. Además de ello, descar­gan el Malecón y el Bocoy.

Entre algunos de los impor­tantes drena­jes antigu­os se encuen­tra el lla­ma­do Bocoy, de muy antigua exis­ten­cia, pues figu­ra en el mapa de 1813, que comen­z­a­ba en la esquina del Bar­ri­al­i­to, cor­ría por la aveni­da 20 o Com­er­cio, dobla­ba hacia el norte por la calle 25 y lle­ga­ba has­ta la lagu­na de La Mora. Actual­mente recoge el agua del cen­tro de la ciu­dad y por tuberías lle­ga has­ta la aveni­da Los Abo­ga­dos y des­de el Par­que Barari­da con­tinúa como canal para descar­gar en la que­bra­da La Ruezga.

Hay que hac­er notar que las canal­iza­ciones antiguas se hacían de ladril­los con techo aboveda­do, pues no existían las tuberías como las cono­ce­mos actual­mente, como es el caso de la que exis­tió en la aveni­da 20 prove­niente de este Bocoy (lla­ma­do tam­bién de Blohm), des­cu­bier­to durante los tra­ba­jos de Transbarca.

El dren El Malecón comien­za su recor­ri­do en la que­bra­da La Ruez­ga, se dirige por la calle 29 en for­ma de canal embaula­do conec­ta­do a las tuberías que bajan des­de el par­que Ayacucho.

Para 1970 se canal­izó la que­bra­da La Ruez­ga des­de la car­retera que va a Dua­ca en direc­ción a las Trini­tarias y hacia la antigua car­retera a Cara­cas (vía El Ujano), has­ta desem­bo­car en la que­bra­da Guarda­gal­lo, lla­ma­da tam­bién Car­dul­lo, hacia el valle de las Damas.

Parte de la que­bra­da La Ruez­ga está canal­iza­da en con­cre­to des­de el puente de la car­retera a Dua­ca has­ta el puente del Trompil­lo. Es de hac­er notar que con esta canal­ización se rec­ti­ficó el cauce, elim­i­nan­do las cur­vas o mean­dros para dar­le una alin­eación más rec­ta, orig­i­nan­do con ello la creación de las urban­iza­ciones Ruez­ga Norte y Ruez­ga Sur.

En 1971 se desar­rol­la el canal de drena­je de Fun­dalara que descar­ga hacia el norte a la que­bra­da La Ruez­ga. El canal de Fun­dalara recoge las aguas de llu­via de la urban­ización Los Lib­er­ta­dores, aveni­da Los Leones, aveni­da Venezuela y el pro­pio canal de Fun­dalara, urban­ización San­ta Ele­na y parte de la urban­ización Nue­va Segovia.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

2 comentarios en «En Barquisimeto había muchas lagunas»

  • Exce­lente rela­to!! muchas gra­cias por compartir…

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  • Exce­lente saber la ubi­cación de las antiguas lagu­nas para así com­pren­der el recor­ri­do de las aguas de llu­vias en la ciu­dad. Me gus­taría saber que zonas en la actu­al­i­dad forma­ban parte de la Lagu­na La Mora. Gra­cias por com­par­tir tan intere­sante información.

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