Cruz de Hierro en pecho venezolano
Luis Heraclio Medina Canelón
Historiador
La Cruz de Hierro se ha hecho popular por la literatura y el cine (hasta existe una película con ese nombre) y por la propaganda de guerra. Fue concedida desde los tiempos de las guerras napoleónicas, durante la guerra franco-prusiana y en las dos guerras mundiales. Su inconfundible imagen de la cruz negra en un fondo plateado es conocida por casi todo el mundo. Lo que pocos conocen es que tres venezolanos han sido galardonados con esta condecoración.
La “Cruz de Hierro” sin duda alguna, es la más famosa de todas las condecoraciones militares del mundo.
Fue creada en Prusia (hoy Alemania) hace algo más de doscientos años para premiar en tiempos de guerra las conductas heroicas de los soldados.
En la primera guerra mundial combatieron gran cantidad de criollos, de bando y bando. La mayoría bajo la bandera francesa y otros en el bando de los imperios centrales (Alemania, Austria-Hungría y el Imperio Otomano). Precisamente del lado de los Imperios Centrales un andino y un zuliano fueron premiados por el imperio alemán.
El legendario Rafael Nogales Méndez, nativo del Táchira fue el propio aventurero y trotamundos. Tuvo una esmerada educación académica y militar en Europa donde se hizo políglota y al regresar a América protagoniza toda clase de aventuras por el Caribe. Viene a luchar contra el dictador Cipriano Castro y resulta herido en la batalla de Carazúa, donde combate bajo las órdenes del general cojedeño Leopoldo Ortega Barreto. Al iniciar la primera guerra mundial dice “no te pierdas de una buena guerra” y hace un accidentado viaje hasta llegar a Europa donde logra engancharse en el ejército del Imperio Otomano (Turquía) aliado de Alemania.
Por su inteligencia, arrojo y valor personal asciende rápidamente y el ejército otomano le llega a conferir el grado de “Bey”, equivalente a general, combatiendo en centenares de batallas y asedios. Por sus condiciones militares el imperio alemán le otorgó la codiciada Cruz de Hierro. Enemigo de las dictaduras de Castro y Gómez no pudo regresar a Venezuela hasta 1935 y puso sus conocimientos militares a las órdenes del gobierno nacional, pero apenas le ofrecieron un cargo en una aduana. Decepcionado se fue del país y murió en pobreza en el extranjero.
Por su parte, un joven maracucho, Carlos Meyer Baldó, hijo de alemán y zuliana, viaja a radicarse con su familia a Alemania siendo, un jovencito en 1908. Transcurre su vida normalmente en el Reich Alemán hasta que en 1914 estalla la gran guerra europea, o primera guerra mundial, como la llamamos ahora. Carlos Meyer o Karl, como le conocían los alemanes, se enrola en un exclusivo batallón de caballería o “dragones”. En combate Karl demuestra sus capacidades militares en el frente oriental y llega a ser ascendido a teniente.
A caballo el joven marabino se maravilló con un nuevo invento bélico: los aviones, por lo que en 1916 se alista en la nueva arma aérea que se prepara en Alemania.
En 1917 es asignado a la escuadrilla del más famoso aviador militar de todos los tiempos: Manfred von Richthofen “El Barón Rojo”, inmortalizado en libros y películas. En la escuadrilla del Barón Rojo, conocida como “el circo volador” por los llamativos colores chillones de todos sus aviones el zuliano logró gran cantidad de derribos de aviones enemigos, obteniendo el calificativo de “As”, que era el piloto de combate que lograba más de cinco victorias y el 17 de agosto recibe la Cruz de Hierro. Luego de finalizar la guerra Meyer Baldó regresó a Venezuela y se empleó en el ejército venezolano donde daba sus inicios la incipiente fuerza aérea. En 1933 su avión se accidenta y muere trágicamente.
Años después estalla la segunda guerra mundial. Un muchacho guayanés, Dieter Pfeifer, hijo de alemanes nacido en Ciudad Bolívar en 1923. Se cuenta que era un niño sumamente tremendo y rebelde, al extremo que su padre decide enviarlo a Alemania a un internado en 1933. Apenas con 16 años se enrola en el ejército en una unidad de blindados. Desde los inicios de la guerra entró en combate; primero en Polonia, donde recibió su primera herida, luego en el frente francés, mas tarde en el terrible frente ruso, ya como comandante de una unidad de tanques (panzers) donde se destacó destruyendo los famosos tanques rusos T34. Allí nuevamente fue herido de gravedad al ser destruido su tanque, una vez recuperado de sus heridas recibió la “Cruz de Hierro”. En 1943 participó en la batalla de Kursk, el combate entre blindados más grande de toda la historia, con cinco mil de tanques enfrentados. Mas tarde combatió también a los norteamericanos en Francia, a quienes se rindió su unidad al estar ya todo perdido. Al finalizar la guerra regresó a Venezuela, se casó con una venezolano-alemana y se radicó en Valencia donde instaló un próspero negocio de vivero hasta su muerte en 2010.
FUENTES:
Balladares Castillo, Clemente. “El Teniente Carlos Meyer Baldó”. Fundación Polar. Caracas. 2005
De Nogales Méndez, Rafael. “Memorias”. Fundación Editorial El Perro y la Rana. Caracas. 2007