Tarabana fue la hacienda más importante del Valle del Turbio

 

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista


Tempranamente, en la primera década del siglo XX, los hacendados del Valle del Río Turbio, mostraron gran interés por la instalación de modernas factorías para procesar la caña de azúcar que se cultivaba en abundancia en la región

Los her­manos Yepes Gil, fueron los cap­i­tanes de la indus­tria cañame­lar en la vas­ta zona que com­prendía des­de las már­genes del río Tur­bio has­ta el piede­monte del majes­tu­oso Terepaima. 

Pero serán José Anto­nio, Cruz María y Mar­i­ano, quienes com­pran la históri­ca hacien­da Tara­bana el 7 de sep­tiem­bre de 1920 a la suce­sión González, Rodríguez y Ara­pé, pre­dio descrito como “… fun­do de cañas de azú­car denom­i­na­do ‘Las Mer­cedes’, antes Tarabana”.

El Cen­tral Las Mer­cedes, se com­ponía de un mod­er­no trapiche de la fábri­ca L. Geo Squier & Ca, de Buf­fa­lo, Nue­va York, que fue com­pra­do en 1917, a un cos­to de 13 mil 501 bolí­vares, con capaci­dad para mol­er 20 toneladas de caña en 12 horas.

Cen­tral Tara­bana en 1928

La maquinar­ia de cin­co masas, movi­da por vapor, poseía una cen­trífu­ga con un tacho al vacío para la elab­o­ración del azú­car y otro abier­to para el papelón, dos alam­biques con sus tone­les y barriles. 

Tam­bién tenía sus ofic­i­nas y edi­fi­cios recien­te­mente con­stru­i­dos y todos sus enseres: 10 car­ros con 10 bes­tias y sus arne­ses, 4 car­retones tira­dos por bueyes, así como 10 yun­tas de bueyes.

De Central Las Mercedes a Tarbana

Luego de adquirir el mod­er­no trapiche, los her­manos Yepes Gil, devuel­ven el ances­tral nom­bre a la hacien­da Tara­bana, y al vision­ar que la maquinar­ia exis­tente tenía la lim­itación de pro­ducir 500 kilo­gramos diar­ios de azú­car (50 sacos de 10 kilo­gramos como la empaca­ba la suce­sión González), deci­den mod­ern­izar la fábri­ca y adquieren una nue­va maquinar­ia en Ale­ma­nia, fab­ri­ca­da por la com­pañía Krupp Grusonwerk.

Los her­manos Yepes Gil, se encar­garon de ordenar la com­pra de la nue­va maquinar­ia, así como de diri­gir su insta­lación. El encar­go llegó a Bar­quisime­to a través del Fer­ro­car­ril Bolí­var y traslada­do a la hacien­da Tara­bana a través del camino de Zamurobano para conec­tar con el camino real. 

Tes­ti­mo­nios orales ase­gu­ran que gigantes cajas de madera, con­tenti­vas del mod­er­no trapiche alemán, fueron con­duci­das sobre tron­cos y hal­adas cuida­dosa­mente con yun­tas de bueyes. 

Las cajas esta­ban ase­gu­radas con grue­sas cade­nas y cabuyas de cuero, y eran arrastradas lenta­mente, jor­na­da que duró todo un día, advierte Juan Alvara­do, cabu­dareño que pres­en­ció el trasla­do de la maquinar­ia y tra­ba­jó un poco más de veinte años en lo que luego de 1930 se con­ver­tiría en el Cen­tral Tara­bana Her­manos Yepes Gil.

Hacien­da Tara­bana. Foto Elio Otaiza EL IMPULSO déca­da de 1950

Pionero por más de una década

El Cen­tral Tara­bana fue por más de dos lus­tros, la primera y más impor­tante fac­toría de la región, en donde a lomo de bes­tia y en car­retones, se arrima­ba la caña para su proce­samien­to, lle­gan­do a pro­ducir, durante la déca­da del 30, cer­ca de 100
toneladas por día.

El inves­ti­gador Juan Morales Álvarez, en su obra His­to­ria del Cen­tral La Pas­to­ra, ano­ta que en 1944, durante el gob­ier­no de Isaías Med­i­na Angari­ta, ya existían 29 cen­trales azu­careros insta­l­a­dos en el país. “En esa época con­vivían téc­ni­cas antiguas con conocimien­tos mod­er­nos”

Entre estos inge­nios fig­ura­ban en Lara sola­mente en 1949, Los Pal­mares, en El Tocuyo, con una pro­duc­ción de 939 mil 990 kilo­gramos de azú­car; Tara­bana, en Cabu­dare, con 800 mil, segui­do por Ver­salles en La Con­cep­ción con 360 mil y Sicarigua, en La Trinidad con 350 mil.

En la rig­urosa obra Tara­bana, de José Anto­nio Yepes Azpar­ren, el escritor enu­mera que el Cen­tral Tara­bana, para 1940 procesa­ba 120 toneladas de caña diari­a­mente ele­van­do a 150 des­de 1944 has­ta la cul­mi­nación de la zafra en 1954, fecha en que el trapiche cesa en sus funciones.

La his­to­ri­ado­ra Catali­na Banko, en su estu­dio La Indus­tria Azu­car­era en la Región Cen­tro Occi­den­tal, desta­ca que de las 27 mil 241 toneladas de azú­car pro­duci­das en el país en 1945, la pro­por­ción cor­re­spon­di­ente a los cen­trales estable­ci­dos en la región era muy pequeña: Las Mer­cedes (1.926), Tara­bana (558), Los Pal­mares (299), San Mar­cos (103) y El Rodeo (62), lo que rep­re­senta­ba 7.1%, del total nacional.

El ocaso del central

El 28 de noviem­bre de 1952, en el sitio de la hacien­da La Unión, en el caserío Chorobobo, a 8 kilómet­ros de Bar­quisime­to, fue colo­ca­da la primera piedra para la fun­dación del Cen­tral Río Tur­bio, fac­toría que ven­dría a reem­plazar los pequeños inge­nios del Valle del Turbio. 

Las opera­ciones se ini­cia­ron en 1955, con el proce­samien­to de 2.500 toneladas diarias de caña y la elab­o­ración de 14 mil 447 toneladas de azúcar.

Trapiche del Cen­tral Tara­bana en 1921. Foto Ernesto Balestrini

La hacien­da Tara­bana prosigu­ió con el cul­ti­vo de caña luego del cese de su trapiche, e igual des­ti­no tran­si­taron los otros cen­trales del valle, lim­itán­dose a cosechar el rubro para proveer a aquel nue­vo central.

Más tarde, la hacien­da quedó com­ple­ta­mente inop­er­ante y en 1965, Jesús María (Chu­cho) Briceño Eck­er y su esposa Elia Yepes Gil Oropeza de Briceño (hija de don Mar­i­ano, dueño total­i­tario de Tara­bana des­de el 3 de diciem­bre de 1941), venden al Insti­tu­to Agrario Nacional, (IAN), la fin­ca Tara­bana “con­stante de 994 hec­táreas y mil 535 met­ros”, doc­u­men­to reg­istra­do en Cabu­dare, 2 de diciem­bre del año ya mencionado.

Tarabana desde siempre

En una min­u­ciosa cronología sobre la tradi­ción ances­tral de la hacien­da Tara­bana, encon­tramos datos rev­e­ladores que ates­tiguan que el pre­dio fue com­pra­do según escrit­u­ra del 9 de sep­tiem­bre de 1791 por Juan Galín­dez y Anzo­la por la can­ti­dad de “siete mil quinien­tos pesos” al regi­dor San­ti­a­go Vil­la­lon­ga: “… Una pos­esión de tier­ras de labor en el sitio de Tara­bana. La referi­da hacien­da se com­pone de veinte y una fane­gadas de tier­ra en las que están fun­dadas doce mil árboles de cacao fru­tales y diez y siete fane­gadas de caña, dos trapich­es, …”.

Des­de esa remo­ta fecha, la hacien­da es men­ciona­da como un pre­dio de pro­duc­ción cacaotero y de cañame­lar, sien­do quizá el primer trapiche de la región.

Hoy la hacien­da Tara­bana y su capil­la Las Mer­cedes, declar­a­da Pat­ri­mo­nio Históri­co del munici­pio Palave­ci­no, medi­ante Decre­to Nº A‑04–02-2000, exhibe la mue­ca más dan­tesca del abandono.

Foto de por­ta­da: Trapiche de la Hacien­da Tara­bana en 1938. Simón Yepes Gil

Fuente: Catali­na Banko. La Indus­tria Azu­car­era en la Región Cen­tro Occi­den­tal. UCV, diciem­bre de 2007
José Anto­nio Yepes Azpar­ren. Tara­bana. Fon­do Edi­to­r­i­al Río Ceni­zo. Bar­quisime­to 2003
Rafael Domin­go Sil­va Uzcátegui. Enci­clo­pe­dia Larense. Edi­ciones de la Pres­i­den­cia de la Repúbli­ca. Cara­cas 1981
Morales Álvarez. Dulzu­ra Caroreña. His­to­ria del Cen­tral La Pas­to­ra. Cara­cas 2006
Cen­tro Inter­no de Doc­u­mentación Diario EL IMPULSO

Cen­tral Tara­bana cir­ca 1920. Foto: Cortesía Leonar­do Yépez, nieto de Don Cruz María Yepes Gil
CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Ver comentarios

  • Desde que vivo en Cabudare, siempre me ha quedado el interes por saber que eran esas ruinas que se ven desde la Ribereña al Nor Este del Distribuidor Tarabana. Hoy, lo recorde y buscando en Internet, lo primero que aparece es el Nombre, Central Tarabana, y con el nombre, esta su Historia. Agradezco mucho su dedicación para resguardar el patrimonio historico y cutural del estado Lara.

    Ante esta crisis que hay, pudieran surgir nuevamente este tipo de Centrales, de baja productividad, con respecto a los Centrales Rio Turbio, La PAstora y Carora, pero con capacidad de aprovechar la poca caña que se produce hoy. Emprendedores con ganas de aprovechar el abandono que hay en el area y con intenciones de productos de CAlidad. De hecho ya en el Tocuyo, por la zona donde se construyó el Terminal, se ha instalado un nuevo Trapiche, tuve la oportunidad de verlo y me parecio genial. Es grato ver estas personas que suguen generando prosperidad con estos emprendimientos.

    Mis Saludos

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