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Héctor Rojas, el hombre clave de la Misión Apolo en el Panteón Regional del Zulia

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista especializado en crónicas históricas
luisalbertoperozopadua@gmail.com
En las redes sociales: @LuisPerozoPadua

Cuan­do el mun­do pare­ció deten­erse aquel 20 de julio de 1969, al pres­en­ciar como el Eagle descendía lenta­mente sobre la super­fi­cie lunar en el Mar de la Tran­quil­i­dad, jamás se imag­inó que detrás de este acon­tec­imien­to históri­co esta­ba un vene­zolano: el astrofísi­co Héc­tor Rafael Rojas.

Este vene­zolano bril­lante había logra­do que el hom­bre pis­ara la Luna, pues con sus cál­cu­los, a través de su méto­do de obser­va­ciones astronómi­cas denom­i­nadas «trans­for­ma­ciones suce­si­vas» no solo definió el lugar seguro del descen­so trip­u­la­do por la NASA, sino que per­mi­tió que los astro­nau­tas regre­saran sanos y salvos a la Tierra.

REVISTA MOMENTO AGOSTO 1976

 

Su aporte pro­fe­sion­al fue deter­mi­nante para el éxi­to de la NASA, prop­ues­tas que habían sido incor­po­radas a la plan­i­fi­cación estratég­i­ca del Pro­gra­ma Lunar Apo­lo, en la época pre­via al alu­niza­je, y con ello lograron aven­ta­jar a los soviéti­cos en un momen­to cru­cial de la car­rera espa­cial –1968–, cuan­do la Unión Soviéti­ca ya con­ta­ba con el cohete y las naves nece­sarias para desem­bar­car en la super­fi­cie lunar.

Así lo expli­ca el metic­u­loso inves­ti­gador vene­zolano Pierre Mon­teagu­do, bió­grafo ofi­cial del Dr. Rojas quien se ha encar­ga­do por más de dos décadas a ras­trear doc­u­men­tos e infor­ma­ción sobre la vida y obra de nue­stro cien­tí­fi­co, desve­lando en sus libros la sor­pren­dente his­to­ria que bien pudiera ser lo más pare­ci­da a un largome­tra­je para el sép­ti­mo arte.

Rojas tam­bién fue el encar­ga­do de entre­nar a los astro­nau­tas Neil Arm­strong, Buzz Aldrin y Michael Collins sobre las pre­cau­ciones para la explo­ración de otras áreas durante la excur­sión en la super­fi­cie lunar, así como la clase de infor­ma­ción que debían tratar de obten­er den­tro de los límites de tiem­po que ten­drían en la caminata.

Iré a la Luna

-Yo mis­mo iré al satélite‑, expresó el Dr. Héc­tor Rojas en una car­ta dirigi­da a su ami­go y com­pañero de estu­dios supe­ri­ores Dr. Ezio Ruffi­no, con fecha 11 de febrero de 1969.

El tal­en­to del Dr. Rojas lo con­du­jo a con­ver­tirse en el más desta­ca­do de los exper­tos en el sue­lo lunar, aseso­ran­do a los astro­nau­tas de la mis­ión Apo­lo, en donde tra­ba­ja­ba como cien­tí­fi­co del Pro­gra­ma Lunar para la Nation­al Aero­nau­tics Space Admin­is­tra­tion, NASA des­de 1966.

Rojas par­ticipó como cien­tí­fi­co trip­u­lante en la Mis­ión Espa­cial Apo­lo 8, noti­cia que fue ampli­a­mente divul­ga­da por medios nacionales e inter­na­cionales, dan­do cuen­ta que el astrofísi­co vene­zolano via­jaría a la Luna en dos años «con el obje­to de obser­var los cuer­pos celestes des­de la super­fi­cie lunar, así como tam­bién estu­di­ar los fenó­menos descono­ci­dos y cuya nat­u­raleza no se ha dicho nada en públi­co todavía».

Su bió­grafo, Pierre Mon­teagu­do, ha rev­e­la­do ‑con prue­bas contundentes‑, que Rojas par­ticipó como astro­nau­ta-cien­tí­fi­co en via­jes espa­ciales como trip­u­lante del Apo­lo 8 y el Apo­lo 10.

Por­ta­da de la Revista Elite agos­to de 1969

Gravemente enfermo

El diario El Uni­ver­sal en su edi­ción del lunes 4 de agos­to de 1969, en la pági­na 32, pub­licó una exten­sa nota tit­u­la­da: Héc­tor R. Rojas. Grave­mente enfer­mo cien­tí­fi­co espa­cial vene­zolano que señaló sitio del alunizaje.

La noti­cia advertía que «sufre de una afec­ción que puede degener­ar en leucemia. Aparte de ello, atraviesa una pre­caria situación económi­ca y pide colab­o­ración a nue­stro Gobierno».

Igual­mente, decía que Rojas, a pesar de for­mar parte del equipo de asis­ten­cia cien­tí­fi­ca de la NASA «no está deven­gan­do salario alguno de ese organ­is­mo», pues Rojas esta­ba con­sideran­do reti­rarse de la agen­cia aeroe­s­pa­cial y tra­ba­jar para el gob­ier­no vene­zolano con sus nuevas y nove­dosas inves­ti­ga­ciones des­de Esta­dos Unidos.

En cuan­to a la enfer­medad de Héc­tor Rojas, su her­mana Adol­fi­na Rojas dijo a los peri­odis­tas que «sufre un mal lla­ma­do “Por­phyr­ia” el cual no tiene reme­dio, por ser un metab­o­lis­mo com­puesto en el organ­is­mo que puede degener­ar en leucemia».

Sin embar­go, Mon­teagu­do el bió­grafo del Dr. Rojas, ase­gu­ra que la enfer­medad y pos­te­ri­or hos­pi­tal­ización del astrofísi­co se debió a los efec­tos de la radiación cós­mi­ca de los via­jes espaciales.

El astrofísi­co Héc­tor Rojas y el peri­odista Guiller­mo José Schael (de som­brero y lentes), en París. Abril de 1955. Colec­ción de Alfre­do Schael

Retornó a Venezuela

Pero la fasci­nante his­to­ria del astrofísi­co vene­zolano es exten­sa, y como capí­tu­lo aparte desta­ca que regresó a Venezuela, estable­cién­dose en Mara­cay, esta­do Aragua, sev­era­mente com­pli­ca­do de salud.

«Son hechos proba­dos que el doc­tor Rojas fue devuel­to a su país en un esta­do lam­en­ta­ble, después de su últi­ma visi­ta a Esta­dos Unidos. Los detalles del ‘tratamien­to’ que recibió son cono­ci­dos por el Gob­ier­no de Venezuela, pero no les intere­sa pedir expli­ca­ciones», denun­cia el bió­grafo al especi­ficar que el astrofísi­co fue someti­do al pro­to­co­lo esti­lo MK Ultra, el cual pre­cisa en su ensayo.

Apunte en el libro de defun­ciones cor­re­spon­di­ente a MARIARA, Esta­do Carabobo

Lucha contra el olvido

Luego de haber sido lit­eral­mente bor­ra­do de la his­to­ria, en com­pli­ci­dad con los gob­ier­nos de Venezuela, se supo que los restos mor­tales del astrofísi­co Héc­tor Rafael Rojas habían sido enter­ra­dos en una fosa común en un Cemente­rio Munic­i­pal de Mari­ara, esta­do Carabobo el 13 de mayo de 1991.

Hun­di­do en la exu­ber­ante maleza per­maneció la tum­ba del cien­tí­fi­co vene­zolano y tam­bién su lega­do, has­ta que por ges­tiones coor­di­nadas por Mon­teagu­do y los famil­iares del Dr. Rojas pudieron hal­lar­la y solic­i­tar for­mal­mente al Gob­ier­no del esta­do Zulia, se reconociera la ines­timable labor de Rojas y se le rindier­an los trib­u­tos que has­ta aho­ra se le habían negado.

 

Sepul­cro del Dr. Héc­tor Rojas en igle­sia de Mara­cai­bo, esta­do Zulia
Sepul­cro del Dr. Héc­tor Rojas en igle­sia de Mara­cai­bo, esta­do Zulia

Fue así como el gob­er­nador Manuel Ros­ales, solic­itó al Con­se­jo Leg­isla­ti­vo, CLEZ, el trasla­do de los restos de los insignes cien­tí­fi­cos zulianos: Héc­tor Rafael Rojas y Hum­ber­to Fer­nán­dez-Morán Vil­lalo­bos al Pan­teón Region­al del Zulia.

El ente leg­isla­ti­vo aprobó por una­n­im­i­dad el 13 de agos­to de 2024, la con­sid­eración de Ros­ales e ini­ció el pro­to­co­lo de rig­or exhuman­do los restos del astrofísi­co del aban­don­a­do cam­posan­to de Mariara.

Angéli­ca Reyes Rincón de Vílchez, en su condi­ción de direc­to­ra del Pan­teón del esta­do Zulia, infor­mó que los restos mor­tales de Héc­tor R. Rojas reposarán en el Museo Arquid­ioce­sano «Obis­po Las­so de La Vega» has­ta la cer­e­mo­nia de inhu­mación, en el Pan­teón del esta­do Zulia, su mora­da defin­i­ti­va, pau­ta­da para noviem­bre de 2024.

El Pan­teón Region­al y plaza La Heren­cia en sep­tiem­bre de 2013. Foto Rjcastil­lo. Wiki­me­dia Commons

 

Lab­o­ra­to­rio de Robóti­ca Dr. Héc­tor Rojas. Esta­do Zulia

Asimis­mo, el gob­er­nador Ros­ales tomó el nom­bre del Dr. Héc­tor Rojas para la creación del Insti­tu­to de Inteligen­cia Arti­fi­cial y Robóti­ca, el primero y has­ta aho­ra el úni­co de su tipo en Venezuela.

Recordemos que Héc­tor Rafael Rojas, nació en Mara­cai­bo, cap­i­tal del esta­do Zulia, el 10 de junio de 1928.

Su increíble his­to­ria no solo es una lec­ción de conocimien­to, de cien­cia, sino un gri­to ensor­de­ce­dor a la jus­ti­cia y al reconocimien­to de quienes, con su denue­do y com­pro­miso han hecho posi­ble lo inimaginable.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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