En 1974 la UCLA graduó la primera promoción de administradores, contadores y analistas

 

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista

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Era un día perfecto en Barquisimeto aquel 26 de julio de 1974. La emoción no les cabía en el pecho a los graduandos de la Primera Promoción de Licenciados, conformado por 76 administradores, 28 contadores y 12 analistas de sistemas. Para la mayoría fue una proeza alcanzar la meta en aquel país que comenzaba a desprenderse de lo rural para dar paso a la industrialización petrolera. La prometida democracia comenzaba a dar buenos frutos y estos 112 egresados de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, UCLA, serían arte y parte del desarrollo de la pujante nación.

Para Luis Alber­to Per­o­zo, un bar­quisimetano de ori­gen humilde, fue un día inolvid­able, pues era la víspera de su cumpleaños y que mejor momen­to para fes­te­jar un doble tri­un­fo: la vida y la for­tu­na de un sueño alcan­za­do. Ese día recibió doble felic­ita­ciones y un diplo­ma que lo acred­ita­ba como Licen­ci­a­do en Admin­is­tración. Su eufo­ria era tal que repetía en coro, jun­tos a sus com­pañeros de esa gran aven­tu­ra: “Somos parte de la his­to­ria de la UCLA; somos la primera promoción!”.

Ese 26 de julio se efec­tuó un acto muy solemne y por demás emo­ti­vo, pues se alcan­zaron sueños después de un largo pro­ce­so que hubo que ges­tionar y trami­tar para la creación de la Escuela de Admin­is­tración y Con­taduría en Bar­quisime­to, desta­can­do Felipe Pérez González, Juan Aly Suárez Car­riza­lez (fal­l­e­ci­do) y Lino Palen­cia, hom­bres luchadores, per­sis­tentes y de valiosos prin­ci­p­ios egre­sa­dos de esta pro­mo­ción, quienes fueron pilares fun­da­men­tales jun­to a otro grupo de pro­fe­sion­ales para la creación de la escuela que ini­ció sus activi­dades con un prope­déu­ti­co en mayo de 1968.

Invaluable aporte a la docencia y al país

De la primera pro­mo­ción de pro­fe­sion­ales, la Uni­ver­si­dad Cen­troc­ci­den­tal Lisan­dro Alvara­do for­mal­izó con­tra­to con 26 egre­sa­dos para for­mar parte del cuer­po docente y admin­is­tra­ti­vo de esta casa de estu­dios superiores.

Fueron dieciséis licen­ci­a­dos en Admin­is­tración sobre­salien­do: Mari­na Alvarez, Edgar Alvara­do, Raquel Mireya Bar­rios, Esper­an­za Orel­lana De Couput, Leopold­ina Gutiér­rez De Rodríguez, Lib­er­tad Gutiér­rez De Nieto, Miri­an Vegas, Atilio Sanchez, Edgar Pul­gar, Beat­riz Ponte, Gra­ciela Dávi­la, Olga Cristo, Gisela Oroz­co, Pedro Rodríguez La Torre, Luis Moril­lo y Loumi­la Veliz Pinzón.

Igual­mente las autori­dades de la UCLA con­trataron a diez licen­ci­a­dos en Con­taduría, fig­u­ran­do Rafael María Aguilar, David Cama­cho, Francesco Leone, Oswal­do Muji­ca, Orlan­do Mén­dez, Rafael Sisiru­ca, Ale­jan­dro Martínez, Otto Fer­nán­dez, Jesús Pacheco y Orlan­do Velásquez.

Nece­si­taríamos colos­al cen­time­tra­je para men­cionar y describir la activi­dad de todos y cada uno de los inte­grantes de esta Primera Pro­mo­ción de pro­fe­sion­ales que gra­cias a su for­ma­ción y empeño, nos legaron un país en desar­rol­lo que llegó a ser el primero de Lati­noaméri­ca y que debido a ese poten­cial, el país puede erguirse de las cenizas.

Resul­ta intere­san­tísi­ma la desco­mu­nal inves­ti­gación recaba­da por la doc­to­ra Raquel Mireya Bar­rios, egre­sa­da de esta ilus­tre primera pro­mo­ción, pues detal­la min­u­ciosa­mente el des­ti­no y el inval­orable aporte al desar­rol­lo de la nación de cada uno de los par­tic­i­pantes de aquel cur­so de julio de 1974.

No hay duda que ese primer ensayo de la UCLA, aportó y seguirá con­tribuyen­do en la recon­struc­ción de Venezuela. A todos y cada uno, nue­stro reconocimien­to de posteridad.