Luce raro, pero la historia es real, es 1937 y la 2da Guerra Mundial aún no comienza. La empresa alemana Hauck y Cia. trae un avión Junkers W34 al país para tratar de venderlo a la Línea Aeropostal Venezolana que tiene su centro de operaciones en Maracay.
El avión llega en barco hasta Puerto Cabello y por tren hasta Maracay donde se ensambla y vuela para su demostración (todo queda documentado en fotos).
Al final, la venta no se concreta y el destino del avión alemán es vendido en Ecuador donde el gobierno lo adquirió y bautizó “Atahalpa”. Nadie se imaginaba lo que ese símbolo de la esvástica nazi iba a significar a partir de 1939.
Foto propiedad de Margarita Deleuze, nieta del Sr. Ludwig Hauck y propietario de la empresa Hauck y Cia. quienes tramitaron todo para la venta del avión a la LAV. (Información de Gustavo Antonio Rademaker Palm y Freddy L. Pedrique)
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