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Aquellos viejos clubes de Barquisimeto

 

Omar Garmendia
Cronista e investigador


El más antiguo club de que se tenga noticias en nuestra ciudad, como el primer centro de entretenimiento, fue el Club Unión fundado en 1905. En él hacía vida social la aristocracia barquisimetana, a comienzos del gomecismo. 

El cro­nista Her­mann Gar­men­dia señala dónde fun­cionó: “en una casa de con­struc­ción reciente, ubi­ca­da en la calle Lib­er­ta­dor entre las calles Cat­e­dral y Lara” (actual­mente car­rera 19 entre calles 23 y 24); quiénes podían ingre­sar: “en el Club Unión se con­gre­gan las clases dom­i­nantes (…). Es el úni­co cen­tro cla­sista de expan­siones sociales”; y la dis­tin­ción que sig­nifi­ca­ba pertenecer a él: “Ser miem­bro de este cen­tro social con­sti­tuye un hon­or” (Gar­men­dia, Her­mann , 1995) . Y no era para menos. 

En el Club Unión sólo entra­ban los lla­ma­dos “Hom­bres de Tra­ba­jo”, como los denom­ina­ba el pres­i­dente de la repúbli­ca Juan Vicente Gómez. “Hom­bres de tra­ba­jo” sig­nifi­ca­ba: aque­l­los que no tenían las malas e impúdi­cas ideas de alzarse con­tra el gob­ier­no. No en vano el nom­bre de este club aparecía en el famoso lema de “Unión, Paz y Tra­ba­jo”. Este club cesó en sus fun­ciones hacia 1939.

 

El Centro social 

Fun­da­do el 13 de febrero de 1921. Estu­vo con­for­ma­da por pro­fe­sion­ales jóvenes y sec­tores de la bur­guesía, algunos incon­formes con el rég­i­men gomecista, por lo que exhibían una men­tal­i­dad lib­er­al y pro­gre­sista, lo que provocó que Juan Vicente Gómez los tildara de conspiradores. 

Se cel­e­bra­ban car­navales con com­parsas, se proyecta­ban pelícu­las, bailes con la orques­ta Billo’s Cara­cas Boys (1943) y con­tó con un equipo de bas­ket­ball femeni­no (algo insól­i­to en la época), el lla­ma­do “Club de Solteros” y otorgó un pre­mio espe­cial en la Gran Feria Exposi­ción de 1940. Para 1948 se con­sti­tuyó una sociedad civ­il para la ven­ta de acciones a mil bolí­vares cada una con el fin de con­stru­ir un “sun­tu­oso edificio”.

Fuera las antiguallas

Luego de la desapari­ción del Club Unión, surge casi inmedi­ata­mente el Coun­try Club. Con la lle­ga­da de los patrones cul­tur­ales de Esta­dos Unidos, como instru­men­to tran­scul­tur­izador, las cos­tum­bres, modas y has­ta el habla de los bar­quisimetanos van sufrien­do cambios. 

En la ciu­dad se con­struyen las primeras casas-quin­tas, se difun­den las revis­tas de modas y pub­li­ca­ciones donde apare­cen retrata­dos los grandes artis­tas del celu­loide frente a sus quin­tas en el lejano Hol­ly­wood, trayen­do esto como con­se­cuen­cia una fiebre de imitación en cuan­to a ves­ti­men­tas, cos­tum­bres, ali­mentación y esti­los de vida de otras latitudes. 

Estos nuevos hábitos cul­tur­ales lle­garon con el petróleo. Con el one step y el fox­trot se man­i­festa­ba el Amer­i­can Way of Life en nues­tra ciu­dad. Los inven­tos mod­er­nos traen un nue­vo con­cep­to del vivir. La Venezuela agraria va quedan­do atrás. El léx­i­co viejo per­vive con el mod­er­no: pulpería, tina­ja, jamu­ga, misia, frente a pal­abras con nue­vo espíritu: pantry, liv­ing, clóset, y más tarde autopista, gan­dola, es decir, pal­abras que nos refieren a la mod­ernidad y el progreso.

Aveni­da Bel­la Vista de Barquisimeto

En los avi­sos de pren­sa de esos años (1939–40). El 11 de febrero de 1940 se anun­cia la inau­gu­ración y aper­tu­ra de la pisci­na (el per­iódi­co decía que esos mucha­chos sanos y fuertes que han nada­do con gra­cia y dominio abso­lu­to de la nat­u­raleza, con­sti­tuyen una gran lec­ción de vene­zolanidad) y ya se habla de la con­struc­ción defin­i­ti­va de la sede (que fue inau­gu­ra­da en 1941 con un ver­mouth danzante). 

En ese año ya se incluían prác­ti­cas, deportes y cos­tum­bres yankys. En 1940 se elige a la Miss Pri­mav­era (en un país donde no hay pri­mav­era, pero que era cos­tum­bre hac­er­lo en EEUU) y la real­ización de un cock­tail dan­zante, sien­do esta la primera fes­tivi­dad real­iza­da en el Coun­try Club. Se pre­sen­tan orques­tas como la Lecuona Cuban Boys, y la de Luis Alfon­so Lar­rain, con Elisa Sotel­do, Tri­no Finol y Manolo Mon­ter­rey. Los miem­bros del club paga­ban una cuo­ta de 12 bolí­vares men­su­ales, can­ti­dad apre­cia­ble en aquel entonces, que sólo podía ser costea­da por quienes tenían mejores condi­ciones económicas.

Hubo otros clubes en Bar­quisime­to, como el Rotary Club, el Club de Leones, el Club del Com­er­cio, el Club Améri­ca y otros tan­tos más, pero que serán reseña­dos en próx­i­mas crónicas.

Fotografía: Cen­tro Social. Car­rera 19 con calle 26. Cortesía Fotos Antiguas de Bar­quisime­to. Remem­bran­zas de un pasado

Bib­li­ografía consultada: 
Gar­men­dia, Her­mann (1995). Pre­gun­tas y respues­tas en el mun­do 1935–1938. Barquisimeto
Cama­cho, Fran­cis­co (2007). Redes, élites y poder social en Bar­quisime­to. El Club del Com­er­cio 1941–1958. Bar­quisime­to: UCLA. Edi­ciones del Rectorado
Hemero­grafía Diario EL IMPULSO 1936–1960

CorreodeLara

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