Crónicas

El primer globo tripulado surcó el cielo venezolano en 1844

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista y cronista
luisalbertoperozopadua@gmail.com
IG/TW: @LuisPerozoPadua

Mucho antes que alguien siquiera imag­i­nase volar en Venezuela, desem­bar­ca en mar­zo de 1844, en Puer­to Cabel­lo, José María Flo­res, el primer aero­nau­ta itin­er­ante lati­noamer­i­cano y uno de los más impor­tantes de prin­ci­p­ios del siglo XIX.

Este aero­nau­ta naci­do en Cór­do­va, Argenti­na via­ja­ba por aque­l­la Lati­noaméri­ca pla­ga­da de guer­ras y rev­olu­ciones, recor­rien­do cua­tro país­es antes de lle­gar a Venezuela en febrero del cita­do año 44, proce­dente de Colom­bia donde había asom­bra­do al públi­co real­izan­do vue­los en dis­tin­tas ciu­dades inclu­i­da Bogotá.

Asien­ta el inves­ti­gador e his­to­ri­ador Fabián Capec­chi, que poco faltó para que Puer­to Cabel­lo fuese la primera ciu­dad del país donde un ser humano se elevase has­ta el cielo abor­do de un globo aerostáti­co. Pero la estrecha fran­ja de tier­ra frente al mar Caribe y los fuertes vien­tos lo dis­uadieron de hac­er­lo, por temor a ser arrastra­do hacia el mar y morir ahogado.

De modo que via­jó en mula has­ta Valen­cia, apun­ta Capec­chi, la ciu­dad seño­r­i­al. Allí anun­ció en un per­iódi­co local y otro en Cara­cas que se prepara­ba para hac­er el primer ascen­so en globo en el país, tan pron­to fuese com­ple­ta­da la suscrip­ción de 400 pesos solic­i­ta­dos para preparar el evento.

Flo­res prometía ofre­cer al públi­co un espec­tácu­lo sor­pren­dente y muy col­ori­do. El anun­ciante no dud­a­ba que el ilustra­do públi­co sabría apre­ciar el méri­to de su tra­ba­jo uti­lizan­do un globo, uno de los grandes des­cubrim­ien­tos hechos por las cien­cias físicas.

Luego que el globo fuera llena­do con aire caliente has­ta estar com­ple­ta­mente hin­cha­do para ele­varse, a la hora fija­da, al son de una ban­da de músi­ca, el valiente joven ele­gan­te­mente atavi­a­do con som­brero y levi­ta entró a la plaza salu­dan­do al públi­co y subió a bor­do de una pequeña canas­til­la, ascen­di­en­do 30 varas sobre el sue­lo des­de la plaza cen­tral de la ciudad.

El públi­co gri­ta­ba y aplaudía eufóri­co, otros cor­rían despa­voridos al pres­en­ciar aque­l­la proeza jamás vista e imag­i­na­da. Sí, el hom­bre esta­ba volan­do, lo que pasó a ser un hecho extra­or­di­nario, un even­to único.

Capec­chi hace un inciso para sub­ra­yar que José María Flo­res, fue el primero en hac­er daguer­roti­pos en Venezuela, y en un avi­so pub­li­ca­do en el diario El Patri­o­ta ofrecía sus ser­vi­cios para hac­er retratos, con un daguer­rotipo por la módi­ca suma de 5 pesos, y en ape­nas 5 min­u­tos, o sea, con este caballero comien­za la fotografía en Venezuela.

El segundo vuelo tripulado

En 1875, en aque­l­la Venezuela gob­er­na­da por Anto­nio Guzmán Blan­co y que comen­z­a­ba a dar grandes cam­bios con con­struc­ciones impor­tantes que le daban un aire afrance­sa­do, el gob­er­nador de Cumaná Domin­go Ramírez, inau­gu­ra el puente sobre el río Man­zanares en el cual desta­ca­ban sus ele­gantes faroles y las redo­mas vehic­u­lares para cel­e­brar los 206 años de la fun­dación de la ciudad.

No obstante, escribe Capec­chi y Schael, que la atrac­ción más esper­a­da de aquel día era el vue­lo de un globo aerostáti­co. Cuan­do la gente observó atóni­ta al aero­nau­ta Manuel Pala­cios ele­varse y sobrevolar la ciu­dad, «estal­ló en aplau­sos y vivas al gen­er­al Guzmán Blanco».

El tercer globo sobrevoló Valencia

Fue una mañana de diciem­bre de 1875 cuan­do un aero­nau­ta mex­i­cano vis­itó Valen­cia. El dato fue ras­trea­do por la cro­nista Luisa Galín­dez en su “His­to­ria de Valen­cia”, según el his­to­ri­ador Luis Her­a­clio Med­i­na Canelón.

Apun­ta el his­to­ri­ador que los valen­cianos fueron sor­pren­di­dos por un espec­tácu­lo mar­avil­loso nun­ca vis­to en estos para­jes. Los crédi­tos eran para un globo infla­do de aire caliente el cual trip­u­laría un hom­bre vesti­do con «tra­je de lente­jue­las que bril­l­a­ba al sol», eleván­dose sobre la ciu­dad has­ta una altura de dos mil metros.

El vien­to llevó este globo hacia el oeste, pasan­do por detrás del cer­ro de El Cal­vario y, por los lados de Guat­a­paro comen­zó a descen­der has­ta unos tre­scien­tos met­ros. Allí hizo ondear la ban­dera tri­col­or y pos­te­ri­or­mente eje­cutó increíbles maro­mas en un trapecio para asom­bro de los espec­ta­dores que gri­ta­ban con euforia.

Archi­vo Gen­er­al de la Nación. Argenti­na Foto referencial

Pre­cisa Med­i­na citan­do a la cro­nista Galín­dez, que el globo al descen­der en Guat­a­paro, su trip­u­lante fue recibido como un héroe por una inmen­sa mul­ti­tud, acom­pañán­do­lo en un des­file por las prin­ci­pales calles de la ciudad.

En su artícu­lo para CorreodeLara.com, Med­i­na Canelón se pre­gun­ta: Pero ¿quién era el aero­nau­ta de Valen­cia? pues la cro­nista valen­ciana no rev­eló el nom­bre, por lo que el supone que fue el mex­i­cano Joaquín de la Can­tol­la, quien voló por primera vez en 1862 con unos aero­nau­tas norteam­er­i­canos que se encon­tra­ban hacien­do demostra­ciones en México.

Según Med­i­na, exis­ten ref­er­en­cias de que todavía en 1877, Can­tol­la con­tinu­a­ba exper­i­men­tan­do y mejo­ran­do sus glo­bos. Coin­cide la época, la exhibi­ción y el tra­je de luces.

Post scrip­tum: Pero Fabián Capec­chi, inves­ti­gador espe­cial­ista en la mate­ria, opina que el nom­bre del aero­nau­ta de Valen­cia sería más bien Severo Fon­se­ca, quien al año sigu­iente estu­vo en Barquisimeto.

Se elevó en cielo barquisimetano

El his­to­ri­ador Rafael Domin­go Sil­va Uzcátegui deja tes­ti­mo­nio locuaz al repor­tar que el pre­cur­sor de la aviación en el esta­do Lara fue Severo Fon­se­ca, un acró­ba­ta mex­i­cano que llegó con un cir­co a Bar­quisime­to en 1876.

Inmedi­ata­mente se pegan anun­cios en toda la ciu­dad para pro­mo­cionar el espec­tácu­lo. Para tal fin se orga­nizó un comité con el propósi­to de recau­dar 1.000 vene­zolanos que cobra­ba el acróbata.

Reseña el cro­nista bar­quisimetano Omar Gar­men­dia, que el 8 de sep­tiem­bre de 1876, el aero­nau­ta Fon­se­ca se dirigió a la plaza de Alt­a­gra­cia, para ini­ciar la haz­a­ña de la ascen­sión de su desve­la­do inge­nio. Var­ios días le llevó el claveteo de postes de madera y tablas, jun­to con la colo­cación de algu­nas piedras para con­stru­ir el horno que habría de ali­men­tar con sus resuel­los de aire caliente la embo­cadu­ra del esper­a­do globo aerostático.

Fotografía del vue­lo de Ben­i­to León Acos­ta real­iza­do el 3 de abril de 1842 en Ciu­dad de México

Con la ayu­da de dos bur­ros, la car­ga de la esfera deforme, cosi­da a reta­zos y tro­zos de alam­bre, una ces­ta hecha de hojas de pal­ma envuelta con una red de cabe­stros y jar­cias fue lle­gan­do a la plaza, jun­to con la gente arremoli­na­da y curiosos de ofi­cio tratan­do de enten­der lo que tenían ante sus ojos.

El globo se fue inflan­do y Fon­se­ca se elevó lenta­mente y voló frente al estrepi­toso griterío, las expre­siones de asom­bro de los hom­bres y las señales de la cruz que hacían las mujeres.

Cuan­do estu­vo esta­bi­liza­do a unos diez met­ros del sue­lo, ordenó que soltaran los amar­res y parte del las­tre que hacía que el globo estu­viese ladea­do. Ya lib­er­a­do en direc­ción noroeste, voló dan­do movimien­tos pen­du­lares de lado y lado, mien­tras Fon­se­ca movía la mano derecha de los adios­es. Las cam­panas del tem­p­lo de Alt­a­gra­cia repi­caron sin cesar.

Joaquín de Can­tol­la y Rico, 1910

Ya cuan­do había recor­ri­do unas diez cuadras, el globo comen­zó a descen­der por fal­ta de aire caliente y el vien­to lo empu­jó hacia la per­ife­ria de la ciu­dad. Fon­se­ca, fue guian­do con las cuer­das la direc­ción del armazón de tela y pal­ma y lo hizo caer en medio del solar de una casa, que qued­a­ba en la calle del Com­er­cio, entre las calles 27 y 28.

En la mis­ma época, este aero­nau­ta repi­tió su proeza, eleván­dose en su globo sobre Curarigua y El Tocuyo. Años pos­te­ri­ores, quizás dos o tres ‑afir­ma Sil­va Uzcátegui‑, otro acró­ba­ta de apel­li­do Lom­bana, se elevó en otro globo sobre la plaza de Alt­a­gra­cia de Bar­quisime­to, dato que has­ta aho­ra no se tiene may­or detalle.

Inciso: Las fotografías son referenciales


Fuentes: Fabián Capec­chi y Alfre­do Schael. Sobre­vue­lo 1785–2021. Rivero Blan­co Edi­tores. Venezuela, octubre de 2021
Luis Her­a­clio Med­i­na Canelón. El primer vue­lo sobre Valen­cia. CorreodeLara.com. julio de 2021
Rafael Domin­go Sil­va Uzcátegui. Enci­clo­pe­dia Larense. Tomo I. Ter­cera edi­ción. Cara­cas, 1981
Omar Gar­men­dia. El primer vue­lo en globo en Bar­quisime­to ocur­rió en 1876. CorreodeLara.com. junio 20 de 2020

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Un comentario en «El primer globo tripulado surcó el cielo venezolano en 1844»

  • En 1844 NO existía Colom­bia. Lo que hoy lla­mamos Colom­bia se llam­a­ba has­ta 1877 Repúbli­ca de Nue­va Granada.

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