CrónicasHistoria

El arte del aguardiente: alambiques en el Cantón Cabudare, 1855

Yolanda Aris
Cronista Oficial del municipio Palavecino, estado Lara
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En los fér­tiles para­jes que hoy con­for­man el munici­pio Palave­ci­no, donde el sol acari­cia­ba sin tregua los cañav­erales, la caña de azú­car fue reina des­de los días colo­niales. De sus tal­los dul­ces brota­ban dos caminos: uno hacia el áspero dul­zor del papelón, for­ja­do en los trapich­es; el otro, más ardi­ente y clan­des­ti­no, hacia el aguar­di­ente que nacía entre vapores y fuego en los alam­biques. En esta cróni­ca, nos aden­tramos en los ves­ti­gios de aque­l­la tradi­ción, rescatan­do frag­men­tos de his­to­ria sobre la elab­o­ración del aguar­di­ente en estas tier­ras de aro­mas inten­sos y memo­rias líquidas.

Cen­tral Tara­bana, fun­da­do por la Famil­ia Yepes Gil. Cabu­dare 1938

Hay que resaltar que la pro­duc­ción de aguar­di­ente comen­zó en Venezuela en el siglo XVIII, a pesar de las dis­posi­ciones pro­hibiti­vas exis­tentes por las autori­dades españo­las, medi­ante una Real Cédu­la emi­ti­da el 28 de julio de 1714, que pro­hibía la fab­ri­cación y ven­ta de la bebi­da de aguar­di­ente de cañas en los Reinos de Indias.

José Ángel Rodríguez en su obra Los Paisajes Geo­históri­cos cañeros en Venezuela, men­ciona que de acuer­do con la Relación Históri­co-Geográ­fi­ca de la Provin­cia de Venezuela pre­sen­ta­da por Agustín Marón en 1775; en la ciu­dad de Bar­quisime­to y en su juris­dic­ción había 63 trapich­es, los cuales pro­ducían 11.000 arrobas al año, por un aprox­i­ma­do de 128.268 pesos. (p. 67) Pero, igual­mente señala que era: “…sin duda la pro­duc­ción clan­des­ti­na en por­centa­jes mucho may­ores que los expre­sa­dos.” (p. 69)

Se argu­menta­ba, que las difi­cul­tades para abaste­cer el inte­ri­or de la provin­cia con los aguar­di­entes de las Islas Canarias, por los cos­tos de trasla­do y difi­cul­tades de los caminos; con­llevó a la pro­duc­ción de aguar­di­ente de man­era clandestina.

Señala este mis­mo autor en su tra­ba­jo; Clan­des­tinidad, Con­tra­ban­do y Con­sumo del Aguar­di­ente de Caña en Venezuela en el siglo XVIII, pub­li­ca­do en el Boletín de la Acad­e­mia Nacional de la His­to­ria, que “…la pro­duc­ción de aguar­di­ente en el siglo XVIII, y el com­er­cio ilíc­i­to del mis­mo, fueron activi­dades que se desar­rol­laron pese a los esfuer­zos met­ro­pol­i­tanos por evi­tar­lo.” (p. 159). 

Agre­ga, que bajo el impul­so del Rey Car­los III, la Políti­ca de Libre Com­er­cio en 1788, per­mi­tirá la exportación de aguar­di­ente.  Sin embar­go, señala tam­bién que ya en 1786 se expor­taron 56 bar­riles de aguar­di­ente por val­or de 557 pesos. (p. 158)

Cen­tral Tara­bana propiedad de los her­manos Yepes Gil. Colec­ción de la Famil­ia Yepes Gil

Luego de su legal­ización, era fre­cuente la pro­duc­ción clan­des­ti­na de aguar­di­ente, desar­rol­la­da en el inte­ri­or o en las costas de la provin­cia por los cañicul­tores; ya que pre­tendía evadir el pago de los impuestos de pro­duc­ción y comercio. 

Pos­te­ri­or­mente, el Con­gre­so de la Gran Colom­bia dic­tó una ley el 4 de octubre de 1821, cuyo artícu­lo primero declara, que la des­ti­lación de aguar­di­entes y su trá­fi­co son libres y pueden hac­erse por par­tic­u­lares, sin más tra­bas que las que establece la ley. 

Es decir, debían pedir licen­cia para ello, y colo­car en los establec­imien­tos avi­sos sobre Ven­ta de aguar­di­ente con Licen­cia.  (José Ángel Rodríguez. Ob. Cit. p. 77). Pos­te­ri­or­mente, otra ley del 30 de julio de 1824, planteó, el apoyo a este ramo como fuente de riqueza públi­ca o pri­va­da, y atacar el con­tra­ban­do, para de esta for­ma lograr recau­dar los impuestos deriva­dos de la des­ti­lación y ven­ta de aguar­di­ente, y ben­e­fi­ciar al tesoro públi­co. (p. 78).

Nos men­ciona este autor, que Bern­abé Planas, Juez Políti­co del Can­tón Bar­quisime­to, que incluía a Cabu­dare en él, era Colec­tor de los pro­duc­tos de Patentes para des­ti­lar y vender aguar­di­entes por menor. (p. 77). Agre­ga que Planas, le con­cedió licen­cia  el 28 de agos­to de 1822, a:

“…Fran­cis­co Anto­nio Tovar para que en el sitio de Carauya, en la pulpería que está a car­go del ciu­dadano Pedro Baraona, pue­da vender aguar­di­ente por menor, respec­to que se ha oblig­a­do aquel a pagar dos pesos todos los meses por dicha ven­ta, y más que ha paga­do otros dos pesos por esta patente…” (p. 78)

Avi­so pub­lic­i­tario. Toma­do de José Ángel Rodríguez. Los paisajes Geo­históri­cos Cañeros de Venezuela. p. 96.

La primera ley sobre el ramo del aguar­di­ente que se dic­tó en Venezuela fue la del año 1837, estando encar­ga­do de la pres­i­den­cia para el momen­to, el gen­er­al Car­los Sou­blette; la cual establece los impuestos a pagar al tesoro públi­co por parte de los pro­duc­tores y vende­dores de este producto.

Quedan­do estable­ci­do igual­mente, las patentes para la des­ti­lación en 1838. Es impor­tante esta ley, por la gen­eración de impuestos que apor­tará al erario públi­co en momen­tos en que la economía vene­zolana se encon­tra­ba en cri­sis, luego de la Guer­ra de Independencia. 

Serán numerosas las leyes que se dic­tarán en relación a la pro­duc­ción, ven­ta y patentes de este pro­duc­to en los sig­los XIX e ini­cios del XX.

Pre­sen­ta­mos a con­tin­uación infor­ma­ción local­iza­da en un doc­u­men­to sobre la situación de este renglón económi­co, en el entonces Can­tón Cabudare.

Catastro de Alambiques  Cantón Cabudare. 1855

Nom­bre de los dueños Alam­biques Lugar en que está Galones Deben $
Rufi­no Amaya 1 Tara­bana 40 31,25
Sacarías Col­menares 1 Tara­bana 40 31,25
Rafael Ledez­ma 1 Bar­ran­cas 35 27,35
José María Ledezma 1 Bar­ran­cas 30 23,44
Manuel Cortez 1 Bar­ran­cas 35 27,35
Bernar­do Páez 1 Bar­ran­cas 30 23,44
Juan Euse­bio Méndez 1 Bar­ran­cas 35 24,35
Hilario Escor­cha 1 Bureche 25 19,52
Anto­nio Escorcha 1 Bar­ran­cas 40 31,25
Fran­cis­co Escorcha 1 Bar­ran­cas 25 19,52
Juan de Dios Ledezma 1 Bar­ran­cas 30 23,44
Nicolás Montes 1 Bar­ran­cas 40 31,25
Ramón Par­ra 1 Bureche 40 31,25
Nicolás Gar­cía 1 Cabu­dare 40 31,25
José de la O´Brizuela 1 Bar­ran­cas 25 19,52
José de la O´Brizuela 1 Bureche 25 19,52
José Fran­cis­co Tovar 1 Bureche 40 31,25
Fran­cis­co Ojeda 1 Bureche 40 31,25
Juan Anto­nio Ponte 1 Cabu­dare 40 31,25
Gre­go­rio Yglesia 1 Jobal 20 15,62
José Jesús Pérez 1 Jobal 16 12,50
José Anto­nio Almario 1 Jobal 15 11,72
Hernán­dez Almarias 1 Jobal 15 11,72
Pedro Ylaz­a­ba 1 Man­zani­ta 48 37
Juan Andrés Tovar 1 Sarare 44 34
José Luis Pérez 1 Cristales 67 52
Matías Soa­soa 1 Vueltas 22 25

Cat­a­stro de Alam­biques exis­tentes en el Can­tón Cabu­dare for­ma­do por la Jun­ta Sub­al­ter­na de abol­i­ción del mis­mo en cumplim­ien­to del Artícu­lo 67 del  Decre­to Ejec­u­ti­vo Reglamen­tario de la Ley sobre Abol­i­ción de la Esclav­i­tud. Cabu­dare, 12 de mayo 1855.

En un arqueo de fuentes doc­u­men­tales en el Reg­istro Sub­al­ter­no e Inmo­bil­iario de Cabu­dare, se han podi­do estable­cer ref­er­en­cias de otros propi­etar­ios de hacien­das cañeras pos­te­ri­ores a 1856, las cuales tam­bién con­ta­ban con alam­biques para la fab­ri­cación de aguardientes. 

Es de destacar que algu­nas de las ya men­cionadas, pasaron a ten­er otros dueños, pero con­tin­uaron pro­ducien­do aguar­di­ente.  Veamos el sigu­iente cuadro:

Haciendas y posesiones productoras de aguardiente

Año Propi­etario o Hacienda Car­ac­terís­ti­cas
1852 José de la Paz Amaya Con pos­esión de 30 fane­gadas de tier­ras en el sitio de Agua Viva, tenía 2 alambiques
1852 Hacien­da Papelón de Encar­nación Guédez En Bureche tenía un alambique
1856, Hilario Escor­cha Hacien­da en Bureche con trapiche y alam­bique, y vende aguar­di­ente. En 1905 la com­pró Manuel Rodríguez Garmendia
1857 Encar­nación Lova­to de Amaya Hacien­da lla­ma­da Agua Viva Era la dueña y admin­istrado­ra, y pro­ducía aguar­di­ente. En 1905 la poseía José María Uzcátegui.
1863 Hacien­da El Joval, de Dioce­sano Simón Iglesias Tenía par­ril­la de des­ti­lación de aguar­di­ente. En 1894, la ´pos­esión El Jobal, de 41 hec­táreas, propiedad de Rosa Fuentes de Sánchez, tenía un alam­bique con su batería y dos pipas para depósi­to de aguar­di­ente, entre otras
1868 Hacien­da Chorobobo de Eduar­do Ortiz. Tenía edi­fi­cio para alam­bique con todo lo necesario.
1870 Hacien­da La Vega de Ler­mes Solagnie. En Bureche tenía alam­bique y trapiche.
1875 Hacien­da La Esper­an­za de los herederos de Rafael María Palacios Tenía trapiche y alam­bique. En 1890 tiene el nom­bre de El Paraí­so, propiedad de Juan de la Rosa Tovar, y sigue tenien­do trapiche y alambique.
1879 Gen­er­al Emil­iano Capó adquiere por sub­as­ta tier­ras de la famil­ia Ponte. Tenían alam­bique y trapiche a oril­las del zan­jón Tabure.
1884 José María y José Jesús Ponte. Prestaron 2000 bs a Juan Anto­nio Tor­re­al­ba, quien lo pagará con aguar­di­ente de caña de 21 gra­dos (16 de enero).
1886 Pos­esión El Caney de María Her­minia Torrealba. La tenían un alam­bique con su caney de tejas.
1890 Víc­tor y Anto­nio  Piñero Tienen plantación de caña con trapiche y alam­bique al sur de la calle San­ta Bárbara.
1890 Hacien­da Los Cristales de Leopol­do Torres. Tiene trapiche y alam­bique con 12 tone­les para fer­men­tar guara­po y dos rec­ti­fi­cadores de par­ril­la con cin­co fon­dos de latón de cobre, tres tone­les pequeños para deposi­tar aguar­di­ente y diez car­gas de barriles.
1899 Hacien­da Bureche en el sitio El Cara­balí, de Fran­cis­co Romero Montes. Tiene par­ril­la y alam­bique mon­ta­dos con todos sus enseres.
1904 Pablo Per­do­mo, en Carauya. Tenía un alambique.
1907 Igna­cio Ortíz, en su Hacien­da Gibral­tar en Carauya. Tenía un alam­bique de cule­bra y su cor­re­spon­di­ente caney de tejas que cobi­ja estas máquinas.
1908 Clemente Hernán­dez y Nazario Her­rera en el caserío Las Barrancas. Tenían un alam­bique de culebra.

Fuente: Pro­to­co­los de com­praven­ta, años señal­a­dos. Cuadro elab­o­ra­do por: Yolan­da Aris.

Telas­co Mac.Pherson en su obra, Dic­cionario del Esta­do Lara, pub­li­ca­do en 1883, desta­ca la impor­tan­cia de la pro­duc­ción de aguar­di­ente, y al respec­to señala lo siguiente:

El cul­ti­vo de la caña de azú­car y el del café son los que dan ocu­pación  a la may­oría de los hijos del Dis­tri­to Cabu­dare. Mil quinien­tas hec­táreas, por lo menos,  de caña de azú­car se cul­ti­van en sus amenos valles. Exis­ten trein­ta hacien­das cuyos trapich­es, la may­or parte de hier­ro, son movi­dos por bueyes y tres movi­dos por máquinas de vapor. La des­ti­lación de aguar­di­ente es a lo que están ded­i­cadas la may­or parte de las hacien­das, pero tam­bién elab­o­ran inmejorable papelón y reg­u­lar azú­car. (p. 88)

Es impor­tante señalar que, José Anto­nio Yepes Azpar­ren, en su libro Tara­bana, hace ref­er­en­cia que en el doc­u­men­to de compra–venta de esta hacien­da, en 1918, se men­ciona que en ella se incluye: “…la maquinar­ia para ben­e­fi­ciar caña de azú­car y pro­ducir azú­car, papelón y aguar­di­ente insta­l­a­da en la hacien­da Las Mer­cedes, antes Tara­bana…” (p. 126)

Agre­ga, que en 1920, la hacien­da con­ta­ba con: … una máquina mod­er­na de The Geo.L. Squier & Ca. para la pro­duc­ción de azú­car, papelón y aguar­di­ente, con un trapiche de cin­co masas, movi­do por vapor, una cen­trífu­ga con un tacho al vacío para la elab­o­ración del azú­car y otro abier­to  para el papelón, dos alam­biques con sus tone­les y bar­riles… …” (p. 127). Lo que per­mite evi­den­ciar que esta históri­ca hacien­da tam­bién pro­ducía aguardiente

A ini­cios del siglo XX, los alam­biques pre­sentes en las difer­entes hacien­das cañeras irán desa­pare­cien­do, por la apari­ción de las primeras des­til­erías de aguar­di­ente, que más tarde pro­ducirán ron. Así como tam­bién los trapich­es pre­sentes en las difer­entes unidades cañeras serán susti­tu­i­dos por los cen­trales azucareros.


Fuentes Doc­u­men­tales Consultadas
Decre­to del 12 de mayo de 1855.

Fuentes Bib­li­ográ­fi­cas Con­sul­tadas.
Mac.Pherson, Telas­co. Dic­cionario del Esta­do Lara. 3era edi­ción. Bib­liote­ca de Autores Larens­es. Edi­ciones de la Pres­i­den­cia de la Repúbli­ca. Cara­cas, 1981. 558 p.
Rodríguez, José Ángel. Los Paisajes Geo­históri­cos cañeros en Venezuela. Bib­liote­ca de la Acad­e­mia Nacional de la His­to­ria. Estu­dios, Mono­grafías y Ensayos. No. 83. Cara­cas, 1986. 141 p.
Yepes Azpar­ren, José Anto­nio. Tara­bana.  Alcaldía del Munici­pio Irib­ar­ren. Fon­do Edi­to­r­i­al Ceni­zo. Bar­quisime­to, 2003.205 p.

Fuentes Hemero­grá­fi­cas Consultadas
Rodríguez, José Ángel. Clan­des­tinidad, Con­tra­ban­do y  Con­sumo del Aguar­di­ente de Caña  en  Venezuela en el siglo XVIII,  pub­li­ca­do en el Boletín de la Acad­e­mia Nacional de la His­to­ria, Pp. 145160. https://biblat.unam.mx ebi­la vol66

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