“Por mi boca habla Dios, nadie se engañe…”
José Rafael Urbáez (1940–2011)
La del manto virginal, sutil contraste: principio femenil equilibrio varonil, perfecta alianza con la Trinidad. Madre símbolo de fe, embriágame con tu dulce aliento de leche y miel. Tú, la diosa fértil subordinada al máximo poder del orden cósmico. Tú, el vientre de semilla fecundada. Tú, la mujer-creación Divina. Tú, pastora de almas. Si el movimiento rítmico del espacio en que transitas es infinito, si sobre ti levita la presencia del Espíritu Santo, entonces ruega por mí ‑la pecadora- porque en el nombre de Dios, yo me exorcizo.
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¡Qué belleza, que sutileza! Bella. Gracias