Construcción del majestuoso Hotel Cuatricentenario de Barquisimeto

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista

El edificio donde hoy se asienta la sede del Rectorado de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, UCLA, fue concebido como un majestuoso hotel que en una primera fase de su proyecto fue presentado al Gobierno Nacional como Hotel Cuatricentenario, para albergar a los esperados visitantes de la conmemoración del Cuatricentenario de la fundación de Barquisimeto, capital del estado Lara

La ini­cia­ti­va surgió de una empre­sa pri­va­da pero fue traspasa­da al Min­is­te­rio de Fomen­to en 1951, en el mar­co del Nue­vo Ide­al Nacional y su eje­cu­ción sería con­clu­i­da por la Cor­po­ración Vene­zolana de Fomen­to bajo la denom­i­nación de Hotel Nue­va Segovia. Según inda­ga­ciones del cro­nista Car­los Guer­ra Brandt, la con­struc­ción del hotel tuvo un cos­to de 2 mil­lones de bolí­vares y eje­cu­ta­da por la con­struc­to­ra del peri­odista Car­los Luis Barreras.

El hotel con­taría con 120 amplias habita­ciones, de las cuales 86 eran reg­u­lares pero bajo están­dares inter­na­cionales; con telé­fono de línea direc­ta, un restau­rant con su bar y una fuente de soda con­tigua a la pisci­na que sin duda algu­na era su mejor atrac­ti­vo; tam­bién dispon­drá entre sus ser­vi­cios con una camione­ta para trasla­do de hués­pedes des­de el ter­mi­nal aéreo y has­ta los sitios turís­ti­cos; un amplio esta­cionamien­to frente al hotel, así como bar­bería, salón de belleza, ofic­i­nas para las difer­entes agen­cias aéreas insta­l­adas en el país.

Asimis­mo, el mod­er­no hotel ofre­cerá a su dis­tin­gui­da clien­tela un gran salón de fies­tas para la real­ización de even­tos mag­nos todos los fines de sem­ana, ser­vi­cios de bufes, cock­tails, ban­quetes y grandes reuniones. El bar estaría ameniza­do todos los días entre las siete de la noche y las doce de la medianoche.

Sus tarifas

Para el momen­to de su inau­gu­ración, el 14 de sep­tiem­bre de 1952, las tar­i­fas ofre­ci­das al públi­co para el alo­jamien­to iban des­de 40 bolí­vares cor­re­spon­di­entes a pen­sión com­ple­ta, y 25 bolí­vares sola­mente la habitación para dos per­sonas. La pen­sión com­ple­ta para dos a cua­tro per­sonas: 75 bolí­vares, y solo dere­cho habita­ciones para grupo famil­iar de cin­co 45 bolí­vares. Las suites tenían una tar­i­fa de 90 bolí­vares pen­sión com­ple­ta y sólo la habitación 60 bolí­vares. Para los via­jeros con cre­den­ciales existía una tar­i­fa de 35 bolí­vares con pen­sión com­ple­ta y la sola habitación Bs 20.

Pero el epíl­o­go de este impo­nente hotel tuvo esca­sos 10 años de activi­dad ple­na, para luego ser aban­don­a­do pese a ser un icono de la ciu­dad de Bar­quisime­to. Al poco tiem­po, una empre­sa pri­va­da com­pra los dere­chos y eje­cu­ta una remod­elación que se con­cluye en tiem­po récord. Fue rein­au­gu­ra­do en 1962. Al tiem­po es ven­di­do nue­va­mente al Esta­do y pasa a ser la sede de la UCLA.

Fotos: Colec­ción de don Tito Mendoza