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Julio Garmendia: Un maestro del cuento

Dalí Álvarez
Biógrafo

En Venezuela podemos apre­ciar un número sig­ni­fica­ti­vo de plazas, par­ques, insti­tu­ciones educa­ti­vas, entre otros lle­van el nom­bre de algún prócer mil­i­tar, igual ocurre cuan­do se real­iza un estu­dio de la vida y obra de un personaje.

Cono­ce­mos mucho sobre Jac­in­to Lara, Pedro León Tor­res, José Trinidad Moran, Flo­ren­cio Jiménez, Rafael Urdane­ta, José Anto­nio Páez, entre otros. Pero ¿Qué tan­to cono­ce­mos a los per­son­ajes civiles? Hom­bres como: José Ángel Álamo, Juan de Dios Ponte, Pas­tor Oropeza, Tri­no Oroz­co, Rafael Monas­te­rio, Julio Gar­men­dia, Sal­vador Gar­men­dia, Rafael Cade­nas, y muchos más.

En este artícu­lo abor­dare­mos breve­mente a un hom­bre como lo fue Julio Gar­men­dia Mur­ri­eta, per­son­aje intro­ver­tido, intere­sante, cul­to que aportó mucho a la lit­er­atu­ra uni­ver­sal. Nació en El Tocuyo, esta­do Lara el 9 de enero de 1898 fue escritor, diplomáti­co y peri­odista, hom­bre de gran opu­len­cia económi­ca, soli­tario y sol­i­dario, analíti­co, estu­dioso y gran lec­tor; es con­sid­er­a­do uno de los mejores cuen­tis­tas de His­panoaméri­ca, vivió en su Tocuyo natal, Bar­quisime­to, Cara­cas, Fran­cia e Italia y nue­va­mente Caracas.

Des­de muy tem­prana edad pub­li­ca artícu­los en los diar­ios Eco Indus­tri­al, El Impul­so y El Uni­ver­sal. Pos­te­ri­or­mente pub­li­ca en los diar­ios el her­al­do, la revista Bil­liken de Cara­cas y Fan­toches. En Italia fue Cón­sul en la ciu­dad de Géno­va. Estar lejos de su país le da una visión difer­ente de Venezuela, igual­mente está en una sociedad intro­ver­ti­da y tal vez esto lo bus­ca­ba para sen­tirse más com­pen­e­tra­do con su narrativa.

Europa le per­mitía recor­dar su infan­cia y juven­tud, encon­trarse con­si­go mis­mo y den­tro de esa soledad reflex­ionara y tuviera las her­ramien­tas para la con­struc­ción de su nar­ra­ti­va fan­tás­ti­ca. Gar­men­dia incur­sionó en la cróni­ca, críti­ca lit­er­aria, la poesía y su maestría la desar­rol­ló con el cuen­to. Entre sus poe­mas se encuen­tra: A Berenice, Empre­sa, Ella, Mañanas, Los Pinos, El par­que, Mi cru­el ami­ga, Men­saje, Los caminos celestes, Medi­anoche, La esfin­ge, tarde Aldeana, Jesús, Envío, Voces de la cei­ba, El jazmín, Adiós a la vida, entre otros.

Sin duda algu­na Julio Gar­men­dia es uno de los arqui­tec­tos del cuen­to en His­panoaméri­ca. Posee un dis­cur­so impeca­ble, de gran imag­i­nación, sen­cil­lo  atra­pan­do al lec­tor de una man­era inte­gral. Según Orlan­do Arau­jo en artícu­lo tit­u­la­do En bus­ca del reino per­di­do, pub­li­ca­do en el libro Julio Gar­men­dia ante la críti­ca edi­ta­do por Monte Ávi­la edi­tores en la pág. 63 señala:

“Julio Gar­men­dia es un espía de mun­dos inad­ver­tidos, de per­son­ajes inefa­bles, de rela­ciones insól­i­tas en una casa de pen­sión, en una frutería, en la penum­bra de una igle­sia, o en la tur­ba­da paz de un cementerio” 

Julio Gar­men­dia, peri­odista y diplomático

Gar­men­dia ini­cia un esti­lo que rompe con lo tradi­cional y apor­ta a la lit­er­atu­ra lo mági­co-fan­tás­ti­co. Guachi­ron­go es un cuen­to cor­to, es una cróni­ca de la ciu­dad, es la exaltación a la nat­u­raleza por medio del crepús­cu­lo, es un per­son­aje que sobre­vive a la mis­e­ria ven­di­en­do gri­tos, su locu­ra la sacia­ba hablan­do con las nubes, se con­vir­tió en leyen­da popular.

Gar­men­dia ligó lo real con lo irre­al de tal man­era que todo parece real. Tam­bién se encuen­tra de este autor “Man­zani­ta” donde las fru­tas hablan entre si de una man­era tan fres­ca y cotid­i­ana como lo hace­mos lo seres humanos, en este cuen­to hay pro­fun­dos ele­men­tos nacional­ista en defe­sa de lo vene­zolano, además de val­o­rar nues­tras capaci­dades y acep­tarnos tal y como somos.

“El médi­co de los muer­tos”, “Visi­ta al infier­no”, “Una inolvid­able fotografía”, “El cuar­to de los duen­des”, “Las dos che­li­tas”, “La pequeña Inmac­u­la­da”, “Gusano de luz”, “La men­ción”, “El cuen­to fic­ti­cio”, “La Tuna de Oro”, “La tien­da de muñe­cos”, “El cuar­to de los duen­des”,“ la men­ción”, “ La empana­da”, “ El señor mar­tillo”, “ Una inolvid­able fotografía” entre otros…

En el caso del tex­to inti­t­u­la­do “El regre­so de Toñi­to Espar­ragosa (con­ta­do por él mis­mo)” nos pre­gun­ta­mos ¿es un cuen­to largo o un nov­ela cor­ta?, tema que es muy debat­i­ble en el cam­po de la lit­er­atu­ra; de lo que sí esta­mos seguros es de su alta cal­i­dad nar­ra­ti­va. Es impor­tante resaltar los autores de su ame­na bib­liote­ca: Mark Twain, Fedor Dos­toy­ws­ki, Antón Chejov, León Tol­stoi, Cesar Valle­jo, Hora­cio Quiroga, entre otros.

El real­is­mo fan­tás­ti­co y real­is­mo mági­co cuyos autores ten­emos a hom­bres como Arturo Uslar Pietri, Ale­jo Car­pen­tier, Miguel Ángel Asturias, Gabriel Gar­cía Márquez, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar o un Juan Rul­fo; ya Julio Gar­men­dia ante­cedió a todos estos per­son­ajes con Tien­da de muñe­cos y el cuar­to de los duen­des por citar dos extra­or­di­nar­ias joyas de la cuen­tis­ti­ca. Con este últi­mo cuen­to se ade­lan­tó a los crono­pios de del teatro de París de Cortázar. 

Jesús Sem­prum dijo en el pról­o­go a la primera edi­ción de Tien­da de Muñe­cos en 1925, pub­li­ca­do dos años después: “La fan­tasía de Gar­men­dia deno­ta poseer un ínti­mo orden lógi­co que le imprime a su pro­duc­ción cier­ta unidad intrínse­ca, la con­sis­ten­cia de una obra engen­dra­da en la per­se­ver­ante cav­i­lación, no for­tuita­mente con­ce­bi­da deva­neos de fiebre literaria.”

Cabe pre­gun­tarse ¿Por qué Julio Gar­men­dia no es cono­ci­do como los escritores antes men­ciona­do? Hay que leer a nue­stros pro­pios autores y val­o­rar­los en el estric­to sen­ti­do de la pal­abra. Tal vez Julio Gar­men­dia un hom­bre cuya soledad mar­có su vida per­son­al y su vida lit­er­aria, no tiene la con­no­tación debi­da por ser hom­bre de provin­cia o por no prestarse a com­plac­er a las editoriales.

O sim­ple­mente porque escribió para sí mis­mo. Gar­men­dia solo llegó a pub­licar en vida dos libros, los ya men­ciona­dos Tien­da de muñe­cos (1927) y Tuna de Oro (1951), donde se encuen­tran var­ios de sus relatos.

Tem­p­lo Inmac­u­la­da Con­cep­ción de El Tocuyo

Las demás piezas que hemos leí­do del mae­stro son pub­li­ca­ciones pos­te­ri­ores a su muerte. Estos tra­ba­jos fueron pub­li­ca­dos gra­cias a su albacea, ami­go, admi­rador y bió­grafo el pro­fe­sor Oscar Sam­bra­no Urdane­ta, a quien Hil­da Kehrig, com­pañera sen­ti­men­tal de Gar­men­dia, le da los bor­radores orig­i­nales de sus textos.

Estu­di­ar la his­to­ria del cuen­to en Venezuela y no men­cionar a Julio Gar­men­dia es como hablar de la vida en la tier­ra y no men­cionar a la atmós­fera. Gar­men­dia es galar­don­a­do con el Pre­mio Nacional de Lit­er­atu­ra en 1974. En 2005 es inclu­i­do en el catál­o­go de pat­ri­mo­nio cul­tur­al de Venezuela como Pat­ri­mo­nio cul­tur­al de nue­stro país den­tro de la cat­e­goría de la creación indi­vid­ual. Don Julio Gar­men­dia muere en Cara­cas el 9 de julio de 1977.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «Julio Garmendia: Un maestro del cuento»

  • Yo aprendí con uno de sus cuen­tos Man­zani­ta, me mar­có. Gracias

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