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La pistola Luger en la historia venezolana

Luis Heraclio Medina Canelón
Historiador

Ya son casi 120 años de la aparición de la pistola mas famosa de la historia de la humanidad: la legendaria “Luger”.  La centenaria pistola, llamada también “parabellum” que traduce del latín: para la guerra


La pis­to­la Luger, se con­struyó en Ale­ma­nia des­de prin­ci­p­ios de siglo XX has­ta 1944; primera­mente fue el arma de dotación de la mari­na (P‑04 por el año adop­ción por la fuerza naval: 1904) y del  ejérci­to alemán (P‑08, adop­tadas en 1908) , pasan­do luego a ser adop­ta­da por las fuerzas armadas o poli­ciales de muchos país­es y se hizo famosa por su for­t­aleza y pre­cisión, inmor­tal­izán­dose por abun­dante lit­er­atu­ra y en el cine y la tele­visión, donde es recono­ci­da has­ta por los menos enter­a­dos en mate­ria de armas por su incon­fundible silue­ta. El no menos famoso cal­i­bre 9mm fue dis­eña­do espe­cial­mente para esa pis­to­la, que fue fab­ri­ca­da con tres lon­gi­tudes de cañón: 10cm  (mod­e­lo stan­dard,) 14 cm (mod­e­lo naval ó P04) y 19 cm mod­e­lo de artillería.

Aho­ra bien, pese a que como se dijo, se adop­tó en muchos ejérci­tos y policías del mun­do, en nue­stro país ofi­cial­mente nun­ca fue arma de dotación. Pese a que el dic­ta­dor Juan Vicente Gómez era un recono­ci­do ger­manó­fi­lo, durante sus lar­gos 27 años de gob­ier­no, las fuerzas armadas con­tin­uaron uti­lizan­do los antigu­os revólveres como arma­men­to reg­u­lar y no pis­to­las, quizás debido a que el viejo man­datario era poco ami­go de novedades en cuan­to al arma­men­to indi­vid­ual; tan­to así que prefer­ía los antigu­os fusiles máuser de un solo tiro antes que los mod­er­nos de repeti­ción, pese a las opin­iones de sus asesores militares.

Pero la “Luger” vino a com­bat­ir en manos de guer­reros vene­zolanos en uno de los episo­dios mas fasci­nantes de nues­tra his­to­ria contemporánea:

El gen­er­al Román Del­ga­do Chal­baud, después de sufrir lar­gos doce años de cru­el prisión en La Rotun­da, había sido lib­er­a­do y ráp­i­da­mente via­jó a Europa, donde no tardó en preparar una expe­di­ción a Venezuela para tratar de der­ro­car a su com­padre y aho­ra archiene­mi­go Juan Vicente Gómez. 

En el viejo con­ti­nente logró reunir a su lado a gran can­ti­dad de los vene­zolanos exil­i­a­dos deseosos de depon­er a la tiranía.  Invir­tió lo que le qued­a­ba de su pat­ri­mo­nio y jun­to a otros aportes económi­cos preparó la invasión.  Entre muchos otros lo acom­paña­ban el escritor valen­ciano José Rafael Pocater­ra y el joven estu­di­ante uni­ver­si­tario Arman­di­to Zuloa­ga Blan­co, miem­bro de una de las famil­ias mas promi­nentes de Cara­cas,  así como Rafael Vega, Juan Col­menares,  Car­los Del­ga­do Chal­baud, Eduar­do Urdane­ta y Car­los Men­doza, entre otros .

Del­ga­do Chal­baud no esca­timó esfuer­zos ni gas­tos.  Com­pró un buque, el “Falke” y para equipar a su ejérci­to expe­di­cionario adquir­ió el mejor arma­men­to que pudo con­seguir en Europa; 2.000 mod­er­nos fusiles máuser, 25 cara­bi­nas máuser, 2 ame­tral­lado­ras y por supuesto,  las mejores pis­to­las que pudo con­seguir:  un lote de 25 pis­to­las Luger para­bel­lum y 20.000 balas para las mismas.

El 11 de agos­to de 1929 Del­ga­do Chal­baud desem­bar­có con la avan­za­da de su invasión y se pro­du­jo el fiero com­bate de Cumaná. Allí vieron su “bautismo de fuego” los jóvenes estu­di­antes de la UCV enro­la­dos en la aven­tu­ra antigomecista jun­to a viejos vet­er­a­nos rev­olu­cionar­ios y lo hicieron empuñan­do las relu­cientes “Luger”.  Allí murieron con sus armas en la mano el pro­pio coman­dante de la invasión, Del­ga­do Chal­baud y el joven Arman­do Zuloa­ga Blan­co, que había aban­don­a­do la como­di­dad de sus estu­dios en Fran­cia por venir a lib­er­tar a Venezuela.   Muchos otros cayeron de ban­do y bando.

Al verse per­di­da la invasión, y en vista de la fal­ta de com­bustible para el “Falke”, José Rafael Pocater­ra, que esta­ba al man­do abor­do, orde­na aban­donar Cumaná y al no poder encon­trar a ningu­na fuerza rev­olu­cionar­ia a quien entre­gar­le el resto de las armas toma  la dolorosa decisión de botar al mar el cuan­tioso par­que restante,  a los fines de evi­tar que cay­era en manos del gob­ier­no si el buque era cap­tura­do, sigu­ien­do así expre­sas instruc­ciones que le había dado Del­ga­do Chal­baud. El mar Caribe se tragó en sus entrañas cen­tenares de máuser y las luger que no se entre­garon a los com­bat­ientes. En Cumaná y sus alrede­dores quedaron las luger que llev­a­ban el fina­do Del­ga­do Chal­baud y sus oficiales.

Años mas tarde, en un con­tex­to históri­co total­mente dis­tin­to volve­mos a encon­trar una ref­er­en­cia a la “Luger”.  Se tra­ta de Braulio Bar­reto, cono­ci­do como “Bar­reti­co”, detec­tive de la Seguri­dad Nacional, en tiem­pos de Pedro Estra­da y Mar­cos Pérez Jiménez, quien en sus “Memo­rias” cuen­ta que su arma­men­to como ofi­cial de la policía sec­re­ta del rég­i­men era una “Luger”, así como tabién otros agentes de la S.N. tam­bién uti­liz­a­ban la famosa pistola. 

No ten­emos infor­ma­ción de que el gob­ier­no vene­zolano hubiera com­pra­do para la S.N. ese tipo de arma­men­to; lo mas posi­ble es que se tratara de armas decomisadas en algún pro­ced­imien­to que las toma­ban para dotación del per­son­al. Bar­reti­co par­ticipó en los pro­ced­imien­tos que ter­mi­naron con la muerte de Leonar­do Ruiz Pina­da y Pin­to Salinas.

Has­ta los años ochen­ta, de vez en cuan­do, se veía en las cróni­cas poli­ciales de algún pro­ced­imien­to en que algún ham­pón hacía frente a la policía con algu­na de aque­l­las leg­en­darias pis­to­las.  Todavía en estos días las hemos vis­to en país­es cer­canos en decomisos hechos por la policía, todavía en per­fec­to fun­cionamien­to. La per­fec­ción ale­m­ana dice…


FUENTE:
Bar­reto, Braulio.  “Con­fe­siones de un Esbir­ro”. Edi­to­r­i­al Cara­cas 2000.  Cara­cas 1982
Fer­nán­dez, Car­los Emilio.  “Hom­bres y Suce­sos de mi tier­ra. Talleres del Sagra­do Cora­zon, Madrid. 1969.
Pocater­ra, Rafael.  “Memo­rias de Un Vene­zolano de la Deca­den­cia ”Edi­to­r­i­al  Elite.  Cara­cas. 1937

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «La pistola Luger en la historia venezolana»

  • Cómo siem­pre las cróni­cas mantienen su ilus­tración recon­fort­able y de agrad­able lec­tura, éxi­to y sigan adelante.

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