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Los estudios médicos en Barquisimeto, experiencias institucionales con sentido de futuro

Carlos Giménez Lizarzado
Historiador y editor

In memoriam
Dr. Francisco Finizola Celli 

La ejecución del Código de Instrucción Pública de 1897, que tiene como base el Decreto de 24 septiembre de 1883 sobre la organización de la educación superior y científica, permite el surgimiento de las experiencias de educación universitaria a escala regional a partir de los Colegios Federales de Primera Categoría; se beneficiaron de esta decisión oficial: Maracaibo, Valencia, Bolívar, Coro, Maracay y Barquisimeto, en tanto que Caracas y Mérida ya contaban con sus respectivas universidades. 

Precisamente, la mayoría de los catedráticos que se desempeñan en las llamadas Facultades de Medicina en estos Colegios de Primera Categoría son egresados de la Universidad de Caracas, denominada Central luego de la reforma de Bolívar y Vargas en 1827.

En el caso de Bar­quisime­to se hace efec­ti­vo el 10 de junio de 1884, con esta res­olu­ción se ele­va el Cole­gio de Segun­da cat­e­goría exis­tente a Primera Cat­e­goría, quedan­do, en con­se­cuen­cia fac­ul­ta­do para otor­gar los títu­los de Bachiller en Cien­cias Médi­cas, Cien­cias Políti­cas y el de Inge­niero Civ­il, y los gra­dos de doc­tor en Cien­cias Médi­cas, Políti­cas y Filosóficas.

El Hos­pi­tal de Cari­dad de Bar­quisime­to logra su rel­a­ti­va con­sol­i­dación entre 1877 a 1918 

De modo pues que esta es la fecha fun­da­cional de la primera expe­ri­en­cia insti­tu­cional en la región de la for­ma­ción de médi­cos. Venía a su vez for­t­ale­ci­da por la creación y desar­rol­lo del Hos­pi­tal de Cari­dad que des­de 1877 a 1918 logra su rel­a­ti­va con­sol­i­dación gra­cias la orga­ni­zación y coop­eración entre el Esta­do y la sociedad; desta­can entre los pro­mo­tores los médi­cos: José de Jesús Fréitez Hernán­dez, Anto­nio María Pine­da Bujan­da y Luis Razetti Martínez; asumía así el Hos­pi­tal el ran­go de Uni­ver­si­tario, ya que los cat­e­dráti­cos com­bi­na­ron y artic­u­laron los estu­dios médi­cos con la aten­ción y el cuida­do de los enfer­mos, una incip­i­ente for­ma de docen­cia e investigación. 

El segun­do momen­to que iden­ti­fi­camos en la for­mal­ización de la for­ma­ción de pro­fe­sion­ales médi­cos viene con el Cen­tro Exper­i­men­tal de Estu­dios Supe­ri­ores en Bar­quisime­to (1962–1967); con esta insti­tu­ción se abre paso la segun­da Escuela de Med­i­c­i­na en la cap­i­tal larense, y la primera orga­ni­zación de los estu­dios médi­cos como políti­ca educa­ti­va y de salud públi­ca en la región. 


Anto­nio María Pine­da nació en Bar­quisime­to el 27 de sep­tiem­bre de 1850

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Luis Razetti y Antonio María Pineda 
la dupla del progreso de la ciencia hipocrática 

El 10 de enero de 1888, el joven y desta­ca­do médi­co Luis Razetti se dirigía con enér­gi­cas pal­abras a los diputa­dos de la Leg­is­latu­ra del esta­do Lara. Señal­a­ba que había lle­ga­do a Bar­quisime­to en julio de 1885 y que, aunque se sen­tía a gus­to por ser una sociedad cul­ta y esplén­di­da, se hacía inmi­nente enfo­car la aten­ción en la necesi­dad de con­tar con un hos­pi­tal en el que la cien­cia y la cari­dad dier­an aux­ilio a la parte men­es­terosa de la población. El 16 de agos­to de este mis­mo año, el Pres­i­dente de la Repúbli­ca, Juan Pablo Rojas Paúl, por la prop­ues­ta que le hiciera el doc­tor Cal­ix­to González, dec­re­ta la creación del Hos­pi­tal Var­gas en Caracas.

Entre los motivos que impul­saron aque­l­la solic­i­tud de Razetti, se deja ver en primer lugar, la pre­ocu­pación por los enfer­mos, pues no se tra­ta de un hospeda­je por cari­dad sola­mente, sino de un ser­vi­cio orga­ni­za­do como escuela prác­ti­ca; en la que se atien­da la enfer­medad que aque­ja a las per­sonas allí inter­nadas, per­mi­tien­do abrir camino a la juven­tud estu­diosa que pide cien­cia, es decir a los que quieren estu­di­ar Med­i­c­i­na. Por ello, aunque mantiene el rótu­lo de cari­dad al referirse al Hos­pi­tal, deja claro a los diputa­dos que la reor­ga­ni­zación implic­a­ba ade­cuación, eval­u­ación, pre­supuesto e inter­ven­ción en cuan­to a la arqui­tec­tura del cen­tro de cari­dad para con­ver­tir­lo en un hos­pi­tal y for­mar en él a los futur­os médi­cos, lo que sería el tra­ba­jo suyo. (Razetti L, 1962, p 399).

El lugar al que se hace ref­er­en­cia es el Hos­pi­tal de San Lázaro de 1768, que luego será el Hos­pi­tal de Cari­dad, 1836–1918 y final­mente, Hos­pi­tal Anto­nio María Pine­da en 1939. Los tres, lle­garon a fun­cionar en lo que actual­mente es la sede del Museo de Bar­quisime­to has­ta 1954. 

Para 1877, cuan­do se ini­cian las remod­elación y mejo­ras al Hos­pi­tal, en nue­stro esta­do no había escuela de Med­i­c­i­na, pues la car­rera sólo se estu­di­a­ba en Cara­cas y con una for­ma­ción de carác­ter teóri­co; es decir, la anatomía no se prac­ti­ca­ba con cadáveres, la quími­ca no se veía en lab­o­ra­to­rios, y no existía la prác­ti­ca clíni­ca, pues no se atendía a enfer­mos. Por eso, lo que plante­a­ba Razetti era algo futur­ista, de pro­gre­so y rev­olu­cionario; esto es, una insti­tu­ción para orga­ni­zar el saber médi­co abrien­do con ello el camino de la cien­cia a tono con sus tiempos.

En aquel momen­to del conocimien­to cien­tí­fi­co, esta­ba en boga el méto­do pos­i­ti­vo y en este par­tic­u­lar, Razetti, se había for­ma­do como alum­no de los últi­mos dis­cípu­los de José María Var­gas, en espe­cial de Cal­ix­to González, quien estable­ció vín­cu­los de tra­ba­jo con Luis Daniel Beau­perthuy. Éste últi­mo, médi­co y entomól­o­go francés rad­i­ca­do en Venezuela, fue quien des­cubrió el agente trans­misor de la fiebre amar­il­la, con el agre­ga­do de cur­sar sus últi­mos años de estu­dio en las cát­e­dras de Adol­fo Ernest y Rafael Villav­i­cen­cio, con­sid­er­a­dos los mae­stros por exce­len­cia de este método.

La solic­i­tud de la reor­ga­ni­zación del Hos­pi­tal, coin­cide con el hecho extra­or­di­nario del encuen­tro de Razetti con Anto­nio María Pine­da, uno de los primeros respon­s­ables del cen­tro de salud de Bar­quisime­to. Pine­da regresó de Fran­cia en 1880, de allá tra­jo cer­ti­fi­ca­do y diplo­ma por la Acad­e­mia de París que lo acred­ita­ban como Doc­tor en Med­i­c­i­na; traía for­t­ale­ci­do el conocimien­to médi­co enfo­ca­do en la docen­cia e inves­ti­gación, porque pre­cisa­mente, “en la Escuela de París se aprendía (…) la med­i­c­i­na clíni­ca de los sín­tomas y sig­nos.  Esta nue­va defini­ción de la clíni­ca esta­ba vin­cu­la­da a una reor­ga­ni­zación del dominio de los hos­pi­tales (…) bus­ca definirse como clíni­ca pero ante todo se define como saber enci­clopédi­co de la nat­u­raleza y conocimien­to del hom­bre en sociedad. (Fou­cault M, 1966, pp. 109–123).

El 16 de sep­tiem­bre de 1884, se abren las aulas del Cole­gio Fed­er­al de Primera Cat­e­goría en Barquisimeto

La aspiración mod­ern­izado­ra de Razetti y Pine­da, encuen­tra en Bar­quisime­to un camino anda­do, pues en el antiguo Hos­pi­tal de la Cari­dad se real­iza la primera reor­ga­ni­zación en 1878 a manos del Dr. José de Jesús Fréitez Hernán­dez, qui­boreño. (Cebal­los, 2008, p. 120). Este cien­tí­fi­co es recono­ci­do como uno de los últi­mos dis­cípu­los de José María Var­gas, y se le esti­ma por sus logros en med­i­c­i­na quirúr­gi­ca y por las medi­das de higiene públi­ca que aplicó en Bar­quisime­to. Sum­in­istró datos y casos al Dr. José Gómez, quien escribió su tesis sobre el carare o cute, enfer­medad de la piel de preva­len­cia rur­al pertenecientes al tre­pone­mato­sis humana, lo que le mere­ció ser cita­do en la obra de Fer­nand Roux sobre Enfer­medades de los país­es cáli­dos (Sil­va R. 1981, p. 107). Los doc­tores Telés­foro Ober­to y Simón Whon­siedler, jun­to al licen­ci­a­do Can­de­lario Valera, jus­to es decir, tam­bién habían con­tribui­do para ini­ciar des­de el Hos­pi­tal la med­i­c­i­na científica.



El café, el Ferrocarril Bolívar
y los estudios universitarios en Barquisimeto

Una serie de acon­tec­imien­tos van a per­mi­tir que Bar­quisime­to adquiera la rel­e­van­cia para que se insti­tu­cional­i­cen los estu­dios médi­cos en la ciu­dad, pues ésta había alcan­za­do un sig­ni­fica­ti­vo crec­imien­to demográ­fi­co y económi­co a través del ciclo de la activi­dad agroex­por­ta­do­ra, que había encon­tra­do en el café el empu­je para conec­tar al espa­cio urbano rur­al al mer­ca­do inter­na­cional, aho­ra agiliza­do por el Fer­ro­car­ril Bolí­var (Giménez C, 2001, p. 25). 

En 1881, se crea por dis­posi­ción del Pres­i­dente Anto­nio Guzmán Blan­co en su últi­mo gob­ier­no, el esta­do Lara, y Bar­quisime­to pasa a ser su cap­i­tal. Ese dinamis­mo tam­bién se apre­cia en lo educa­ti­vo, cuan­do el 16 de sep­tiem­bre de 1884, se abren las aulas del Cole­gio Fed­er­al de Primera Cat­e­goría, quedan­do en con­se­cuen­cia fac­ul­ta­do para otor­gar  los títu­los de Bachiller en Cien­cias Médi­cas y Políti­cas, y el de Inge­niero Civ­il, así como el gra­do de doc­tor en Cien­cias Médi­cas, Políti­cas y Filosó­fi­cas. De modo pues, que esta es la fecha fun­da­cional de la primera expe­ri­en­cia uni­ver­si­taria en la región.

La sede de aquel insti­tu­to educa­ti­vo aún hoy está en pie, a pesar del tiem­po y las dis­tin­tas fun­ciones que ha tenido des­de entonces; puede verse la casa en la actu­al calle 24, esquina de la car­rera 17 de Bar­quisime­to. Prác­ti­ca­mente, se con­struyó en las inmedia­ciones del Hos­pi­tal, hoy sep­a­ra­do por el lla­ma­do Edi­fi­cio Nacional, y la plaza de la Jus­ti­cia; con ello, se bus­ca­ba en esa relación espa­cial la inte­gración Hos­pi­tal-Cole­gio Fed­er­al, pues, como lo señaló Razetti en 1888 al lle­gar a la cap­i­tal larense, el Hos­pi­tal esta­ba lla­ma­do a ser la escuela prác­ti­ca; en tér­mi­nos pre­sentes, es la inte­gración docen­cia e investigación.

Una vez que el Cole­gio Fed­er­al de Primera Cat­e­goría ini­cia sus activi­dades académi­cas en inte­gración con el Hos­pi­tal, la tarea inmedi­a­ta que asume Anto­nio María Pine­da es la orga­ni­zación de la clase clíni­ca; record­a­ba una vez más la impor­tan­cia de la clíni­ca en la for­ma­ción del médi­co, las activi­dades se real­iz­a­ban los lunes, jueves y sába­do a las 10:30 de la mañana; la prác­ti­ca con­sistía en la obser­vación, diag­nós­ti­co, pronós­ti­co y tratamien­to que se dis­cutía entre los estu­di­antes y los pro­fe­sores, “dan­do razón de las opin­iones que emiti­mos y el porqué de la med­i­c­i­na que apli­camos. (Anto­nio María Pine­da, Pre­sentación al Boletín del Hos­pi­tal de Cari­dad, 1888, (4) p 4).

Como cat­e­dráti­cos fun­dadores de la Fac­ul­tad de Cien­cias Médi­cas desta­can José de Jesús Fréitez Hernán­dez, Luis Razetti Martínez y Anto­nio María Pineda

Le cor­re­spondió a Luis María Castil­lo, abo­ga­do y hom­bre de letras, ser su primer Rec­tor y como Vicer­rec­tor se designó al tam­bién abo­ga­do Eliodoro Pine­da, quien a par­tir de 1888 has­ta 1897 asumirá el Rec­tora­do.  Entre 1898 y 1900, es nom­bra­do Rec­tor Leónidas Agüero Mos­quera, egre­sa­do de la Uni­ver­si­dad Cen­tral en 1872, y en el Vicer­rec­tora­do figu­ra Simón Wohn­siedler, ambos médicos. 

En 1900, aparece des­ig­na­do Rec­tor el medico e his­to­ri­ador Lisan­dro Alvara­do, quien no asume el car­go, dan­do paso al médi­co y escritor José I. Arroyo, quien ejerce la máx­i­ma autori­dad has­ta 1902, acom­paña­do por el Vicer­rec­tor- Sec­re­tario Dr. Plá­ci­do Daniel Rodríguez Rivero, médi­co egre­sa­do de la Uni­ver­si­dad Cen­tral y desta­ca­do pio­nero en la His­to­ria de la Med­i­c­i­na en Venezuela. 

Como cat­e­dráti­cos fun­dadores de la Fac­ul­tad de Cien­cias Médi­cas, desta­can José de Jesús Fréitez Hernán­dez como pres­i­dente, y admin­is­tran­do la Cát­e­dra de Anatomía Gen­er­al; Luis Razetti Martínez, vicepres­i­dente, quien rigió la Cát­e­dra de Higiene Públi­ca y Pri­va­da; y Anto­nio María Pine­da, Sec­re­tario, y respon­s­able de las Cát­e­dras de Patología Inter­na y Med­i­c­i­na Legal; para entonces, se matric­u­laron seis estudiantes. 

En 1887, se dis­tingue como Pres­i­dente de la Fac­ul­tad Anto­nio María Pine­da, se mantiene en la Vicepres­i­den­cia Razetti y en la Sec­re­taria se nom­bra a Leónidas Agüero Mos­quera, quien asume la Pres­i­den­cia en 1894, jun­to a dos egre­sa­dos del Cole­gio, Julio Irigoyen, como Vicepres­i­dente y Jesús Tor­re­al­ba en la Sec­re­taría. Tam­bién, se destac­aron como parte del grupo docente en Cien­cias Médi­cas Julio Segun­do Álvarez, Car­los Bujan­da, Telés­foro Ober­to y Alber­to Olivares.


Por­ta­da Boletín del Hispi­tal de Cari­dad 1888

Boletín del Hospital de Caridad 
a Boletín Científico

Se com­ple­ta la insti­tu­cional­ización social y cien­tí­fi­ca de la med­i­c­i­na en Bar­quisime­to con la creación de un órgano de divul­gación y difusión del saber médi­co tan­to en lo local como de lo nacional e inter­na­cional. El 3 de sep­tiem­bre de 1888, Luis Razetti, Anto­nio María Pine­da, José Igna­cio Bere­cia­r­tu, Escolás­ti­co Irigoyen, Fed­eri­co Ramos (h), Ague­do F. Alvara­do, y Felíc­i­tas Pérez, con los alum­nos inter­nos Hilar­ión Sei­jas y Julio Irigoyen, fun­dan el Boletín del Hos­pi­tal de Cari­dad lla­ma­do a par­tir de 1912, Boletín Científico.

Un medio impre­so para con­traloría inter­na de la admin­is­tración, así como la divul­gación del saber médi­co orga­ni­za­do en el Hos­pi­tal y de los estu­dios que se lle­van a cabo en el Cole­gio; además, daban cuen­ta de las activi­dades real­izadas por las sociedades de benef­i­cen­cia para el Hos­pi­tal bajo la respon­s­abil­i­dades de algu­nas seño­ras y señori­tas de Bar­quisime­to, Quí­bor, Caro­ra, El Tocuyo, Bobare y Dua­ca; este movimien­to de damas será clave para el desar­rol­lo mate­r­i­al del establecimiento.

Entre la infor­ma­ción de may­or pri­or­i­dad están las obser­va­ciones clíni­cas y enfer­medades tratadas como palud­is­mo, sífil­is, tuber­cu­lo­sis, neu­monía, pleuresía, car­diopatías y fiebre tifoidea; pero además, se hacen tra­duc­ciones al español del inglés, del francés y alemán sobre epi­demi­ología y salud públi­ca; infor­ma­ción y difusión de las inno­va­ciones y ade­lan­tos de las cien­cias médicas.

En el número 21 del 3 de abril de 1890, se pub­li­ca la Invitación para el X Con­gre­so Médi­co Inter­na­cional que ten­drá lugar en Berlín, durante los días 4 al 6 de agos­to de ese año. Allá, tam­bién ten­drá lugar la Exposi­ción Médi­co Cien­tí­fi­ca Inter­na­cional. El fir­mante como Pres­i­dente del Comité Orga­ni­zador es el Dr. Rodol­fo Vir­chow, quien invi­ta a los edi­tores del Boletín a for­mar parte del Con­gre­so así como a dar la may­or pub­li­ci­dad en el mun­do médi­co del referi­do evento.

El Boletín per­mi­tió el reg­istro académi­co, cien­tí­fi­co y orga­ni­za­ti­vo del Hos­pi­tal pero ante todo, fue el medio para agilizar y estable­cer la red de tra­ba­jo de los médi­cos des­de Bar­quisime­to, el país y el resto del mundo.


Edi­fi­cio sede del Cole­gio Fed­er­al de Bar­quisime­to 1977

El Colegio Federal cierra sus aulas

En 1904, ocurre la decisión políti­ca de Cipri­ano Cas­tro, con su Min­istro de Instruc­ción Públi­ca, Eduar­do Blan­co, de elim­i­nar los Cole­gios de Primera Cat­e­goría, afectan­do así los estu­dios uni­ver­si­tar­ios. En lo suce­si­vo, los jóvenes de la enti­dad larense que aspi­raran un títu­lo uni­ver­si­tario deberán ir a Cara­cas o a Mérida.

A la clausura del Cole­gio Fed­er­al, Bar­quisime­to con­ta­ba con 15 médi­cos egre­sa­dos, ellos son: Hilar­ión Sei­jas, Eze­quiel Hernán­dez, Julio Irigoyen Lan­der, Este­ban Salas, Jesús María Tor­re­al­ba, Eze­quiel Bujan­da, Max­i­m­il­iano Álamo, Martín Alvizu, Ramón E. Gual­drón, Six­to Sánchez, Bar­tolomé Guédez, Manuel Fréitez, Lisan­dro López Vilo­ria, José Anto­nio Pérez Limar­do y Pedro Fran­cis­co Car­mona. Ten­drán una impor­tante proyec­ción region­al por su desem­peño tan­to en la docen­cia como en la inves­ti­gación, así como en lo social, con miras en la salud públi­ca en una época en la que la fiebre amar­il­la, la tuber­cu­lo­sis y el alco­holis­mo hacían estra­gos en la población. Boletín del Hos­pi­tal de Cari­dad, 1888 Número, 4)

El cierre del Cole­gio Fed­er­al de Primera Cat­e­goría trun­ca­ba el desar­rol­lo de los estu­dios médi­cos; qued­a­ba el Hos­pi­tal de Cari­dad como cen­tro de aten­ción, y el úni­co espa­cio en el que acud­ían los médi­cos jóvenes para com­ple­tar su for­ma­ción jun­to al mag­is­te­rio creador e inno­vador de Anto­nio María Pine­da, quien des­de las salas “Var­gas”, “Fer­nán­dez” o “Arvelo” avi­va la enseñan­za clíni­ca. Con el Boletín del Hos­pi­tal, se da cuen­ta del dinamis­mo de sus pro­mo­tores, allí se difun­den los avances, los casos clíni­cos, epi­demi­ología y las conex­iones con Europa o los Esta­dos Unidos sobre asun­tos de salud, cre­a­ba así una atmós­fera para dar a la Med­i­c­i­na su insti­tu­cional­ización como parte del pro­gre­so social.

El saber médico se abre paso, la organización
y la academia no se cierran

En el mis­mo año de clausura de la edu­cación uni­ver­si­taria en Bar­quisime­to, se con­vo­ca­ba en esta ciu­dad al primer Con­cur­so Públi­co Indus­tri­al y la Cámara de Com­er­cio, fun­da­da en 1900, dinamiz­a­ba la economía local por el crec­imien­to de exportación cafe­talera. En lo educa­ti­vo, se fun­dan los cole­gios Inmac­u­la­da Con­cep­ción y el His­pano Vene­zolano; el de Primera Cat­e­goría pasa a denom­i­narse y a fun­cionar como Cole­gio Fed­er­al de Varones que estará bajo la direc­ción de los médi­cos Anto­nio María Pine­da y luego de Julio Segun­do Álvarez.

Como hecho de may­or pre­em­i­nen­cia, es la fun­dación de la Sociedad de Med­i­c­i­na y Cirugía de Bar­quisime­to bajo la direc­ción del Dr. Pine­da jun­to con Placido Daniel Rodríguez Rivero y el mis­mo Razetti, quienes fig­u­ran entre los moti­vadores que con­tribuyen a dar­le vida al saber médi­co des­de esta sociedad. Esto da la idea de que no se detu­vo el tra­ba­jo de aque­l­los hom­bres que ya no con­ta­ban con el insti­tu­to uni­ver­si­tario; resul­ta intere­sante ver cómo el Dr. Ela­dio del Castil­lo, fun­da en 1906 con exis­ten­cia has­ta 1912, el Cole­gio Bar­quisime­to, con el mis­mo pen­sum de estu­dio y el cuer­po de docentes  del clausura­do Cole­gio Fed­er­al de Primera Categoría. 

La edu­cación no se detu­vo, en 1911 se crea la Escuela Wohn­siedler y 1913 el Cole­gio La Salle para varones; en 1915 se fun­da el Ban­co de Venezuela y se logra el seca­do de la lagu­na de La Mora, foco de zan­cu­d­os trans­misores del palud­is­mo. La ciu­dad esta­ba en movimien­to y crec­imien­to. (Var­gas M., 2008, p. 63 y ss.).

El lla­ma­do Pro­gra­ma de Febrero de Eleazar López Con­tr­eras, ofi­cial­iza la creación del Min­is­te­rio de Sanidad y Asis­ten­cia Social, primera for­ma de la insti­tu­cional­ización de la salud públi­ca en Venezuela

Además de estas insti­tu­ciones que per­sis­ten en abrir camino al pro­gre­so por la vía educa­ti­va, nue­va­mente hay que agre­gar el Hos­pi­tal como cen­tro de aten­ción del esta­do y de la sociedad, pues en 1909, el Pres­i­dente de la enti­dad, Car­los Lis­cano, dec­re­ta la Jun­ta de Coop­eración para lle­var a cabo las mejo­ras en el edi­fi­cio y ser­vi­cios médi­cos. Así, en 1918, con la gripe españo­la enci­ma de la población, se inau­gu­ra el ampli­a­do y remoza­do Hos­pi­tal de Cari­dad, con 75 camas para hom­bres y 50 para mujeres. No solo era la ini­cia­ti­va públi­ca para la mejo­ra del ser­vi­cio médi­co en el esta­do, pues en 1927, Hon­o­rio Sigala fun­da la primera clíni­ca par­tic­u­lar, y 1932 Pedro Salón Lizarra­ga jun­to a Agustín Zubil­la­ga cre­an el Insti­tu­to para Clíni­ca y Hos­pi­tal­ización, lla­ma­do Poli­clíni­ca Barquisimeto.

Con el ini­cio de los cam­bios políti­cos a la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935, el lla­ma­do Pro­gra­ma de Febrero de Eleazar López Con­tr­eras, ofi­cial­iza la creación del Min­is­te­rio de Sanidad y Asis­ten­cia Social, a par­tir del antiguo Min­is­te­rio de Salu­bri­dad, Agri­cul­tura y Cría de 1930, quedan­do así otro Min­is­te­rio para el ámbito de la Agri­cul­tura y Cría. Es la primera for­ma de la insti­tu­cional­ización de la salud públi­ca en Venezuela en el mis­mo con­tex­to en que la renta del petróleo se con­sol­id­a­ba como resorte fun­da­men­tal de la economía. Con­tribuyen a los cam­bios sociales y cul­tur­ales la lle­ga­da de inmi­grantes europeos, de la Améri­ca del sur, de Améri­ca del norte y del ori­ente medio que al finales del siglo XIX y con may­or fuerza en la primera mitad del siglo XX, se insta­lan en la ciu­dad para mezclarse en las fuerzas pro­gre­sis­tas y de desar­rol­lo económi­co, social y cul­tur­al de la región.

En Bar­quisime­to, entre 1936 y 1940, se crea el Hos­pi­tal Came­jo Acos­ta con la inten­ción de una may­or aten­ción a la infan­cia y en 1942, se fun­da la Mater­nidad Luisa Cáceres de Aris­men­di. En 1937, se ini­cia la lucha anti­tu­ber­cu­losa en el esta­do, y se crea un dis­pen­sario bajo la direc­ción de Luis Gómez López y Car­los Zubil­la­ga. En este mis­mo año, El Dr. Agustín Zubil­la­ga, asume la sec­cional Lara del Con­se­jo Vene­zolano del Niño. Estos ser­vi­cios públi­cos de salud tam­bién se verán for­t­ale­ci­dos por la may­or orga­ni­zación de los pro­fe­sion­ales de la med­i­c­i­na, que en 1943 crearán el Cole­gio de Médi­cos del esta­do Lara. (Segun­do, R., 2008, pp. 120 y ss.).


Hos­pi­tal La Cari­dad Barquisimeto

Crecimiento institucional
de los servicios de salud: el Hospital Central

En 1950, la admin­is­tración y finan­ciamien­to del Hos­pi­tal es asum­i­do por el Gob­ier­no nacional; la acción es inmedi­a­ta, pues se ini­cia la con­struc­ción de un edi­fi­cio mod­er­no y de alta admin­is­tración téc­ni­ca que ter­mi­na sien­do inau­gu­ra­do por el Gen­er­al Mar­cos Pérez Jiménez en 1953. Ofrece los ser­vi­cios orga­ni­za­dos de med­i­c­i­na inter­na y cirugía, der­ma­tología, car­di­ología, tisi­ología, radi­ología, oftal­mología, lab­o­ra­to­rios, trau­ma­tología y anatomía patológ­i­ca. En 1951, el Dr. Hum­ber­to Campins, crea el ser­vi­cio de Inves­ti­ga­ciones Cien­tí­fi­cas como nue­va depen­den­cia del Hos­pi­tal. Este crec­imien­to insti­tu­cional expli­ca en parte, lo que va hac­er luego de 1955, el movimien­to de la sociedad larense en pro de una uni­ver­si­dad. En opinión de Cebal­los, R. (2008, p. 150) el hos­pi­tal fue por exce­len­cia la insti­tu­cional­ización del saber médi­co en sus dis­tin­tas dimensiones.

Es el tiem­po en que se abre paso una nue­va gen­eración de galenos, casi todos egre­sa­dos de la Uni­ver­si­dad Cen­tral, que empiezan a fig­u­rar tan­to en el Hos­pi­tal como en el ser­vi­cio pri­va­do. Se tra­ta de médi­cos como Agustín Zubil­la­ga, Pas­tor Oropeza, Daniel Came­jo Acos­ta, José Luis Zubil­la­ga, Ambro­sio Per­era, Ramón Igna­cio Mén­dez Llam­ozas, Hum­ber­to Campins, Argimiro Bra­ca­monte, Hernán Cortez Muji­ca, Luis Gómez López, Rafael Marante, Car­los Zap­a­ta Escalona, Oscar Ver­a­cochea Loza­da, Theoscar Sano­ja, Ramón Zubil­la­ga, Orlan­do Lara, Luis Oscar Giménez y Car­los Gil Yépez, todos ellos, en dis­tin­tas cir­cun­stan­cias, pro­movieron y crearon espa­cios para hac­er de la Med­i­c­i­na un vec­tor del pro­gre­so nacional, y serán en parte los mis­mos actores que pro­moverán la creación de una mod­er­na escuela médi­ca en Barquisimeto.


Enfer­meras San José de tarbes

Un Centro Experimental de Estudios Superiores 
le abre camino a la segunda escuela de medicina en Barquisimeto

El crec­imien­to de la ciu­dad mer­can­til, como la bau­ti­zara el alemán Erd­mann Gorm­sen en 1963, no se detiene; tiene su nue­vo hos­pi­tal, mantiene el Fer­ro­car­ril y un sis­tema de car­reteras mod­er­nas que la conectan con todo el país. El café quedó atrás en el recuer­do de su aro­ma y en las pequeñas hacien­das con su caserones; aho­ra, la ciu­dad se engalana con sus agroin­dus­trias, ban­ca públi­ca y pri­va­da, ganadería y primeras fábri­c­as met­al mecáni­cas (Rojas R, 2014, p. 145); no menos se puede decir de los avances en la infraestruc­tura esco­lar, ya que este impor­tante cen­tro urbano cuen­ta con un may­or número de liceos para estu­dios de secun­daria (Var­gas Maryelis, 2008, p. 62).

El 3 de junio de 1955, Raúl Azpar­ren, Mon­señor Críspu­lo Benítez Fontúrvel y otras per­son­al­i­dades e insti­tu­ciones de la ciu­dad cre­an la Sociedad Ami­gos de Barquisimeto

Con el golpe de octubre de 1945, la democ­ra­cia retro­cedió para dar paso nue­va­mente a una dic­tadu­ra cívi­co-mil­i­tar, esta vez con la Jun­ta Mil­i­tar en los primeros cua­tro años y luego con Mar­cos Pérez Jiménez (1948–1958), sin embar­go, la ciu­dad no dejó de cre­cer (Giménez L, C., 2003, p. 92); veamos el rol que desem­peñó, por ejem­p­lo, la Sociedad Ami­gos de Bar­quisime­to en el desar­rol­lo económi­co, social y educa­ti­vo en el devenir larense. Esta orga­ni­zación se for­jó en los últi­mos años de la dictadura.

El 3 de junio de 1955, Raúl Azpar­ren, Mon­señor Críspu­lo Benítez Fontúrvel y otras per­son­al­i­dades e insti­tu­ciones de la ciu­dad cre­an la Sociedad Ami­gos de Bar­quisime­to. Esta orga­ni­zación pro­mueve hacia 1955–1957, la creación de una uni­ver­si­dad pri­va­da, pero sin éxi­to. La búsque­da de un mod­e­lo pri­va­do se sus­ten­ta en el informe que la mis­ma orga­ni­zación pub­licara sobre estu­dios de secun­daria en Bar­quisime­to, matrícu­la e insti­tu­ciones. (Rojas, R., 2012, p. 27 y ss.).

Entra­da la democ­ra­cia for­mal con la caí­da del gob­ier­no dic­ta­to­r­i­al de Pérez Jiménez en enero de 1958, hacia medi­a­dos de julio, la Sociedad Ami­gos retoma el proyec­to de la uni­ver­si­dad con una nue­va ori­entación y nuevos actores. Se con­vo­ca una amplia asam­blea en el liceo Lisan­dro Alvara­do. El 6 de noviem­bre es crea­do el Comité pro Uni­ver­si­dad. El Impul­so se hace eco del proyec­to: Amador Came­jo Octavio, Her­mann Gar­men­dia y Guiller­mo Rivero Rojas, escriben artícu­los para impul­sar y moti­var la idea. Se crea una comisión interin­sti­tu­cional con 11 per­sonas: sociedad civ­il, poder políti­co, sec­tor pri­va­do y sec­tor públi­co. Tres per­son­al­i­dades asumen la comu­ni­cación con el Ejec­u­ti­vo: Dr. Car­los Gil Yépez, René Domínguez y Ambro­sio Oropeza. (Rojas, R., 2012, p. 30).

Rómu­lo Betan­court, en dis­cur­so públi­co ante la Asam­blea Leg­isla­ti­va del esta­do Lara, a propósi­to de haber dec­re­ta­do el Insti­tu­to Pedagógi­co de Bar­quisime­to el 29 de noviem­bre de 1959, hace alusión al proyec­to de la uni­ver­si­dad; señala que sobre el asun­to ha con­ver­sa­do larga­mente con el Dr. Car­los Gil Yépez, a quien con­sid­era un demócra­ta de altos quilates pro­fe­sion­ales; en aquel mis­mo dis­cur­so indi­ca que la políti­ca educa­ti­va no está sep­a­ra­da de las necesi­dades del desar­rol­lo region­al como el asun­to de la salud públi­ca, y con­fía ple­na­mente en las ori­enta­ciones que pue­da dar el Dr. Gil Yépez. (Rojas R., 2012, p. 31).

En este entu­si­as­mo ofi­cial y colec­ti­vo, la Sociedad de Ami­gos de Bar­quisime­to, no des­cuidará ningún momen­to para crear opinión públi­ca favor­able al proyec­to de uni­ver­si­dad; en medios impre­sos locales y nacionales, ter­tu­lias, y reuniones con dis­tin­tos sec­tores el sen­ti­do era: lograr una uni­ver­si­dad para Lara.

La decisión ofi­cial no se hizo esper­ar, pero no como se esper­a­ba en la ciu­dad, pues el Decre­to número 26.958 de 22 de sep­tiem­bre de 1962, anun­cia la creación del Cen­tro Exper­i­men­tal de Estu­dios Supe­ri­ores (CEDES); estará enfo­ca­do en el estu­dio a niv­el uni­ver­si­tario de las cien­cias agronómi­cas, vet­eri­nar­ias y médi­cas. La comisión orga­ni­zado­ra está con­for­ma­da por el Dr. Loren­zo Anto­nio Vivas, Pres­i­dente; Dr. Alí Omar Carnevali, Sec­re­tario; y como vocales los doc­tores: José Luis Zubil­la­ga, Hugo Rivas Fran­co y el Ing. Froilán Álvarez Yépez. Pos­te­ri­or­mente, se incor­po­ra como Sec­re­tario del CEDES el Dr. Alfon­so Mal­don­a­do Rivas, quien impul­só la car­rera de Med­i­c­i­na Veterinaria.

El 22 de octubre de este mis­mo año, se nom­bra una sub­comisión para Med­i­c­i­na integra­da por los doc­tores Loren­zo A Vivas, Car­los Zap­a­ta Escalona, Luis Gómez López, Hum­ber­to Campins y Rafael Marante, y un cuer­po de asesores entre quienes desta­can: Car­los Gil Yépez, Blas Bruni Cel­li, Pas­tor Oropeza, José Igna­cio Baldó, Anto­nio Bor­jas Romero, Félix Pifano C., Rafael Cordero Moreno, Luis Manuel Peñalver, Juan Vicente Sei­jas, Pablo Her­rera Campins, Pedro Iturbe, Miguel Ángel Pérez F., Otto Lima Gómez y Jorge Andrade. (Rojas, R., 2012, p. 41 y ss.). 


Hotel Nue­va Segovia de Bar­quisime­to en con­struc­ción. 1951
Panorámi­ca del Hotel Nue­va Segovia, pos­te­ri­or­mente Uni­ver­si­dad Cen­troc­ci­den­tal Lisan­dro Alvarado

En las instalaciones del Hotel Nueva Segovia,
germina la segunda escuela de Medicina

El 15 de abril de 1963, en las insta­la­ciones del Hotel Nue­va Segovia, y con un acto pro­to­co­lar pre­si­di­do por las autori­dades del CEDES y el equipo docente, se recibe a 118 bachilleres para dar ini­cio a su for­ma­ción en una primera eta­pa del denom­i­na­do Ciclo de Cien­cias Fun­da­men­tales; el Dr. José de Jesús Boa­da asume la for­ma­ción pre-clíni­ca y Dr. José Luis Zubil­la­ga, hará lo pro­pio con los estu­dios clínicos.

La arqui­tec­tura académi­ca de la Escuela se orga­ni­za en la eta­pa CEDES (1962–1967) con base en la unidad admin­is­tra­ti­va denom­i­na­da depar­ta­men­to. Así, se ini­cia con los depar­ta­men­tos de Med­i­c­i­na Pre­ven­ti­va y Social, Cien­cias Mor­fológ­i­cas, Cien­cias Fun­cionales, Pedi­atría, Cirugía, Obste­tri­cia y Gine­cología. (Rojas, R., 2012, p. 41 y ss.). 

Un segun­do grupo con 113 aspi­rantes ini­cia en febrero de 1964 sus cur­sos bási­cos; esto da la idea de que la deman­da en Med­i­c­i­na se mantiene casi igual a la primera cohorte. En este mis­mo año se ini­cian los estu­dios de Med­i­c­i­na Vet­eri­nar­ia e Inge­niería Agronómi­ca. Nada esta­ba estable­ci­do en modo defin­i­ti­vo, pues en 1965, aparece el estu­dio de plan­i­fi­cación de la uni­ver­si­dad, el Min­is­te­rio de Obras Públi­cas (MOP), División de Estu­dios y Proyec­tos, en con­jun­to con el poder munic­i­pal, pre­sen­ta el vol­u­men primero de lo que podía ser la uni­ver­si­dad region­al. Este doc­u­men­to se acom­pañó con el foro abier­to “La uni­ver­si­dad para Bar­quisime­to”, sien­do los ponentes los doc­tores José Luis Zubil­la­ga, José Igna­cio Baldó y Car­los Gil Yépez. Esta­ba en el áni­mo ofi­cial crear la uni­ver­si­dad y sobre todo debatir  su mod­e­lo, así se apre­cia en el referi­do doc­u­men­to del MOP y el mis­mo foro que fue recogi­do por medios impre­sos locales. (El Impul­so del 17 de febrero de 1967).

Hotel Nue­va Segovia, luego rec­tora­do de la UCLA

Una huelga presiona a la burocracia

En tan­to en el flu­jo de infor­ma­ción for­mal y opinión públi­ca, trascur­ren los días has­ta lle­gar a la víspera del acto de gra­do de los próx­i­mos médi­cos. Además de la emo­ción, prevalecían las incer­tidum­bres; aque­l­los jóvenes de cuar­to y quin­to año de Med­i­c­i­na se pre­gunt­a­ban ¿quién les otor­garía el títu­lo? ¿Cuál era la legal­i­dad del CEDES para otor­gar­los? Y lo más impor­tante, la pre­ocu­pación por la ausen­cia de un con­tra­to entre el Min­is­te­rio de Sanidad y Asis­ten­cia Social y el Min­is­te­rio de Edu­cación que reglamen­tara el aspec­to docente den­tro del hos­pi­tal; cues­tio­nan que el depar­ta­men­to de Med­i­c­i­na Pre­ven­ti­va y Social no estu­viera cumplien­do a cabal­i­dad sus obje­tivos los ser­vi­cios de bien­es­tar estu­di­antil son defi­cientes; Mar­i­ano Muji­ca y Orlan­do Gar­cía, líderes de entonces, daban a cono­cer estas inter­ro­gantes en El Impul­so del 17 de febrero de 1967.

La consigna: la huelga va…

De la pre­sión ini­cial se puede ano­tar el resul­ta­do: el Decre­to del 7 de noviem­bre de 1967, en el que se crea la Uni­ver­si­dad Exper­i­men­tal de la Región Cen­tro Occi­den­tal (URCO); a pesar de este logro, las ten­siones no desa­pare­cen, 11 días después los jóvenes empren­den su mar­cha hacia Cara­cas; las respues­tas anti­democráti­cas que tuvieron las autori­dades locales al alla­nar la insti­tu­ción, desem­bo­can en la renun­cia del Dr. Omar Díaz Quiñones como miem­bro de comisión des­ig­na­da por el Min­is­te­rio de edu­cación para orga­ni­zar la Uni­ver­si­dad. Aunque la renun­cia no fue acep­ta­da, el con­flic­to se abre paso, llegán­dose a con­sti­tuir una comisión medi­ado­ra con­for­ma­da por Raúl Azpar­ren, Theoscar Sano­ja, Oscar Ver­a­cochea Loza­da y Mon­señor Mar­cial Ramírez Ponce. (Rojas, R., 2012, p. 50 y ss.).

En el mis­mo orden de ideas, dicha comisión logra entre­gar la insti­tu­ción nue­va­mente al Dr. Díaz Quiñones quien per­manece como primer Rec­tor has­ta el 28 de junio de 1968 cuan­do el Min­is­te­rio nom­bra las autori­dades: Rec­tor, Dr. Argimiro Bra­ca­monte, Vicer­rec­tor Dr. Hum­ber­to Campins y Sec­re­tario Iván Ávi­la Gar­cía. El Dr. Oscar Ver­a­cochea Loza­da per­manece como direc­tor de la Escuela de Med­i­c­i­na has­ta 1971. (Rojas, R., 2012, p. 54). 

El reto académi­co de los estu­dios médi­cos, qued­a­ba refle­ja­do en el sigu­iente texto:

… con­tribuir con el aumen­to de médi­cos requeri­dos y coop­er­ar en la trans­for­ma­ción de la docen­cia médi­ca, inspi­ra­da en los mod­e­los pro­pios del país y tam­bién del exte­ri­or. Una ten­den­cia a la for­ma­ción de médi­cos gen­erales e inte­grales con amplia preparación bási­ca, cul­tos, capac­i­ta­dos mís­ti­ca y téc­ni­ca­mente para colab­o­rar de for­ma deter­mi­nante en la inter­pretación y solu­ción de prob­le­mas del hom­bre en el ámbito de la med­i­c­i­na y la salud públi­ca. (Boletín de la Escuela de Med­i­c­i­na, 1967).

Una visión mod­er­na y acorde con los prin­ci­p­ios de alta per­ti­nen­cia en la que se artic­u­lan los requer­im­ien­tos nacionales e inter­na­cionales es lo que se per­sigue. El camino no fue fácil, sin embar­go, la Uni­ver­si­dad fue toman­do insti­tu­cional­i­dad y así lleg­amos al 26 de abril de 1969 para ofre­cer a la ciu­dad sus primeros egre­sa­dos en Med­i­c­i­na, 23 en total (10 damas y 13 hom­bres): Primera Pro­mo­ción de Médi­cos Ciru­janos Dr. Anto­nio María Pine­da y como padri­no fue selec­ciona­do el Dr. José Luis Zubil­la­ga. Las clases magis­trales estu­vieron a car­go los doc­tores Pablo Pine­da y Car­los Zavarce.  (Rojas, R., 2012, p. 56).

Primera Pro­mo­ción de médi­cos de Bar­quisime­to 1962–1969

Lo que viene es el crec­imien­to y proyec­ción de la Escuela de Med­i­c­i­na; en 1969 se crea la Ofic­i­na de Edu­cación Médi­ca. Esta instan­cia que se venía impul­san­do por influ­en­cia de la Aso­ciación de Fac­ul­tades de Med­i­c­i­na que a su vez lo toman de la Orga­ni­zación Panamer­i­cana de la Salud y de la Orga­ni­zación Mundi­al de la Salud, desem­peñara un papel muy impor­tante en la for­ma­ción per­ma­nente del médi­co de acuer­do a los con­tex­tos sociales. Cuan­do el Dr.  Zap­a­ta asume la Direc­ción de la Escuela en 1971, señala que le dará pri­or­i­dad a la Edu­cación Médi­ca; en este mis­mo año se ini­cia la creación de los núcleos de Acarigua, San Felipe y tam­bién pas­an­tías rurales en Chiva­coa, Nir­gua, Cabu­dare y Dua­ca. En 1973, el Hos­pi­tal Rafael Anto­nio Gil de Dua­ca se adscribe como cen­tro docente para los estu­di­antes del últi­mo semes­tre; en este año hace “la rur­al” el Dr. Bar­tolomé Fini­zo­la, que según tes­ti­mo­nio del Dr. Zap­a­ta ayudó a con­sol­i­dar la expe­ri­en­cia. (Zap­a­ta, M., 2016, p. 28).

Cier­ra su gestión el Dr. Bra­ca­monte, logra la declaración con­jun­ta de la URCO con el Dr. Blas Bruni Cel­li como Min­istro de Sanidad y Asis­ten­cia Social; este doc­u­men­to le da paso a un may­or impul­so de la Escuela de Med­i­c­i­na y su vin­cu­lación direc­ta con las necesi­dades de salud públi­ca en Venezuela. El Con­se­jo Uni­ver­si­tario crea las posi­bil­i­dades para el per­fec­cionamien­to y desar­rol­lo de estu­dios supe­ri­ores en Med­i­c­i­na al autor­izar los pos­gra­dos en Cirugía, Med­i­c­i­na Inter­na, Aneste­si­ología, Radio­di­ag­nós­ti­co y Pediatría.

En 1982, sien­do Rec­tor el Dr. Car­los Zap­a­ta Escalona y Direc­tor de Escuela el Dr. Naji Tor­bay K, jun­to a su equipo el Dr. Fran­cis­co Fini­zo­la Cel­li como Direc­tor Adjun­to y el Dr. Pablo Pine­da Vásquez Direc­tor adjun­to docente, el Dr. Car­los Rivero Rodríguez Coor­di­nador de Estu­dios de Post­gra­do y el Dr. Heber­to Fon­se­ca como Jefe de la Ofic­i­na de Edu­cación Médi­ca se plantea nue­va­mente la revisión cur­ric­u­lar lle­gan­do a la pre­cisión de los sigu­ientes aspec­tos: a) Enfo­car la unidad salud-enfer­medad como un fenó­meno biológi­co-social; b) con­sid­er­ar el con­tac­to con la real­i­dad como el úni­co medio para la incor­po­ración de apren­diza­jes; c) usar los prob­le­mas san­i­tar­ios del país como cen­tro del pro­ce­so enseñan­za apren­diza­je; y d) impul­sar las  cien­cias de la con­duc­ta y la for­ma­ción far­ma­cológ­i­ca. (Zap­a­ta, M., 2016, p. 30).

Que­da en evi­den­cia la rel­e­van­cia del lid­er­az­go médi­co y de las orga­ni­za­ciones sociales locales en el pro­ce­so de insti­tu­cional­ización cien­tí­fi­ca y social de la med­i­c­i­na en Bar­quisime­to, en los momen­tos iden­ti­fi­ca­dos con la creación del Hos­pi­tal de Cari­dad en 1877, el Cole­gio de Primera Cat­e­goría 1884–1904 y el CEDES en 1962. Si bien, estas insti­tu­ciones de carác­ter ofi­cial fueron impul­sadas por políti­cas de Esta­do, no menos peso, tuvo el empu­je dado por los pro­fe­sion­ales de la med­i­c­i­na y las dis­tin­tas ini­cia­ti­vas civiles que jun­taron esfuer­zos y coop­er­aron para log­ar el pro­gre­so de la cien­cia, y con ella la búsque­da del bien­es­tar social. 

El locus del saber médi­co se insta­la des­de la expe­ri­en­cia clíni­ca de la med­i­c­i­na, primero en el antiguo Hos­pi­tal de Cari­dad que pasa a lla­marse Anto­nio María Pine­da des­de 1939, y luego Hos­pi­tal Cen­tral Anto­nio María Pine­da con las trans­for­ma­ciones económi­cas y sociales de la región des­de 1954. Cobra fuerza el desar­rol­lo de la pro­fe­sión médi­ca al fun­darse a lo inter­no del Hos­pi­tal, en 1950, la Jor­nadas Pine­da, even­to académi­co y cien­tí­fi­co pro­movi­do por David Anzo­la, Anto­nio Bujan­da Yépez, Ramón Igna­cio Mén­dez Llam­ozas y Hernán Cortez Muji­ca, para incen­ti­var y difundir la inves­ti­gación clíni­ca y social del saber médi­co en la región pero estable­cien­do rela­ciones con inves­ti­gadores de otras regiones del país así como del exte­ri­or. (Cebal­los, R., 2008, p. 201). En nues­tra inter­pretación, fue la orga­ni­zación de los médi­cos des­de el Hos­pi­tal, lo que en parte, ayudó abrir camino a los estu­dios de med­i­c­i­na en el CEDES, auna­do al desar­rol­lo urbano de la ciu­dad y la alta par­tic­i­pación de la sociedad civ­il medi­ante el lid­er­az­go de FUNDASAB. 

Al cumplirse este año 2018, el 55 aniver­sario de la Escuela de Med­i­c­i­na Pablo Acos­ta Ortíz, es prop­i­cia la ocasión para nuevos estu­dios de su trayec­to­ria, proyec­ción inter­na­cional y nacional, y la eval­u­ación has­ta el pre­sente. A octubre de 2016, van 69 pro­mo­ciones con 6.395 egre­sa­dos, una exce­lente mues­tra de una his­to­ria que se for­jó entre Esta­do, sociedad y la juven­tud estu­diosa de las primeras pro­mo­ciones de la Escuela. (Infor­ma­ción sum­in­istra­da por el depar­ta­men­to de reg­istro académi­co del Decana­to de Cien­cias de la Salud, UCLA, octubre, 2017).

Foto de Por­ta­da: Inau­gu­ración del Nue­vo Hos­pi­tal. Bar­quisime­to 1918

Más sobre el Dr Anto­nio María Pine­da 

Ref­er­en­cias
Cebal­los, R. (2008) Del Hos­pi­tal de Cari­dad al Hos­pi­tal Cen­tral de Bar­quisime­to 1880–1954. Bar­quisime­to. UCLA. Edi­ciones del Rectorado
El Impul­so 17 de febrero de 1967. Barquisimeto.
Escalona, S. (1996). His­to­ria Social e Insti­tu­cional de la edu­cación en el esta­do Lara: El Cole­gio Fed­er­al de Bar­quisime­to. Tra­ba­ja­do de Gra­do en Maestría en Edu­cación. UPEL-IPB. Mimeografiado.
Fon­se­ca, H. (1967). Intro­duc­ción Boletín de la Escuela de Med­i­c­i­na.. Bar­quisime­to. URCO.
Fou­cault, M. (1966). El nacimien­to de la clíni­ca. Méx­i­co. Siglo XXI editores.
Giménez L., C. (2001) Dua­ca en la época del café (1870–1935). Dua­ca. Edi­ciones de la Ofic­i­na del Cronista.
Giménez L., C. (2003). En el espe­jo de la pren­sa. Notas de his­to­ria y lit­er­atu­ra. Bar­quisime­to. Fun­dación Buría.
Pine­da, A. M. (1888). Pre­sentación Boletín del Hos­pi­tal de Cari­dad, Número, 4. Bar­quisime­to. Hos­pi­tal de Caridad.
Razetti, L. (1962). “Car­ta de Razetti a la Cámara Leg­isla­ti­va de Lara” Obras Com­ple­tas II. Divul­gación. Cara­cas; Min­is­te­rio de Sanidad y Asis­ten­cia Social.
Rojas, R. (2012). Uni­ver­si­dad Cen­troc­ci­den­tal Lisan­dro Alvara­do. Una His­to­ria de 50 años. Bar­quisime­to. UCLA. Edi­ciones del Rectorado.
Rojas, R. (2014). La economía de Lara en cin­co sig­los. III edi­ción, cor­regi­da y aumen­ta­da. Bar­quisime­to. UPTAEB.
Sil­va U., R. D. (1981) Enci­clo­pe­dia Larense. Tomo II. Bar­quisime­to. Edi­ciones de la Pres­i­den­cia de la República.
Var­gas, M. (2008). El Liceo Nacional Lisan­dro Alvara­do de Bar­quisime­to 1936–1969. Bar­quisime­to, Fun­dación Buría.
Zap­a­ta, M. (2016). Car­los Zap­a­ta Escalona, vida y obra. Bar­quisime­to. Decana­to Cien­cias de la Salud. UCLA. Mimeografiado

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «Los estudios médicos en Barquisimeto, experiencias institucionales con sentido de futuro»

  • Exce­lente tra­ba­jo históri­co, mem­o­rable, lo dis­fruté y me trasladé en el tiem­po como quien recuer­da sus antepasa­dos para amar su pre­sente. Gra­cias pri­mo, gra­cias, bien mere­ci­da tu cátedra.

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