CrónicasTodas Las Entradas

“Esta dictadura no pasa de Carnaval” decían exilados y luchadores en la clandestinidad

 

Juan José Peralta
Periodista

SIN IMAGINAR que esa sería su última noche de Año Nuevo en el gobierno, aquel 31 de diciembre de 1957 el general Marcos Pérez Jiménez reía a placer y brindaba con sus amigotes en la fiesta de fin de año en el Palacio de Miraflores. Todo era euforia y alegría. El dictador se sentía seguro en la presidencia después de la farsa del plebiscito que lo dio ganador el 15 de diciembre con un descarado fraude, luego de la consulta propuesta el 4 de noviembre al Congreso Nacional espurio para prorrogar su mandato por cinco años más


“Ese plebisc­i­to no está en la Con­sti­tu­ción”, decían los pan­fle­tos lla­man­do a la abs­ten­ción y la Jun­ta Patrióti­ca pre­si­di­da por el peri­odista Fabri­cio Oje­da y el Frente Uni­ver­si­tario lla­maron a una huel­ga para el 21 de noviem­bre, Día del Estu­di­ante, protes­ta con­ver­ti­da  “en una chis­pa de rebeldía”, como la llamó Manuel Felipe Sier­ra en su biografía del dictador.

La repre­sión aumenta­ba, los esbir­ros de la Seguri­dad Nacional perseguían con saña a los opos­i­tores, bus­ca­ban a los estu­di­antes en sus casas. Se mul­ti­plic­a­ban los pre­sos en los tene­brosos cal­abo­zos de la policía políti­ca. Fueron navi­dades de terror.

Pero no todo está en cal­ma, el cli­ma sub­ver­si­vo toma cuer­po y en las fuerzas armadas crece el descon­tento. Hay con­tac­tos entre civiles con ofi­ciales del cuar­tel Urdane­ta en Cara­cas y se extien­den al cuar­tel Páez en Mara­cay. La con­spir­ación con­tra el rég­i­men dic­ta­to­r­i­al crece, hay reuniones con el teniente coro­nel Hugo Tre­jo, respon­s­able de uno de los gru­pos mil­itares más numeroso com­pro­meti­do con la resisten­cia al gob­ier­no y el 31 de diciem­bre fue arresta­do el may­or Ely Men­doza Mén­dez y se conc­re­tan otras detenciones.

Sar­cás­ti­ca­mente Pérez Jiménez reía con una copa de cham­paña que lev­anta­ba tri­un­fal pero muy tem­pra­no su son­risa sar­cás­ti­ca de la noche ante­ri­or se volvió una mue­ca de rabia y sober­bia: al amanecer del primero de enero de 1958 un caz­abom­bardero de la fuerza aérea trip­u­la­do por el may­or Edgar Suárez Mier y Terán vuela entre las tor­res del Cen­tro Simón Bolí­var de Cara­cas y sobre­vuela el Pala­cio de Miraflo­res en el gri­to de rebe­lión de la aviación militar.

Más tarde el coman­dante Tre­jo desplazó tan­ques des­de el cuar­tel Urdane­ta en Catia en inex­plic­a­ble acción hacia Mara­cay y fueron detenidos en La Encru­ci­ja­da. Fra­casa el movimien­to pero se ini­cia el año nue­vo de 1958 con el pre­sa­gio del der­rumbe de la dic­tadu­ra. La guardia nacional y la arma­da se inte­gran a la con­ju­ra y se fija el seis de enero para el comien­zo de las opera­ciones militares.

“Esta dic­tadu­ra no pasa de Car­naval”, decían los exi­la­dos y los luchadores en la clan­des­tinidad. El pueblo evi­den­cia abier­ta­mente su oposi­ción a la dic­tadu­ra y se acen­túa la protes­ta. Los avi­adores que par­tic­i­paron en Cara­cas al no ten­er noti­cias de la acción del cuar­tel Urdane­ta se van a Colom­bia con­sideran­do fra­casa­da la operación. El may­or Edgar Tru­jil­lo toma Los Teques y el cuar­tel de Ramo Verde. Des­de el tres de enero cir­cu­la un man­i­fiesto de la Jun­ta Patrióti­ca que invi­ta a la unión pop­u­lar con las fuerzas armadas para acabar con la dic­tadu­ra. Obreros y estu­di­antes comien­zan sus mov­i­liza­ciones con­tra el rég­i­men y en los bar­rios enfrentan a las patrul­las poli­ciales del gobierno.

El nueve de enero, cin­co destruc­tores de la Arma­da se ale­jan de la cos­ta de La Guaira y de Puer­to Cabel­lo y pre­sen­tan un pliego de peti­ciones. El rég­i­men cede y el 10 de enero Pérez Jiménez des­igna nue­vo gabi­nete. Salen los min­istros de la Defen­sa y de Rela­ciones Inte­ri­ores. Pedro Estra­da, Jefe de la Seguri­dad Nacional, es reem­plaza­do. A las cin­co de la tarde el pueblo se reúne en la plaza Miran­da de El Silen­cio y se escuchan consignas con­tra la dictadura.

El rumor señala que Estra­da y Lau­re­ano Val­le­nil­la aban­donaron el país. A tres días del nom­bramien­to del gabi­nete, el dic­ta­dor nom­bra nuevos min­istros, reti­ra al de la Defen­sa gen­er­al Rómu­lo Fer­nán­dez y lo expul­sa hacia San­to Domin­go. Cir­cu­lan en el país los man­i­fiestos de los int­elec­tuales, abo­ga­dos, inge­nieros, médi­cos y otros gremios, al mis­mo tiem­po que los de la Jun­ta Patriótica.

Las bar­ri­adas pop­u­lares y las igle­sias católi­cas son vig­i­ladas, numerosos sac­er­dotes se man­i­fi­es­tan con­tra la dic­tadu­ra y son detenidos. El día 20 gru­pos estu­di­antiles se enfrentaron en dis­tin­tos lugares con la policía. Se incre­men­taron los pre­sos y se siguen apli­can­do tor­turas y asesinatos. En las calles las hojas lla­man a una huel­ga gen­er­al con­vo­ca­da por la Jun­ta Patrióti­ca ini­ci­a­da el 21 de enero y la cap­i­tal amanece sin pren­sa. En las calles de Cara­cas hay protes­tas y enfrentamien­tos. El gob­ier­no dic­ta el esta­do de sitio. Se esper­a­ba el estal­li­do de rebe­liones mil­itares en la mari­na, la Acad­e­mia Mil­i­tar y la guardia nacional pre­vista en horas de la madru­ga­da, pero no se produjo.

A par­tir del mediodía del día 21, se escucha un repique de cam­panas y el sonido ensor­de­ce­dor de las cor­ne­tas de los car­ros. Los habi­tantes de San Agustín y de otros lugares de Cara­cas, bajan de los cer­ros y salen a las calles core­an­do el him­no nacional por­tan­do ban­deras nacionales. Se pro­ducen los enfrentamien­tos en las plazas Miran­da y Venezuela, en El Silen­cio, en las avenidas Pres­i­dente Med­i­na, Sucre y San Martín, en Catia, en la urban­ización 2 de diciem­bre (23 de Enero). En La Vega, La Pas­to­ra y aveni­da Sucre se lev­an­tan bar­ri­cadas. Se mul­ti­pli­can los muer­tos y heri­dos. A las cin­co de la tarde el gob­ier­no orde­na toque de queda.

Cara­cas amanece  el 22 con algunos trans­portes públi­cos con sol­da­dos y se pro­ducen en el cen­tro las primeras man­i­festa­ciones. Vuel­ven a escucharse al mediodía cor­ne­tas, cam­panas y sire­nas. Los man­i­fes­tantes desafían en dis­tin­tos lugares el toque de que­da. A las diez de la noche se con­fir­ma que la mari­na y la guar­ni­ción de Cara­cas se suman al der­ro­camien­to. Los últi­mos ofi­ciales leales al rég­i­men par­la­men­tan con el con­tralmi­rante Wolf­gang Larrazábal.

Cayó el dictador

A primeras horas de la madru­ga­da del 23 de enero, el dic­ta­dor Mar­cos Pérez Jiménez, algunos min­istros y su sec­re­tario, abor­dan el avión “La Vaca Sagra­da” rum­bo a San­to Domin­go, Repúbli­ca Domini­cana. Una hora después, al cono­cerse la noti­cia, el pueblo de Cara­cas y de Venezuela se vuel­ca a las calles en señal de júbi­lo patrióti­co. En los sótanos de la Seguri­dad Nacional se escucha el gri­to: “¡Cayó Pérez Jiménez!” y empezaron a salir de la cár­cel los pre­sos políti­cos. En los pisos altos de la Seguri­dad Nacional resistían algunos policías de la dic­tadu­ra dis­paran­do con­tra el pueblo. A las cua­tro de la tarde se con­sti­tuye una Jun­ta Mil­i­tar de Gob­ier­no que pre­side Lar­razábal y se nom­bra un primer gabinete.

El pueblo enarde­ci­do ata­ca e incen­dia las insta­la­ciones de la Seguri­dad Nacional, en la plaza More­los de Cara­cas mien­tras se pro­ducen algunos cam­bios en la Jun­ta de Gob­ier­no y se reti­ran algunos inte­grantes mil­itares has­ta últi­mo momen­to leales a la dictadura.

Este 23 de enero se cumplirán 62 años del final de aque­l­la dic­tadu­ra tene­brosa que con­cul­có las lib­er­tades ciu­dadanas y se esper­a­ba que más nun­ca volvería a repe­tirse y ten­er un rég­i­men de fuerza pero no fue así y hoy de nue­vo ten­emos en el poder a una camar­il­la que destruyó al país, sus insti­tu­ciones, la economía y pare de con­tar porque todos suf­rimos y sabe­mos lo que está pasan­do y tam­bién quisiéramos decir: “Esta dic­tadu­ra no pasa de Carnaval”.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *