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La verdad sobre la histórica figura de Lucila Méndez y los elucubradores de oficio

A Dios gra­cias, hoy se está hablan­do mucho y cada vez con más interés de una figu­ra que has­ta hace poco era total­mente descono­ci­da para los vene­zolanos; de man­era que para bien del país y de su pat­ri­mo­nio cul­tur­al e históri­co, es muy bueno que se haya rescata­do el nom­bre y la impronta de Lucila Mén­dez Isa­va: primera vene­zolana en incur­sion­ar en Broad­way como corista, baila­r­i­na, can­tante y actriz; primera mod­e­lo naci­da en Venezuela en ser retrata­da por grandes fotó­grafos norteam­er­i­canos y en ser ima­gen de cam­pañas pub­lic­i­tarias en EE. UU.; aunque su tía Dolores Mén­dez Isa­va fue la primera vene­zolana en incur­sion­ar en Hol­ly­wood, Lucila fue la primera criol­la en pro­tag­oni­zar una pelícu­la en la meca del cine. 

Pero su ges­ta no quedó allí; luego de hac­er 16 filmes en el empo­rio cal­i­for­ni­ano del cine, var­ios de ellos en el rol este­lar, se marchó a Méx­i­co, se cam­bió el nom­bre y usó el seudón­i­mo de Rosa Cas­tro, hizo otras 16 pelícu­las, entre ellas “Vér­ti­go” jun­to a María Félix. 

Al cul­mi­nar su car­rera de actriz, se recon­vir­tió en peri­odista del sec­tor cul­tur­al, sobre todo de las bel­las artes; en esos men­esteres destacó y le tocó tiem­po después ser cofun­dado­ra, en 1953, de la revista “Siem­pre”, un mag­a­zine que mar­caría época en Méx­i­co y que se con­vir­tió en un ref­er­ente políti­co y cul­tur­al del país azteca. 

Ella llegó a ser jefe de redac­ción de esa pres­ti­giosa pub­li­cación sem­anal, sin ser peri­odista de pro­fe­sión, lo cual indi­ca que superó airosa­mente sus lim­ita­ciones pro­fe­sion­ales y ven­ció entonces los pre­juicios lab­o­rales con­tra la mujer, que aún exis­ten en el mundo. 

Fue ami­ga per­son­al de Fri­da Kahlo y de Diego Rivera, entre­vistó en el año 1956 a Fidel Cas­tro en sier­ra Maes­tra y fue la primera reportera inter­na­cional en entre­vis­tar a Gar­cía Márquez inmedi­ata­mente después de pub­licar Cien años de soledad.

Lucile Mén­dez para la revista Elite

Reconocimien­to

Hecho este preám­bu­lo, debo aclarar que el moti­vo de este exten­so escrito es respon­der a las asev­era­ciones que el Sr. Juan E. Bel­lo Osío, hace sobre Lucila; no obstante antes, quiero recono­cer que este joven tiene una gran habil­i­dad como bus­cador de doc­u­men­tos y que esta famil­ia le está muy agrade­ci­da por la can­ti­dad de fotos y doc­u­men­tos que nos per­mi­tió ver, que no conocíamos. 

Para nosotros es inval­orable ver a Mamá Chana de 40 años, apre­ciar la belleza de Dolores, ver sus solic­i­tudes de nat­u­ral­ización en EUA y ver los cen­sos de la época en el que apare­cen mi Papá, mis tíos, mi abuela y mi tía abuela. 

Por esos rega­los le esta­mos muy agrade­ci­dos Sr. Bel­lo Osío. Tam­bién val­o­ramos que ust­ed se haya enfo­ca­do en Lucila Mén­dez, dejan­do atrás a Rosa Cas­tro. Esta no exis­tió como per­sona dis­tin­ta, ya que fue el seudón­i­mo que usó Lucila cuan­do migró a México.

Creo hon­es­ta­mente que si ust­ed hubiese deci­di­do inte­grarse a un equipo de per­sonas, todas muy intere­sadas en el per­son­aje de Lucila Mén­dez, como Juli­eta Omaña (escrito­ra emparenta­da con Lucila que tiene la inten­ción de escribir una nov­ela sobre su pari­ente), Luis Alber­to Per­o­zo Pad­ua (peri­odista, escritor y cro­nista), y mi propia per­sona, ya que somos las per­sonas que más sabe­mos sobre Lucila Mén­dez, el resul­ta­do hubiese sido alta­mente productivo. 

Aún creo que se lo debe pen­sar y hac­erse parte de este grupo de gente ávi­da de saber más del per­son­aje. Mire, en mi famil­ia sabíamos bien poco de ella y el úni­co de los nietos que se interesó en el tema, inter­rogó a mi abuela y dibu­jó un escue­to árbol genealógi­co, fui yo. Debo aclarar­le que tan­to mi padre como mis tíos pater­nos, todos me habían con­ta­do de man­era par­ca, porque no les gusta­ba tocar el tema, la des­gra­cia que sig­nificó para nues­tra famil­ia en rap­to de Luciana por parte del cabito (me gus­ta escribir­lo con “c” minúscula). 

Así, sabíamos poco y había grandes vacíos en la his­to­ria. Para nosotros fue una rev­elación ver por primera vez el 19 de agos­to de 2020, en el blog Cara­cas de Ayer, un artícu­lo sobe Lucila con fotos, datos de fil­mo­grafía e his­to­rias. Sen­ti­mos que habíamos recu­per­a­do parte de nue­stro pasa­do, aunque no dejamos de notar, y yo escribí en ese blog la aclara­to­ria respec­ti­va, que no era hija de doña Zoila, sino de Luciana Mén­dez Isa­va. A par­tir de entonces busqué en inter­net toda la infor­ma­ción que mis habil­i­dades me per­mi­tieron y com­partí todo cuan­to con­seguí con Juli­eta Omaña; más tarde con Luis Alber­to Per­o­zo Padua.

Local­ización de la par­ti­da de nacimien­to de Lucila

Luego, vis­to que teníamos que ten­er un doc­u­men­to legal pro­ba­to­rio, me pro­puse con­seguir su par­ti­da de nacimien­to, algo en lo que tardé más de 5 meses de mucho cam­i­nar, de ir de reg­istro en reg­istro y revis­ar libros civiles des­de 1904 a 1910. Al fin, gra­cias a unos ami­gos que tra­ba­ja­ban con los mor­mones, con los cuales entré en con­tac­to mien­tras esta­ba en esa larga búsque­da, la cual incluyó a los reg­istros ecle­siás­ti­cos, obtuve la par­ti­da de bautismo y ella me llevó a la par­ti­da de nacimien­to, pero ya yo había “peina­do” sin éxi­to todos los reg­istros civiles de Caracas. 

Dejo con­stan­cia que como soy per­sona ape­ga­da a la ver­dad y que es a ella a la que hay que bus­car, por enci­ma de nue­stros intere­ses o emo­ciones, inves­tigué tan­to a Lucila Mén­dez como a Rosa Cas­tro. Apare­ció la primera, más no la segun­da. Mis ami­gos mor­mones tam­bién bus­caron en Fam­i­ly Search a Rosa Cas­tro, y efec­ti­va­mente no apareció.

El Sr. Bel­lo Osío pre­fir­ió tra­ba­jar solo, pre­scin­di­en­do del con­tac­to con la famil­ia y los exper­tos, cuan­do esa era una elec­ción ries­gosa porque los doc­u­men­tos deben ser con­trasta­dos con los hechos y vicev­er­sa. Si eso no se hace, se incurre en impre­ci­siones y yer­ros como ver­e­mos a continuación. 

A estas alturas creo con­ve­niente estable­cer lo sigu­iente: mis obser­va­ciones no bus­can desa­cred­i­tar­lo, sino señalar lo que creo son sus omi­siones y errores, de man­era que espero ten­ga ust­ed el guáramo sufi­ciente y la piel dura para sopor­tar críti­cas. Las hago con respeto, pero con firmeza, porque no hay nada per­son­al sino la inten­ción de dejar las cosas claras en aras de bus­car la verdad.

Lucille Mendez

Lo que dice en su pub­li­cación Juan E. Bel­lo Osío

En los comen­tar­ios, escritos como abre­bo­ca de su pub­li­cación en inter­net, la cual me llegó el sába­do 18 de mayo de 2024: un video de 24 min­u­tos de duración, y una “línea de hechos cronológi­cos”, ust­ed bus­ca pre­jui­ciar al lec­tor sobre lo que va a encon­trar como adjun­to, cuan­do comien­za dicien­do: “¿Sabías que la madre de Lucila Mendez (sic), la  supues­ta hija de Cipri­ano Cas­tro, declara al entrar en (sic) USA (sic) haberse casa­do un año antes del nacimien­to de Lucila y además fir­ma con su apel­li­do de casada?”

“… Para muchos esta mujer es ofi­cial­mente (sic) hija de Cipri­ano Cas­tro, un hecho improb­a­ble a niv­el (sic) doc­u­men­tal legí­ti­ma­mente (sic), como lo demues­tran los doc­u­men­tos pre­sen­ta­dos en esta pub­li­cación que viene (sic) a respal­dar mi últi­mo video… 

Lo que sí es cier­to es que durante muchos años y bajo las políti­cas (sic) norteam­er­i­canas, Lucila cam­bió su apel­li­do y for­ma de iden­ti­fi­carse, como Lucille, Lucy, Lucil­la y sus apel­li­dos Mendez (sic), Ince y Mar­tin, como ver­e­mos en esta grá­fi­ca cronológ­i­ca que puedes con­sul­tar libre­mente y descar­gar­la si gus­tas, para el entendimien­to legí­ti­mo (sic) sobre la vida de Luciana (sic) Mendez (sic) pla­ga­da de datos fidedig­nos y verídi­cos, sin ningún tinte novelesco.”

Creo, Sr. Bel­lo Osío, que quienes escribi­mos en inter­net, lo hace­mos para un gran públi­co y eso nos obliga a ten­er la obje­tivi­dad del peri­odista, de man­era que ini­ciar con un comen­tario ten­den­cioso  no es apropi­a­do, ni ele­gante. Mejor le hubiese queda­do for­mu­lar una pre­gun­ta, tal como: ¿Fue real­mente Lucila Mén­dez hija de Cipri­ano Cas­tro? Si se quiere enter­ar de una his­to­ria muy intere­sante para que se forme su propia opinión, le invi­to… Los dos comen­tar­ios que escribió a con­tin­uación, son igual­mente opin­iones suyas sesgadas.

Aho­ra bien, me tomo la licen­cia de dar­le algunos con­se­jos, que espero no los tome a mal, sino que los aproveche en su pro­pio ben­efi­cio, ya que le per­mi­tirán mejo­rar su redac­ción y pre­cis­ar mejor los hechos: Luciana no declaró lo que ust­ed dice al entrar a Esta­dos Unidos, eso lo hizo mucho más tarde, en 1931. Cuan­do se escribe en castel­lano se emplean las siglas EUA o EE.UU.

Los par­tic­u­lares no actúan de ofi­cio por lo cual no creen “ofi­cial­mente”; la expre­sión “a niv­el” se usa bási­ca­mente para referirse a altura, el Man­u­al de Esti­lo de El Nacional recomien­da cam­biar­la por ‘ámbito, orden, con­tex­to’, aunque reconoz­co que muchas per­sonas la usan; “a niv­el doc­u­men­tal legí­ti­ma­mente”, aquí hay una redac­ción que no se entiende, quizás quiso decir ‘legí­ti­ma­mente hablan­do’, pero no lo dijo; como son muchos doc­u­men­tos es ‘vienen’; no es bajo las políti­cas, es al amparo de las leyes, reglamen­tos y nor­mas jurídi­cas; ust­ed está hablan­do de Lucila, pero cometió el error de escribir ‘Luciana’; el apel­li­do lle­va acen­to: ‘Mén­dez’; en vez de “entendimien­to legí­ti­mo” ¿qué es eso?, debió decir, por ejem­p­lo, ‘entendimien­to cabal’. El comen­tario: “pla­ga­da de datos fidedig­nos y verídi­cos, sin ningún tinte nov­e­l­e­sco”, lo dejo para más adelante.

La teoría de la negación de la paternidad

Creo que el Sr. Bel­lo Osío se dejó lle­var por sus creen­cias y pre­juicios, elab­o­ran­do una teoría sobre la pater­nidad de Lucila Mén­dez que buscó rat­i­ficar en los doc­u­men­tos; así las fuentes fueron mane­jadas a con­ve­nien­cia de man­era de con­fir­mar la suposición. 

Cier­to es que los doc­u­men­tos hablan, pero tam­bién es ver­dad que hay que con­trastar­los con la real­i­dad de los hechos, como a ésta hay que some­ter­la al rig­or doc­u­men­tal. De ese análi­sis impar­cial, obje­ti­vo y desapa­sion­a­do surge la ver­dad, a la cual debe­mos rendirnos, gústenos o no. Nue­stro joven ami­go es el úni­co entre dece­nas de arti­c­ulis­tas que nie­ga que Cipri­ano Cas­tro sea el padre de Lucila. 

Si bien casi todos cometieron el error, repi­tien­do el patrón de Oscar Yánez, de que ella era hija legí­ti­ma de Cas­tro y que Doña Zoila era su madre, nadie puso en duda que el sátra­pa de Capa­cho fuera su padre, has­ta aho­ra que Juan E. lo plantea.

Gen­er­al Cipri­ano Cas­tro, ex-Pres­i­dente de Venezuela, Ellis Island, Nue­va York,1913

La inten­ción mal­sana de Lucila de aprovecharse del nom­bre de Castro

Este dis­eñador grá­fi­co, geneal­o­gista, pro­mo­tor com­er­cial de empre­sas de ADN y bloguero, crea un mar de dudas al plantear que hay una inten­ción fraud­u­len­ta cuan­do Lucila intere­sa­da y fal­sa­mente, rie­ga la especie de que es hija de Cipri­ano, para aprovecharse del cap­i­tal políti­co de un Pres­i­dente de Venezuela y cobi­jarse bajo su som­bra, agre­ga que es una prác­ti­ca muchas veces usa­da en el medio artístico. 

El pun­to es que Cas­tro perdió el poder en noviem­bre de 1908, e inclu­so ya antes, en 1902 cuan­do el blo­queo de las poten­cias euro­peas a los puer­tos vene­zolanos por negarse Cas­tro a pagar la deu­da exter­na de Venezuela (la famosa frase “La plan­ta inso­lente del extran­jero” se la plag­ió) fue ridi­culiza­do por los car­i­ca­tur­is­tas del mundo. 

Uno puede pen­sar que hubo allí una injus­ti­cia, una especie de lin­chamien­to, pero es que el cabito con su vida disi­pa­da y licen­ciosa, con su propen­sión a las fies­tas y al baile, con su erráti­co mane­jo de los asun­tos públi­cos, con el mane­jo cor­rompi­do de los dineros públi­cos, se ganó cada una de las mofas que le hicieron los car­i­ca­tur­is­tas, que además siem­pre saben plas­mar la esen­cia de las personas. 

Como dice un análi­sis políti­co de la época, cuan­do Gómez le da el golpe a Cas­tro, este no tuvo dolientes. Sien­do así, como es que en el primer quin­que­nio de los años 20 el cabito goz­a­ba de una ima­gen que Lucila quería aprovechar. ¿De qué esta­mos hablando?

Agréguese a esto que Lucila usa­ba su nom­bre de pila y su apel­li­do vene­zolano, tan­to en Broad­way (antes de que la des­cubri­era Ralph Ince) como en Hol­ly­wood. Ella no se hizo un nom­bre artís­ti­co ampara­da en la “pop­u­lar­i­dad” de Cas­tro, eso es fal­so. Ella era Lucille Mén­dez. Por supuesto que le dio una ter­mi­nación amer­i­can­iza­da a su nom­bre, quizá por con­se­jo de sus man­agers, pero lo fun­da­men­tal, y que hay que destacar aquí, es que no var­ió mucho su nom­bre y no cam­bió su apel­li­do. Como Lucille Mén­dez pro­tag­o­nizó obras en Broad­way y pelícu­las en Hol­ly­wood. Para nada le hizo fal­ta la “fama” de Cipriano.

La duda que mortifica

Afi­nan­do el lápiz, más ade­lante el señor Bel­lo declara que: “Es difí­cil a niv­el (sic) genealógi­co poder con­fir­mar quién es el padre de Lucila”. Con esto deja rodar la especie de que ella pre­tendió hac­erse pasar por hija legí­ti­ma, pero de tal cosa no se encon­tró prue­ba en la inves­ti­gación realizada. 

El asun­to es que esa teoría se la plantea ust­ed Juan, Lucila nun­ca se hizo pasar por hija legí­ti­ma o recono­ci­da, ni mucho menos pre­sen­tó prue­ba fal­sa algu­na que dijera que era hija del cabo Cas­tro, como ust­ed tra­ta de sugerir. 

De man­era que ese planteamien­to de que es difí­cil deter­mi­nar la pater­nidad de Lucila, no viene al caso porque ella en doc­u­men­tos no alegó eso; luego, es como un fal­so supuesto que se plantea ust­ed nada más, cuya demostración es obvia, pero que abona en su teoría de la exis­ten­cia de un fraude y una manip­u­lación, cuan­do el mane­jo maniqueo es suyo enteramente.

Lo que si expresó Lucila muchas veces es que era hija de Cipri­ano Cas­tro, eso no lo ocultó y lo dijo siem­pre, inclu­so antes de su mat­ri­mo­nio. Porque otra cosa es que ust­ed tra­ta de sem­brar la idea de que esta especie surgió a par­tir de su mat­ri­mo­nio con Ralph Ince, cuan­do eso no es ver­dad. La revista Time, en 1925, pub­licó un  repor­ta­je: “Engaged. Ralph W. Ince, cin­e­ma direc­tor, to Miss Lucille Mendez, cho­rus girl, daugh­ter of the late Pres­i­dent Cipri­ano Cas­tro of Venezuela. He was divorced a fort­night ago by Lucille L. Stew­art, sis­ter of Cin­e­ma Actress Ani­ta Stewart…”.

Mama Chana y Lucila, su hija

La línea de hechos cronológicos

Antes de seguir ade­lante quiero deten­erme en el análi­sis de su intere­sante “línea de hechos cronológi­cos” una muy bue­na her­ramien­ta de análi­sis y visu­al­ización. Sin embar­go las­ti­mosa­mente en ella hay var­ios errores e incon­gru­en­cias. Caram­ba Juan, le repi­to, si ust­ed hubiese deci­di­do tra­ba­jar en equipo con nosotros las cosas hubiesen sali­do muchísi­mo mejor. Pero ust­ed con mucha fal­ta de humil­dad decidió asumir el rol de juez supre­mo que iba a lle­gar a una ver­dad incon­trastable, nun­ca antes alcan­za­da por otros. Es una ver­dadera pena, le digo. Hubiese desea­do ser su ami­go y com­pañero de equipo. ¡Hubiése­mos gana­do todos!

Mi abuela Casimi­ra no nació en 1905, sino en 1902; el 7 de enero de 1905 no hubo un mat­ri­mo­nio en Cara­cas, entre Robert Bryce y Luciana Mén­dez Isa­va. Que fuera en la cap­i­tal vene­zolana lo supone ust­ed, porque al menos en los doc­u­men­tos que ust­ed mues­tra el úni­co mat­ri­mo­nio de ellos se escribió en inglés. Yo creo que se trató de un error en la declaración, pero eso lo ver­e­mos más ade­lante; la solic­i­tud de nacional­ización de Luciana no es de fecha 6 de agos­to de 1926, sino del 1 de noviem­bre de 1931; ust­ed escribió que el 10 de julio de 1913 con­tra­jeron un segun­do mat­ri­mo­nio Robert Bryce y Dolores Mén­dez Isa­va, pues no Sr. Bel­lo, Robert se casó con Luciana, no con Dolores, y no ceo que sea posi­ble que se hayan casa­do dos veces. 

Eso no tiene ningún sen­ti­do. No sé cómo ust­ed no se planteó que esto es absur­do; el 17 de sep­tiem­bre de 1913 fal­l­ece Robert Bryce, nue­va equiv­o­cación. Luciana en su solic­i­tud de nacional­i­dad real­iza­da en 1931, asev­era que murió en 1914; en 1926 Ralph Ince se sep­a­ra de Lucille Stew­art, no “Stew­ard” como escribió ust­ed; 1929, habla del bau­ti­zo de mis tíos y dice que su mad­ri­na es su tía Lucila, ella era pri­ma no tía; dice que en 1930 mi abuela Casimi­ra está casa­da, ella no con­tra­jo mat­ri­mo­nio en Esta­dos Unidos; en 1950 ust­ed dice que el cen­so de ese año rev­ela que Lucila se ha casa­do con James Martín, solo porque hay una vene­zolana lla­ma­da Lucila, naci­da en 1906. 

Bueno eso sue­na a traí­do por los cabel­los y es una suposi­ción suya. Si eso fuera así no hubiese ocur­ri­do la vida en Méx­i­co de Lucila bajo el seudón­i­mo de Rosa Cas­tro; en 1968 fal­l­ece Luciana Mén­dez Isa­va de Bryce en Los Ánge­les, pero en el video ust­ed escribe que murió en Montreal.

Reca­pit­u­lan­do

De man­era que resum­ien­do, ust­ed nie­ga que sea hija del cabito y que haya habido una nue­va vida en Méx­i­co bajo el nom­bre de Rosa Cas­tro. Bueno, ust­ed está en su dere­cho de creer lo que le con­ven­ga, pero lo cier­to es que sus propias “prue­bas” son de una frag­ili­dad tal que poco con­tribuyen a com­pro­bar su teoría.

Yo no entien­do por qué ust­ed no uti­liza la lógica:

  • ¿Por qué no cree que una mujer que es con­cu­bi­na de un pres­i­dente haya tenido una hija con él, si las demás amantes tuvieron dece­nas de hijo con el dictador?
  • ¿Por qué cree que Luciana y Robert se casaron dos veces, si eso es un absurdo?
  • ¿Por qué cree que el mat­ri­mo­nio de 1905 se real­izó en Caracas?
  • ¿Por qué si ella pre­sen­ta a Lucila en 1906 y la bau­ti­za en 1908, ambos even­tos en Cara­cas; la madre expre­sa que la niña es hija nat­ur­al y Luciana está en las gar­ras de Cas­tro, cómo demo­ni­os entonces se ha podi­do casar con Bryce en 1905?
  • Si durante todo 1908, Luciana estu­vo en Cara­cas bajo el dominio de sátra­pa, como es que Josephine nació en 1908 de Puer­to España. ¿Eso tiene algu­na expli­cación lógica?
  • ¿Por qué no se plantea que hay errores de ter­ceros? pero si asume siem­pre que están en lo cierto.
  • Si Cas­tro las aban­donó y nun­ca vio por ellas ¿cómo es que Lucila iba a ir a vis­i­tar­lo a Puer­to Rico?
  • ¿Cuál fama podía ten­er Cas­tro en 1923 que Lucila quisiera aprovechar? ¡Por favor!

El Video

Anal­ice­mos aho­ra su video de 24 min­u­tos, el cual comien­za cre­an­do dudas, para luego afir­mar: “Hay hechos que no con­cuer­dan con los doc­u­men­tos”. Dicho así, la cosa es pre­ocu­pante porque sig­nifi­ca que los hechos deben amoldarse a los doc­u­men­tos. La ver­dad es que hechos y doc­u­men­tos deben con­trastarse y val­i­darse, unos a otros para encon­trar la ver­dad. Si un hecho con­traría la infor­ma­ción expues­ta en un doc­u­men­to, se debe ampli­ar y pro­fun­dizar la inves­ti­gación, además de apelar obje­ti­va­mente a la lógica. 

Ya vamos a exten­der­nos en esto, cuan­do trate­mos en el caso del supuesto mat­ri­mo­nio, ocur­ri­do en 1905, de Luciana. Igual­mente si es al con­trario; si lo que dice un doc­u­men­to es difer­ente a lo que se conoce como hechos, tam­bién se debe averiguar más. A con­tin­uación ust­ed afir­ma que Cas­tro gob­ern­a­ba para 1910, cuan­do esto no pudo ser porque se fue del país en 1908. Luego sostiene, y lo hace enfáti­ca­mente: “No me lo estoy inven­tan­do”, que la madre de Lucila, su her­mana y su tía, pertenecieron al mun­do del cine. Bueno, Sr. Bel­lo Osío, sí se lo inventó. 

Luciana nun­ca hizo tra­ba­jo alguno de cine y como Lucila no tuvo her­mana, ésta no pudo hac­er car­rera cin­e­matográ­fi­ca. Ya sé que toqué una tecla de su inves­ti­gación, con relación a Josephine, pero ya vamos para allá. La esquina de Cara­cas cer­ca de la casa de habitación de Luciana, es la de Peinero. No le costa­ba mucho bus­car­lo por inter­net: Dr. Díaz a Peinero.

Anto­nio José de Sucre y Alcalá, el Gran Mariscal de Ayacucho

La descen­den­cia del Gran Mariscal de Ayacucho

De la lec­tura del acta de nacimien­to, que por cier­to no se local­iza a través del bus­cador de Fam­i­ly Search, como ust­ed pone en un rótu­lo que se desplaza sobre el doc­u­men­to en el video, porque el rég­i­men no les per­mi­tió a los mor­mones que el bus­cador de Fam­i­ly Search tuviera acce­so a los reg­istros públicos. 

Esa par­ti­da la con­seguí yo, como le comen­té, después de un arduo tra­ba­jo de búsque­da (por favor no siga dicien­do que Fam­i­ly Search colocó esa par­ti­da en su web des­de hace 31 años, porque los mor­mones comen­zaron en Venezuela a subir doc­u­men­tos civiles a la red a par­tir de 2010), de otra man­era no la tuviéramos.

Bueno, cuan­do ust­ed lee la par­ti­da men­ciona a los tes­ti­gos, pero pasa por alto a José Rafael Reven­ga y eso Sr. Juan es una omisión gar­rafal. Paso a expli­car­le porqué, pero antes per­mí­tame man­i­fes­tar­le mi extrañeza por dos cosas. 

Una, que a un geneal­o­gista se le haya pasa­do por alto que Luciana Mén­dez Isa­va desciende en línea direc­ta de la famil­ia del Gran Mariscal de Ayacu­cho, porque Casimiro Isa­va Olivi­er arqui­tec­to mil­i­tar, nat­ur­al de Soria España vino a Venezuela en 1775 y en Cumaná se casó en 1778 con María Mag­dale­na Sucre y Urbane­ja, tía pater­na de Anto­nio José de Sucre. Luciana, mi abuela Casimi­ra, Lucila y todos nosotros descen­demos de la rama de Manuel Isa­va Sucre, un per­son­aje impor­tante en la lucha inde­pen­den­tista del Ori­ente del país y que dos veces le salvó la vida a Simón Bolívar. 

Casimiro Isa­va Olivi­er fue comi­sion­a­do por Vicente Emparan, gob­er­nador de la provin­cia de La nue­va Andalucía (Cumaná), para que le sirviera de guía, o “cicerón”, a Hum­boldt y Bon­pland, cuan­do estos sabios arrib­aron a Venezuela en 1799. De man­era que no sé cómo a ust­ed se le pudo escapar esa mina de oro. Tam­poco me expli­co por qué no hizo un pequeño árbol genealógi­co de Luciana y su famil­ia, eso le hubiese ahor­ra­do muchos errores.

De su propia genealogía

Pero volva­mos al tes­ti­go clave en la par­ti­da, aunque debo señalar lo sigu­iente. Ust­ed mis­mo nar­ra en otros doc­u­men­tos que adjun­ta en su blog, que su tatarabuela María del Car­men Bel­lo Nieto, tuvo un hijo nat­ur­al prob­a­ble­mente con Cipri­ano Cas­tro (que es su bis­abue­lo Juan Bautista Bel­lo); agre­ga que el cabito pre­sen­tó al niño en el reg­istro civ­il y además en el reg­istro ecle­siás­ti­co: “… se pre­sen­tó el ciu­dadano Cipri­ano Cas­tro para hac­er el manda­to espe­cial de la madre”; además, que fue padri­no del niño. Aunque ust­ed se lamen­ta porque en el acto civ­il Cas­tro hizo la pre­sentación y su nom­bre aparece en la par­ti­da de nacimien­to de Juan Bautista Bel­lo, pero no la fir­mó; es decir, estu­vo allí, de eso hay con­stan­cia, pero no lo confirmó. 

Si hubiese estam­pa­do su fir­ma, aunque fuese como tes­ti­go, habría un fuerte indi­cio de pater­nidad, pero se abstu­vo de hac­er­lo. Ust­ed se lamen­ta que la fal­ta de la rúbri­ca no per­mite estable­cer un vínculo. 

Sin embar­go, sí quedó plas­ma­do el hecho de que Cipri­ano par­ticipó el nacimien­to ante los reg­istros y, además, fue el padri­no de Juan Bautista. Pues mire Sr. Juan E., no se pre­ocupe, Cipri­ano sí fue su tatarabue­lo, porque esa maña de apare­cer y no fir­mar, es su par­tic­u­lar man­era de dejar indi­cios de su per­sona en la par­ti­da, para cer­ti­ficar que se tra­ta de un hijo suyo; esto lo con­tin­uó hacien­do toda su vida. 

Ust­ed mis­mo es muy pare­ci­do a Cas­tro, así que tran­qui­lo, no esté gas­tan­do dinero en ADN que con solo ver­lo ya se sabe que desciende de Cipri­ano, sien­do una ver­sión mejorada.

Descrip­ción físi­ca hecha por López Contreras

El Gen­er­al López Con­tr­eras describió físi­ca­mente a Cas­tro en la biografía que le hizo: “De piel col­or moreno que­ma­do, pelo negro lacio y áspero, ojos negros grandes y adorme­ci­dos, pes­tañas largas y cejas arqueadas, big­ote y bar­ba abun­dante. Has­ta los 25 años la usó cer­ra­da y luego con corte agu­do francés. 

En abier­to con­traste con la vivaci­dad men­tal y los movimien­tos físi­cos de que esta­ba poseí­do, el con­jun­to de su ros­tro era un poco triste, car­ac­terís­ti­co de la raza indí­ge­na. La cabeza grande con pelo muy negro, que empezó a perder des­de joven, pues a los trein­ta años tenía una calvi­cie pro­nun­ci­a­da. La frente ancha y con pro­fun­das arru­gas que se pro­nun­cia­ban cuan­do esta­ba irritado. 

La nar­iz bien for­ma­da cor­ta y un poco lev­an­ta­da en la extrem­i­dad. Boca reg­u­lar, el labio infe­ri­or bas­tante pro­nun­ci­a­do y de mar­ca­do col­or vio­láceo. La mandíbu­la infe­ri­or algo cur­va que movía ráp­i­da­mente al masticar…”.

José Rafael Reven­ga. Nace el 24 de noviem­bre de 1786, en el Con­se­jo, esta­do Aragua. Al caer la Repúbli­ca, Bolí­var lo nom­bró su secretario

Del tes­ti­go clave y la omisión imperdonable

Cuan­do hablo de omisión gar­rafal me refiero a que común­mente los geneal­o­gis­tas tienen dominio de la his­to­ria porque es nece­sario estable­cer rela­ciones y par­entescos; sin embar­go, creo que en este caso ust­ed dejó escapar una muy bue­na opor­tu­nidad de lucirse. Es que además los Reven­ga, estu­vieron emparenta­dos con los Bel­lo, por lo cual me causa enorme extrañeza ese descuido.

El tes­ti­go clave en la par­ti­da de Luciana, y que es el indi­cio inequívo­co de que el cabito es su padre, es José Rafael Reven­ga. Este era nieto de un recono­ci­do jurista (de igual nom­bre), sec­re­tario pri­va­do del Lib­er­ta­dor cuan­do este hizo su visi­ta a Cara­cas en el año 1827, redac­tor (jun­to con Bolí­var y José María Var­gas) del estatu­to de la Uni­ver­si­dad Cen­tral de Venezuela, min­istro de Rela­ciones Exte­ri­ores y emba­jador de la Gran Colom­bia en el Reino Unido en 1822. Sus restos reposan en el Pan­teón Nacional. 

El hijo de este, Lino José Reven­ga fue un desta­ca­do inge­niero vene­zolano, que for­mó parte del grupo fun­dador del Cole­gio de Inge­nieros de Venezuela en 1860. José Rafael Reven­ga Pereira (el tes­ti­go de la par­ti­da), fue doc­tor en med­i­c­i­na y cirugía egre­sa­do de la Uni­ver­si­dad Cen­tral de Venezuela, real­izó estu­dios de espe­cial­ización en Fran­cia. Luego se dedicó a la políti­ca y fue un hom­bre del cír­cu­lo más próx­i­mo a Cipri­ano Castro. 

Fue comi­sion­a­do de salud públi­ca (1900), diputa­do prin­ci­pal por el esta­do Aragua (1901) y senador por el esta­do Por­tugue­sa (diciem­bre 1901), fig­uró entre los miem­bros fun­dadores de la Acad­e­mia Nacional de Med­i­c­i­na (1904). Senador por el esta­do Carabobo (1905), pres­i­dente del Con­gre­so (1905).

Se dice que fue la más impor­tante figu­ra públi­ca de La Acla­mación como pres­i­dente de la Gran Asam­blea Plebisc­i­taria de La Vic­to­ria (1906). Cas­tro lo pre­mia, nom­brán­do­lo sec­re­tario gen­er­al de la pres­i­den­cia (5/07/1906). Dirige, en febrero de 1907, la primera operación del riñón del pres­i­dente de la Repúbli­ca. Cón­sul gen­er­al de Venezuela en Italia (1907).

A la caí­da de Cas­tro pierde rel­e­van­cia políti­ca, pero cuan­do su hija Jose­fi­na Reven­ga Sosa (La Musa), se casa con el vásta­go recono­ci­do por Gómez en su primera con­cu­bi­na, Dion­isia Bel­lo Tor­res+, el gen­er­al  José Vicente Gómez Bel­lo, se pone a sal­vo de cualquier retal­iación del rég­i­men gomecista.

+ Dion­isia y la Musa, históri­ca­mente han sido señal­adas de ser las autoras int­elec­tuales del asesina­to de Juan­cho Gómez.

Los doc­u­men­to legales en que se basa la genealogía

A estas alturas, ami­go Juan, debe­mos abrir un inciso que tiene que ver con su propia famil­ia. Ust­ed me cor­rige si estoy equiv­o­ca­do, pero mire en genealogía, como en el ámbito penal, civ­il, políti­co, social, la pre­cisión es muy impor­tante, por ello es cru­cial que los nom­bres, apel­li­dos, cédu­la de iden­ti­dad, N° de pas­aporte, fechas, lugares, etc., sean inequívo­ca­mente especi­fi­ca­dos en los doc­u­men­tos y que cor­re­spon­dan a la real­i­dad sin que haya equiv­o­ca­ciones, sean públi­cos o pri­va­dos, trátese de cues­tiones legales, mer­can­tiles, civiles, con­tra­to entre par­tic­u­lares, etc. Porque esto es lo que da certeza jurídi­ca y con­fi­an­za en las transacciones.

Dicho esto, debo agre­gar que los doc­u­men­tos legales en los que se basa la genealogía son la par­ti­da de nacimien­to, la par­ti­da de mat­ri­mo­nio y la par­ti­da de defun­ción. De esto tra­ta el con­tenido de la platafor­ma genealóg­i­ca más impor­tante: Fam­i­ly Search. 

No obstante, tam­bién el por­tal recoge, de los reg­istros ecle­siás­ti­cos, las par­tidas de bautismo y las de mat­ri­mo­nio por la igle­sia. Dig­amos que es con base en todos estos doc­u­men­tos que se con­struyen los árboles genealógi­cos. Pero la genealogía, ni tam­poco Fam­i­ly Search se sus­ten­tan, para efec­tos de estable­cer la descen­den­cia famil­iar, en otros reg­istros como los inmi­gra­to­rios, datos de cen­so, direc­to­rios veci­nales o infor­ma­ción de cementerios. 

Estos datos que no tienen carác­ter legal, a menos que se pre­sen­ten como prue­bas en juicios penales, civiles o mer­can­tiles, no son rel­e­vantes para la genealogía porque no agre­gan nada a la fil­iación o a la con­san­guinidad, solo sir­ven para inda­gar más en la vida de las per­sonas y averiguar datos útiles que no se conocían, pero ellos de por sí no con­sti­tuyen “prue­bas” como ust­ed equiv­o­cada­mente dice, ni le otor­gan al ciu­dadano dere­chos ni deberes, como si los con­fieren la par­ti­da de nacimien­to, mat­ri­mo­nio o defunción.

Lucille Mendez

De los enre­dos con la iden­ti­dad de la madre de su bisabuelo

En el caso de su famil­ia, la par­ti­da de nacimien­to de su bis­abue­lo, asen­ta­da en el reg­istro civ­il dice que su madre es Carmela Bel­lo, pero el acta de bautismo dice que la prog­en­i­to­ra es María del Car­men Bello. 

Luego, des­de el pun­to de vista estric­ta­mente jurídi­co, son dos per­sonas dis­tin­tas; pero legal­mente la madre de Juan Bautista es Carmela, no María del Car­men, porque el doc­u­men­to ofi­cial y públi­co es el que priva. 

Entonces hay aquí hay un típi­co caso en que el doc­u­men­to con­traría a la real­i­dad. De man­era que existe una incon­gru­en­cia. ¿Cómo se solu­ciona eso en una inves­ti­gación obje­ti­va, luego de tran­scur­ri­do un siglo? 

Bueno, pro­fun­dizan­do y amplian­do, como diji­mos antes, la inves­ti­gación doc­u­men­tal, usan­do la lóg­i­ca y además fun­da­men­tal­mente apelando a la famil­ia, pero tam­bién, y muy impor­tante, hacien­do la inda­gación con bue­na fe. El acta de bau­ti­zo tiene el nom­bre del niño y su fecha de nacimien­to; la famil­ia cor­rob­o­ra que a María del Car­men se le apod­a­ba Carmela y que quien hizo la par­tic­i­pación (Cipri­ano) fue traiciona­do por el subconsciente. 

Así los hechos y la real­i­dad cor­ri­gen un entuer­to doc­u­men­tal, porque se le ha dado cred­i­bil­i­dad a lo que dice la famil­ia. Esto aclara diá­fana­mente que no es cier­to que los doc­u­men­tos digan siem­pre la ver­dad. ¿Que­da claro eso apre­ci­a­do Juan? Aho­ra, ¡lo que es bueno para el pavo es bueno para la pava!

Entien­do que su tatarabuela María del Car­men Bel­lo Nieto es hija recono­ci­da de Juan Bautista Bel­lo Becer­ra; pero él se casará pos­te­ri­or­mente con María Jose­fa Tor­res y ten­drá var­ios hijos con ella. Luego del casamien­to él recono­cerá y le dará el apel­li­do a una hija nat­ur­al que antes había tenido su esposa, sien­do esta niña Dion­isia Bel­lo Tor­res. Por eso habla ust­ed de su “media” tía tatarabuela ¿Es así o estoy equivocado?

El pacto no escrito entre Zoila y Cipriano

Aho­ra bien, como quiera que doña Zoila Martínez era estéril, en la prác­ti­ca hubo una especie de pacto no escrito entre la pare­ja, que con­sis­tió en que ella le per­mi­tió ten­er hijos fuera del mat­ri­mo­nio, con la condi­ción de que no los reconociera. Doña Zoila esta­ba clara que no le podía impedir a su esposo su irrefren­able las­civia y promis­cuidad, de allí que se hiciera de la vista gor­da, o la loca, con respec­to a la can­ti­dad de mujeres que Cas­tro tenía como con­cu­bi­nas, lo cual era públi­co y noto­rio, por lo demás. 

Algu­nas de estas damas se habían hecho vol­un­tari­a­mente amantes del cabito y otras, como Luciana, fueron rap­tadas por el san­guinario dic­ta­dor. Cipri­ano le llev­a­ba 18 años de difer­en­cia a Luciana y ella esta­ba com­pro­meti­da para casarse con el médi­co direc­tor del ser­vi­cio de salud del esta­do Bolí­var, cuan­do en un baile en Ciu­dad Bolí­var la cono­ció y se la rap­tó de la man­era más sal­va­je, humil­lante y dolorosa para la famil­ia Mén­dez Isava.

La tes­ti­fi­cación de Reven­ga como hecho clave

El hecho cier­to es que la prác­ti­ca común en los reg­istros civiles es que los tes­ti­gos de la par­ti­da de nacimien­to son los pro­pios fun­cionar­ios públi­cos; en pocos casos va un tes­ti­go de la famil­ia, porque en gen­er­al acude el padre o la madre a hac­er la par­tic­i­pación. En las cir­cun­stan­cias actuales se real­iza con un cer­ti­fi­ca­do que expi­de la clíni­ca o el hos­pi­tal, pero en esa época de “comadronas” me imag­i­no que tenían que lle­var al bebé. 

De man­era que es extremada­mente sig­ni­fica­ti­vo que como tes­ti­go, no famil­iar, firme el acta de nacimien­to de Lucila un fun­cionario públi­co del más alto ran­go (pres­i­dente del Con­gre­so Nacional), hom­bre con múlti­ples ocu­pa­ciones en fun­ción de su alta investidu­ra. Esto es un acto sin­gu­larísi­mo que evi­den­cia, o pone de man­i­fiesto, la mis­ma maña o tre­ta, medi­ante la cual Cas­tro deja indi­cios pal­mar­ios sobre su pater­nidad con respec­to a la niña que se pre­sen­ta. De esta man­era el sagaz cabito burla­ba el acuer­do ver­bal con doña Zoila, en tan­to que deja­ba níti­da­mente su huella.

Lucille Mén­dez in Chicago

Sigu­ien­do con el video

Retoman­do el cur­so del video, ust­ed afir­ma que Lucila se nat­u­ral­izó norteam­er­i­cana el 1 de junio de 1931, pero el doc­u­men­to que ust­ed mues­tra en pan­talla dice que fue el 1/06/1928. Luego habla de su par­ti­da de bautismo y dice que para ese momen­to era una niña grande. Creo Sr. Bel­lo que una niña de dos años no es grande. Pos­te­ri­or­mente desem­bo­ca en Luciana Mén­dez Isa­va y en su dis­cur­so abor­da el tema migra­to­rio y dice que ella y su famil­ia arrib­aron a EUA en 1913: “Luciana en su declaración de inmi­gración a los Esta­dos Unidos de 1913”. 

Cuan­do está hablan­do de esto, pasa a mostrar la solic­i­tud de nacional­ización de Luciana que cor­re­sponde a 1931, en vez de mostrar el reporte migra­to­rio de 1915, con lo cual con­funde al espec­ta­dor. Esto mis­mo hará cuan­do un poco más ade­lante hable de Dolores, pero mues­tra un doc­u­men­to de cen­so y un direc­to­rio urbano. 

Esto dis­trae al que mira el video ya que lo que ve en pan­talla no se cor­re­sponde con lo que ust­ed está dicien­do. Por lo tan­to, le acon­se­jo que haga pre­vi­a­mente un guión y cuan­do edite, haga coin­cidir ima­gen con pal­abra. Aho­ra, es bueno aclarar que aunque ust­ed dice que ellas lle­garon a EE. UU. en 1913 y luego varias veces al mostrar otros doc­u­men­to escribe en rótu­los lo mis­mo, la ver­dad es que ellas arrib­aron a Nue­va York en 1915.

En el cen­so que mues­tra mien­tras habla de Dolores, que creo que es de 1930, no estoy seguro, ust­ed escribe en letras rosadas que allí está Lola, cuan­do efec­ti­va­mente ella no aparece men­ciona­da en ese cen­so. Fíjese que tam­poco aparece Josephine. Quienes si apare­cen son Luciana, Casimi­ra, mi padre y mis tíos. Dolores no está.

Luego pasa a mostrar la solic­i­tud de nat­u­ral­ización de Luciana, que ust­ed afir­ma unas veces que es de 1932 y otras que es de 1926, cuan­do en real­i­dad es del 1 de noviem­bre de 1931. De allí toma alar­ma­do el dato que era viu­da de Robert Bryce (ust­ed colo­ca en pan­talla una nota que dice que el esposo fal­l­e­ció en 1913, cuan­do la propia Luciana en el doc­u­men­to de solic­i­tud de ciu­dadanía indi­ca que su cónyuge murió en 1914). 

En este pun­to ust­ed pone la ima­gen de un acta de mat­ri­mo­nio escri­ta en inglés de Luciana y Robert, cer­e­mo­nia que dice ust­ed que se efec­tuó en Nue­va York. 

El asun­to es que comete el error de atribuir­le los padres de ella a él. No sé cómo no se dio cuen­ta que un hom­bre de apel­li­do Bryce no pudo ten­er un padre de apel­li­do Mén­dez (por cier­to mi bis­abue­lo se llam­a­ba José Mén­dez, no Pedro Mén­dez, para que ust­ed vea como se come­ten errores en los doc­u­men­tos y por qué no hay que creer cie­ga­mente en ellos); además Luciana agre­ga que tiene dos hijas Lucila (1906) y Josephine (1908), aunque no especi­fi­ca el apel­li­do de cada una de las hijas.

¿Qué pudo pasar al momen­to de la entra­da a EUA?

Sobre esto últi­mo, mostran­do la peti­ción de nacional­i­dad, ust­ed dice que el apel­li­do de las niñas es Bryce, dan­do a enten­der que son hijas de Robert, cuan­do en ese doc­u­men­to, como acabamos de decir en el pár­rafo de arri­ba, las niñas no apare­cen con apel­li­do. Es en el doc­u­men­to de migración, que ust­ed no mues­tra sino más ade­lante, que las infan­tas apare­cen como Bryce. 

Aho­ra ¿cómo se expli­ca eso? Creo que pudo pasar lo sigu­iente: ellas lle­gan el 17 de mayo de 1915 en el buque Mar­aval a Nue­va York des­de Puer­to España, Trinidad. Harían su cola para el cor­re­spon­di­ente reg­istro de ingre­so a EUA y un primer fun­cionario le toma los datos a la cabeza de famil­ia que es Luciana, luego señalaría a sus hijas y her­mana, y prob­a­ble­mente ella mis­ma daría todos los datos del grupo famil­iar ya que eran menores de edad. 

Lo común es que el fun­cionario les atribuya el apel­li­do del cabeza de famil­ia a los hijos, pero tuvo el cuida­do de difer­en­ciar el apel­li­do de la her­mana, en este caso Dolores. Ellas pasaron por otro fun­cionario quién tam­bién tomó datos, puesto que ust­ed apor­ta dos reg­istros del momen­to, los cuales varían lev­e­mente. En el primero a Luciana la iden­ti­f­i­can como Lucy y en el segun­do como Lucille. 

Hay que aclarar que este reg­istro doc­u­men­tal Luciana no lo pudo ten­er en sus manos, ni mucho menos se lo dieron, como para cor­re­girlo, sino que se trató de lo que los fun­cionar­ios entendieron. Se fija Sr. Bel­lo Osío como son las cosas. Que los doc­u­men­tos no siem­pre dicen la ver­dad. Que los que ellos digan, y lo que se escri­ba, hay que con­trastar­lo con la real­i­dad. Que no hay que bus­car­le 5 patas al gato, ni hac­er alhara­ca por eso.

El caso de que mi abuela Casimi­ra se casó en EUA, según el cen­so es otro fal­so dile­ma. Mi abuela murió cuan­do yo tenía 47 años y nun­ca men­cionó que hubiese con­traí­do nup­cias en Esta­dos Unidos. Mi Papá sobre eso, no dijo nada al respec­to. ¿A quién se le cree al cen­so o a la famil­ia? ¡Sus supues­tas “prue­bas” doc­u­men­tales, rev­e­lan muchos errores!

Lucila el día de su mat­ri­mo­nio con el afama­do direc­tor de cine Ralph Ince

Del mat­ri­mo­nio de 1905 y de Josephine

El tema del mat­ri­mo­nio de 1905 y de Josephine, si son dos asun­tos espinosos. Aunque se tra­ta de una “declaración” para solic­i­tar la nacional­i­dad amer­i­cana, real­iza­da muchos años después, en 1931. Al respec­to se pueden aducir un mon­tón de razones y argu­men­tos: que si Luciana ya había olvi­da­do los hechos, que si se equiv­ocó, que si no fue asis­ti­da por un abo­ga­do, que si el fun­cionario escribió mal lo que se le decía, etc. Con todo y que es una declaración jura­da, el asun­to es que se come­ten errores e inex­ac­ti­tudes, aún en esos casos. Vaya ust­ed a saber qué pasó. 

A esta altura déjeme decir­la que la famil­ia no tiene infor­ma­ción algu­na de que Luciana haya tenido otra hija y nun­ca se comen­tó nada de Josephine. Si hubo una her­mana de mi abuela lla­ma­da Jose­fi­na Mén­dez Isa­va, que es la que con el apel­li­do Lara aparece como mad­ri­na de Lucila en la par­ti­da de bau­ti­zo. Lo que sabe­mos es que tiem­po después se divor­ció de Enrique Lara, vivió en Trinidad y allá murió joven.

Pero abor­demos el tema del mat­ri­mo­nio de 1905 cuya par­ti­da ust­ed dice que ras­treó en todos las reg­istros civiles de Cara­cas (no sé por qué razón ust­ed asume que ese supuesto mat­ri­mo­nio se real­izó en Cara­cas. ¿Dónde está dicho eso?). Al respec­to me per­mi­to dudar de su pal­a­ba, pues ust­ed tiene mucho tiem­po vivien­do en España y aunque hubiese podi­do pagar­le a un gestor, eso le hubiese costa­do una pequeña for­tu­na que solo pagaría si se tratara de un cliente suyo. 

Por otra parte, bus­car­la en el catál­o­go de Fam­i­ly Search no es viable porque el bus­cador de la platafor­ma reli­giosa no puede acced­er a la base de datos públi­ca, por lo que hay que “irse a pie”, o sea bus­car uno por uno los doc­u­men­tos civiles escanea­d­os. Tam­poco el sis­tema per­mite moverse con el cur­sor: más aba­jo, has­ta el medio o has­ta final, de la base de datos. Además, muchos libros no tienen índice alfabéti­co (la may­oría care­cen de él) y si lo tienen está en las últi­mas páginas. 

Por otra parte, como hay que moverse con la flecha para aba­jo o con “PgDn”, esta vía es extremada­mente lenta ya que se mueve por líneas con­tenti­vas de pocos doc­u­men­tos, y como hay más de tres mil imá­genes en la base de datos, la búsque­da es har­to difí­cil. Añá­dase el hecho de que hay que revis­ar todos los reg­istros civiles de Cara­cas, libro por libro y hoja por hoja, es seguro que ust­ed no le dedicó tiem­po a eso, entre otras cosas porque nadie le pagó para que hiciera esa búsque­da. Y si lo hizo, perdió su tiempo.

En su video de mar­zo de 2023 sobre con­sul­tas a los reg­istros civiles, a través de la platafor­ma Fam­i­ly Search, ust­ed delib­er­ada­mente con­funde al espec­ta­dor al ase­gu­rar que es muy fácil bus­car un doc­u­men­to en esa base de datos, cuan­do no es así. De man­era que, a menos que se posea el pro­pio doc­u­men­to, en el que con­ste la ciu­dad, el reg­istro civ­il, el año, el folio, etc., no se podrá encon­trar la infor­ma­ción requeri­da, ya que el bus­cador de FS que apli­ca para los reg­istros ecle­siás­ti­cos no fun­ciona para los doc­u­men­tos públi­cos. Pero, ni aun tenien­do estos datos es fácil encon­trar un doc­u­men­to ya que hay que bus­car línea por línea de la base de datos (cada línea pre­sen­ta 5 doc­u­men­tos y son 3.100); hay que bajar con la flecha y la may­oría de los libros no tienen índice. De man­era que ni aun tenien­do los datos la búsque­da es fácil. Pero el caso es que la inmen­sa may­oría de per­sonas que bus­can doc­u­men­tos antigu­os de famil­iares, descono­cen o no están seguros de la ciu­dad exac­ta de nacimien­to, tam­poco del año, ni mucho menos del reg­istro civ­il donde pue­da estar el doc­u­men­to. Así que su “recomen­dación de exper­to”, es cuan­do menos car­ente de aplic­a­bil­i­dad en la práctica.

Por estas mis­mas razones dudo mucho que ust­ed haya con­segui­do la par­ti­da de nacimien­to de Lucila, “hace tiem­po” como afir­ma, pues no se sabía en qué par­ro­quia había naci­do y su búsque­da por el sis­tema habría sido muy com­pli­ca­da (el archi­vo comien­za en 1891 y ella nació en 1906). Ust­ed se basó en la que yo con­seguí, que cir­culó cuan­do se la sum­in­istré al recono­ci­do peri­odista Luis Alber­to Per­o­zo Pad­ua y este la pub­licó. Antes de eso, ust­ed ni tenía claro quién era Lucila Mén­dez, porque se habla­ba de Rosa Cas­tro y nun­ca pub­licó nada sobre la hija del cabito, mucho menos de la par­ti­da de nacimiento.

Volvien­do a las nup­cias de 1905, ese mat­ri­mo­nio no exis­tió por las razones que le expli­co en el sigu­iente pun­to. Aho­ra, ¿qué supon­go yo? Creo que el mat­ri­mo­nio de 1913 tuvo lugar en Trinidad, no en Nue­va York como ust­ed afir­ma. Por algu­na razón que descono­ce­mos él se trasla­da a Mon­tre­al y allá muere en 1914. Ellas entonces deci­den migrar a EUA y se van solas, por eso Luciana es cabeza de famil­ia. Esto es una suposi­ción mía buscán­dole una expli­cación lóg­i­ca y plau­si­ble a los hechos, aje­na com­ple­ta­mente a cualquier inter­pretación tor­ci­da. Es lo que creo, más no lo ase­guro. Si se con­siguen más ade­lante evi­den­cias de otra cosa más lóg­i­ca, entonces creer­e­mos en ello.

En las gar­ras del poder maléfico

Mire des­de mayo de 1904 Luciana estu­vo en las gar­ras del abom­inable y libidi­noso cabito y como ust­ed bien sabe la policía políti­ca vig­i­la tan­to a los opos­i­tores como a las mujeres de los jer­ar­cas. Ellas son rehenes someti­das al más férreo con­trol y vig­i­lan­cia y además nadie se atreve a galantear­las porque ello acar­rearía una muerte segura.

La prue­ba de que vivía en Cara­cas y no esta­ba casa­da, así como la improb­a­ble exis­ten­cia de Josephine

Lucille Mén­dez en 1920

Por otra parte, un doc­u­men­to legal, la par­ti­da de nacimien­to, que indi­ca que ella en per­sona pre­sen­tó a la niña en el reg­istro civ­il en 1906, no deja duda algu­na acer­ca de que residía en Cara­cas. Pero fíjese que curioso, si Luciana hubiese esta­do casa­da con Bryce des­de 1905, Lucila sería hija legí­ti­ma y la hubier­an pre­sen­ta­do como Lucila Bryce, pero eso en la real­i­dad de los hechos no ocur­rió. Así mis­mo, la par­ti­da de bautismo del 9 de mar­zo de 1908, evi­den­cia la pres­en­cia de Luciana en la cap­i­tal de Venezuela. 

Si tomamos en cuen­ta que Cas­tro se va del país en noviem­bre de 1908 y pierde efec­ti­va­mente el poder el 19 de diciem­bre de ese mis­mo año, y con­sideran­do que Luciana, que fue aban­don­a­da por el cabito y deja­da a su suerte, debió bus­car deses­per­ada­mente una sal­i­da del país porque Gómez comen­zó a perseguir a todos aque­l­los rela­ciona­dos con Cas­tro. Supong­amos que llegó a Trinidad en enero de 1909, entonces la pre­gun­ta es ¿cómo pudo ten­er a Josephine en 1908? ¿Ust­ed cree que Cas­tro iba a per­mi­tir que una de sus mujeres se casara con otro y que además saliera en esta­do? ¡Eso es un sinsentido!

De man­era que esa his­to­ria del mat­ri­mo­nio de 1905 y de Josephine carece de toda sus­tentación. Aho­ra, hag­amos una cosa, ust­ed que es tan bueno bus­can­do doc­u­men­tos local­ice la par­ti­da de nacimien­to de Josephine, así como el acta de mat­ri­mo­nio de Bryce-Luciana, pero no las busque en Venezuela, indague en Trinidad en todo caso, Así sal­dremos de dudas. Trate de localizar, por no dejar, una par­ti­da de defun­ción de Josephine Bryce, a ver que se consigue.

Del dominio público

Mire Sr. Juan E. Bel­lo Osío, como le dije antes, las mujeres de los dic­ta­dores son cono­ci­das en su época, por la sen­cil­la razón de que con el despliegue mil­i­tar de la car­a­vana pres­i­den­cial no hay man­era de ocul­tar­lo, pero además Cas­tro no tenía que escon­der­le nada a doña Zoila porque goz­a­ba de licen­cia. Diver­sos autores siem­pre han escrito sobre las con­cu­bi­nas del poder. Aquí le man­do infor­ma­ción al respec­to sobre Cas­tro: En dos libros de su autoría, el escritor colom­biano Mario Peri­co Ramírez escribió lo sigu­iente: “La lista de las mozas más cono­ci­das de Cipri­ano Cas­tro yo la tenía chulea­da y con el vis­to bueno de tes­ti­gos de car­go. Domin­ga Are­nas; Domi­ti­la Hernán­dez; Rosa Gutiér­rez; Lucila Mén­dez*; Mari­na Tere­sa Domínguez; Marceli­na Fuentes”. Enlace: 

https://books.google.es/books?id=H_QdAQAAIAAJ&q=%22lucila+mendez%22+castro&dq=%22lucila+mendez%22+castro&hl=es-419&sa=X&ved=2ahUKEwju-af-oeLuAhWBwVkKHdelCk0Q6AEwBHoECAQQAg

* Espero que porque errónea­mente dice Lucila en vez de Luciana, ust­ed no le vaya a quitar val­or a la pub­li­cación. Obvi­a­mente que se tra­ta de Luciana Mén­dez Isava.

Del doc­u­men­to mat­ri­mo­ni­al de Lucila con Ince

Cuan­do anal­iza el acta de mat­ri­mo­nio de Lucila con Ralph, ust­ed pone el gri­to al cielo y sug­iere ten­den­ciosa­mente  que como hija ilegí­ti­ma no podía pon­er el nom­bre de su padre en el doc­u­men­to de casamien­to. Dice ust­ed que es el úni­co doc­u­men­to que expre­sa que Cas­tro es el padre de Lucila, pero entra a descal­i­fi­car­lo al resaltar que en vez de Cipri­ano escri­bieron Caprina. 

Luego con­tin­ua en su estrate­gia de arro­jar som­bras y dudas, dicien­do que Cas­tro había muer­to dos años antes (con lo cual da a enten­der que ella se aprovecha de que ya el cabito no puede des­men­tir­la), que no hay reg­istros de entra­da de Lucila a Puer­to Rico, etc., etc. Mire Sr. Bel­lo, ya hemos dicho que el ver­dugo de Capa­cho era un cadáver políti­co des­de 1908, no dejó sino mala fama y muchos años después no tenía nada que apor­tar­le a nadie. 

Si él hubiese goza­do de bue­na rep­utación, estu­viera en el recuer­do del públi­co norteam­er­i­cano y ella en ese momen­to se hubiese cam­bi­a­do en nom­bre a Rosa Cas­tro, yo pudiera coin­cidir con ust­ed en que lo hizo por interés. Pero como ust­ed bien sabe, eso no fue así.

¿Qué pudo haber pasa­do en el mat­ri­mo­nio? Prob­a­ble­mente le pidieron a cada uno su par­ti­da de nacimien­to. Eso no lo sé porque no estoy al tan­to de cómo eran las leyes en Cal­i­for­nia en ese momen­to. A lo mejor no se las pidieron, porque el mat­ri­mo­nio es una man­i­festación de vol­un­tad que se hace ante un juez con el doc­u­men­to de iden­ti­dad. Habría que inves­ti­gar y ust­ed podría hac­er­lo mejor que yo. Lo que sí creo es que las pegun­tas que hace la autori­dad deben ser respon­di­das en for­ma declar­a­ti­va y como se ve en el doc­u­men­to, le inquieren a cada uno el nom­bre de sus prog­en­i­tores y ella como es lógi­co respondió dicien­do que era Cas­tro. ¿Cuál es el prob­le­ma? ¿Por qué la bulla?

Mire jurídica­mente ese doc­u­men­to solo le da legal­i­dad a la unión de los con­trayentes, pero para nada va más allá otorgán­dole a ella condi­ción de fil­iación con su padre. La famil­ia lo ha enten­di­do así y lo hemos toma­do como una ‘declaración’, no como un doc­u­men­to pro­ba­to­rio de que fuera hija de Cas­tro. Quién sí se lo tomó así fue ust­ed y no me expli­co el porqué; bueno, si me lo explico. 

Otro show es con la pal­abra Cap­ri­na. Pero bueno ¿ust­ed cree que a una mecanó­grafa norteam­er­i­cana del año 26 le es fácil enten­der el nom­bre de Cipri­ano y además escribir­lo bien? Hay que ser sen­sato y enten­der las cir­cun­stan­cias. Mire, en la solic­i­tud de nacional­ización de Luciana del año 1931 aparece mecanografi­a­do el nom­bre “Venezuqela”; ¿vamos a decir por eso que no se tra­ta de nue­stro país? Que Lucila nun­ca lo fue a ver a Puer­to Rico, pero es que él rap­tó a su madre, le des­gració la vida a la famil­ia, luego las aban­donó y se fue, nun­ca vio por ellas, ni tam­poco buscó comu­ni­carse con madre e hija. ¿Cómo quiere ust­ed que hubiese vis­i­tas? No pare­cen cosas de un joven inteligente.

Var­ios

Lucille Stew­art no tenía ningún pare­ci­do con Lucila, ni remo­ta­mente; de man­era que no es ver­dad que Ralph Ince tuviera gus­to sim­i­lar por un tipo de mujer. No sé de dónde sacó eso. Vea las fotos de la actriz amer­i­cana y compare.

Para su infor­ma­ción, Lucila, bajo el nom­bre de Rosa Cas­tro tuvo hijos en Méx­i­co. De hecho una exi­tosa abo­ga­do de nom­bre Ana Katiria Suárez Cas­tro, es bis­ni­eta de ella.

Esa idea de que en un cen­so de 1950 aparece una mujer lla­ma­da Lucila M. Martín y se tra­ta de Lucila, no lo con­vence ni a ust­ed mis­mo, pero no deja de crear dudas.

Ust­ed tiene una con­fusión grande que parte de no haber con­sul­ta­do a la famil­ia así como a exper­tos y por no haber hecho el árbol genealógi­co de Luciana. En una foto famil­iar que pub­licó una revista norteam­er­i­cana en la que se expli­ca que están: Dolores, Luciana, Ralph Ince y Lucila, ust­ed asume que en vez de Dolores o Lola, como dice el mag­a­zine, quién aparece en la foto es Josephine. Ami­go, ella no exis­tió o murió pequeña; se tra­ta como le dicen los redac­tores amer­i­canos de la tía Dolores Mén­dez Isava. 

En otra bel­la foto de Dolores en una esce­na amorosa, ust­ed pone deba­jo en letras blan­cas: “Josephine Mendez, cono­ci­da como Lola o Jola”. Esto es fal­so de toda falsedad. Como se ve en la foto Dolores era muy bel­la y fue la primera vene­zolana en incur­sion­ar en Hollywood.

Ust­ed dice que Luciana fal­l­e­ció en Mon­tre­al, pero luego escribe que fue en Los Ánge­les. ¿Por fin dónde fue?

Ust­ed sostiene en sus comen­tar­ios ini­ciales que: “Lucila cam­bió su apel­li­do y for­ma de iden­ti­fi­carse, como Lucille, Lucy, Lucil­la y sus apel­li­dos Mendez (sic), Ince y Mar­tin”. Eso no es ver­dad. Lucila en Esta­dos Unidos usó su nom­bre de pila y el ‘Lucille’. No uti­lizó para nada el Lucy o el Lucil­la, eso lo dice ust­ed pro­duc­to de una con­fusión con Luciana, ya que en el reg­istro de migración de 1915 iden­ti­f­i­can a la madre, no por su ver­dadero nom­bre, sino por “Lucille” o por “Lucy”.

Eso fue un error de los fun­cionar­ios. Luciana nun­ca uti­lizó esos nom­bres. Le reit­ero que lo de Mar­tin es un inven­to suyo. Pero en fin, esta es la típi­ca man­era como ust­ed “con­struye su teoría” atribuyén­dole a la famil­ia una inten­ción fraud­u­len­ta, cuan­do son errores cometi­dos por ter­ceros, sean fun­cionar­ios, peri­odis­tas, revis­tas, per­iódi­cos, etc. Ami­go Juan E., siga creyén­dole a pie jun­til­las a doc­u­men­tos no legales (que para ust­ed son prue­bas) sin con­trastar­los con­tra la real­i­dad de los hechos, que va a lle­gar muy lejos…

Ten­ga la ama­bil­i­dad de colo­car los doc­u­men­tos a dis­posi­ción de todos de tal man­era que se puedan bajar y acced­er a ellos, con la final­i­dad de poder analizar­los mejor. Se lo sabríamos agradecer.

Por favor no le pon­ga su mar­ca de blog a los fotos que con­sigue en inter­net, eso no es ele­gante, decente, ni hon­esto hac­er­lo. Quién pudo haber­lo real­iza­do y no lo hizo, fue el fotó­grafo o la pub­li­cación que costeó el repor­ta­je, y no lo hicieron.

Más ade­lante en el video ust­ed escribe mali­ciosa­mente sobre una foto de Lucila que: “hay pro­mo­ción al hecho (sic) de que la esposa de Ince y su her­mana son hijas de Cas­tro”. Bueno, eso es com­ple­ta­mente fal­so. Una sola revista equiv­o­cada­mente con­sid­eró a Lucila y a Lola como her­manas y les atribuyó a ambas ser hijas de Cas­tro. Eso no se repi­tió más en Esta­dos Unidos, ni mucho menos Lola dijo eso nun­ca. Dolores llevó orgul­losa sus apel­li­dos Mén­dez Isa­va. Esa teoría la toma ust­ed intencionadamente.

Mire Sr. Juan, en el caso de las par­tidas de nacimien­to y de bau­ti­zo de su bis­abue­lo Juan Bautista, yo creo que la expli­cación que le expuse recoge la ver­dad de los hechos porque responde a la lóg­i­ca y tiene base en lo que la famil­ia conoce. Yo cuan­do inves­ti­go par­to de la bue­na fe, a menos que haya var­ios motivos sus­ten­ta­dos para dudar; pero aún en esos casos, antes de pen­sar mal, ver­i­fi­co que no haya errores de fun­cionar­ios o de peri­odis­tas. Aho­ra bien, y espero que no le moleste mi comen­tario, si ust­ed hubiese anal­iza­do este mis­mo caso de su bis­abue­lo, pero sien­do al revés: habi­en­do cor­re­spon­di­do la situación a mi famil­ia, no me quiero imag­i­nar la can­ti­dad de teorías de con­spir­a­ti­vas de interés mal­sano, aprovechamien­to fraud­u­len­to, opor­tunis­mo inde­cente, etc., etc., que ust­ed hubiese elab­o­ra­do con su fér­til imag­i­nación y hubiera preg­o­na­do a los 4 vien­tos, prevali­do de su condi­ción de posee­dor abso­lu­to de la ver­dad. Perdóneme, pero es que así lo siento.

Caram­ba Sr. Juan, yo deduz­co que existe una especie de resque­mor de parte suya. Perci­bo como una acti­tud infan­til de negar a toda cos­ta algo porque afec­ta sus intere­ses. Es como si a ust­ed le costara acep­tar que hay otros descen­di­entes de este “gran prócer”, porque sola­mente la rama suya puede gozar de tal “priv­i­le­gio”. Para nosotros es lam­en­ta­ble  que el cabito fuera su padre, pero esos son los hechos y no los podemos cam­biar. Por últi­mo déjeme decir­le que de los tan­tos hijos de Cas­tro, Lucila fue la más céle­bre, ¡duélale a quien le duela!

Yo siem­pre les digo a mis hijos, famil­ia y ami­gos que hay que aprox­i­marse a la real­i­dad con total obje­tivi­dad, sin que nue­stros intere­ses, nues­tra ide­ología y nues­tras emo­ciones nos condi­cio­nen. No hac­er­lo así es la mejor rec­eta para equiv­o­carse. En el caso suyo, sus intere­ses por quer­er ser el úni­co que es capaz de ver la ver­dad ocul­ta a otros, y por quer­er labrarse una fama de “exper­to infal­i­ble”, así como sus emo­ciones que no le per­miten dejar entrar al reduc­to de la famil­ia Cas­tro, a intru­sos como Lucila, lo lle­van a analizar defi­cien­te­mente los hechos y los documentos. 

Por otra parte, ini­ciar una inves­ti­gación de una man­era pre­jui­ci­a­da, forzan­do a que los doc­u­men­tos con­va­li­den una teoría pre­con­ce­bi­da y des­deñan­do los hechos como los conoce la famil­ia, es actu­ar sin bue­na fe. A la ver­dad no se accede con mali­cia, sino con obje­tivi­dad, pacien­cia, mente abier­ta y curiosi­dad insa­cia­ble, pero sobre todo con ética.

Por otra parte, creo que ust­ed, al elab­o­rar y pre­sen­tar su teoría, tra­ta de con­fundir, ter­giver­sar los acon­tec­imien­tos, bor­rar la veraci­dad de los hechos y atribuirse gra­cias a su ‘inob­jetable’ inves­ti­gación, la ver­dad abso­lu­ta e indis­cutible sobre Lucila Mén­dez. Como buen mane­jador de los medios ha elab­o­ra­do tex­tos y acopi­a­do fotos, imá­genes, cuadros, así como ha elab­o­ra­do un video, todos los cuales ha col­ga­do en inter­net, de man­era de “blindar” su teoría (que por todas partes hace agua) y lograr que en los bus­cadores de la red aparez­ca su visión (doc­u­men­tos y videos) y se impon­ga su teoría, por efec­tos de la can­ti­dad de instru­men­tos en vez de por la ver­dad de los hechos. Ust­ed bus­ca que la gente despre­veni­da, que no conoce el per­son­aje, ni los datos y doc­u­men­tos que sobre ella exis­ten, crea su “ver­sión”.

El asun­to es que sobre este per­son­aje se ha habla­do mucho en los últi­mos tiem­pos, hay abun­dante mate­r­i­al en las redes que no va a ser fácil que quede ocul­to, y ust­ed no con­ta­ba con que alguien de la famil­ia se pro­pusiera pacien­te­mente desmon­tar, uno por uno, sus argu­men­tos falaces.

Final­izan­do mis comen­tar­ios en este pun­to le digo que no es una acti­tud respon­s­able que ust­ed se tome el atre­vimien­to de colo­car en Fam­i­ly Search un árbol genealógi­co de Lucila Mén­dez, iden­ti­ficán­dola como Lucila Bryce. 

Eso no está bien, ust­ed sabe que no es cier­to que ella sea hija de Robert Bryce, esa es una suposi­ción intere­sa­da suya, sin ningún fun­da­men­to, y ello va a con­fundir a todo aquél que busque en ese por­tal datos de Lucila. Haga el favor de elim­i­nar eso y deje que la famil­ia real­ice el árbol genealógi­co de ella, cuan­do tran­scur­ri­do un tiem­po las cosas estén más claras, sobre todo cuan­do aparez­can los datos de la descen­den­cia mex­i­cana. ¡Yo no le haría eso a un per­son­aje de su famil­ia! Así que por favor ¡respete!

Lucila Mén­dez o Lucille Méndez

Libros que men­cio­nan a Lucila

Ricar­do Tira­do en su mag­ní­fi­co libro, pub­li­ca­do en 1987: Memo­ria y notas del cine vene­zolano. Primer tomo 1897–1959. Segun­do tomo 1960–1976. En el primero de los tex­tos, Tira­do hace una bue­na reseña de Lucila Mén­dez; men­ciona que era hija de Cas­tro, que está casa­da con el pro­duc­tor Ralph Ince y que aca­ba de pro­tag­oni­zar la pelícu­la Coney Island.

En el libro Más de 100 mujeres de Venezuela, pub­li­ca­do en 2007, de Sil­da Cor­do­liani y Cristi­na Guzmán, se hace una men­ción de Lucila Mén­dez; se dice que fue actriz e hija de Cas­tro y que llegó a hac­er pelícu­las en el cine sonoro.

En el libro Cine vene­zolano largome­tra­jes, de Rodol­fo Iza­guirre, pub­li­ca­do en 1983, se hace men­ción de la pelícu­la El Cabito de Daniel Oropeza, roda­da en 1978, donde se describe con detalles toda la tra­ma sór­di­da del tira­no para apoder­arse de jóvenes decentes usan­do la intim­i­dación y el ter­ror, exac­ta­mente igual como ocur­rió con mi tía abuela Luciana Mén­dez Isava.

Ver­sión pla­ga­da de aciertos

Comen­zan­do el video ust­ed afir­ma que su ver­sión está: “pla­ga­da de datos fidedig­nos y verídi­cos, sin ningún tinte nov­e­l­e­sco”. Ter­mi­nan­do dice que: “Más allá de los cuen­tos de casa y con el debido respeto a los ance­s­tros…” Bueno Sr. Bel­lo, como habrá podi­do con­statar para mí su ver­sión está llena pro­li­ja­mente de errores, omi­siones, pos­turas pre­con­ce­bidas, fal­ta de análi­sis obje­ti­vo y caren­cia de la más ele­men­tal lóg­i­ca, pero además adolece mucho de la infor­ma­ción famil­iar que ust­ed des­deña en fun­ción del dato “inamovi­ble” de los doc­u­men­tos; sin embar­go, no voy a decir que su teoría está llena de men­ti­ras, como sober­bia­mente dice ust­ed sobre la his­to­ria de Lucila Méndez.

Final­izan­do su video, después de risas iróni­cas, admite que puede estar equiv­o­ca­do. Yo diría: tarde pió el pajar­i­to, porque ya le ha echa­do toneladas de estiér­col a la famil­ia Mén­dez Isa­va. Ust­ed si se equiv­ocó y se equiv­ocó mucho. Debería hac­er un mea cul­pa. Eso la haría más humilde y más noble, que es lo que debe­mos ser en la vida.

Lo salu­do, atentamente

Miguel Mén­dez Rodulfo

Cara­cas 25 de mayo de 2024

 

PD: Este artícu­lo fue ter­mi­na­do de redac­tar en la fecha de arri­ba, pero la inves­ti­gación que tuve que hac­er sobre Fam­i­ly Search, que me llevó a ir al Saren, CNE–Registros Civiles Par­ro­quiales y a la sede en Cara­cas de Fam­i­ly Search, a entre­vis­tarme con fun­cionar­ios que me aclararan que data de los doc­u­men­tos civiles esta­ba en poder de la platafor­ma de la Igle­sia de Jesu­cristo de los San­tos de los Últi­mos Días, des­de que fecha y como su base de datos mane­ja estos doc­u­men­tos, retar­daron la pub­li­cación de este escrito de respues­ta, lo que dio opor­tu­nidad de que nue­va­mente, con saña, ust­ed volviera sobre lo mis­mo en tex­to del 18 de junio de 2024, cuan­do habla de “chismes y bulos”. Yo por respeto a su per­sona, digo que su análi­sis está lleno de errores, impre­ci­siones, opin­iones ses­gadas y teorías interesadas.

Ima­gen fidedigna toma­da (doc­u­men­to y tex­to) del blog del Sr. Juan E. Bel­lo Osío, referi­da a su artícu­lo de fecha 29 mayo de 2023, “El test de ADN y un par­tic­u­lar tatarabuelo”.

No se sien­ta mal por todo lo que le dije, yo tam­bién de joven cometí errores pare­ci­dos a los suyos, pero decidí cam­biar y apren­der. Hoy come­to otras equivocaciones.

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