Yaracuy: de Provincia a Entidad Federal

Mario R. Tovar G
Historiador y escritor
mtovar60@hotmail.com

“Man­ten­go el cri­te­rio de que muchas veces la historia
no es de quien la hace y quien la vive sino de quien la escribe.”
Rafael Vilo­ria
Diario Tal Cual
(26–03-2021)

Luego de hac­er una min­u­ciosa lec­tura de la esclare­ce­do­ra obras del recono­ci­do peri­odista y escritor yaracuyano, Juan Vicente Navas Miralles (1962), que lle­va por títu­lo: Vida Políti­ca y Mil­i­tar del Yaracuy (1855–1945), se pude inferir que el trán­si­to del ter­ri­to­rio yaracuyano de provin­cia a esta­do fed­er­al, tuvo tres momen­tos o antecedentes a saber.

En primer lugar, se parte una supues­ta procla­ma, que has­ta la fecha no ha apare­ci­do, emi­ti­da por el gen­er­al Eze­quiel Zamo­ra al ocu­par San Felipe el 28 de mar­zo de 1859, quien, no tenien­do cual­i­dad jurídi­ca para ello, declara esta­do fed­er­al a este ter­ri­to­rio; denom­i­nación que a los pocos días pierde al salir las tropas fed­erales de San Felipe.

El segun­do antecedente ocurre tras la toma de la plaza de San Felipe por parte del gen­er­al Juan Crisós­to­mo Fal­cón, el 21 de agos­to de 1859, quien pasa var­ios días rein­sta­lan­do el esta­do fed­er­al que ese mis­mo año había crea­do de hecho, pero no de dere­cho su com­pañero de armas, el gen­er­al Eze­quiel Zamora.

Mien­tras que el últi­mo antecedente tiene lugar el 3 de abril de 1863, cuan­do entra a Yaritagua el jefe de opera­ciones de las tropas fed­er­al­is­tas gen­er­al Leonidas Álvarez de Lugo, nom­bre olvi­da­do por nues­tra his­to­ria region­al, quien a la cabeza de 600 hom­bres se dirige a San Felipe, para restau­rar el esta­tus de esta­do fed­er­al, que per­duró has­ta el tri­un­fo defin­i­ti­vo de las tropas fed­er­al­is­tas ese mis­mo año, cuan­do legal­mente obtiene esa denom­i­nación, tras ser san­ciona­da final­mente la Con­sti­tu­ción Nacional de 1864, que ele­va todas las provin­cias del país a la cat­e­goría de esta­dos federales.

A este respec­to nos cuen­ta el his­to­ri­ador Navas Miralles, que con­trari­a­mente a los méto­dos emplea­d­os por el gob­ier­no godo, cuan­do recon­quistó por segun­da vez la cap­i­tal del Yaracuy, el gen­er­al fed­er­al­ista Leonidas Álvarez de Lugo dio garan­tías a los ciu­dadanos y ejem­p­los de moral­i­dad, al tiem­po de orga­ni­zar políti­ca y admin­is­tra­ti­va­mente el territorio.

A tales efec­tos, nom­bró a las autori­dades civiles, ponien­do fin a las per­se­cu­ciones y atro­pel­los pro­pios de aque­l­la frat­ri­ci­da guerra.

Otro impor­tante dato apor­ta­do por Navas Miralles en su esclare­ce­dor tex­to es que comien­za a cir­cu­lar en San Felipe el per­iódi­co El Fed­er­al­ista, quien aludía en su edi­ción fecha­da el 31 de octubre de 1862 (y que nos recuer­da la añe­ja sen­ten­cia según la cual la his­to­ria la escriben los vence­dores), lo siguiente:

«En el inter­reg­no de la guer­ra, el Yaracuy fue víc­ti­ma de todo género de desa­fueros; asesinatos hor­ro­rosos se per­pet­u­aron a las som­bras de la noche; la propiedad par­tic­u­lar dejó de ser, debido al der­roche que se puso en eje­cu­ción por mag­istra­dos indig­nos y has­ta el sexo débil, tan acata­do en todos los lugares que alum­bra el sol, sin­tió a su vez los golpes del; más es jus­to decir que ni el hier­ro del asesino, ni las cade­nas con que los tira­nos pre­tendieron que­brar el val­or de los patri­o­tas, fueron bas­tantes a debil­i­tar la fe; antes por el con­trario, val­ién­donos de las pal­abras de un emi­nente escritor con­tem­porá­neo: “los miem­bros des­cuar­ti­za­dos; las cabezas de los patri­o­tas pues­tas acá y allá en públi­ca exhibi­ción para inspi­rar ter­ror, fueron con­duc­tores eléc­tri­cos del val­or y patri­o­tismo de aque­l­la época glo­riosa (…) en esta cruza­da de lib­er­tad, el Yaracuy se ha dis­tin­gui­do por su entrañable amor a la causa pop­u­lar. De aquí sal­ió para la línea de Puer­to Cabel­lo una exce­lente división, arma­da y equipa­da reg­u­lar­mente, la cual ha sega­do lau­re­les en esta últi­ma cam­paña; y aún todavía está pre­stando sus ser­vi­cios en el cen­tro (…). En la guer­ra, el esta­do Yaracuy ha dado prue­bas del val­or y leal­tad de sus hijos; en la paz, ha sido el ejem­p­lo de orden y moral­i­dad de los demás esta­dos, pues se han con­sagra­do las más amplias garan­tías a todos los ciu­dadanos; se ha puesto en prác­ti­ca una políti­ca con­cil­i­ado­ra que ha hecho renac­er la con­fi­an­za públi­ca y sen­ta­do la base de un halagüeño porvenir».

Yaracuy forma­ba parte de la Provin­cia de Bar­quisime­to en 1840 Elab­o­ra­do por Agustín Codazzi, 1793–1859

Los diputados a la
Asamblea Constituyente

Pos­te­ri­or­mente, en diciem­bre de ese mis­mo año (1863), se reuniría en Cara­cas la Asam­blea Con­sti­tuyente Nacional, para la cual habían sido nom­bra­dos por el Yaracuy los sigu­ientes diputa­dos: gen­er­al José Víc­tor Ariza, gen­er­al Anto­nio María Salom, Sr. Max­i­m­il­iano F. Castil­lo, gen­er­al Anto­nio Men­doza y coro­nel José María Orte­ga Martínez, como prin­ci­pales; Dr. Cres­cen­cio Mon­tero, pres­bítero Dr. Fed­eri­co Ortiz, Sr. Daniel Oje­da, Sr. Lino Goitía y el Sr. Rafael Álvarez de Lugo, como suplentes.

Final­mente, al año sigu­iente, el 28 de mar­zo de 1864, esta asam­blea san­ciona la Con­sti­tu­ción Fed­er­al de la Repúbli­ca, que recibe el ejecútese de rig­or en solemne acto real­iza­do en la igle­sia matriz de Coro, antigua y prim­i­ti­va Cat­e­dral de Venezuela.

Por lo demás, es per­ti­nente agre­gar que en la referi­da ciu­dad se hal­la­ba el gen­er­al Fal­cón, y has­ta allí acud­ió una comisión des­ig­na­da por el Con­gre­so; al tiem­po que en Cara­cas y en todas las ciu­dades y pueb­los del inte­ri­or, se hicieron actos ofi­ciales y grandes fes­te­jos pop­u­lares con moti­vo de la entra­da en vigen­cia de la nue­va Con­sti­tu­ción; mien­tras que en San Felipe, cap­i­tal del recién nom­bra­do Esta­do Yaracuy, sería leí­da la nue­va Car­ta Magna en la Casa de Gob­ier­no, el 29 de mayo de 1864.

En suma, esta es la rig­urosa ver­sión que nos ofrece el his­to­ri­ador Juan Vicente Navas Miralles en su esclare­ci­da obra que hoy reseñamos; digna de con­sul­tar por los intere­sa­dos en el tema, al ofre­cer­nos luces sobre el con­tex­to políti­co y mil­i­tar del esta­do Yaracuy, en su com­ple­jo trán­si­to de provin­cia a enti­dad federal.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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