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Correo del Orinoco, artillería del pensamiento republicano

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y escritor
luisperozop@hotmail.com
En las redes sociales: @LuisPerozoPadua

El Correo del Orinoco fue el medio de comu­ni­cación crea­do por Simón Bolí­var para ilus­trar y apo­yar la causa de la Independencia.

El per­iódi­co comen­zó a cir­cu­lar el 27 de junio de 1818 y lo hizo has­ta el 22 de mar­zo de 1822. La inten­ción era divul­gar en el extran­jero los even­tos de la inde­pen­den­cia y, en Venezuela, ofre­cer a los nacionales un medio para cono­cer las noti­cias del extranjero.

Correo del Orinoco — N. 1

Con la empre­sa de este Papel no ha sido pre­med­i­ta­da, y esta­mos en un país en que no se han vis­to mas libros que los que trahi­an los Españoles, para dar a los Pueb­los lec­ciones de bar­barie, ó momen­tanea­mente los de algun viagero, como LOEFLING y HUMBOLDT, no podemos dar­le des­de el prin­ci­pio todo el interés, de que es sus­cep­ti­ble una Gaze­ta cuya sola exis­ten­cia en el cen­tro de las inmen­sas soledades del Orinoco es ya un hecho señal­a­do en la his­to­ria del tal­en­to humano, y mas quan­do en esos mis­mos desier­tos se pelea con­tra el monop­o­lio y con­tra el despo­tismo por la lib­er­tad del Com­er­cio uni­ver­sal, y por los dere­chos del Mun­do. (sic) 27 de junio de 1818. N° 1. Tomo I. p. 4

En su tra­ba­jo sobre El Correo del Orinoco, Lei­dy Tor­res Cen­dales, (2011), describe que cir­cu­la­ba los sába­dos con una dis­tribu­ción admirable para la época, no sólo en Venezuela, sino que des­de Angos­tu­ra lle­ga­ba a Chile, Argenti­na, Lima, Quito y Bogotá, inclu­so enun­cia que “lle­ga a todos los rin­cones de Europa”, basan­do su afir­ma­ción en una comu­ni­cación de Anto­nio Nar­iño en la cual dice haber leí­do la pub­li­cación estando en el Peñón de Gibraltar.

Se vendía en un peso en Angos­tu­ra y en 30 reales por tres meses para las provin­cias, ofre­cien­do a los suscrip­tores el ben­efi­cio de recibir el per­iódi­co en sus casas.

A par­tir del 27 de enero de 1821, el impre­sor dis­min­uyó el pre­cio de la suscrip­ción a seis pesos por todo el año y un real y medio por cada periódico.

El Correo del Orinoco medía 31 cen­tímet­ros x 22 cen­tímet­ros. A par­tir del No.12, las dimen­siones de la pub­li­cación serán de 36 cen­tímet­ros x 24 centímetros.

Impre­so en cua­tro caras a dos colum­nas has­ta el número once y, en ade­lante, en tres colum­nas en papel de lino. Llegó a pub­licar 133 números, de los cuales cin­co fueron extra­or­di­nar­ios y fuera de la numeración.

Casa taller del Correo del Orinoco. Foto cro­nista Améri­co Fernández

Adquirida en Jamaica

José Miguel Istur­iz, fue envi­a­do a Jamaica con el expre­so propósi­to de adquirir la imprenta que repro­ducirá el Correo. Este regresá a Venezuela a finales de 1817 con la encomien­da que costó 2.200 pesos, y la mitad se le pagó con «25 mulas a 45 pesos cada una, que embar­ca en la Gole­ta María, su capitán Juan (Francés)».

La imprenta desem­bar­ca­da fue descri­ta de la sigu­iente for­ma: El tamaño, ver­ti­cal­mente, es de 180 cen­timet­ros de alto por 79 de ancho hor­i­zon­tal. El largo de la platafor­ma: en el cen­tro tiene 69 cen­timet­ros y 75 en los angu­los; el ancho, en las extrem­i­dades, 53, y en el cen­tro, 54; el espe­sor es de uno y medio. La plati­na mide 64 x 49. En el arco supe­ri­or, que une las colum­nas pos­te­ri­ores, hay un rotu­lo en relieve que dice: The Wash­ing­ton press. El car­ro tiene de largo 144 x 30. Poseía varias fuentes de tipos: long primer y small pica, con las respec­ti­vas itáli­cas y letras blan­cas para títu­los y epígrafes.

La máquina se estable­ció ini­cial­mente en la casa par­tic­u­lar de José Luis Cornieles, cer­ca del par­que de la Artillería. Pos­te­ri­or­mente se trasladó a la calle de la Mural­la número 8 y final­mente fue insta­l­a­da en la Plaza de la Cat­e­dral, en el mis­mo edi­fi­cio donde se había lle­va­do a cabo el Con­gre­so de Angostura.

El Correo del Orinoco se creó para dar respues­ta a la Gaze­ta de Cara­cas y pub­li­ca­ba sobre todo exposi­ciones, cuya final­i­dad era evi­den­ciar la necesi­dad de romper con España.

Uno de los prin­ci­pales obje­tivos del Correo del Orinoco era con­vencer a sus lec­tores de las jus­tas moti­va­ciones de la guer­ra con­tra la Monar­quía españo­la, así como las vir­tudes y el altru­is­mo de quienes lucha­ban en el ban­do libertador.

Esto se real­izó por medio de procla­mas tan­to a favor como en con­tra de los movimien­tos inde­pen­den­tis­tas amer­i­canos; tam­bién pub­licó sáti­ras con­tra el rei de España Fer­nan­do VII; notas sobre libros, movimien­tos fem­i­nistas e inven­tos, así como avances del Ejérci­to Lib­er­ta­dor y los planes del gobierno. 

Algunos autores afir­man que el Correo del Orinoco con­sti­tuyó el arma más poderosa del movimien­to insur­gente y que fue el que real­mente ganó la guerra.

La míti­ca imprenta The Wash­ing­ton Press, que se exhibe en el actu­al Museo Angos­tu­ra, fue mane­ja­da por el británi­co Andrés Rod­er­ick para la causa independentista

Quiénes fueron sus redactores

Operó bajo la redac­ción del colom­biano Fran­cis­co Anto­nio Zea, pero además con­tó con otros impor­tantes edi­tores como Juan Ger­man Roscio, Car­los Sou­blette, Manuel Pala­cio Fajar­do y Rafael Revenga.

Se destacó por la cal­i­dad de la impre­sión, la exac­ti­tud de sus infor­ma­ciones y sobre todo el cuida­do en la redac­ción lit­er­aria obvi­a­mente dada por sus dis­tin­gui­dos colab­o­radores como Diego Bautista Urbane­ja, Cristóbal de Men­doza, Fran­cis­co Javier Yanes, Fer­nan­do Peñalver, Gas­par Mar­cano y Simón Bolí­var, entre otros.

Fue el primer per­iódi­co de Améri­ca en pub­licar edi­ciones en castel­lano, inglés y francés.

Entre los lec­tores del Correo del Orinoco tam­bién se encon­tra­ban los efec­tivos del ejérci­to real­ista, pues el per­iódi­co con­sti­tuía una fuente de infor­ma­ción sobre los movimien­tos ene­mi­gos, y tenía apartes dirigi­dos espe­cial­mente a desmor­alizar a los contrincantes.

Ficha técnica

Imprenta: Andrés Rod­er­ick, Impre­sor del Supre­mo Gobierno
Lugar: Angos­tu­ra
Primer edi­tor: Fran­cis­co Anto­nio Zea
Cir­cu­lación: Sem­anal (Sába­dos)
Colab­o­radores:
Zea, Fran­cis­co Anto­nio, 1766–1822
Roscio Nieves, Juan Ger­mán, 1763–1821
Reven­ga, José Rafael, 1786–1852
Primer número: 27 de junio de 1818
Últi­mo número: 22 de mar­zo de 1822

Casa donde operó El Correo del Orinoco en Angos­tu­ra, hoy Ciu­dad Bolívar

Queja del Editor-Redactor

Fran­cis­co Anto­nio Zea (1766–1822), Juan Ger­mán Roscio (1763–1821), Car­los Sou­blette (1789–1870), Manuel Pala­cio Fajar­do (1784–1819) y José Rafael Reven­ga (1786–1852). Zea dirigió el per­iódi­co durante sus 12 primeros números, has­ta el 10 de octubre de 1818. Explicó en una car­ta que se había vis­to oblig­a­do a dejar el per­iódi­co por “su gen­er­al indo­len­cia y el tra­ba­jo de lidiar con un impre­sor acha­coso, y luego las fiebres ter­cianas que lo atac­aron”, dejan­do la direc­ción a Juan Ger­mán Roscio, quien había ejer­ci­do como su colab­o­rador. En la pub­li­cación se describe a Roscio como “uno de nue­stros más ilus­tres ciu­dadanos, no menos cono­ci­do por su carác­ter y vir­tudes públi­cas, que por sus escritos y su eru­di­ción” (Correo, N°12).

Lo sigu­ieron como direc­tores Car­los Sou­blette, Manuel Pala­cio Fajar­do y José Rafael Reven­ga, aunque es ambiguo el car­go que cada uno de ellos ocupó, pues varía entre redac­tores y jefes admin­is­tra­tivos del periódico.

Final­mente, la imprenta pasó por dis­tin­tas manos luego que Rod­er­ick no pudiera trasladar­la a Cúcu­ta, quedán­dose esta máquina en Mara­cai­bo. Con el paso del tiem­po, fue desecha­da y años más tarde recon­stru­i­da para exhibir­la en el Museo de Ciu­dad Bolívar.


Fuente: Tor­res Cen­dales, Lei­dy Jazmín. (2011) Ficha de Descrip­ción y análi­sis del per­iódi­co Correo del Orinoco (1818–1822). Bogotá: Uni­ver­si­dad Nacional de Colombia.

CorreodeLara

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