Categorías: Crónicas

Una venezolana en la Corte española

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
luisalbertoperozopadua@gmail.com
@LuisPerozoPadua

Doña Jose­fa Bermúdez Marín, nació en Venezuela, y fue la esposa del capitán gen­er­al de Venezuela Fran­cis­co Tomás Morales, lugarte­niente de José Tomás Boves durante la más cru­en­ta eta­pa de la guer­ra de Independencia.

Con­tra­jeron mat­ri­mo­nio en la cat­e­dral pri­ma­da de la Nue­va Barcelona. El acto ecle­siás­ti­co fue ofi­ci­a­do por el Cura de la San­ta Igle­sia Par­ro­quial de San­ta Eulalia don Diego Anto­nio Her­rera y Jimón, en junio de 1809.

Refiere el acta de mat­ri­mo­nio: «En tres días del mes de junio de 1809. Yo, Don Diego Anto­nio Her­rera y Jimón, pres­bítero teniente Cura de esta San­ta Igle­sia Par­ro­quial de San Cristóbal de Nue­va Barcelona, cer­ti­fi­co: que habi­en­do procla­ma­do en tres días fes­tivos inter Mis­arum solem­nia para con­traer mat­ri­mo­nio á Don Tomás Morales, nat­ur­al de Guimán en la Gran Canaria, hijo legí­ti­mo de D. Fran­cis­co Miguel y de Doña María Alon­so, con Doña Jose­fa Bermúdez, hija legí­ti­ma de Don Gabriel y de Rosa Marín, nat­u­rales y veci­nos de esta ciu­dad, y no habi­en­do resul­ta­do imped­i­men­to alguno, etc., etc. Tes­ti­gos José Bermúdez, Rosa Marín y el sac­ristán (don Nicolás) Castillejo».

Foto ref­er­en­cial /Internet

Doña Jose­fa Bermúdez, era una mujer ele­gante, her­mosa y de man­eras finas. Una dama dis­tin­gui­da. Dies­tra a cabal­lo. Tam­bién fue camar­era de la Reina de España doña María Cristi­na de Bor­bón, durante muchos años, cuan­do la vene­zolana se encon­tra­ba rad­i­ca­da en España con su esposo. Cuen­tan las cróni­cas que era una de las predilec­tas de la monar­ca «por su esti­lo sutil y sus juicios pertinentes».

Jose­fa, así como su her­mano Juan Bermúdez, jefe de las infan­terías de Morales, en nada pertenecían a la famil­ia del gen­er­al del Ejérci­to Lib­er­ta­dor José Fran­cis­co Bermúdez, como se ha dicho, tema sufi­cien­te­mente estu­di­a­do y debatido

En cuan­to a Fran­cis­co Tomás Morales, su con­sorte, nació en Car­rizal de Argüimes (Islas Canarias) el 20 de diciem­bre entre 1781 y 1783. Hijo de Fran­cis­co Miguel Morales y doña María Alon­so Guédez.

Según Domin­go Déniz Grek, en su libro Resumen históri­co descrip­ti­vo de las Islas Canarias, en 1804 Morales entra en la Mili­cia de Artillería (fun­ciones que había desem­peña­do con la artillería de la Casa Fuerte) como sol­da­do vol­un­tario, par­tic­i­pan­do en su primera batal­la en 1806, cuan­do los ingle­ses atac­aron el Mor­ro de Nue­va Barcelona.

Escribe este inves­ti­gador, que en el ascen­so y ful­gu­rante car­rera de Morales se desprende su increíble val­or, su auda­cia e inteligen­cia. Fue el últi­mo gen­er­al español que sal­ió de tier­ra con­ti­nen­tal amer­i­cana. A su vez tenía fama de cru­el y no ten­er escrúpu­los, com­pren­si­ble en su época y en la guer­ra que le tocó vivir, donde no dud­a­ba en degol­lar a sus ene­mi­gos y freír sus cabezas.

Durante la guer­ra, los patri­o­tas que­maron su casa en Píritu y secues­traron a Jose­fa Bermúdez Marín y a María Ana Morales Bermúdez, la hija de ambos, con­finán­dolas a una maz­mor­ra en la Isla de Mar­gari­ta, y cuan­do esta­ban a pun­to de fusilar­las, inter­vi­no el gob­er­nador de la Isla de Trinidad, envian­do un bar­co de guer­ra. Así sal­varon sus vidas.

El 3 de agos­to de 1823, a con­se­cuen­cia de la der­ro­ta sufri­da por la escuadra españo­la el 24 de julio, Morales tuvo que capit­u­lar en Mara­cai­bo ante el gen­er­al de briga­da Manuel Man­rique, coman­dante gen­er­al de las fuerzas patri­o­tas de tier­ra en las acciones con­tra los realistas.

Morales sal­ió de Venezuela con rum­bo a Cuba y Puer­to Rico, y de allí a España. En 1827 fue nom­bra­do coman­dante gen­er­al de las islas Canarias y pres­i­dente de la Real Audi­en­cia. En 1834 volvió a España, donde per­maneció en cuar­tel has­ta 1837 cuan­do regresó a Canarias para reti­rarse luego a la vida privada.

Su trán­si­to vital final­izó en Las Pal­mas (Islas Canarias) el 5 de octubre de 1844, luego de su retiro como mariscal de Cam­po y Capitán Gen­er­al de Venezuela, gra­do y títu­lo obtenido en Venezuela durante la guerra.

Su cuer­po fue inhu­ma­do en la Capil­la de su fin­ca San Fer­nan­do, con asien­to en la Mon­taña de Dora­mas, donde tam­bién yacían los restos de doña Jose­fa Bermúdez Marín, y de su yer­no el brigadier Ruper­to Del­ga­do González, nat­ur­al de Vil­la de Todos los San­tos de Cal­abo­zo, en los llanos del Guári­co, quien esta­ba al ser­vi­cio del ejérci­to real­ista. Ter­mi­na­da la guer­ra, fue gob­er­nador mil­i­tar de Gran Canaria.

Se cele­bró en 1833 el mat­ri­mo­nio entre el brigadier Ruper­to Del­ga­do y María Ana Morales Bermúdez (hija de Morales y Jose­fa Bermúdez Marín), cuan­do ella tenía solo 14 años y el brigadier 44; de esta unión nacieron cin­co hijos: Fran­cis­co Tomás, Jose­fa, Fer­nan­do (alcalde de Las Pal­mas en 1899 cuan­do se inau­guró la primera com­pañía eléc­tri­ca); Manuel y Tomás.

Morales no siem­pre fue un ofi­cial del ejérci­to real­ista, pues a su lle­ga­da a Venezuela, el 19 de mar­zo de 1804, se radicó en Píritu (esta­do Anzoátegui) donde tra­ba­jó como pulpero y ayu­dante de don Gas­par de Caji­gal en la Barcelona de comien­zos del siglo XIX. Allí aprendió a leer y a escribir y con­sigu­ió pro­gre­sar, hacién­dose con un cap­i­tal pro­pio. Como hábil com­er­ciante, comen­zó a nave­g­ar, trans­portan­do mer­cancías por las Antillas.

En su tes­ta­men­to desta­ca un exten­so pat­ri­mo­nio: La hacien­da “San­ta Rosa” en La Vic­to­ria, Venezuela, de 49 leguas; un solar en Píritu, cua­tro esclavos en el pueblo de Cagu­ra, deu­das varias que le debían por 18.000 pesos com­er­ciantes en Venezuela y La Habana; var­ios pre­dios de secano y regadío heredadas de su padre y otros que adquir­ió pos­te­ri­or­mente; una casa de dos pisos frente a la calle de los canóni­gos; un almacén en la cos­ta de Laira­ga; una hacien­da en Tener­ife de 100 fane­gadas; una casa de dos pisos en San­ta Cruz; vales; crédi­tos y suel­dos que se le adeud­a­ban y la famosa hacien­da San Fer­nan­do de 955 fane­gadas en la Mon­taña de Doramas.


Fuente: Miguel J. Romero. La Primera Patria en Barcelona. Tipografía Gut­ten­berg. Cara­cas, 1895
Pablo Guedes González. Fran­cis­co Morales, de salinero en castil­lo del romer­al a capitán gen­er­al de Venezuela y Canarias. 16 de abril de 2013

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