Categorías: Crónicas

El diario de Bucaramanga y una carta de Perú de Lacroix

Omar Garmendia
Cronista y escritor

En 1828 Perú de Lacroix acompañó al Libertador durante su permanencia en Bucaramanga hasta la disolución de la gran Convención de Ocaña, donde llevaba un diario o apuntes de todos los episodios del servicio oficial, y muy especialmente de la vida privada del Libertador Simón Bolívar


Jean Louis Michel Perú de Lacroix Massier nació en Mon­te­limart, Fran­cia, el 14 de sep­tiem­bre de 1780. Muy joven fue sol­da­do y de 1810 a 1812 sirvió a Napoleón, bajo las órdenes de Mur­al. Pasó luego a la cam­paña de Rusia, y antes de la batal­la de Leipzig par­tió a Inglater­ra, en comisión reser­va­da, para averiguar los planes de Luis XVIII. Por entonces tomó el aris­tocráti­co apel­li­do de Lacroix

Jean Louis Michel Perú de Lacroix (1780–1837)

En 1828 Perú de Lacroix acom­pañó al Lib­er­ta­dor durante su per­ma­nen­cia en Bucara­man­ga has­ta la dis­olu­ción de la gran Con­ven­ción de Ocaña, donde llev­a­ba un diario o apuntes de todos los episo­dios del ser­vi­cio ofi­cial, y muy espe­cial­mente de la vida pri­va­da del Lib­er­ta­dor. En 1835, Perú de Lacroix, entonces en Cara­cas, en casa del mar­qués del Toro, se ocupó en cor­re­gir sus man­u­scritos, bau­ti­za­dos con el nom­bre de Diario de Bucara­man­ga, man­u­scritos que des­de aquel tiem­po han anda­do en Cara­cas de mano en mano, has­ta perder­se las huel­las de los orig­i­nales escritos de puño y letra del autor.

Con­s­ta este man­u­scrito ‑perteneciente en la actu­al­i­dad a la Acad­e­mia de His­to­ria de Venezuela de dos cuader­nos sola­mente, mar­ca­dos con las denom­i­na­ciones de Tomo 2. 0 y Tomo 3.0, los cuales com­pren­den las pági­nas 167–323 y 323 bis-467, respec­ti­va­mente. Las fechas son, en el tomo segun­do, del 2 al 25 de mayo (igual a la parte del Diario pub­li­ca­da en París), y en el ter­cero, del 26 de mayo al 26 de junio.

En la por­ta­da del primero de estos cuader­nos se lee esta nota: “Lit­eral­mente copi­a­do del orig­i­nal que escribió el gen­er­al, entonces coro­nel, Luis Perú de Lacroix. Al fin del segun­do cuader­no aparece esta otra nota: “Lo que pre­cede es copia del Orig­i­nal, fiel y lit­eral­mente saca­da y ter­mi­na­da en Cara­cas, hoy vienes, 22 de mayo de 1863”. Esta dig­i­tal­iza­do por la Bib­liote­ca Luis Ángel Arango, del Ban­co de la Repúbli­ca, Colom­bia. La data de antigüedad de la copia puede com­pro­barse con el papel emplea­do para ella, que es el español lla­ma­do de oril­la, ple­ga­do en cuar­tillas, cuyas dobles fechas varían de 1856 a 1863.

En el tomo segun­do fal­tan cua­tro hojas, des­de la pági­na 295 has­ta la 302, y en su lugar hay una hoja en blan­co. El tex­to abun­da en gali­cis­mos, cuida­dosa­mente con­ser­va­dos por el copista. Existe igual­mente otro man­u­scrito, de puño y letra de Lacroix, perteneciente a don Manuel Segun­do Sánchez. Este man­u­scrito es el índice del Diario de Bucara­man­ga, cuya sim­ple lec­tura aclara dudas y da idea pre­cisa del intere­san­tísi­mo con­tenido del libro. El índice es un cuadernil­lo de 16 pági­nas que con­tiene el sumario de cada uno de los días a que se refiere el Diario. Prin­cip­ia el 1 de abril de 1828 y ter­mi­na el 29 de mayo del mis­mo año, pero como el gen­er­al Lacroix, a pesar de que el Lib­er­ta­dor se ausen­tó de Bucara­man­ga para Bogotá el 9 de junio, pro­longó su diario has­ta el 26 de ese mes. Fal­tan al índice las pági­nas cor­re­spon­di­entes a los días com­pren­di­dos entre el 30 de mayo y el 26 de junio del año citado.

El Diario pub­li­ca­do en Paris en 1859 le fal­ta, para ser com­ple­to, la relación, com­pren­di­da entre el 1 de abril de 1828 y el 1 de mayo, y del 26 de mayo al 26 de junio. Al man­u­scrito, el más com­ple­to que se conoce, le fal­ta, sin embar­go, toda la primera parte, com­pren­di­da entre el 1 de abril y el 1 de mayo de 1828, y al índice le fal­tan las pági­nas cor­re­spon­di­entes a los días com­pren­di­dos entre el 39 de mayo y el 26 de junio de 1828.

Igle­sia de San Fran­cis­co donde se real­izó la Con­ven­ción de Ocaña en 1828

Expul­sa­do de Venezuela en 1836 var­ios reformis­tas, Lacroix, que se encon­tra­ba entre ellos, se encam­inó a su patria nati­va, y allí con­sumó su antiguo designio. Un día de enero de 1837, los per­iódi­cos de París anun­cia­ron el sui­cidio de Luis Perú de Lacroix (His­pano, Cor­ne­lio, 1912, en Diario de Bucaramanga). 

“Motivos de mi sui­cidio y mis últi­mas disposiciones.

Cin­cuen­ta y siete años, una nue­va caí­da políti­ca, sep­a­ra­do de mi mujer y de mis hijos hace seis años, sin esper­an­za de reunirme a ellos, sin for­tu­na, sin esta­do, la real­i­dad de la mis­e­ria ya pre­sente y la per­spec­ti­va de sus insep­a­ra­bles com­pañeras, la humil­lación y la igno­minia, son los motivos que me deter­mi­nan a abre­viar mis días, con­ven­ci­do, por otra parte, de que hay más val­or en darse la muerte que en dejarse degradar et prende a la gorge  por la hor­ri­ble mis­e­ria, que en dejarse arras­trar por ella has­ta el lodo y que en vivir, en fin, bajo su cru­el y per­ma­nente tiranía … Mis Memo­rias, que quedan man­u­scritas, expli­can la últi­ma parte de mi vida. Estas Memo­rias for­man dos volúmenes, bajo el títu­lo de: Mis vein­tidós años de Nue­vo Mun­do, mi juven­tud en Europa y mi sui­cidio en París. Entre mis pape­les se encon­trarán tam­bién algunos man­u­scritos en español, a saber: Colom­bia des­de su creación has­ta su destruc­ción, o Resumen históri­co de las rev­olu­ciones políti­cas que más han con­tribui­do a la destruc­ción de esta Repúbli­ca, dos volúmenes. Memo­rias de Pacheco, portero vita­l­i­cio del Gob­ier­no de Bogotá, un vol­u­men, no con­clu­i­do. Almanaque históri­co políti­co, no con­clu­i­do, segui­do de efemérides colom­bianas. En bor­radores, diez y seis frag­men­tos políti­cos e históri­cos bajo diver­sos títu­los. Diario de Bucara­man­ga, o Vida públi­ca y pri­va­da del Lib­er­ta­dor Simón Bolí­var, un grue­so vol­u­men. Todos estos man­u­scritos, con excep­ción del últi­mo, se encon­trarán entre mis pape­les. El Diario de Bucara­man­ga, que con­sidero ser la obra más intere­sante, porque con­tiene la vida públi­ca y pri­va­da de un grande hom­bre, de un bien­hechor de la Humanidad, está deposi­ta­do en manos de mi dig­no y respetable ami­go el mar­qués Fran­cis­co Rodríguez del Toro, gen­er­al de división de la Repúbli­ca de Venezuela, res­i­dente en Cara­cas. Este ami­go debía pon­er la obra en manos del cón­sul francés res­i­dente en Cara­cas, para que éste me la dirigiera a París, bajo cubier­ta del min­istro de Rela­ciones Exte­ri­ores. No sé qué haya llegado.

“Si mi situación hubiese sido otra en Fran­cia, yo habría cor­regi­do todos esos man­u­scritos, y con la ayu­da de un edi­tor instru­i­do los habría pub­li­ca­do. Puesto que no lo puedo hac­er, otro lo hará tal vez, o con esta esper­an­za y con esta inten­ción dejo el pre­sente lega­do de todos los dichos man­u­scritos, inclu­so el Diario de Bucara­man­ga, a los señores admin­istradores de El Siglo, para que ellos sean los edi­tores y los hagan pub­licar a su ben­efi­cio en el idioma que gusten, con la úni­ca condi­ción de que un ejem­plar de cada obra sea dirigi­do por ellos a cada una de las per­sonas sigu­ientes: Mon­sieur Euse­bio Perú, en Mon­te­limart; gen­er­al de división Fran­cis­co R. del Toro, en Cara­cas; don Vicente Ibar­ra, en Cara­cas, para su her­mano, el gen­er­al Ibar­ra, y a la seño­ra viu­da Perú de Lacroix, Dolores Mutis, en Bogotá.

“Hago, además, este escrito para que nadie pue­da ser acu­sa­do de mi muerte y para que ella no sea atribui­da a un acto de demen­cia de mi parte, sino a la fría y juiciosa razón, úni­co móvil de mi vol­un­tad y de mi mano.

“Mi sepul­tura me inqui­eta poco, sin embar­go, si mi vol­un­tad pud­iese valer algo, yo pediría el entier­ro de un sim­ple sol­da­do, que fue mi primer gra­do mil­i­tar en Francia.

“Hecho y fir­ma­do de mi mano, debi­en­do lle­var la fecha del día de mi muerte. París, a … de 1837.

L. Perú de Lacroix.”

(Diario de Bucara­man­ga, 1924)

REFERENCIAS

De Lacroix, L. Perú. (1924). Diario de Bucara­man­ga. Vida públi­ca y pri­va­da del Lib­er­ta­dor Simón Bolí­var. Madrid: Edi­to­r­i­al Ambrier.

His­pano, Cor­ne­lio (1912). Diario de Bucara­man­ga de 1924. Madrid: Edi­to­r­i­al Ambrier.

Omar Garmendia

Escritor. Ensayista. Cronista de libre ejercicio. Profesor Titular UCLA, Doctor en Educación y Magister Scientiarum en Lingüística blogculturaomar.blogspot.com

Ver comentarios

  • Gracias por compartir este lindo articulo sobre la vida del señor Peru de Lacroix.

    Mi bisabuela, señora Maria Suarez Lacriox, casada con don Daniel Coronado, era hija de Hortensia Lacroix Mutis, y nieta de Peru de Lacroix que estaba casado con la señora Dolores Mutis Amaya.

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