CrónicasHistoria

La visita que transformó a Barquisimeto: Raúl Leoni y el día de las inauguraciones

Luis Alber­to Per­o­zo Padua
Peri­odista espe­cial­iza­do en cróni­cas históricas
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@LuisPerozoPadua

Un solo día, seis grandes obras y un lega­do urbanís­ti­co que mar­có para siem­pre la ciu­dad crepuscular

“El 10 de noviem­bre de 1968 fue un día de júbi­lo colec­ti­vo para Bar­quisime­to”, recuer­da el cro­nista Car­los Guer­ra Brandt. Ese domin­go inolvid­able, el pres­i­dente Raúl Leoni llegó a la ciu­dad con su comi­ti­va para inau­gu­rar una serie de obras que impactaron rad­i­cal­mente la infraestruc­tura urbana y cul­tur­al larense.

A las nueve de la mañana, Leoni cortó la cin­ta del edi­fi­cio de la Bib­liote­ca Públi­ca Pío Tamayo. “Se trata­ba de un recin­to mod­er­no e impo­nente, pen­sa­do para res­guardar las letras y el conocimien­to, en hon­or al poeta rev­olu­cionario”, señala Guer­ra Brandt con orgullo.

Pero no fue la úni­ca inau­gu­ración. Ese día tam­bién se activó la Escuela de Arte y Ofi­cio Bolivia Tovar, un espa­cio de for­ma­ción téc­ni­ca y artís­ti­ca para jóvenes y adul­tos. “Era un cen­tro pio­nero, donde la enseñan­za y la pro­duc­tivi­dad se daban la mano”, agre­ga el cronista.

Bib­liote­va Públi­ca Pío Tamayo
Escuela de Arte y Ofi­cios Bolivia Tovar

Un día, múltiples obras

La gira pres­i­den­cial con­tin­uó con la entre­ga de la Urban­ización Patara­ta: 700 vivien­das equipadas, con todos sus ser­vi­cios, des­ti­nadas a aliviar el déficit habita­cional de la época. Según datos resalta­dos por Guer­ra, la inver­sión alcanzó los 24 mil­lones 700 mil bolí­vares. “Fue una de las más grandes apues­tas de aquel gob­ier­no para la clase trabajadora”.

Pero la jor­na­da no se detu­vo ahí. A las afueras de la ciu­dad, en Ver­a­gacha, Leoni inau­guró el Matadero Indus­tri­al de Bar­quisime­to. “Era una obra que mod­ern­iz­a­ba la cade­na de ali­men­tos e impulsa­ba la activi­dad económi­ca”, expli­ca Guerra.

Tam­bién estu­vo pre­sente en la entre­ga de la sede de la Ter­cera Briga­da de Infan­tería y Guar­ni­ción de Bar­quisime­to, ubi­ca­da en Los Leones con aveni­da Venezuela, con un cos­to de 1 mil­lón 300 mil bolívares.

“Es lla­ma­ti­vo recor­dar cómo en un solo día, y sin pausa, se inau­gu­raron obras civiles, mil­itares, educa­ti­vas, san­i­tarias y urbanís­ti­cas”, reflex­iona el cronista.

La ciudad se iluminó en el corazón de la noche

Uno de los momen­tos más emo­tivos se vivió entra­da la noche, cuan­do el pres­i­dente y el gob­er­nador de Lara, Miguel Romero Antoni, lev­an­taron la palan­ca que ilu­minó por primera vez la ampliación de la Aveni­da 20. “Aquel juego de luces trans­for­mó el ros­tro noc­turno de Bar­quisime­to”, nar­ra Guer­ra Brandt. Los bar­quisimetanos, entre aplau­sos y asom­bro, vieron bril­lar una ciu­dad que se abría al futuro.

Ese mis­mo día, en un acto pri­va­do, Leoni jun­to a doña Men­ca, su esposa, entre­garon a la Dióce­sis de Bar­quisime­to el proyec­to aproba­do de la Cat­e­dral Met­ro­pol­i­tana Nues­tra Seño­ra del Car­men —hoy cono­ci­da sim­ple­mente como la Cat­e­dral de Bar­quisime­to—. El arzo­bis­po Críspu­lo Benítez Fonturvel recibió, en nom­bre de la feli­gresía, el empu­je defin­i­ti­vo para cul­mi­nar la edi­fi­cación cuya con­struc­ción llev­a­ba ya una década.

“Se apro­baron los recur­sos finales para la Cat­e­dral: 51 mil­lones 327 bolí­vares. Era una obra mon­u­men­tal, sím­bo­lo de fe y mod­ernidad”, pun­tu­al­iza Guerra.

Entre­ga de la Cat­e­dral Met­ro­pol­i­tana Nues­tra Seño­ra del Car­men dis­eña­da por el arqui­tec­to Jahn Bergkamp
Ampliación de la Av. 20

La ciudad que se inauguró a sí misma

Al cul­mi­nar la entre­vista, el cro­nista Car­los Guer­ra hace una pausa y añade con su voz car­ga­da de nos­tal­gia: “Aquel 10 de noviem­bre Bar­quisime­to renació. Leoni inau­guró obras, pero la ciu­dad inau­guró su propia esperanza”.

Hoy, muchas de esas estruc­turas sobre­viv­en con el paso del tiem­po. Algu­nas han sido remod­e­ladas, otras recla­man aten­ción. Sin embar­go, aque­l­la jor­na­da mar­có una huel­la que sigue latien­do en el alma urbana de la ciudad.

Porque hay días que, sin ser declar­a­dos fes­tivos, quedan graba­dos para siem­pre en la memo­ria de un pueblo.

Raúl Leoni, Pres­i­dente de la Repúbli­ca (1964–1969) en su gira pres­i­den­cial. (La foto no fue cap­ta­da en Bar­quisime­to) Fotografía del Archi­vo Fotografía Urbana

CorreodeLara

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