Quinta Mayda, la casona olvidada de los Yepes Gil

Luis Alber­to Per­o­zo Padua
Peri­odista y escritor
luisalbertoperozopadua@gmail.com
TW / IG @LuisPerozoPadua

Conocida en Barquisimeto como una casa de espantos y aparecidos, la Quinta Mayda o casona de la familia Yepes Gil, asentada a un lado del parque Ayacucho, declarada patrimonio histórico y cultural de Venezuela, hoy sobrevive al abandono oficial


Quin­ta May­da vista des­de el par­que. Foto: Diario EL IMPULSO

En las cróni­cas de Ful­gen­cio Orel­lana, la afama­da casona fue orde­na­da a con­stru­ir en 1921, por don Carme­lo Giménez, nat­ur­al de Yaritagua, esta­do Yaracuy, acau­dal­a­do com­er­ciante propi­etario de “Mer­can­tiles El Globo”.

Giménez abri­ga­ba la esper­an­za de con­stru­ir una casa sim­i­lar a las exis­tentes en las afueras de París, moti­va­do a una obsesión con una baila­r­i­na france­sa que vino a Bar­quisime­to con la com­pañía de Filo Vagontier.

El his­to­ri­ador Romel Escalona, cro­nista de la par­ro­quia Con­cep­ción de Bar­quisime­to, ase­gu­ra que el rico com­er­ciante con­trató a un arqui­tec­to francés para diri­gir la obra y cuyo proyec­tista fue el Her­mano Juan.

Al con­cluirse la obra a medi­a­dos de 1922, Giménez se la ofre­ció a la desea­da baila­r­i­na, y con ella con­vivió unos meses en el inmue­ble, has­ta que la dama con­sigu­ió de su acom­pañante un prés­ta­mo cau­daloso para  can­ce­lar unas deu­das en París, pero nun­ca más regresó. Despecha­do y arru­ina­do, el com­er­ciante se dis­pu­so alquilar­la para aque­l­las famil­ias aco­modadas de Bar­quisime­to.

Un regalo para doña Yuya

El cañicul­tor don Cruz María Yepes Gil y su esposa Julia ‘Yuya’ Ele­na Jou­bert León,  de ori­gen cura­zoleño, quien “era una her­mosa mujer de vivaces ojos, muy car­i­ta­ti­va, bon­da­dosa y amable”, se pren­saron del her­moso caserón, sostiene Haydee Pad­ua, hija de Daniel Yepes Gil, her­mano de don Cruz María. Este mat­ri­mo­nio accedió rentar el inmue­ble por su belleza veg­e­tal, los finos acaba­dos, amplios espa­cios y por sobre todo, por el esplen­dor que irra­di­a­ba en su interior. 

No obstante, don Cruz María, decide com­prar la casona en 1928, para obse­quiársela a su esposa, y así mudarse a la mese­ta de Bar­quisime­to, toda vez vivía has­ta ese entonces en Bel­la Vista, su hacien­da de cañame­lar asen­ta­da en el Valle del Tur­bio. Sus dos hijos Edgar y Bey­la se mudaron con ellos, y en 1935 nace May­da, su ter­cera hija.

El cro­nista Orel­lana nar­ra que en la casona se fes­te­jaron dos grandes bodas: “La primera fue la de la hija may­or Bey­la con el abo­ga­do Raúl Castil­lo Fer­nán­dez, la cual se efec­tuó durante la noche con toda la huer­ta ilu­mi­na­da, más la pres­en­cia de 2.500 invi­ta­dos, y los fes­te­jos que se tra­jeron des­de Cara­cas. La cel­e­bración se pro­longó por var­ios días”.

La segun­da boda fue la de May­da con el abo­ga­do Rómu­lo Mon­ca­da Col­menares, nati­vo del esta­do Táchi­ra, sarao que se efec­tuó a ple­na luz del día pero igual de fas­tu­osa, ya que la casa poseía en sus alrede­dores la más her­mosa arbole­da de la región, la que se ilu­minó para el fas­tu­oso mat­ri­mo­nio, con­sid­er­a­do uno de los mejores de la época.

Doña Yuya, esposa de Cruz María Yepes Gil
Don Cruz María Yepes Gil

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La trage­dia enlu­ta la casa

Un gris episo­dio envuelve la casa en luto por el asesina­to de un emplea­do a manos de otro durante los años 60.  El diario EL IMPULSO pub­licó el sinie­stro reseñan­do que el may­or­do­mo de los Yepes Gil, apuñaló con un cuchil­lo a un albañil. Don Cruz María empacó sus perte­nen­cias y se mudó jun­to a su famil­ia a la casa de sus pos­e­siones en el Valle del Tur­bio. Más tarde, a medi­a­dos de los años 70, doña Yuya regre­sa para habitar la casona, donde per­maneció has­ta 1981.

El cro­nista Orel­lana ates­tigua que sería doña Yuya quién relató que la casa se había llena­do de espíri­tus malig­nos, moti­vo por el cual se mudó a un sitio más acoge­dor de la ciu­dad, traspasan­do la propiedad a su hijo Edgar Yepes Gil.

[drop­shad­ow­box align=“none” effect=“lifted-both” width=“auto” height=”” background_color=”#f6b05f” border_width=“1” border_color=”#dddddd” ]

La Quin­ta May­da, propiedad de la famil­ia Yepes Gil, aun sobre­vive a la indifer­en­cia ofi­cial pese a ser un pat­ri­mo­nio de Barquisimeto

Pasadi­zo secreto 

Se dice que la quin­ta posee un pasadi­zo sub­ter­rá­neo que va des­de un sótano (bode­ga) has­ta los pre­dios del Par­que Ayacu­cho, dis­eña­do para huir o escon­der­se durante las guer­ras inter­nas. Este túnel con­ta­ba con pequeños cuar­tos para res­guardar armas, pólvo­ra y muni­ciones. Por razones de seguri­dad y salu­bri­dad, doña Yuya ordenó sel­l­ar sus entradas, bajo la más estric­ta reser­va. Esto igual­mente ha sido nega­do por famil­iares direc­tos de los Yepes Gil, con firmes ale­gatos y cal­i­fi­ca­do “como parte de los mitos con­stru­i­dos por antigu­os cro­nistas de la ciu­dad”.[/dropshadowbox]

Espan­tos atormentados

Edgar Yepes Gil se mudó nue­va­mente a la res­i­den­cia por un perío­do más cor­to que su madre. Man­i­festó que en ella si vivía “un alma ator­men­ta­da”, y que “el sonido de car­retas y cabal­los durante la noche no lo deja­ban con­cil­iar el sueño”.

A medi­a­dos de los años 90, decide colo­car la Quin­ta May­da en ven­ta,   porque ningún inte­grante de su numerosa famil­ia desea­ba volver habitar el inmue­ble. Edgar logró acuer­do con la cor­po­ración del proyec­to Denu Park, otor­gan­do per­misos donde autor­iz­a­ba la demoli­ción de la casona para que con­struy­er­an sobre ella dos enormes tor­res habita­cionales. Al tiem­po de conc­re­tarse la com­pra, la vivien­da fue inva­di­da por seguidores del pres­i­dente Hugo Chávez, quienes pidieron su expropiación para la con­struc­ción viviendas.

Reseña­da por el IPC

Según el catál­o­go del Pat­ri­mo­nio Cul­tur­al Vene­zolano, “(…) En la ciu­dad de Bar­quisime­to especí­fi­ca­mente en las car­reras 16 y 17 y calles 42 y 43, se encuen­tra ubi­ca­da la Quin­ta May­da, cono­ci­da ante­ri­or­mente como la casa de los Yepes Gil o la quin­ta Car­men Luisa, tratán­dose de un edi­fi­cación con­stru­i­da en los años 20 del siglo pasa­do. 

Emplaza­da en el cen­tro de un ter­reno que abar­ca un man­zana com­ple­ta, con abun­dantes áreas verdes a su alrede­dor, la casona pre­sen­ta una tipología de vil­la, tan­to por su for­ma de emplaza­mien­to como por su majes­tu­osi­dad en la orga­ni­zación y aspec­to for­mal, su vol­u­men con un techo incli­na­dos, mues­tra un juego simétri­co de dos nive­les, que deter­mi­nan un acce­so prin­ci­pal, con­for­ma­do por el atrio.

Pre­sen­ta ele­men­tos de esti­lo neo­clási­cos que le dan un aspec­to seño­r­i­al a la edi­fi­cación, así como grandes puer­tas y ven­tanas enmar­cadas por molduras planas, pilas­tras y cor­nisas moldu­radas y fron­tones tri­an­gu­lares, con­ser­van­do mate­ri­ales tradi­cionales en su estruc­tura y sus techos fueron con­stru­i­dos en madera con acaba­dos de tejas de arcil­la, y sus muros de adobe, sien­do reg­istra­da en el Primer Cen­so de Pat­ri­mo­nio Cul­tur­al 2004–2005 y declar­a­da Bien de Interés Cul­tur­al por el Insti­tu­to Pat­ri­mo­ni­al Cul­tur­al, según Gac­eta Ofi­cial Nº 38.234 de la Repúbli­ca Boli­var­i­ana de Venezuela el 22 de Julio de 2005. Hoy la Quin­ta May­da está someti­da al más triste de los des­pre­cios: la indifer­en­cia oficial.

Repor­ta­je tam­bién pub­li­ca­do en EL IMPULSO

Quin­ta May­da. Instan­tánea aérea de un drone

 

Quin­ta May­da, casona de la famil­ia Yepes Gil
Inte­ri­or de la Quin­ta May­da. Foto: Cortesía Leonar­do Yépez, nieto de Don Cruz María Yepes Gil
CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Ver comentarios

  • Muchas gracias por esta publicación, estudié en la U.E. Fermín Toro, actual clínica adventista, todos los días pasaba por allí. Seria interesante publicar un plano de la distribución de la casa, seria estupendo, muchas gracias, me alegra se sea patrimonio de Barquisimeto, sería también muy interesante se restaurara para museo histórico y podrían exhibirse pinturas y muebles de la época. Soy Psicólogo pero estaría dispuesto a colaborar con un proyecto de recuperación

Entradas recientes

El archivo del Libertador se salvó “de milagro”

os papeles del Libertador Simón Bolívar, resguardados y embalados por Manuela Sáenz en 10 baúles,…

3 días hace

Esta es la historia del vanguardista Palacio Municipal de Barquisimeto 

Luis Alberto Perozo Padua  Periodista y cronista  luisperozop@hotmail.com  @LuisPerozoPadua  ara 1960, Barquisimeto tenía proyectada una…

1 semana hace

Eloy el indio Tarazona, el espaldero del dictador Juan Vicente Gómez

Luis Alberto Perozo Padua Periodista y cronista luisperozop@hotmail.com @LuisPerozoPadua o encontraron bocabajo, frío y exánime…

2 semanas hace

Boves, el venezolano perdido

Ángel Rafael Lombardi Boscán Historiador y escritor Director del Centro de Estudios Históricos de la…

2 semanas hace

1838: La salud en la Provincia de Carabobo 

Carlos G. Cruz H  Historiador y escritor tusaludhispana@gmail.com ara 1838 en la Provincia de Carabobo,…

2 semanas hace

En 1956 el presidente Pérez Jiménez ejerció la soberanía nacional en Isla de Aves 

Ramón Alberto Rivero Blanco Investigador histórico y escritor or primera vez en la historia de…

2 semanas hace