CrónicasReportajesTodas Las Entradas

1875 La Locomotora de Napheggi en Trincheras

Luis Heraclio Medina Canelón
Miembro de la Academia de Historia del Estado Carabobo

Encon­tramos en una remo­ta mon­taña de Las Trincheras, en Carabobo, una loco­mo­to­ra ves­ti­gio de los tiem­pos de Guzmán Blan­co y de las inno­va­ciones tec­nológ­i­cas del siglo XIX. La his­to­ria de las loco­mo­toras de car­retera es casi desconocida.


Des­de hace var­ios años, un equipo mul­ti­dis­ci­pli­nario com­puesto, entre otros, por el pro­fe­sor y explo­rador Rafael Del­ga­do y este servi­dor nos hemos dado a la tarea de inves­ti­gar in situ y con doc­u­men­tos grá­fi­cos y escritos la his­to­ria de los fer­ro­car­riles en Carabobo.

Rafael Del­ga­do y Luis Her­a­clio Med­i­na hacien­do tra­ba­jo de cam­po en las vías del fer­ro­car­ril Puer­to Cabel­lo /Valencia, sec­tor Las Trincheras

Los fer­ro­car­riles apare­cen en Venezuela en tiem­pos de Anto­nio Guzmán Blan­co, un dic­ta­dor mod­ern­izador, que impul­só las inno­va­ciones cien­tí­fi­cas y arqui­tec­tóni­cas de su época y el pro­gre­so en gen­er­al: car­reteras, telé­grafos, teatros, plazas, cables y fer­ro­car­riles lle­garon al país bajo su égida.

Recien­te­mente Rafael Del­ga­do, con­tin­uan­do con las búsquedas de los ves­ti­gios de los fer­ro­car­riles, local­izó un intere­sante ras­tro de las épocas de Guzmán Blanco.

Se tra­ta de una curiosa loco­mo­to­ra de ruedas, es decir, no dis­eña­da para uti­lizar rieles sino desplazarse por una car­retera. En tiem­pos de Guzmán Blan­co eran lla­madas “locomóvil”, “loco­trac­tores”, o sim­ple­mente “loco­mo­toras car­reteras”. El vehícu­lo des­cu­bier­to debe ser de uno de los traí­dos al país por la “Empre­sa de Loco­mo­toras de Car­reteras” de un tal Gabor Napheg­gi, alrede­dor de 1875, quien por aque­l­los tiem­pos con­trató con el ejec­u­ti­vo la reparación de la lla­ma­da “Car­retera de Occi­dente”, para ade­cuar­la al paso de las loco­mo­toras de ruedas con sus vagones que trans­portarían mercancía.

La loco­mo­to­ra de ruedas ubi­ca­da por Rafael Del­ga­do en el sec­tor Las Trincheras

Eduar­do Arcila Farías en su “His­to­ria de la Inge­niería en Venezuela” nos dice que en la Memo­ria de Obras Públi­cas data­da en Valen­cia el 1ero. de Sep­tiem­bre de 1875 se refiere a pagos hechos al doc­tor Napheggi:

“hay un reci­bo por mil vene­zolanos cor­re­spon­di­ente a la sec­ción de Valen­cia a Las Trincheras, y otro por quinien­tos vene­zolanos cor­re­spon­di­entes a la parte de Valen­cia a La Cabrera”.

Las obras de la empre­sa de Napheg­gi avan­zaron bas­tante; uno de sus con­tratis­tas, T. Big­ott Pra­da infor­ma a su jefe, según doc­u­men­to que reposa en el Archi­vo Gen­er­al de la Nación (car­ta del 30/09/1875, Obras Públi­cas Lega­jo 183):

Uno de los vehícu­los de Napheg­gi, denom­i­na­do “Guzmán Blanco”

“Con un mes de tra­ba­jo, espero reunirme con la cuadrilla del señor Hur­ta­do, dejan­do el camino en tal esta­do, que no habrá la más mín­i­ma difi­cul­tad para que ust­ed pue­da traficar con la loco­mo­to­ra sin ningu­na especie de tropiezo”

Pero como ocurre muchas veces, intere­ses par­tic­u­lares entor­pecieron la intro­duc­ción del novísi­mo medio de trans­porte: Los dueños de los car­ros (car­retas), en con­niven­cia con las autori­dades encar­gadas de la super­visión de las car­reteras,  vien­do en peli­gro su nego­cio se opusieron a las obras de Napheggi.

El hún­garo se diri­girá a la Jun­ta de Fomen­to (ofic­i­na públi­ca encar­ga­da de las obras)  en los sigu­ientes términos:

“Lás­ti­ma será señor pres­i­dente, que por unos intere­ses mezquinos y mis­er­ables, se me pusier­an obstácu­los para la eje­cu­ción de mi empre­sa, y espero la acti­tud de ust­ed, así como la de los señores vocales, que aten­derán a mi solic­i­tud.” (A.G.N. Obras Públi­cas Lega­jo 183) 

Vista frontal de la loco­mo­to­ra de Trincheras

Lo cier­to es que la loco­mo­to­ra de car­retera no llegó a fun­cionar con reg­u­lar­i­dad. Los archivos de Obras Públi­cas señalan que pre­cisa­mente en Las Trincheras (donde el prof. Rafael Del­ga­do encon­tró la loco­mo­to­ra) era donde oper­a­ba la empre­sa de Neph­egyi, por lo que creemos que la máquina del hún­garo quedó aban­don­a­da en aque­l­las mon­tañas por la fal­ta de interés del gob­ier­no, que se mostra­ba más entu­si­as­ma­do con las vías fér­reas que esta­ban en boga en todo el mun­do. Hoy es mudo tes­ti­go de aquel pasa­do descono­ci­do para la may­oría de los venezolanos.

 

¿Pero quién era  Gabor Napheggi?

Gabor Napheg­gi (lo escriben indis­tin­ta­mente Napheg­gi o Naph­e­gyi) es un per­son­aje intri­g­ante. Uno de esos aven­tureros, estafador (estu­vo pre­so varias veces), impos­tor y tro­ta­mun­dos tan comunes en el siglo XIX. Era artista (quiró­grafo), cien­tí­fi­co (botáni­co y quími­co) y se auto­proclam­a­ba médi­co. No se tiene a cien­cia cier­ta su lugar de nacimien­to, posi­ble­mente en Pest, ciu­dad que luego al unirse a Buda con­sti­tuyó Budapest, en la actu­al Hun­gría.  Se le señala como “doc­tor” pero no hay reg­istros de que lo fuera. El hom­bre se decía hún­garo, pero no habla­ba el idioma. Llegó al con­ti­nente amer­i­cano a medi­a­dos de la déca­da de 1840, estable­cién­dose primera­mente en Esta­dos Unidos. Luego en Méx­i­co fue exi­toso empre­sario en los ramos de ilu­mi­nación, min­ería y fer­ro­car­riles y ejer­ció como médi­co. Se vin­culó con uni­ver­si­dades, políti­cos, exil­i­a­dos y mil­itares. Hizo for­tu­na y quedó en ban­car­ro­ta varias veces. Escribió var­ios libros de dis­tin­tas mate­rias y en diver­sos idiomas y de casi todos los país­es donde estu­vo tuvo que salir a raíz de los prob­le­mas en que se metía.

Napheg­gi fue uno de los pre­cur­sores en el uso de las car­retil­las para susti­tuir a las obso­le­tas parihuelas.

Napheg­gi fue el primero que intro­du­jo en Venezuela  una máquina trit­u­rado­ra de piedras. Tuvo una con­ce­sión para fab­ricar un telé­grafo por cable sub­mari­no entre Venezuela y Trinidad, otra con­ce­sión para fab­ricar papel, fomen­tó una fábri­ca de fós­foros  y fue uno de los primeros que uti­lizó en la con­struc­ción las car­retil­las, que antes no existían, sino que se uti­liz­a­ban las poco prove­chosas par­i­hue­las, especie de camil­la para trans­portar mate­ri­ales, que requerían de dos obreros, mien­tras que las car­retil­las trans­porta­ban mucha más mer­cancía con el esfuer­zo de un solo hombre.

Neph­egyi, que al igual que Guzmán Blan­co, fue un suje­to con­tro­ver­sial, que  sin dejar de ser un pil­lo, tra­jo pro­gre­so y adelanto.

FUENTES

Arcila Farías. “His­to­ria  de la Inge­niería en Venezuela”. Cole­gio de Inge­nieros de Venezuela. 1961

Lucas, Ger­ar­do. “LA INDUSTRIALIZACION PIONERA DE VENEZUELA”

 Prutsch, Ursu­la,  João Fábio Berton­ha y Móni­ka Szente-Var­ga (coords.). “AVENTUREROS, UTOPISTAS, EMIGRANTES DEL IMPERIO HABSBURGO A LAS AMÉRICAS”. Estu­dios AHILA de His­to­ria Lati­noamer­i­cana N.º 14 Edi­tor Gen­er­al de AHILA. Manuel Chust (Uni­ver­si­tat Jaume I, Castel­lón) AHILA — IBEROAMERICANA — VERVUERT 2017

Entre­vista y fotografías de Rafael Del­ga­do Ch.

Dos ángu­los de la loco­mo­to­ra de Las Trincheras

 

Luis Medina Canelón

Abogado, escritor e historiador Miembro Correspondiente de la Academia de Historia del Estado Carabobo

Un comentario en «1875 La Locomotora de Napheggi en Trincheras»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *