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Esta fue la expansión urbanística de Cabudare entre los siglos XIX y XX

Yolanda Aris
Cronista Municipal de Palavecino
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El pueblo de Cabu­dare tiene sus orí­genes en 1818, cuan­do se creó la par­ro­quia reli­giosa de Cabu­dare, y tres años más tarde, en 1821, adquir­ió la cat­e­goría de par­ro­quia civ­il. Esta población nació en medio de espa­cios geográ­fi­cos car­ac­ter­i­za­dos por hacien­das de cacao, caña y otros pro­duc­tos agrí­co­las, y exten­sas zonas ded­i­cadas a la ganadería vac­u­na, cabal­lar y mular, principalmente.

El lugar donde se estable­ció, for­mó parte de las encomien­das que fueron entre­gadas en 1552,  por el con­quis­ta­dor  español, Capitán Juan de Vil­le­gas al fun­dar Nue­va Segovia en Buría. 

Luego fueron reor­ga­ni­zadas en 1596, por el capitán Don Diego de Oso­rio, cuan­do se declararon vacantes todas las encomien­das, y se real­izó el cobro de impuestos  por su com­posi­ción o legal­ización, revisan­do sus lin­deros y encomenderos ocu­pantes; ya que muchos de sus dueños habían fallecido.

Cabu­dare, en para­le­lo la calle San­ta Bár­bara y la intercomunal

Estos  propi­etar­ios en el tran­scur­rir del tiem­po, en muchos casos, vendieron pequeños lotes de tier­ra a par­tic­u­lares,  y en otros, sim­ple­mente per­mi­tieron la con­struc­ción de vivien­das en sus hacien­das, por parte de sus tra­ba­jadores, veci­nos o campesinos. 

Sin embar­go, tam­bién vendieron lotes de tier­ra a la munic­i­pal­i­dad, con la final­i­dad de que se con­struye­sen obras  sociales, como el cemente­rio. Más intere­sante aún, se realizaron dona­ciones de tier­ras para la ampliación de esta población. El propósi­to de esta inves­ti­gación es dar a cono­cer algunos de estos casos.

La población de Cabu­dare, tiene sus orí­genes en espa­cios que fueron cedi­dos,  pre­cisa­mente para que pudiera estable­cerse allí la igle­sia, la casa cur­al y el cemente­rio, y con­for­mar así, la par­ro­quia reli­giosa de Cabu­dare, obte­nien­do así, la cat­e­goría de pueblo. 

Para com­pren­der­lo, es nece­sario remon­tarse a 1779, cuan­do el Obis­po Mar­i­ano Martí vis­itó estos ter­ri­to­rios; y apre­cian­do la can­ti­dad de feli­gresía que tenía el pueblo de doc­t­ri­na de San­ta Rosa, con­sid­eró que debía estable­cerse una nue­va par­ro­quia reli­giosa en el Sitio de Cabu­dare, decretán­dola en 1785. Ello gen­eró una oposi­ción a su creación; ya que las par­ro­quias de Bar­quisime­to, Yaritagua y San­ta Rosa no querían ver reduci­do su ter­ri­to­rio, sien­do una de las razones para que no se lle­vara a término.

Sin embar­go, por las ges­tiones real­izadas por algunos pobladores del men­ciona­do sitio de Cabu­dare, y con el apoyo de la Igle­sia, en 1817, se efec­tu­aron las dili­gen­cias para que se hiciera efec­ti­vo. Lo primero a tomar en cuen­ta, era el espa­cio y la  delim­itación de lo que sería esa par­ro­quia. La par­ro­quia de San­ta Rosa  acep­tó ced­er parte de su ter­ri­to­rio, sien­do la primera donante de tier­ras para esta población, quedan­do la par­ro­quia de Cabu­dare con­sti­tu­i­da así:

“Por el Poniente, en la unión del Río Claro con el Río Tur­bio, sigu­ien­do línea rec­ta hacia el naciente el camino real de los llanos has­ta encon­trar la que­bradil­la que está del camino del May­al que se sep­a­ra a la izquier­da, sigu­ien­do línea rec­ta éste has­ta encon­trar con la casa de Juan Fran­cis­co Sal­cedo, des­de donde se deja este camino y se toma el que sigue  hacia la izquier­da has­ta la casa de Bene­dic­ta, que es aho­ra de Hipóli­ta Díaz y que sirve de Real Estanco, y prosigu­ien­do por el camino que con­duce a la casa de los Velázques, a pos­esión del Rubio, se seguirá has­ta salir al camino Real de Bar­quisime­to para San Felipe, de donde se con­tin­uará por el mis­mo camino has­ta encon­trar con el río de Bar­quisime­to en el paso que lla­man Gibral­tar, y volvien­do hacia el poniente por las már­genes del sur de este río has­ta encon­trar de nue­vo con la desem­bo­cadu­ra del Río Claro en el Río Tur­bio; todo el ter­reno com­pren­di­do den­tro del cír­cu­lo que for­ma esta división será la exten­sión par­ro­quial del nue­vo cura­to de Cabu­dare…” (Per­era, Ambro­sio. His­to­ria de la orga­ni­zación de los pueb­los antigu­os de Venezuela. Tomo II p. 199)

El 3 de noviem­bre de 1785 se decretó el nue­vo cura­to con sede en el sitio de Cabudare

Luego, había que deter­mi­nar el sitio de con­struc­ción de la igle­sia, plaza, cemente­rio y casa cur­al; lo cual se real­izó el 27 de enero de 1818, con la par­tic­i­pación del Padre Tor­rel­las y el Alférez Real, Juan José Alvara­do de la Par­ra.  Ellos con­sid­er­aron que el lugar más ade­cua­do era: “…en tier­ras de los Ordoñez, al frente  de Don Miguel Bernal…”; espa­cios que fueron don­a­dos por su dueño con ese fin.

Una serie de oposi­ciones a la creación de esta par­ro­quia, prop­ues­tas prin­ci­pal­mente por rep­re­sen­tantes de la Coro­na Españo­la, retar­daron la con­struc­ción de la igle­sia y la con­sol­i­dación efec­ti­va de la par­ro­quia reli­giosa.  Super­adas esas difi­cul­tades, final­mente en 1834, se bendi­jo su igle­sia, a pesar que posi­ble­mente ya en 1824 esta­ba prác­ti­ca­mente ter­mi­na­do el tem­p­lo,  fal­tan­do el bap­tis­te­rio y la torre.

Entonces, podemos apre­ciar que el espa­cio donde se estable­ció el pueblo de Cabu­dare, es decir el tem­p­lo, la plaza, la casa cur­al y el primer cemente­rio se ubi­caron en ter­renos pertenecientes a Los Ordoñez, quienes se con­sti­tuyen en los segun­dos donantes de tierras.

Ese pequeño espa­cio, géne­sis de la población de Cabu­dare, esta­ba a oril­las del camino Real que iba de Bar­quisime­to a los Llanos y rodea­da por hacien­das, lo que impedía su crec­imien­to. Sin embar­go, como se ha señal­a­do, algunos veci­nos con el con­sen­timien­to de los hacen­da­dos, habían con­stru­i­do sus vivien­das en sus posesiones.

Tem­p­lo matriz San Juan Bautista de Cabudare

En este primer avance de inves­ti­gación, se señalan otras dona­ciones al Con­ce­jo Munic­i­pal y com­pras de tier­ras real­izadas por esta insti­tu­ción a par­tic­u­lares, con el fin de lograr la expan­sión ter­ri­to­r­i­al del pueblo de Cabu­dare; las cuales se han podi­do ubicar en fuentes pri­marias,  es decir, difer­entes doc­u­men­tos de com­pra venta. 

En un pro­to­co­lo del 7 de octubre de 1847,  se hace ref­er­en­cia al repar­to y alin­deramien­to en dos partes, de la Sabana de La Mata, que realizaron Juan Anto­nio Ponte y Ros­alía Meleán a favor de sus hijos Juan de Dios Meleán y San­ti­a­go Meleán, y se habla de la necesi­dad de “…deducir var­ios solares ena­je­na­dos por el Sr. Juan Anto­nio Ponte”… entre los cuales se encuen­tra “…el cemente­rio de Cabu­dare a con­stru­irse…”

En 1853 se había cel­e­bra­do un con­tra­to por cua­tro­cien­tos pesos, entre el fina­do Juan Anto­nio Ponte, que se extendía a sus herederos o causa­ha­bi­entes, y el Con­ce­jo Munic­i­pal de Cabu­dare; donde el primero autor­izó a la munic­i­pal­i­dad a que “…todas las aguas que le cor­re­spon­den en las de la Que­bra­da La Mata por dere­chos adquiri­dos o que adquirieron, entren a los grandes estanques de la munic­i­pal­i­dad, jun­to con la teja de agua que ésta posee legí­ti­ma­mente en la mis­ma que­bra­da.” (Pro­to­co­lo Año 1853. No. 24).

Allí tam­bién se había estable­ci­do, que la munic­i­pal­i­dad tenía el dere­cho de propiedad sobre los estanques de agua del acue­duc­to,  que meses antes este propi­etario le había ven­di­do: “… un estanque de mam­postería que ten­go y poseo al sur de esta y a inmedia­ciones del dique de la que­bra­da La Mata con el obje­to de reparar­lo y for­mar de él una alber­ca des­tinán­dola al ser­vi­cio de la pila de esta población…”  y que per­mi­tiría que la entubadu­ra de agua, pasara por la hacien­da La Mata y las calles de la ciu­dad, para sur­tir de agua a esta población. 

El estanque con­sta­ba de 37 varas en cuadro y  cua­tro varas de ter­reno a su alrede­dor. (Pro­to­co­lo Año 1853. No. 24). Es impor­tante destacar que en 1898, se ren­ovó por 20 años más, ese con­tra­to entre el ciu­dadano José Jesús Ponte, heredero de Juan Anto­nio Ponte y el Con­ce­jo Munic­i­pal de Cabudare.

AVENIDA PRINCIPAL DE URBANIZACION LA MATA. CABUDARE. 30/07/1970 B8. 21/01/2015

De igual man­era, en otro doc­u­men­to del año 1857, Juan Anto­nio Ponte declaró bienes por 1,500 pesos, como garan­tía de fon­do para poder ejercer un car­go en el Con­ce­jo Munic­i­pal de Cabu­dare;  pues de esta man­era, los fun­cionaros públi­cos, garan­ti­z­a­ban su hon­esti­dad en el ejer­ci­cio de sus respon­s­abil­i­dades. Así lo refle­ja  un doc­u­men­to del año 1887, que señala que los fun­cionar­ios deben: “…hipote­car a favor del Con­ce­jo Munic­i­pal para respon­der al mane­jo del tesoro…”, y que en caso con­trario, perderían la propiedad en garantía. 

Juan Anto­nio Ponte en ese doc­u­men­to, señala, que tenía una pos­esión de cría lla­ma­da La Sabana, desta­can­do la impor­tan­cia de ella por: “…de ser en ella donde se está fun­dan­do parte del pueblo y donde hay ya solares y calles para el aumen­to de la población…” (5 de sep­tiem­bre de 1857). Esta pos­esión esta­ba al sur de la población. Cabe destacar que la últi­ma calle de Cabu­dare hacia ese pun­to car­di­nal era cono­ci­da como: calle de la Sabana. Esta pos­esión tenía los sigu­ientes linderos:

“Naciente, las top­ias de una casa que era de Igna­cio Gue­vara, línea rec­ta con la que­bra­da de Cabu­dare en el lugar en que se encuen­tra la repre­sa. Poniente, calle del Cam­po San­to has­ta el Cimente­rio y de ésta, línea rec­ta a los cer­ri­tos de La Mata. Norte, calle de San Rafael. Sur, primeros cer­ri­tos de La Mata.”

Lo que per­mite evi­den­ciar que el crec­imien­to al que hace ref­er­en­cia era hacia el sur de Cabudare.

Se hará ref­er­en­cia en esta opor­tu­nidad, a dos impor­tantes hacien­das, que fueron ele­men­to deter­mi­nante para el crec­imien­to urbanís­ti­co de la población de Cabu­dare a finales del siglo XX: La Hacien­da La Mata y la Hacien­da  Tarabana.

Pos­esión La Mata

En 1941, Julio Alvara­do Sil­va, cedió en ven­ta al Con­se­jo Munic­i­pal de Palavici­ni un ter­reno de su propiedad que no tenía cer­ca y no esta­ba cul­ti­va­do, el cual había com­pra­do  a Fran­cis­co Sequera en 1938. Esta­ba ubi­ca­do, al norte con la calle San Anto­nio, al sur y al este con ter­renos de su propiedad de la pos­esión La Mata, y al oeste con la calle Fal­cón y ter­renos de María Lis­cano, los cuales sirvieron para la expan­sión de Cabudare.

Julio Alvara­do Sil­va, quien tam­bién era propi­etario de la pos­esión La Mata, al sur de Cabu­dare, en 1964 la vendió al Insti­tu­to Agrario Nacional (IAN). El 26 de agos­to de 1965, este organ­is­mo  donó  al Con­ce­jo Munic­i­pal del Dis­tri­to Palave­ci­no, un lote de ter­renos que com­prendían una super­fi­cie de 110 hec­táreas de la pos­esión La Mata, los cuales había adquiri­do este insti­tu­to para estable­cer var­ios asen­tamien­tos campesinos, y para dar cumplim­ien­to a los planes de la Refor­ma Agraria. El IAN, con­sti­tuyó allí el asen­tamien­to Campesino La Mata con 54 parceleros.

Sin embar­go, aten­di­en­do la necesi­dad de expan­sión urbanís­ti­ca de la población de Cabu­dare, la cual no podía cre­cer, debido a que, como se ha señal­a­do, se encon­tra­ba rodea­da de hacien­das; con­sid­eró, pon­er en prác­ti­ca los prin­ci­p­ios sus­ten­ta­dos por el IAN, de que las tier­ras deben ten­er un fin de util­i­dad públi­ca. Las tier­ras de esta pos­esión, esta­ban en las oril­las de la población y eso difi­culta­ba su uso para la agri­cul­tura, por lo que deci­dieron donarlas al municipio.

Los ter­renos serían des­ti­na­dos para el desar­rol­lo urbanís­ti­co de Cabu­dare, medi­ante pro­gra­mas de con­struc­ción de vivien­das, que se venían ade­lan­tan­do con la División de Vivien­da Rur­al del Min­is­te­rio de Sanidad. En el acto de entre­ga estu­vieron pre­sentes: el pres­i­dente del Ayun­tamien­to,  Roseliano  Pala­cios; el Síndi­co Munic­i­pal, señor Hon­o­rio Arroyo;  Dr. Domin­go Mederos, Inge­niero de la Vivien­da Rur­al;  y el Dr. Luis Scott, Con­sul­tor Jurídi­co de la Del­e­gación del IAN en el Esta­do Lara. (El Impul­so. 27 de agos­to de 1965. p. 8)

El gob­ier­no nacional con el apoyo del Ban­co Obrero, Malar­i­ología y luego INAVI, con­struyó allí varias urban­iza­ciones res­i­den­ciales entre ellas: La Mata que comen­z­a­ba en la calle San Rafael; Los Pinos, Ban­co Obrero, Las Aca­cias; Además, la Escuela La Mata, hoy Gen­er­al Nicolás Patiño y  la Escuela Gran­ja, luego, Héc­tor Rojas Meza, entre otras.

Camino hacia la hacien­da El Moli­no pre­dio propiedad de Don Daniel Yepes Gil. Fuente Correo de Lara

Hacien­da Tara­bana 

El 2 de diciem­bre de 1965, Jesús María Briceño Eck­er y su esposa Elia Yepes Gil vendieron al Insti­tu­to Agrario Nacional (IAN), la Hacien­da Tara­bana que con­ta­ba con 994 hectáreas.

En agos­to de 1970, el Insti­tu­to Agrario Nacional (IAN), donó  a la Uni­ver­si­dad Cen­tro Occi­den­tal, (UCO), hoy Uni­ver­si­dad Cen­troc­ci­den­tal Lisan­dro Alvara­do (UCLA), un lote de ter­reno en la zona de Tara­bana, que com­prendía 240 hec­táreas, para la con­struc­ción de la Ciu­dad Uni­ver­si­taria; y el Con­ce­jo Munic­i­pal de Palave­ci­no, a su vez, se com­pro­metió a donar con el mis­mo fin, 54 hectáreas. 

Esto se con­cretó el 29 de mayo 1971, en un acto espe­cial, sien­do Gob­er­nador del Esta­do Rafael Andrés Montes de Oca, cuan­do el IAN, entregó a esta uni­ver­si­dad los doc­u­men­tos de propiedad de los ter­renos del Asen­tamien­to Campesino Tara­bana, para con­stru­ir la sede de los Decanatos de Agronomía y Vet­eri­nar­ia, en la redo­ma de Agua Viva. Per­mi­tien­do al munici­pio con­tar con dos núcleos universitarios.

Allí, el Insti­tu­to Nacional de la Vivien­da (INAVI) con­struyó en la déca­da de 1980, las Urban­iza­ciones Tara­bana I, II y III. A la par se dieron ocu­pa­ciones de veci­nos que dieron ori­gen a diver­sos sec­tores populares.


Fuentes Bib­li­ográ­fi­cas Consultadas
Per­era, Ambro­sio. His­to­ria de la orga­ni­zación de los pueb­los antigu­os de Venezuela. Tomo II p. 199 a 201) )

Fuentes Doc­u­men­tales Consultadas
-Reg­istro Inmo­bil­iario del Munici­pio Palave­ci­no: Pro­to­co­lo del 7 de octubre de 1847 / Pro­to­co­lo del 5 de sep­tiem­bre de 1857 / Pro­to­co­lo  año 1941 – Pro­to­co­lo año 1945.

Fuentes Hemero­grá­fi­cas Consultadas
Donó ter­renos el IAN para la expan­sión urbanís­ti­ca de Cabu­dare.” El Impul­so. 27 de agos­to de 1965. p. 8   ///  “Don­adas 290 hec­táreas para la ciu­dad uni­ver­si­taria.”  El Impul­so, 25 de agos­to de 1970. Portada.”

CorreodeLara

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