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José Gil Fortoul Ministro de Instrucción Pública en 1912

 

Omar Garmendia
Escritor e investigador

FUE GRACIAS AL GUSTO común por los caballos que hacia mediados de 1911 José Gil Fortoul comienza su relación personal con Juan Vicente Gómez. Esta proximidad hacia el jefe del Estado fue la vía de acceso para ingresar a los altos cargos del sector público, por lo que, a fines de julio de 1911, luego de la reforma del gabinete por parte de Gómez, es nombrado Ministro de Instrucción Pública, cargo que habrá de ejercer hasta el 29 de abril de 1912, culminando con la propuesta de un proyecto de reforma educativa calificado como muy avanzado para la época.

Con­viene recor­dar que Gil For­toul for­mó parte de la gen­eración que se for­mó bajo la influ­en­cia de Rafael Villav­i­cen­cio y Adol­fo Ernst. Con este últi­mo asis­tió y cursó durante tres años a sus clases de His­to­ria Nat­ur­al. En su época de estu­di­ante escribió artícu­los en diar­ios como El Tiem­po, y El Con­sti­tu­cional. For­mó parte de la Sociedad Ami­gos del Saber. Entre 1891- 1899 vive en var­ios país­es europeos y antes de con­cluir el siglo XIX era autor de varias obras que le dieron rep­utación: Filosofía Con­sti­tu­cional (1890); Filosofía Penal (1891). La His­to­ria Con­sti­tu­cional de Venezuela, una de sus obras más impor­tantes, la cual comen­zó a pub­licar en 1906, por encar­go del gob­ier­no del pres­i­dente Igna­cio Andrade (1898–1899). En 1910 regre­sa a Venezuela.

Ideas educativas

Gil For­toul había ya trata­do el tema educa­ti­vo. A par­tir de 1894 ini­ció su colab­o­ración en las pági­nas de El Cojo Ilustra­do, impor­tante pub­li­cación en la que se trataron temas lit­er­ar­ios, económi­cos, cien­tí­fi­cos del país o de otras lat­i­tudes. Sus artícu­los aparecieron en la colum­na Car­tas a Pas­cual, per­son­aje imag­i­nario a quien en esti­lo colo­quial le exponía los más diver­sos temas des­de la per­spec­ti­va euro­pea, de las naciones mod­er­nas. En esas Car­tas a Pas­cual no faltó la mor­daz críti­ca de Gil For­toul a la man­era como fun­ciona­ban nue­stros cole­gios y uni­ver­si­dades. Afir­mó, como otros vene­zolanos del siglo XIX, que en Venezuela abund­a­ban los doc­tores, mien­tras que era muy evi­dente la caren­cia de pro­fe­sion­ales en las “cien­cias exper­i­men­tales y apli­cadas”, con lo que no hacía sino replantear una cuestión ya expues­ta por nue­stros ilustra­dos de la primera mitad del siglo XIX.

 


Foto poco cono­ci­da del Dr José Gil For­toul publicada 
en El Cojo Ilustrado

 

 

En con­se­cuen­cia, pro­pu­so Gil For­toul con­ver­tir nue­stros Cole­gios Fed­erales en Escue­las Nacionales de quími­ca, físi­ca, biología, agronomía, cría y com­er­cio. Aho­ra bien, cuan­do abor­da la edu­cación de las élites, la uni­ver­si­taria, pro­pone que los jóvenes se eduquen en Inglater­ra, Ale­ma­nia y Fran­cia, porque en estas naciones edu­carían su vol­un­tad, el pen­samien­to y la ele­gan­cia. Tam­bién recomien­da España, Italia y Gre­cia, por ser fuentes de la cul­tura lati­na. La edu­cación uni­ver­si­taria, sin duda, la con­ce­bía des­de la per­spec­ti­va de las minorías.

Con una comisión de téc­ni­cos, Gil For­toul elaboró el primer Códi­go de Instruc­ción Públi­ca de Venezuela y quienes dis­cutieron el impor­tante proyec­to, desta­ca­ba el mae­stro Rómu­lo Gal­le­gos, que des­de las pági­nas de la Alb­o­ra­da, había demostra­do juve­nil interés por la educación

Expre­sa que la instruc­ción pri­maria es la base de todo el sis­tema educa­ti­vo, por lo que pro­pone intro­ducir refor­mas en cuan­to a la for­ma­ción de los mae­stros, de modo que, en su con­cep­ción educa­ti­va, se estableciera la docen­cia como una pro­fe­sión, con for­ma­ción téc­ni­ca, bue­na remu­neración y con cri­te­rios de selec­ción como las de otras pro­fe­siones como los médi­cos o los inge­nieros. Pro­pone, a su vez, la necesi­dad de con­tratar per­son­al téc­ni­co extran­jero y en algunos casos, enviar a vene­zolanos a cur­sar estu­dios de ped­a­gogía avan­za­da en otros países.

Código de Instrucción Pública

Sien­do el doc­tor José Gil For­toul Min­istro de Instruc­ción Públi­ca en 1912, asis­ti­do por la com­pe­ten­cia de su car­go se dis­pu­so elab­o­rar el Primer Códi­go de Instruc­ción que rigió en el país. Con una comisión de téc­ni­cos elaboró el proyec­to, que, antes de some­ter­lo al par­la­men­to, lo dis­cu­tió en su pro­pio despa­cho con mae­stros, pro­fe­sores y per­sonas intere­sadas en la mate­ria. Entre los asis­tentes se desta­ca­ba el mae­stro Rómu­lo Gal­le­gos, que, des­de las pági­nas de la Alb­o­ra­da, había demostra­do juve­nil interés por la educación.

Este Códi­go de Instruc­ción Públi­ca demues­tra un afán reformista y trans­for­mador edu­ca­cional que trata­ba de pon­er en orden los aspec­tos admin­is­tra­tivos y téc­ni­cos de la edu­cación. Era indis­pens­able, pues, adap­tar la edu­cación a las necesi­dades del país, requeri­do urgen­te­mente de pro­fe­sion­ales y téc­ni­cos para aten­der su riqueza ganadera y agrí­co­la. Se establecía sobre bases cien­tí­fi­cas la rama de edu­cación pri­maria, con orden y unidad, se ech­a­ban las bases del Esta­do Docente y el sis­tema educa­ti­vo se con­ce­bía sobre una afir­ma­ción de prin­ci­p­ios cien­tí­fi­cos y téc­ni­cos para la implantación de una mejor docencia.

El Códi­go de Instruc­ción Públi­ca de Gil For­toul prob­a­ble­mente, no esta­ba al alcance de la men­tal­i­dad pre­dom­i­nante en la época, sien­do su lóg­i­ca con­se­cuen­cia, entre otros hechos, que la Corte Fed­er­al y de Casación, el 14 de diciem­bre de 1914, en sen­ten­cia defin­i­ti­va, anuló el cita­do Códi­go por con­sid­er­ar que ese orde­namien­to jurídi­co vio­la­ba la Con­sti­tu­ción de la Repúbli­ca porque intenta­ba menoscabar, supues­ta­mente, la garan­tía de la lib­er­tad de enseñanza.

Sin embar­go, la refor­ma de Gil For­toul de 1912 y durante la actuación de Felipe Gue­vara Rojas en 1914, tuvo su con­tinuidad en la direc­triz téc­ni­co-pedagóg­i­ca con la creación de las escue­las grad­u­adas, ya sug­eri­das por Mar­i­ano Blan­co y Julio Cas­tro en los días del septe­nio guz­mancista  y la intro­duc­ción de pro­gra­mas para la enseñan­za pri­maria, debidas a las impor­tantes  ini­cia­ti­vas refor­mado­ras de la edu­cación, que la con­cep­ción pos­i­tivista con­tribuiría a ensan­char la cul­tura nacional con grandes reper­cu­siones en la vida social del país.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «José Gil Fortoul Ministro de Instrucción Pública en 1912»

  • Opino que, el proyec­to Dr. Gil For­toul como Min­istro de Instruc­ción„ sal­vo pre­tender con­ver­tir en ley lo que él o sus his­to­ri­adores lla­man =su proyec­to”, si se com­para con el detal­la­do doc­u­men­to que su pre­de­ce­sor Samuel Darío Mal­don­a­do pre­sen­ta a diputa­dos y senadores en 1909, nada en el proyec­to de Gil For­toul aparece como nuevo

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