Canarios en Venezuela, el eslabón perdido de la identidad nacional
Ángel Rafael Lombardi Boscán
@lombardiboscan
Director del Centro de Estudios Históricos de la Universidad del Zulia
Una inmensa mayoría de venezolanos proviene de los guanches, es decir, de los habitantes originarios de las Islas Canarias. Conquistadas y colonizadas por Castilla, aunque ubicadas en África.
En 1810 ya había en Venezuela 200.000 canarios. En su mayoría blancos pobres o de orilla. La mayoría de los venezolanos ignora esta historia del grupo migratorio más grande que ha venido al país.
“En Venezuela, la entrada de canarios, será un hecho común a lo largo de la conquista y colonización, que se reduce durante la independencia y se reinicia en 1831.
La emigración canaria provenía fundamentalmente de las Canarias Occidentales, y el grueso era tinerfeño, carácter que mantendrá hasta el siglo XX.
De manera que los canarios y su descendencia conformarán el grupo blanco más numeroso del país, y también originarán la mayor parte de la hibridación en cualquier grado con blanco”. Esto es señalado por la investigadora venezolana de la UCV, María del Pilar Rodríguez Mesa, una de las pocas especialistas en el tema.
Nada que ver con los 2.500 blancos peninsulares con funciones de gobierno o quienes ayudaron a crear a través del mestizaje a los blancos criollos o mantuanos, descendientes de los primeros colonizadores del siglo XVI: la elite dirigente de la colonia en Venezuela.
Los canarios fueron labradores y tenderos; algunos comerciantes. Vivieron orillados socialmente en la sociedad de castas que fue la Venezuela colonial. Esto acarreó un rencor del tamaño del océano. Eran blancos, pero sin linaje y lejos de los aristócratas terratenientes.
Su fidelidad a España nunca fue tal. La fidelidad era hacia el propio grupo que compartió los dolores y el ostracismo social. Bolívar los puso en la Historia de Venezuela como víctimas e invitó a su Holocausto en 1813 con el Decreto de Guerra a Muerte.
El Partido Canario fue anti bolivariano y anti republicano. También fue indiferente a la causa fidelista de un rey lejano y ausente. Domingo de Monteverde, oriundo de las Canarias, fue su principal líder en 1812. Razón que explica el odio de Bolívar hacia los canarios que demolieron la Primera República de 1811.
Canarios ilustres en la Independencia al lado de la República fueron: Francisco de Miranda, Manuel Piar, José Félix Ribas, Andrés Bello, José Antonio Páez, José María Vargas, Carlos Soublette, José Tadeo y José Gregorio Monagas.
Canarios que militaron en las banderas del rey fueron: Domingo de Monteverde, José Cevallos, Juan Manuel de Cajigal, Ramón Correa, Francisco Tomás Morales, José Antonio Yáñez, Francisco Rosete y tantos otros.
Luego de 1815, con Morillo en Venezuela, los canarios se fueron acomodando al ganador de turno. Bolívar también entendió que su Decreto de Guerra a Muerte fue un muy costoso error al enajenarse el apoyo de los canarios.
Los canarios fueron una especie de clase media empobrecida. Junto con los pardos representaron el 75% de la población en Venezuela al inicio de la Independencia. Ganar su apoyo fue algo clave para ganar la guerra.
A los mantuanos, padres de la Independencia, los sectores populares nunca los quisieron. Bien sabían que eran sus directos opresores. Y no España como usualmente nos han hecho creer.
Bolívar mismo, un mantuano y aristócrata caraqueño, los ubicó como un objetivo militar prioritario para ser destruidos. Bolívar temió tanto a la pardocracia como a los canarios. Y lo paradójico de esto es que hoy es reconocido como una especie de líder popular.
José Cevallos, comandante realista en Coro, propuso en su momento dádivas e incentivos sociales para ganarse a los sectores populares a la causa del rey durante la cruel guerra de exterminio que se desarrolló en la “Costa e Provincia de las Perlas”, vieja denominación otorgada por la Corona en 1516, a todo el litoral venezolano.
Sólo que un nuevo Pacificador, en éste caso, Don Pablo Morillo, desestimó la sociología del año 1815. En vez de aupar una estrategia de la victoria, se inclinó por una estrategia de la derrota. En vez de mantener a los llaneros de Boves y Yáñez bajo su ejército, los licenció y despreció. Ahí radicó su perdición.
Los sectores populares, pardos y canarios, empezaron a ser capitalizados por nuevos jefes y caudillos como José Antonio Páez que les ofrecieron el ascenso social a través del botín de guerra. La idea de patria es una idea ideológica muy posterior a la Independencia.
Ni los canarios ni los pardos ganaron en la Independencia. Tampoco los mantuanos caraqueños. De los indios no se puede decir mucho porque su actuación fue bajo el signo de la indiferencia. Los españoles de la península ni se enteraron que perdieron todo un continente. En 1898, cien años después, es que abrieron los ojos.
Los canarios, tienen un protagonismo en la Historia de Venezuela, que merece ser conocido y asumido. Enriquecieron con sus aportes humanos y culturales lo que hoy somos. Y le estamos agradecidos.