Tarabana, contemplación Mariana por la Virgen de Las Mercedes

 

José Luis Sotillo J.
Cronista Parroquial de Agua Viva


Tarabana es un punto referencial y geo-histórico del contexto palavecinense, su vocablo de origen pre-hispánico nos refiere a una quebrada o naciente de agua que afloraba en el pie de monte del cerro de “Pudibana” o el Manzano, como se le conoce en los actuales momentos. De allí, posteriormente los de habla hispana le endosarían a la referida quebrada, la denominación de “Agua Viva”; esto según documentación oficial de principios del siglo XIX.

A sabi­en­das del ori­gen históri­co de su topon­imia; a Tara­bana se le cono­ció como una por­ción de ter­ri­to­rio amplio, sem­bra­do hacia el Nor-Oeste del Valle del Tur­bio, entrante a la población de Cabu­dare e incluyen­do de igual modo parte de la juris­dic­ción de lo que cor­re­sponde hoy a la par­ro­quia Agua Viva.

Es jus­ta­mente en esta local­i­dad, donde sus vie­jas pos­e­siones estu­vieron cul­ti­vadas de caña dulce; algu­nas hacien­das y casas con la adop­ción o patrona­to de algunos San­tos y Vír­genes. Como así lo indi­can el caso de San­ta Rita y Las Mer­cedes. Unidades de pro­duc­ción; sien­do esta últi­ma, muy común dis­tin­guir­la con el nom­bre de Tara­bana. Donde tiem­po atrás se insta­laría un trapiche azu­carero y papelonero que todavía luce der­rui­do por los años en su peor ros­tro. Mostran­do a un costa­do de está, una capil­la que implo­ra La Sagra­da ima­gen de la Vir­gen de Las Mer­cedes (patrona de los presos). 

Antiguo camino de Las Mapo­ras o calle­jón de la Alian­za. Sabanas de Tarabana
Elio Valera en el inte­ri­or de la Capil­la Nues­tra Seño­ra del Per­petuo Socor­ro jun­to a la ima­gen de la Vir­gen. Sabanas de Tarabana
Jus­to Pino y el padre Matiú en el inte­ri­or de la Capil­la de las Mer­cedes en Tara­bana año 2002

Pre­cisa­mente en la hacien­da Tara­bana por cos­tum­bre, su prin­ci­pal propi­etario don Mar­i­ano Yepes Gil, solía ofre­cer y orga­ni­zar la cel­e­bración mar­i­ana de la Vir­gen de Las Mer­cedes, inex­cus­able­mente en su día. Con el ofrec­imien­to de una misa y una reunión com­par­ti­da entre la elite pisa­taria de las insta­la­ciones y sus tra­ba­jadores, cada 24 de sep­tiem­bre. Todo un sarao o fes­tivi­dad que exhibían tam­bién dos jaulas, las cuales pre­senta­ban como dis­trac­ción un tan­to cru­el, la con­frontación de un tigre; traí­do de las espe­sas mon­tañas de Tere­paima, y un toro; dice el tes­ti­mo­nio oral que siem­pre gan­a­ba en esta triste con­frontación el indomable toro, acon­tec­imien­to sus­ci­ta­dos a prin­ci­p­ios y medi­a­dos del siglo XX.

En los años de 1966 al 1967, esté com­ple­jo agrí­co­la paso a manos de la unidad de pro­duc­ción de parceleros de Tara­bana, adquiri­da por el extin­to I.A.N. Des­de ese momen­to y en medio de fuertes sequias vivi­das en esta sabana recono­ci­da como Tara­bana; dos recono­ci­dos per­son­ajes del entorno agrario, inda­garon acer­ca del extraño fenó­meno de la escasez del vital líquido. 

Fue cuan­do los recor­da­dos José Escalona y Javier Pérez, deci­dieron sin vac­ilación algu­na con­sul­tar­le a la veci­na del sitio de las “Ger­manías”, doña Isabel Var­gas; planteán­dole esté prob­le­ma, lo que lle­vo a doña Isabel a pro­pon­er­le con­sul­tar a un pari­ente iden­ti­fi­ca­do como “Her­mano Juan José”, vidente, que además de poseer energías descono­ci­das y fumar taba­co, le seña­lo a ambos parceleros de la zona, que para “rescatar el cur­so de las aguas sobre el vas­to ter­reno, ten­drían que lle­var en pro­ce­sión con can­tos y rog­a­ti­vas a la Vir­gen de las Mer­cedes has­ta el sitio de la Mon­tañi­ta o bosque de Agua Viva. Una vez estando allí, can­tar y tocar un velo­rio para revivir las aguas”. 

Ante tal con­se­jo, se dice que por arte de fe al sigu­iente año (1967), el agua empezó a bro­tar del sue­lo y de los siete caños local­iza­dos en los alrede­dores de aquel lugar, aumen­tan­do de for­ma asom­brosa el cau­dal de los mis­mos. El mila­gro aler­to al bosquero Can­de­lario Álvarez, quien noti­fi­caría a José Escalona lo suce­di­do, y al per­catarse de la situación man­do a limpiar las ace­quias ubi­cadas entre el Peñus­co y Tarabana. 

Esté extraño hecho, de des­bor­de de las aguas, no solo serviría para regar los cul­tivos, tam­bién per­mi­tió abaste­cer a otras local­i­dades más lejanas como el Tamarindo y el Placer.

 Des­de aque­l­los años los prome­seros asum­ieron la respon­s­abil­i­dad de que cada 24 de sep­tiem­bre se lle­vara en pro­ce­sión la ima­gen de las Mer­cedes des­de su mora­da, has­ta el bosque; dete­nien­do su pres­en­cia en medio de salves, can­tau­rias, rog­a­ti­vas y dec­i­mas; los cuales común­mente eran tocadas y enton­adas por los respeta­dos mae­stros fal­l­e­ci­dos: Manuel Fre­it­ez, Anto­nio Álvarez, Gil Camac­aro, Chico Col­menares, Pio Rodríguez y don Gra­ciano Men­doza; todos ellos mae­stros de can­tos de velo­rio, y com­pro­meti­dos con aque­l­la creen­cia mila­grosa, de haber revivi­do las aguas de esté cau­dal, extraña­mente sin expli­cación alguna. 

En la memo­ria colec­ti­va de muchos tes­ti­gos, recuer­dan como ese primer año, la aten­ción fue asum­i­da por Pauli­na Escalona con la colab­o­ración de cada parcelero.

Anual­mente la prome­sa siem­pre lle­garía has­ta el sitio del Bosque o la Mon­tañi­ta, entre Agua Viva y la estribación del cer­ro el Man­zano; pero por la triste dinámi­ca de crec­imien­to urbano que paso a exper­i­men­tar esté ter­ri­to­rio con la con­struc­ción de la aveni­da Ribereña en 1986, obli­go casi a exter­mi­nar con esta creencia. 

Ya que, para poder atrav­es­ar los exten­sos cañav­erales de Tara­bana al Peñus­co; había que cruzar de un lado al otro extremo, la naciente y peli­grosa aveni­da; lo cual anegó una devo­ción, en todo un ries­go para los asis­tentes. Con­ll­e­van­do a sus orga­ni­zadores a tomar la medi­da de sus­pender la prome­sa en 1992. Deján­dola de lle­var en hom­bros y can­tos a su sitio de siempre.

Para 1993 está pro­ce­sión se min­i­mizaría en una misa y un velo­rio en la propia capil­la lev­an­ta­da a la Vir­gen, ubi­ca­da en las inmedia­ciones de la antigua hacien­da Tara­bana. Has­ta que, en el año 2001, por ini­cia­ti­va de un grupo de lugareños del caserío el Peñus­co, encabeza­do por la veci­na Mar­lene Bra­vo; cometieron de nue­vo abrir una nue­va ruta, de lle­var­la has­ta está locación.

Con el pasar de los años a pesar de su min­i­miza­da aflu­en­cia, nun­ca se deja al olvi­do el mila­gro endosa­do a la Vir­gen de las Mer­cedes; el cual con par­tic­u­lar asom­bro rela­ta y expone Eduar­do “Chopin” Álvarez: “La ima­gen es tes­ti­go de su pro­pio suce­so”. Aún sigue per­manecien­do la fe entrañable y, hoy en día, el velo­rio se le recita en las ady­a­cen­cias del pequeño ora­to­rio Nues­tra Seño­ra del Per­petuo Socor­ro, ubi­ca­do en la puer­ta del caserío el Peñus­co; para nun­ca bor­rar de la memo­ria lo que la Vir­gen prodi­giosa­mente levan­to como el Agua viva, del man­an­tial que recorre sus anchas.

Ima­gen desta­ca­da:  Vir­gen de Las Mer­cedes, cor­re­sponde a la res­guarda­da y adquiri­da por los antigu­os parceleros de la Unidad de Pro­duc­ción Agrí­co­la de Tara­bana, hoy en día en manos de Eduar­do Alvarez cono­ci­do pop­u­lar­mente como Chopín
CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Ver comentarios

  • Excelente artículo. Muchas personas conocen el nombre de Tarabana sin saber su origen. Teniendo en cuenta que el municipio Palavecino es uno de los municipios en donde sus pobladores conocen menos acerca de su origen, historias y crónicas

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