El Nazareno de Cabudare, una heredad de siglos
Luis Alberto Perozo Padua
Periodista
Hablar de Jesús Nazareno de Cabudare, es necesariamente encontrarse con la imperecedera figura de José Ramón Brito Calles, un hombre dedicado a tiempo completo a la iglesia del Hijo de Dios y por sobre todo a la figura de Jesús con la cruz a cuestas
Para José Ramón Brito, los domingos, eran su día predilecto: puntualmente se le veía en primera fila de la nave central del templo San Juan Bautista de su natal Cabudare, y en la Semana Santa, aparte de asistir a todos los actos litúrgicos y acompañar todas las procesiones, era el encargado de planificarlas con el cura de la localidad larense.
Guardianes del Nazareno
Desde niño Brito creció entre arraigadas costumbres religiosas, lo que lo llevó a continuar con la heredad de sus antepasados, quienes fueron los guardianes de la figura del Nazareno de Cabudare.
Don Francisco Méndez, ancestro de Brito, y su esposa doña María Lorenza Páez, ordenaron traer la imagen del Nazareno desde el exterior, y hay quienes afirman que fue esculpida en Caracas.
Sin embargo, interesantísimas para la historia religiosa del municipio Palavecino, son las investigaciones de José Ramón Brito, quien hurgando en los archivos rastreó un documento en donde se apunta que fue “adquirida una imagen del Nazareno en Caracas en la primera mitad del siglo XVIII”.
Un testamento revelador
Entre el testamento del hijo de los esposos Méndez, destaca en la cláusula 16: “Declaro que mis padres por devoción al Divino Jesús le construyeron una Capilla y de la cual sale en procesión el miércoles de la Semana Mayor, la que continuó a mi cargo por la muerte de aquellos…”
Y continúa describiendo: “Se ignora el nombre del escultor que hizo la imagen que está tallada en cedro criollo, i por tradición familiar se dice que fue tallada en Roma, pero creo que haya sido hecha en Caracas por el escultor Manuel González, el que hizo la imagen del Nazareno de San Pablo.
En uno de los Libros de Visitas Pastorales, que se encuentran en el Archivo Parroquial de Cabudare, se subraya la visita que hiciera en 1864 el arzobispo de Caracas y Venezuela, doctor Silvestre Guevara y Lira, quien llegó al pueblo de Los Rastrojos y continuó a Cabudare, para hacer un alto en la Capilla Santa Bárbara.
El prelado se hospedó en la residencia de don Domingo Antonio Méndez, presidente provincial del estado Barquisimeto, inmueble ubicado contiguo a la capilla del Nazareno de Cabudare, la cual fue visitada por Guevara y Lira, quien “quedó sorprendido de la naturalidad de la imagen” y hasta se atrevió a sentenciar que podría cambiarla por la de San Pablo.
La Divina Pastora y el Nazareno
Elocuente y por demás es interesante el relato del gobernador de Barquisimeto, Domingo Antonio Méndez, cuando asienta en su cesión el relato del encuentro de la Excelsa Patrona de los larenses la Divina Pastora con Jesús Nazareno de Cabudare, que Brito publicó como reportaje en el diario EL IMPULSO.
“Fue cuando trajeron por primera vez la imagen de la Pastora de Santa Rosa, a fin de darle más realce al acto de la procesión i debido que para esa fecha (1856), en Barquisimeto no había imagen del Nazareno hasta 1876, que un hombre muy distinguido (don Flavio Campos) trajo la imagen que se encuentra en el templo de San Francisco de esta ciudad (Barquisimeto) imagen que le arreglaban y adornaban en su casa de la calle Ayacucho”.
Capilla para Jesús con la Cruz
Méndez encargó igualmente la construcción de un oratorio-capilla para albergar la sagrada efigie de la cual nos ocupamos, según reza en la declaración testamentaria de su hijo don Domingo Antonio Méndez, que figuró como presidente del gran estado de Barquisimeto.
Hoy esa morada está vacía pero forma parte del inventario patrimonial del municipio Palavecino. Este inmueble sacro descansa casi en la fronda del jabillo histórico que cobijó las tropas libertadoras de Simón Bolívar en noviembre de 1813. Y fue hasta 1912, que permaneció la imagen del Nazareno de Cabudare, en su nicho, al iniciarse un litigio familiar.
Por el estado deplorable del oratorio, con desplome parcial del techo y el friso de las paredes de barro, intervino pues, la Curia de Barquisimeto, para trasladar la imagen hasta una nueva capilla construida dentro de la iglesia catedral San Juan Bautista.
Así lo certifica un documento del Archivo Arquidiocesano, donde se registra que para 1912, es trasladada la imagen del Nazareno de Cabudare, “desde una capilla del pueblo, que se vino al suelo, hasta la nave o capilla propia dentro de la Iglesia San Juan Bautista de esa localidad”.
José Ramón Brito Calles, también fue un riguroso historiador de densa investigación y maestro de periodistas con una columnista en el diario EL IMPULSO por varias décadas, calzando sus artículos con el seudónimo Juan de Terepaima.
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