Categorías: Crónicas

En 1859 España amenazó a Venezuela con buques de Guerra frente al Puerto de La Guaira

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y cronista
luisperozop@hotmail.com
@LuisPerozoPadua

Venezuela había sucumbido en una cri­sis dev­as­ta­do­ra durante los mandatos de los her­manos José Gre­go­rio y José Tadeo Mon­a­gas, este últi­mo con dos gobiernos.

A la sazón, la inesta­bil­i­dad políti­ca del rég­i­men de José Tadeo se agudizó entre 1857 y 1858, últi­mo año de su mag­i­s­tratu­ra, pro­ducien­do toda clase de con­trariedades políti­cas, económi­cas y diplomáti­cas, trance que sortearon los sigu­ientes man­datar­ios Pedro Gual, Julián Cas­tro y Manuel Felipe Tovar.

Uno de los casos más álgi­dos se reg­is­trará cuan­do don Eduar­do Romea, encar­ga­do de nego­cios de España en Venezuela, pre­sen­tó en 1859, un reclamo en donde exhorta­ba al Esta­do vene­zolano la ind­em­nización de var­ios súb­di­tos españoles que declararon haber sufri­do daños oca­sion­a­dos durante la Guer­ra de Independencia.

Buque de guer­ra Blas­co de Garay

Inmedi­ata­mente el pres­i­dente Manuel Felipe Tovar, para respon­der a las exi­gen­cias, designó como min­istro plenipo­ten­cia­rio en España a don Fer­mín Toro, uno de los hom­bres más vir­tu­oso y sobre­saliente del momen­to, quien, jun­to al sec­re­tario de la legación, don Mar­i­ano Julio Pala­cios, se embar­có el 7 de agos­to con des­ti­no a la Madre Patria.

No obstante, el con­flic­to escaló a tal mag­ni­tud, que dos días después, el 9 de agos­to, a escasas mil­las náu­ti­cas del Puer­to de La Guaira, se apos­taron estratégi­ca­mente dos buques de guer­ra con ban­dera españo­la: el Blas­co de Garay, con 6 cañones de 20 cen­tímet­ros y una trip­u­lación 150 hom­bres; y el Habanero, envi­a­dos por el capitán gen­er­al de Cuba.

Romea insis­tió en sus pre­ten­siones con otra nota que pre­sen­tó el día 10 «… dan­do vein­tic­u­a­tro horas para que el gob­ier­no garan­ti­zase su cumplim­ien­to, declaran­do que en caso con­trario quedarían rotas las rela­ciones entre Venezuela y España».

Al día sigu­iente, el Gob­ier­no vene­zolano rec­hazó la nota. El día 12, Romea solic­itó sus pas­aportes y se embar­có en el Blas­co y Garay. Des­de la Pres­i­den­cia de la Repúbli­ca se decidió entonces que el del­i­ca­do asun­to sería sola­mente trata­do en Madrid y que se infor­maría sobre lo suce­di­do a los país­es amigos.

Gen­er­al José Anto­nio Páez

Páez plenipotenciario

El pres­i­dente Tovar designó al gen­er­al José Anto­nio Páez que para entonces se encon­tra­ba res­i­den­ci­a­do en Nue­va York, min­istro plenipo­ten­cia­rio de Venezuela para realizar ges­tiones ante el gob­ier­no norteamericano.

«Ningu­na per­sona mejor que Páez, que había recibido en los Esta­dos Unidos demostra­ciones y señales de apre­cio, estaría fac­ul­ta­do para tratar el asun­to con el mejor final», escribió el pres­i­dente Tovar, el 14 de sep­tiem­bre de 1860, al primer mag­istra­do esta­dounidense James Buchanan, un exper­to diplomáti­co con mar­ca­da aten­ción en temas pro­pios de la pres­en­cia de esta­dos Unidos en el Caribe.

Opor­tu­na­mente Páez infor­mó al gob­ier­no norteam­er­i­cano que Venezuela jamás habría pen­sa­do en dejar de aplicar la ley a los autores de crímenes y atro­pel­los, «pero para ello esta­ban los tri­bunales. Sola­mente estaría dis­puesto el Gob­ier­no a pagar daños cau­sa­dos por fuerzas propias y no por insurrectos».

Igual­mente dejó asen­ta­do, que el Gob­ier­no español, a través del encar­ga­do de nego­cios «al ame­nazar a Venezuela apoy­a­do en buques de guer­ra, estaría incur­rien­do en actos ina­cept­a­bles que cier­ta­mente sig­nif­i­can la inter­ven­ción de una poten­cia euro­pea en asun­tos inter­nos de un país americano».

Don Fer­mín Toro

Escribe el his­to­ri­ador Tomás Polan­co Alcán­tara, en su libro Venezuela y Esta­dos Unidos a través de dos sig­los, que el pres­i­dente Buchanan recibió en Wash­ing­ton las cre­den­ciales de Páez el 20 de octubre, y unos días después, Lewis Cass, sec­re­tario de Esta­do, atendió la visi­ta del plenipo­ten­cia­rio, escuchan­do con aten­ción los planteamien­tos del viejo llanero que procuró ayu­da «para que la cuestión vuel­va a la sen­da pací­fi­ca de que no debió salir».

El con­flic­to diplomáti­co se caldeó cuan­do el pres­i­dente norteam­er­i­cano fijó posi­ción neu­tral ante el asun­to, toda vez que su país no per­mitía apre­ciar ni decidir los méri­tos de la cuestión ni inter­venir en las rela­ciones que entre sí tuvier­an otros Estados.

Sin embar­go, no se negó a servir, indi­rec­ta­mente, como medio con­cil­ia­to­rio, por lo que instruyó a rep­re­sen­tante diplomáti­co esta­dounidense en Madrid, para que advirtiera al Gob­ier­no español la dis­posi­ción de inter­pon­er sus buenos oficios.

Entre­tan­to, en Madrid, don Fer­mín Toro había logra­do una entre­vista pri­va­da con el pres­i­dente del Con­se­jo de Min­istros, don Leopol­do O´Donnell, duque de Tetuán y conde de Luce­na, pres­i­dente del Gob­ier­no entre 1858 y 1863, «hom­bre con fama de buen juicio», resaltó Toro en uno de sus informes envi­a­do a Cara­cas sobre el encuen­tro cel­e­bra­do el 26 de octubre de 1860.

A juicio de Toro, a las con­ver­sa­ciones se les dio carác­ter de pri­va­do debido a la inter­rup­ción de las rela­ciones diplomáti­cas entre Venezuela y España, aña­di­en­do que O´Donnell, expu­so «con brevedad, energía y exquisi­ta cortesía los motivos de agravio que tenía España para exi­gir reparaciones».

Antigua vista del puer­to de La Guaira, entre 1899–1900

La prensa avivó el fuego

Pero mien­tras los plenipo­ten­cia­r­ios eje­cuta­ban cuida­dosas man­io­bras para restable­cer las rela­ciones bilat­erales, la pren­sa españo­la ata­ca­ba con vio­len­cia a Venezuela, acu­san­do al Gob­ier­no de «per­ver­sos y atro­ces», a su vez, hacía énfa­sis en las «nego­cia­ciones ocul­tas del gen­er­al Páez con el gob­ier­no norteam­er­i­cano», tratamien­to infor­ma­ti­vo que exponía artera­mente la pres­en­cia de Páez en Wash­ing­ton, hacién­do­lo ver como un indi­cio de injeren­cia norteam­er­i­cana en asun­tos inter­nos de la Corte de Madrid.

El 29 de diciem­bre regresó Páez a Wash­ing­ton con el fin de pre­sen­tar sus salu­dos de Año Nue­vo al pres­i­dente y a la vez a entre­vis­tarse con el min­istro español Gabriel Gar­cía de Tes­sara, con quien ya había estable­ci­do un ami­ga­ble y fruc­tífero primer encuen­tro, y así lo infor­ma a la Can­cillería vene­zolana, el 6 de febrero de 1861 des­de Nue­va York.

Cuan­do el con­flic­to parecía lle­gar al pun­to más álgi­do, el envi­a­do de Esta­dos Unidos reit­eró la pos­tu­ra con­cil­i­ado­ra de su Gobierno.

Y después de var­ios encuen­tros y entre­vis­tas diplomáti­cas, España retiró a su rep­re­sen­tante diplomáti­co (Eduar­do Romea) y con­cluir el trance pací­fi­ca­mente orde­nan­do a sus buques «absten­erse de todo acto hos­til con­tra Venezuela». Los buques levaron anclas y tomaron rum­bo a su base en Cuba. Fue así como se reestablecieron las rela­ciones diplomáti­cas entre ambos país­es suscri­bi­en­do un con­ve­nio en San­tander el 12 de agos­to de 1861.

Es imposi­ble sosla­yar la influ­en­cia del Gob­ier­no norteam­er­i­cano en la res­olu­ción de este con­flic­to, así como las hábiles man­io­bras del gen­er­al José Anto­nio Páez en el asun­to, sin dejar de men­cionar las doc­tas ges­tiones diplomáti­cas de don Fer­mín Toro.


Fuente: Tomás Polan­co Alcán­tara. Venezuela y Esta­dos Unidos a través de dos sig­los. Edi­ción de la Cámara Vene­zolano-Amer­i­cana de Com­er­cio e Indus­tria. Cara­cas, 2000

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Entradas recientes

1831 La Revolución “haitiana” de Caracas

Luis Heraclio Medina Canelón Miembro de la Academia de Historia del Estado Carabobo Hay ciertos…

14 horas hace

Hipólita, la esclava que amamantó a Simón Bolívar

ocos días después del nacimiento de Simón Bolívar, su familia tomó una decisión que lo…

3 días hace

La Gran Colombia, el país más poderoso

Luis Alberto Perozo Padua Periodista y escritor luisperozop@hotmail.com En las redes sociales: @LuisPerozoPadua Si el…

3 días hace

Botica del Carmen y Farmacia Lara, historia de la antigua botiquería tradicional

Luis Alberto Perozo Padua Periodista y escritor luisperozop@hotmail.com En las redes sociales: @LuisPerozoPadua a Botica…

1 semana hace

La esclavitud en la Provincia de Carabobo

Carlos G. Cruz H Historiador y escritor galeno1999@yahoo.com ien pudiéramos decir que el tema de…

1 semana hace

Masacre de Pasto: la maldición infame de Bolívar y Sucre

Efraín Jorge Acevedo  Historiador y escritor efrainjorge@yahoo.es X: @efrainjorge ay episodios terribles y dolorosamente trágicos…

2 semanas hace