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Calvarios, símbolos de una remota devoción en Cabudare

Mon­u­men­to a la Cruz Sal­vado­ra, con­stru­i­da en la entra­da este del pobla­do de Cabu­dare en 1856

Estaban
ubicados en los confines limítrofes de la comarca cabudareña. 

Fueron
señal de la estancia o paso de misioneros que con el transcurrir de los años dejaron en cada rincón un recordatorio del valor de la fe en Cristo

Los
cal­var­ios rep­re­sen­taron des­de tiem­pos remo­tos una señal cris­tiana, un símbolo
de dominio de la igle­sia de Jesucristo. 
Fueron
con­stru­i­dos de bar­ro y tier­ra pisa­da, con la que se elab­ora­ban adoboncitos.
Algunos eran recu­bier­tos con un friso de arcil­la que al secarse, pinta­ban de
blan­co o/y azul. Unos eran hue­cos y otros rel­lenos de piedras, y todos, por
supuesto con una cruz en madera o hier­ro clava­da en el cen­tro de la estructura.
Este cal­vario situ­a­do en la entra­da del caserío La Montaña 

fue con­stru­i­do el 23 de abril de 1919, y declarado 


Pat­ri­mo­nio Históri­co y Cul­tur­al de Palave­ci­no por el IPC


Según
inves­ti­gadores e his­to­ri­adores, los cal­var­ios eran sím­bo­los de “rescate de la
vida pagana” y algunos afir­man que se con­struían “a los cua­tro vien­tos” para
ale­jar pestes y los demo­ni­os de los pueblos.
Y en ese
con­tex­to, en Cabu­dare se lev­an­taron estas señales de la fe como sinón­i­mo de la
fe y de la grat­i­tud del pueblo, y “era una cos­tum­bre de los cam­i­nantes colocar
piedras y rezar una oración al con­seguir en su camino cruces. 
Estas, se usa­ban comúnmente
en el medio rur­al, como lo fue en su total­i­dad este munici­pio, para celebrar
cose­chas y brindar­le can­tos a la Cruz de Mayo”.
Testimonios
de cos­tum­bris­tas y cro­nistas, afir­man que en Cabu­dare se colo­caron cuatro
cruces en los pun­tos car­di­nales para pro­te­ger al pueblo de epi­demias y malas
influ­en­cias. Hoy son un triste pat­ri­mo­nio en ruina. 
Pla­ca del cal­vario del caserío La Montaña

Para
alejar el cólera

A un
costa­do del antiguo camino real de los llanos, en el lado este de Cabu­dare, hoy
aveni­da Lib­er­ta­dor, se con­struyó en 1856, un gran pedestal de ladrillo para
sopor­tar una cruz de met­al, con el propósi­to “de ale­jar el cólera mor­bos” que
diezma­ba a la población.
El 3 de
mayo de 1913, Cabu­dare cele­bró el Día de la Cruz con una entu­si­as­ta procesión
mul­ti­col­or, que con­cluyó en el Mon­u­men­to a la Cruz Sal­vado­ra, en donde sus
asis­tentes porta­ban ban­deras de col­ores azul celeste y
blan­co, con la inscrip­ción sigu­iente: In
hoc sig­no vinces
, que en latín sig­nifi­ca con este sig­no vencerás. 
Allí, bajo la égi­da del gran mon­u­men­to, todas las enseñas
fueron ben­de­ci­das en medio de la eucaristía. Actual­mente, deba­jo de esta cruz
se real­iza el Velo­rio del Sepulcro.
Otro cal­vario fue insta­l­a­do en el lejano sec­tor de
Pueblo Nue­vo, ubi­ca­do al sur de Cabu­dare, a un extremo de la actu­al calle Juan
de Dios Melean.
Cruz de la San­ta Mis­ión de los Padres Misioneros 

erigi­da en noviem­bre del 65 en los límites 


de los caseríos Zan­jón Col­orado con La Montaña


Al norte se clavó una ter­cera cruz, en el barrio
Cuba, a un lado del buco May­alero, que sería la otra entra­da al pueblo, “en
donde exis­tió el lla­ma­do Cemente­rio del Cólera”.
Al oeste, en el calle­jón Linares con avenida
Lib­er­ta­dor, a finales del siglo XIX, se erigió la Cruz del Cal­vario. Era otra
de las entradas a Cabu­dare des­de El Cam­pa­men­to (sec­tor Cruz Blan­ca de Barquisimeto)
por Zamurobano, pasan­do por el caserío Tarabana.

En recordatorio de la Divina Pastora

Bajo la pia­dosa rog­a­ti­va del pres­bítero L Yuste
Vilar, la ima­gen de la Div­ina Pas­to­ra fue traí­da a la comar­ca cabu­dareña en
1919, en mis­ión pas­toral a var­ios caseríos en donde se lev­an­taron calvarios
para su recordatorio.
En La Piedad, un cal­vario señala: “Se lev­an­tó esta
cruz como recuer­do de las misiones dadas por el Pres­bítero L. Yuste Vilar en la
visi­ta de la Div­ina Pas­to­ra, durante los días 20, 21 y 22 de mar­zo de 1919.
Otra cruz se alza en La Mon­taña para remem­o­rar el
pere­gri­na­je de la Pas­to­ra de Almas y de las misiones que con la ima­gen hizo a
este lugar el sac­er­dote en ref­er­en­cia, el 23 de abril de 1919. Una pla­ca da
cuen­ta que la San­ta Cruz se estable­ció allí, a ini­cia­ti­va del Sr. Rufino
Bastidas.
Cal­vario de Zan­jón Col­orado, con­stru­i­do por la famil­ia Sosa 

en el antiguo camino hacia el caserío El Placer
Entre los límites de los caseríos La Mon­taña y
Zan­jón Col­orado, se instaló una cruz en recuer­do de la San­ta Mis­ión y Padres
Misioneros el 19 de noviem­bre de 1965.
En la entra­da añe­ja al camino de El Plac­er, veci­no a
la casona de la famil­ia Sosa, los habi­tantes del caserío Zan­jón Colorado
edi­fi­caron un cal­vario para la pro­tec­ción del sitio.

Para agradecer por los cultivos

Como sím­bo­lo de la grat­i­tud de los hacen­da­dos y
jor­naleros del Valle del Tur­bio, a prin­ci­pio del siglo XX, en El Taque, Flor
Per­aza con­struyó un cal­vario tipo sepulcro.
En El Tamarindo Pedro Rojas edi­ficó en 1948 un calvario 

de cua­tro pedestales de con­cre­to en for­ma de pentágono
En abril de 1946, Pedro Rojas, hizo lo pro­pio en el
caserío El Tamarindo, zona fér­til para el cul­ti­vo de maíz, caña de azúcar,
naran­jas y granos.
En Chorobobo, los veci­nos tam­bién lev­an­taron una
cruz de unos tres met­ros de altura, en mayo de 1962, en la entra­da de la
antigua hacien­da San Mar­cos, otro­ra propiedad del pres­bítero Andrés Torrellas,
naci­do en el sitio en noviem­bre de 1785 y quien tomó armas con los real­is­tas y
más tarde en las filas patri­o­tas en la Guer­ra de Independencia.
En cor­re­spon­den­cia por las cose­chas y las fértiles
tier­ras del Valle de Tur­bio, se cimen­ta­ron otras cruces en El May­al, La Isla,
Coco e’ Mono, El Pla­tanal (esta­do Yaracuy), dos más en Chorobobo (plaza del
caserío y a la entra­da del antiguo Cen­tral Azu­carero Ver­salles), una segun­da en
El Tamarindo y un cal­vario cilín­dri­co de ladrillo frisa­do en Patio Grande, con
una data supe­ri­or a los 150 años. 
En el sitio de Cocoroti­co, en la pos­esión de Estaquio
Yépez, se fab­ricó un cal­vario el 20 de mayo de 1964. Por esos días, en El
Plac­er se situ­aron cruces más que aún exis­ten, “para ale­jar las epi­demias y los
mal­os espíri­tus”, según Marceli­no Castil­lo, cal­i­fi­ca­do como libro viviente de
la comunidad. 

Cantos y velorios en Agua Viva

En 1928, un grupo de veci­nos de Agua Viva vinculados
con los can­tos de velo­rio tomaron la ini­cia­ti­va de con­stru­ir un cal­vario en el
cer­ro más alto de la local­i­dad, sitio que pron­to sería lla­ma­do Cer­ri­to de la
Cruz.
Fue entonces cuan­do José del Car­men Quebe­do, Juan
Vicente Rodríguez y José de los San­tos Guedez, lev­an­taron la cruz que
ini­cial­mente fue de madera y con el paso del tiem­po, en 1960, Car­los Espinoza,
otro veci­no, la rem­plazó por un mon­u­men­to de con­cre­to, en donde cada 3 de mayo,
se real­iza una her­mosa rog­a­ti­va en el Velo­rio de la Cruz, así como en la semana
may­or el velo­rio al San­to Sepul­cro. Esta infraestruc­tura fue dec­re­ta­da en 1996,
Par­que Mon­u­men­to a la Cruz.
Par­que Mon­u­men­to a la Cruz de Agua Viva edi­fi­ca­do en 1928. 

Posee un nicho con tres fos­as para el guar­da fuegos
Actual­mente estos mon­u­men­tos añosos, que evo­can el
pasa­do reli­gioso de Palave­ci­no, se tropiezan con el abom­inable ros­tro del olvido.
Sí, son ruinosas cruces erguidas en la paciente espera de la atención
gubernamental. 

Luis Alberto Perozo Padua

Fuente:

Catál­o­go del Pat­ri­mo­nio Cul­tur­al Venezolano
2004–2008. Cara­cas 2005
El Kabu­dari, Órgano Divul­ga­ti­vo de la Cul­tura de
Palave­ci­no. Nº 4 1999
Julio Álvarez Casamay­or. Cabu­dare, Sendas, Calles y
Per­son­ajes. Vol 1 Cabu­dare 1997
Datos de la Ofic­i­na del Cro­nista Ofi­cial de
Palave­ci­no, Tay­lor Rodríguez García
Apuntes del cro­nista par­ro­quial de Agua Viva, José
Luis Sotillo

CorreodeLara

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