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El Barquisimeto que aún vive en relatos y anécdotas del ayer

Este paseo por el Barquisimeto que aún vive los relatos y anécdotas del ayer, lo interpretan las voces antiguas de la ciudad, quienes son testimonio del tiempo y de ese pasado añorado que hoy desaparece paulatinamente para dar paso a la urbe azarosa y de cambios profundos

Teatro Munic­i­pal, más tarde Teatro Juares


Para el diario EL IMPULSO es un hon­or ofre­cer estas pági­nas espe­ciales como hom­e­na­je a Bar­quisime­to en sus 460 años de aniver­sario, tier­ra fecun­da, de hechos y personajes.

Para este para­je de crepús­cu­los, dedicamos las cróni­cas de voces recono­ci­das y de aque­l­los hom­bres y mujeres, que con su empeño, con­struyeron la ciu­dad y preser­varon para las gen­era­ciones futuras, los tes­ti­mo­nios del Bar­quisime­to del ayer.

Una ciu­dad sin fecha
de fundación

Bar­quisime­to como muchas otras tan­tas ciu­dades españo­las, no tiene acta fun­da­cional, y no es porque sea indis­pens­able, porque las ciu­dades se fun­daron en dis­tin­tos sitios, se trasfor­maron, se mudaron.
Así lo refiere el doc­tor Fran­cis­co Cañiza­les Verde, his­to­ri­ador con den­sa obra sobre la ciu­dad y sus per­son­ajes, quien agre­ga que Bar­quisime­to tuvo cua­tro asientos.

Calle Juares, Calle 25, vista des­de la Bruzual, hoy car­rera 22. Año 1915

De Bar­quisime­to ten­emos como ref­er­en­cia históri­ca, afir­ma, que no hay fecha de fun­dación pero sí fecha exac­ta del establec­imien­to de la ciudad.

‑A mi juicio, y sigu­ien­do el tes­ti­mo­nio del Her­mano Nec­tario María y del doc­tor Ambro­sio Per­era, Bar­quisime­to se estable­ció entre el 15 y el 20 de sep­tiem­bre de 1552, porque exis­ten tes­ti­mo­nios que fun­da­men­tan esta tesis, sostiene.

Adi­ciona que una car­ta de Juan de Vil­le­gas al rey de España rubri­ca­da en El Tocuyo, el 29 de abril del año de gra­cia de 1552, donde le dice a la real majes­tad Don Felipe II, que en 10 días estará de via­je para fun­dar la Nue­va Ciu­dad de Segovia.

Sin embar­go, hay otro tes­ti­mo­nio rev­e­lador del alcalde de la vil­la de Bor­bu­ra­ta, fecha­da en julio de ese año, donde esta autori­dad con­de­na al negro Fran­cis­co Vil­le­gas, her­mano del fun­dador, a vivir en la ciu­dad de El Tocuyo o “en la Nue­va Segovia de Barquisimeto”.

Según Cañiza­les Verde, la fecha que hoy se tiene como la fun­dación de Bar­quisime­to, no es más que el día en donde el español Juan de Vil­le­gas, dis­tribuyó los solares para las primeras vivien­das de los pobladores.

La ciu­dad se estable­ció en el perímetro donde esta­ba el Hos­pi­tal de la San­tísi­ma Cari­dad (hoy Museo de Bar­quisime­to) hacia la plaza San José, unas seis cuadras.

Plaza de la Con­cep­ción, luego Miran­da, más tarde Bolívar

Edu­cación popular
venezolana

Un impor­tan­tísi­mo aporte que viene a con­tribuir con las cróni­cas de la ciu­dad del ayer y de Venezuela en gen­er­al, es que en el Con­ven­to de Fran­cis­canos (hoy Cen­tro de His­to­ria Larense) nace la edu­cación pop­u­lar venezolana.

Cañiza­les Verde rela­ta que los frailes que hab­it­a­ban el men­ciona­do con­ven­to, tuvieron la ini­cia­ti­va de impar­tir edu­cación a los par­dos y no a los niños de la clase noble, hecho trascendental.

Años más tarde, comen­ta, esta ini­cia­ti­va logró que en los cole­gios se fuera susti­tuyen­do el esce­nario en donde la nobleza sólo tenía el priv­i­le­gio y el dere­cho ser instru­i­da, situación que se ini­ció en la Nue­va Segovia de Barquisimeto.

Las primeras casas
Según el his­to­ri­ador Rafael Domin­go Sil­va Uzcátegui, en su obra Bar­quisime­to, el 2 de enero de 1579, los alcaldes de Nue­va Segovia lev­an­taron plano y redac­taron un informe sobre la población, descri­bi­en­do las primeras calles: Calle de San­ti­a­go, calle de Mar, calle de Damas, calle de San Cristóbal y calle­ja del Tocuyo.

Nar­raron igual­mente los nom­bres de los pobladores y el número de vivien­das por calle, más no citan mujeres ni niños.

El cen­so de Martí
Según cen­so del Obis­po Mar­i­ano Martí, fecha­do el 9 de mar­zo de 1779, en visi­ta pas­toral, observó que “la ciu­dad es de veci­nos españoles”, y englobó a los habi­tantes de los cam­pos aledaños especi­f­i­can­do que había 303 casas, 392 famil­ias y 8.776 vecinos.

El escritor Eliseo Sotel­do, en sus Cróni­cas de Bar­quisime­to, cita en 1801, que Bar­quisime­to para entonces tenía ocho o diez mil habi­tantes y “en aque­l­la época crecía ráp­i­da­mente y pro­gresa­ba a ojos vistas…”.

Dice tam­bién que para 1876, la ciu­dad tenía 18 man­zanas com­ple­tas de casas; y el resto de las man­zanas que forma­ban los cruces de las calles, ape­nas tenían una mín­i­ma parte con­stru­i­da. La por­ción may­or se com­ponía de grandes solares.

Cen­te­nario de la Muerte del Lib­er­ta­dor en Plaza Bolívar

El asiento
ya se denom­ina­ba Barquisimeto

Según apre­ciación de don Ramón Querales, cro­nista ofi­cial de Irib­ar­ren, la his­to­ria de la ciu­dad es “larga y exten­sa, por demás fasci­nante” pero en su segun­do asien­to, a 60 kilómet­ros del ter­ri­to­rio que cono­ce­mos hoy, ya se le iden­ti­fi­ca­ba con ese nombre.

Primera­mente estu­vo ubi­ca­da a oril­las del río Buría, en la segun­da quin­ce­na de mayo de 1552, por los yacimien­tos de oro, des­cu­bier­tos por el capitán español Damián del Barrio.

‑Y existe una vie­ja polémi­ca acer­ca de su fun­dación porque ningún inves­ti­gador ha podi­do ubicar el acta que reg­istre ese hecho, que además fue emi­nen­te­mente económi­co, porque la zona no era prop­i­cia para un asien­to como población, lo que con­du­jo que, cua­tro años más tarde, se mudara para la con­flu­en­cia del río Tur­bio y Claro, apun­ta el cronista.

40 casas iniciales
Sub­raya que Bar­quisime­to tuvo un largo pere­gri­nar has­ta su establec­imien­to defin­i­ti­vo en la mese­ta, con siete asien­tos ante­ri­ores, “pero todas las difi­cul­tades, incluyen­do el lev­an­tamien­to del negro Miguel, los ataques indí­ge­nas Jira­jaras y Gay­ones, insur­rec­ciona­dos con­tra los españoles, la lle­ga­da del Tira­no Aguirre, las epi­demias, los ter­re­mo­tos, no impi­dieron que la ciu­dad se desar­rol­lara, has­ta tal pun­to de con­ver­tirse en la urbe más impor­tante de Centroccidente”.

De 40 casas ini­ciales y unos 200 habi­tantes que tuvo Bar­quisime­to, hoy ocu­pa toda la mese­ta, bajó hacia el Tur­bio, lo traspasó; ya se acer­ca por el Valle del río Bar­quisime­to hacia Yaritagua, y hacia el oeste ya col­in­damos con Quí­bor, en una gran explosión demográ­fi­ca asom­brosa com­para­da con aquel nacimien­to humilde de 1552.

Marcado desarrollo

Ano­ta Querales que Bar­quisime­to se vio ben­de­ci­da por su topografía, lo que con­tribuyó con el com­er­cio entre las regiones veci­nas y por ende, su crec­imien­to económi­co y demográfico.

Una de las obras de may­or enver­gadu­ra fue sin duda el Mer­ca­do Públi­co, en los espa­cios que hoy sitúa el Edi­fi­cio Nacional, con­stru­i­do en 1881, por el gen­er­al Jac­in­to Fabri­cio Lara, hijo del prócer de la Inde­pen­den­cia, quien ejer­ció la primera mag­i­s­tratu­ra del Gran Esta­do Lara.

Par­que Ayacu­cho, déca­da de los treita

Reg­is­tra Raúl Azpar­ren, en su libro Bar­quisime­to, paisaje sen­ti­men­tal de la ciu­dad y su gente, que esta gran infraestruc­tura de adobonci­tos, comen­zó el 1° de abril has­ta el 16 de diciem­bre del cita­do año, con una inver­sión de 41.427,80, de los cuales 33.572,23, fueron otor­ga­dos por la renta municipal.

Durante su manda­to, edi­ficó igual­mente, la car­retera Bar­quisime­to-Aroa, Plaza Bolí­var (hoy Plaza Lara) y el puente Bolí­var (ubi­ca­do en la car­rera 17 con calles 21 y 22.

Pero el acu­cioso cro­nista Otto Acos­ta, en su mag­ní­fi­ca obra Bar­quisime­to: eran otros tiem­pos, advierte que en 1936, con una población de casi 37 mil habi­tantes, el gen­er­al José Rafael Gabaldón, pres­i­dente del esta­do Lara, decretó la con­struc­ción de cua­tro mer­ca­dos libres (a cielo abier­to) Alt­a­gra­cia (Av 20 con calle 20) Bel­la Vista (car­rera 18 con calle 38) Cen­tral (car­rera 18 con calle 26) y El Man­te­co (car­rera 22 con calle 31) a un cos­to de 40 mil bolí­vares cada uno.

Fotos y reproducciones: Luis Alberto Perozo Padua

CorreodeLara

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