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Pedro León Torres y sus hermanos murieron por la independencia

 

Juan José Peralta
Periodista


Cuando escuchamos en la voz de la ignorancia llamar a la plaza Pedro León Torres de Barquisimeto como de la moneda, sentimos pena por la ignorancia y el desconocimiento de nuestro pasado y de los héroes que protagonizaron y hasta ofrendaron sus vidas para darnos nacionalidad.

Hace var­ios meses la alcaldía de Irib­ar­ren remod­eló la pequeña pla­zo­le­ta ded­i­ca­da al héroe de Are­nales ubi­ca­da frente a la actu­al sede de la gob­er­nación del esta­do Lara. A los libreros allí insta­l­a­dos les aco­modaron su ilustra­da des­or­ga­ni­zación en boni­tos y col­ori­dos anaque­les de una libr­ería a cielo abier­to, para dar­le un toque de orden al viejo mon­tón de libros y revis­tas que ocu­pan este espa­cio hace buen tiem­po, en muchos casos rincón para hal­lar el tex­to esco­lar o uni­ver­si­tario desa­pare­ci­dos de las ven­tas for­males de libros o la vie­ja nov­ela extravi­a­da de los catál­o­gos tradi­cionales. Allí quizás tam­bién encon­tremos las revis­tas de modas de antiguas colec­ciones y unas cuan­tas curiosi­dades, sor­pre­sas edi­to­ri­ales traspa­peladas en sus anaqueles. 

Plaza de los libreros es comun­mente lla­ma­da. Tam­bién se le cono­ció como plaza de la Mon­e­da, pero real­mente su nom­bre es en hon­or al gen­er­al Pedro León Torres

Se logró una nue­va cara a esta pequeña plaza ocu­pa­da por el bronce a un gen­er­al héroe de la inde­pen­den­cia de ges­ta descono­ci­da, don­a­da en 1940 por la munic­i­pal­i­dad de su región natal. Muchos en su igno­ran­cia o por facil­is­mo e inmedi­atismo la lla­man plaza de la mon­e­da, por un viejo edi­fi­cio de ese nom­bre ubi­ca­do en una orilla.

Tras com­pro­bar entre los con­ter­tulios de la ocasión el desconocimien­to del héroe, vale la pena sen­tarse a la som­bra de sus pocos árboles y resumir en una cróni­ca su valen­tía en la lucha por la eman­ci­pación. Y la de sus her­manos, tan valientes como él.

El último combate

Tenía unos dos meses de haber cumpli­do 34 años, cuan­do murió en un hos­pi­tal real­ista de Yacuan­quer, en Colom­bia, de las heri­das sufridas en su últi­mo com­bate en Bom­boná donde peleó con la may­or for­t­aleza luego de un error al incumplir una orden del Lib­er­ta­dor, quien lo con­sigu­ió con sus tropas almorzan­do mien­tras los real­is­tas ocu­pa­ban la col­i­na que le había man­da­do tomar.

Enfure­ci­do Bolí­var le pidió la espa­da y la par­tió al lla­mar­lo indig­no de servir a la patria, releván­do­lo del man­do. Tor­res le arrancó el fusil a un sol­da­do y le respondió que si no podía servir como gen­er­al, le per­mi­tiera hac­er­lo como sol­da­do. El Lib­er­ta­dor le entregó su propia espa­da y le devolvió el man­do. Tor­res comandó los batal­lones que atac­aron frontal­mente con grandes bajas, sien­do él mis­mo heri­do y toma­do pri­sionero por los españoles. No se recu­peró de las heri­das y murió el 22 de agos­to de 1822.

Antigua fotografía de la cono­ci­da Plaza de la Mon­e­da de Bar­quisime­to. Foto: Colec­ción de la Fun­dación Fotote­ca de Barquisimeto

Pedro León Tor­res, cuyo apel­li­do nom­bra a uno de los nueve munici­p­ios larens­es –el de may­or super­fi­cie en la enti­dad– se unió tem­pra­no a la lucha repub­li­cana jun­to a sus seis her­manos, lla­ma­dos Los Siete Infantes de Lara o Los siete Macabeos de la Independencia.

Sólo uno sobre­vivió a la guer­ra, el coro­nel Fran­cis­co José del Rosario (1790–1850). El resto murió en ple­na juven­tud: el coman­dante Juan Asis­clo (1783–1813) de trein­ta años en Bobare, el teniente coro­nel Bruno del Rosario (1785–1820) en la Cam­paña de Guayana, el capitán Miguel María (1793–1814) a los vein­tiún años en el ase­dio de San­ta Fe de Bogotá; Bernardi­no Anto­nio (1796–1814) a los diecio­cho años fusila­do por los real­is­tas cer­ca de Sarare y Juan Bautista (1789–1814) a los vein­ticin­co años quien perdió la vida en el asalto a Barquisimeto.

El de may­or jer­ar­quía, gen­er­al Pedro León Tor­res, fue nom­bra­do por Bolí­var, en 1822 Jefe del Ejérci­to del Sur, desta­ca­do para some­ter Popayán y la encona­da resisten­cia de los habi­tantes de San Juan de Pasto.

El valiente gen­er­al de la causa patri­o­ta, Pedro León de la Trinidad de la Torre y Arrieche, nació en Are­nales, pueblo veci­no a Caro­ra, el 25 de junio de 1788 y muy joven –de 21 años, en 1810– se unió al ejérci­to libertador.

Siete héroes de Arenales

Al paso por Caro­ra del Ejérci­to Expe­di­cionario del mar­qués del Toro para some­ter a la Provin­cia de Coro en rebeldía con­tra la Jun­ta Supre­ma, después del 19 de abril de 1810, Pedro León y sus her­manos se le incor­po­raron. De regre­so a su pueblo se le nom­bró capitán de la Com­pañía de Are­nales y Atarigua. Al inten­tar sofo­car la deser­ción del indio Reyes Var­gas fue hecho pri­sionero y envi­a­do a Puer­to Rico en 1812, devuel­to a Venezuela para enjui­cia­r­lo fue puesto en lib­er­tad al año sigu­iente.

Al ini­ciar el coro­nel Simón Bolí­var la Cam­paña Admirable en 1813, los her­manos Tor­res se unieron a sus tropas y par­tic­i­paron en los com­bat­es de Los Hor­cones, Niq­ui­tao, Los Taguanes, San Mateo, Arau­re y la primera batal­la de Carabobo. Cuan­do la segun­da repúbli­ca cayó tras la der­ro­ta de La Puer­ta, el coman­dante Pedro León emi­gró a la Nue­va Grana­da, con los restos del ejérci­to patri­o­ta al man­do del gen­er­al Rafael Urdaneta.


Bajo las órdenes de Bolí­var, Pedro León Tor­res, ven­ció en Bogotá al dic­ta­dor Álvarez en diciem­bre de 1814. Par­ticipó en el ase­dio de Carta­ge­na de Indias, en defen­sa del fuerte San Felipe, irremis­i­ble­mente toma­do por los real­is­tas coman­da­dos por el gen­er­al Pablo Moril­lo en diciem­bre de 1815. Con cora­je rompió el cer­co y huyó a Jamaica


Con la ayu­da del pres­i­dente haitiano Ale­jan­dro Petión, Bolí­var a la cabeza, en 1816 los patri­o­tas orga­ni­zaron la Expe­di­ción de los Cayos y tras el fra­ca­so en Ocumare de la Cos­ta for­mó parte de la Reti­ra­da de los Sei­scien­tos con Gré­gor Mac­Gre­gor y Car­los Soublette.

En 1817 en la batal­la de San Félix fue ascen­di­do a gen­er­al de briga­da por Manuel Piar y después for­mó parte como vocal del tri­bunal de guer­ra que lo sen­ten­ció a muerte en Angos­tu­ra. Fue gob­er­nador de las for­t­alezas de Guayana y diputa­do al Con­gre­so de Angos­tu­ra en 1819. Es una pena que ni siquiera los habit­uales vis­i­tantes de esta plaza conoz­can las glo­rias del gen­er­al Tor­res y bien val­dría la pena –tarea para el Cro­nista ausente y clan­des­ti­no– se colo­cara en una pla­ca de már­mol o una humilde cartel­era un resumen biográ­fi­co de este valeroso gen­er­al que jun­to a sus her­manos ofrendó su vida para darnos nacionalidad.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «Pedro León Torres y sus hermanos murieron por la independencia»

  • La Alcaldía de Irib­ar­ren, inclu­so su natal de su nom­bre, deberían colox­car en esta plaza un resumen biográ­fi­co para dar a cono­cer a sus vis­i­tantes las glo­rias de este héroe que ofrendó su vida por la eman­ci­pación de Venezuela.

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