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Ramón Bravo el apasionado pulpero de Tarabana

José Luis Sotillo J.
Cronista Parroquial de Agua Viva.
aguavivajose@hotmail.com
twitter:@aguavivajose

En el sitio de Tara­bana, un tan­to cer­cano a las con­flu­en­cias de los ríos Tur­bio con el Claro, ady­a­cente al antiguo camino car­retero hacia Cabu­dare, exis­tió un recin­to de par­tic­u­lar ref­er­en­cia, para quienes, entre un ir y venir, toma­ban las dis­tin­tas rutas que los lle­varía has­ta sus elegi­dos des­ti­nos; no sin antes, realizar una pequeña para­da oblig­a­to­ria en la con­cur­rente y antigua posa­da o pulpería El Sol, la mis­ma que en algu­na ocasión admin­is­traría el bien nom­bra­do don Ramón Bravo.

La Posa­da del Sol en la casa de Ramón Bra­vo. Allí per­nocta­ban tra­ba­jadores de los cen­trales azu­careros, via­jeros. Foto: Améri­co Cortez, cro­nista de Cabu­dare S/F

Entre películas y distracciones 

Jus­ta­mente sería en este par­tic­u­lar expen­dio, donde se unirían viejos anéc­do­tas alma­ce­nadas en la memo­ria de unos pocos. Era evo­ca­da en los recuer­do de antaño, las céle­bres pelícu­las proyec­tadas con el cine móvil de Enrique Per­láez. Sien­do las de Tarzán el hom­bre mono, o Super­man; las más vis­tas en los cele­bres años 60. Momen­tos cuan­do ya don Ramón abría con­sti­tu­i­do su famil­ia y arraiga­do su teson­era labor en el pal­pi­tar de aquel entrañable lugar; su señal­a­do establec­imien­to, jun­to a las aten­ciones que dis­pens­a­ba su com­pañera de vida, doña Jovi­ta del Rosario Linárez.

Quehaceres y atenciones

Con doña Jovita; esta última llegada de las retiradas tierras cercanas al El Tocuyo, de un  caserío denominado ´Potrerito´; años más tarde el tiempo la llevo a trasladarse al sitio de Tarabana, donde entre quehaceres aprendidos, comenzaría a trabajar esmeradamente en aquella pulpería como cocinera, ofreciendo como menú de la casa, el degustado mondongo o las pedidas y salidas empanadas que tanto agradaron el paladar de las peonadas que continuamente frecuentaban la bodega

Testimonios familiares

Según el tes­ti­mo­nio de famil­iares e hijos de don Ramón San­ta Ana Bra­vo Pereira, lle­garía de la remo­ta geografía tór­rense, especí­fi­ca­mente de Río Tocuyo; y una vez sien­do ape­nas un joven ado­les­cente comen­zaría a lab­o­rar en la hacien­da San­ta Rita cer­ca de Cabu­dare; esto para 1931. El des­ti­no le com­pen­saría años después la admin­is­tración de la bode­ga El Sol, propiedad de Augus­to Casamay­or, la cual for­maría el pat­ri­mo­nio más pre­ci­a­do de don Ramón, y la cual sería arren­da­da por don Augusto. 

Una vez allí for­jaría su núcleo famil­iar al lado de doña Jovi­ta; ya que para 1941 se com­pro­m­e­tería y pro­cre­arían siete hijos.

Mar­lene Bra­vo jun­to a su madre doña Jovi­ta de Bra­vo y don Ramón Bra­vo en su apaci­ble vivien­da en El Peñusco
Gargantas frescas y algunos juegos

Era común para los visitantes que deambulaban los antiguos caminos del polvero, el real, o el que venía de Agua Viva, estacionarse para refrescar sus gargantas con cocuy o cerveza, bien sea la del Oso o la del Águila cómo comúnmente se le identificaba en la época; sin relegar a un lado, los campeonatos de bolo, bolas criollas, domino, o de pelota criolla que se jugaban a un costado del camino del polvero; en un terreno adyacente a esta. Y así también se organizaban bingos y loterías de animalitos

Las creencias heredadas 

Anual­mente, en medio de una prome­sa fer­viente trasmi­ti­do por la pasión de sus prog­en­i­tores, posi­ble­mente de don José Toribio Bra­vo, padre de Ramón; era tradi­ción en meses de junio dan­zar y tacar a dos antiguas imá­genes de San Anto­nio (heredadas), logran­do que aque­l­la prome­sa fuese com­ple­men­ta­da no solo con un velo­rio, sino tam­bién con un tamu­nangue que coor­dina­ba con veci­nos de Cruz Blan­ca (Bar­quisime­to), o por amis­tades como Ale­jan­dro Puer­ta o Manuel Freites. 

Un sentimiento de arraigo

En 1965 com­praría en el sitio de El Peñus­co, cer­ca de Agua Viva, un ter­reno a Rafael Del­ga­do, edi­f­i­can­do una pequeña vivien­da de bahareque donde fun­daría la bode­ga San Anto­nio, renun­cian­do y colo­can­do en manos de Ben­jamín Chiri­nos su ante­ri­or pulpería. 

Estando en El Peñus­co los arreos de bur­ro car­ga­dos de leña lle­va­dos por los Per­oza de El Man­zano, iden­ti­fi­ca­ban algu­nas veces la facha­da de su recién con­stru­i­da casa.

Las imá­genes de San Anto­nio heren­cia de don Ramón Bravo

De aquel sitio se dice que entre las casas cer­canas esta­ban la del Negro Urrio­la de amplio corre­dores, pare­des altas y techo de teja; la quin­ta Las Ger­manías ocu­pa­da por Isabel Var­gas y Mar­tin Flo­res, la casa de El Jobo atrav­es­a­da a un costa­do por el buco de “Las piedri­tas”, era ocu­pa­da por Eulo­gia Col­menárez, al lado de don Ramón Bra­vo esta­ba Dáma­so Cortez jun­to con la seño­ra Alvi­rana Cam­pos; un tan­to más allá Pauli­na Escalona con Gre­go­rio Sánchez, Román Rivero y seño­ra; entre otros con­ta­dos veci­nos y casas que como la quin­ta de madera, con el paso de los años fue polémi­ca, ya que se incen­di­aría lleván­dola a cenizas.

Fue así como Ramón Bra­vo, quien nac­ería el 26 de julio de 1914, fal­l­e­cerá el 31 de mayo de 1990, car­ac­ter­izán­dose como un ref­er­ente y un sen­timien­to en este lar, gra­cias a las gratas esper­an­zas y anecdóti­cas viven­cias dejadas por él.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

6 comentarios en «Ramón Bravo el apasionado pulpero de Tarabana»

    • Salu­dos ami­ga Emil­ia que bueno que le haya gus­ta­do. Gra­cias por su opinión.

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  • Lo felic­i­to esta boni­ta la his­to­ria revivi lin­do recuer­dos porque yo viví esa his­to­ria y estube en esa infan­cia que sigan sus exis­to leí todo lo que públi­co que Dios lo bendi­ga siem­pre son bel­los recuer­do que nun­ca volverán

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    • Gra­cias seño­ra Yus­mary aunque no le conoz­ca, agradez­co alta­mente su opinión, para seguir en está noble tarea.

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  • Lo felic­i­to x su his­to­ria esta boni­ta yo viví esa infan­cia cuan­do me la pasa­ba cazan­do igua­na x la casa de reja y bus­can­do man­go me la pasa­ba en la hacien­da de los sigala tum­ban­do coco y bañán­dome en los bucos porque mi mamá lava­ba la ropa allá con mis her­manos que lin­do recuer­dos que jamás volverán lo felic­i­to x la his­to­ria que me hizo revivir que Dios lo bendi­ga siem­pre exe­lente historia

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  • Cabu­dare tara­bana #1 par­ro­quia José gre­go­rio bastida

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