Arnoldo Dávila “Las colecciones de EL IMPULSO son verdaderos tesoros”
Luis Alberto Perozo Padua
Periodista
Llegó a Barquisimeto proveniente de Mérida cuando todavía era un niño. Recuerda que doña Chela, su madre leía EL IMPULSO todas las mañanas con un pocillo de café humeante a un lado, sentada en un sillón colonial
A Arnoldo le atrajo esa habitual actividad de la matrona, y poco a poco se fue familiarizando con EL IMPULSO, contagiándose de las informaciones relacionadas con el beisbol. Pero refiere con especial mención, que a través del periódico conoció el verdadero nombre del templo cercano a su casa.
“El templo conocido como San Juan adquiere el nombre de La Milagrosa desde la llegada de los Hemanos Paules a Venezuela y propiamente a Barquisimeto. Ellos fundaron esa parroquia, porque inicialmente, en el predio de la iglesia, existía una capilla muy pequeña denominada Virgen de san Juan de Los Lagos, levantada por unos misioneros mejicanos aledaña al cementerio de San Juan, destruida por el terremoto”, cita Arnoldo mostrando una página de EL IMPULSO del año 78 de su colección.
Trabajó en el Concejo Municipal del municipio Iribarren, desde el año 69 y es jubilado del Archivo de ese ente, en donde estuvo más de veinte años.
Comenta que EL IMPULSO para los larenses es una fuente de información de primer orden. “Siempre este periódico ha estado a la vanguardia noticiosa y leer los artículos de sus periodistas, es adentrarse a la crónica, en el dato preciso, en el detalle. Lo más representativo de este medio es que no se desvirtúa el lenguaje, no se atropella el idioma”.
Arnoldo determina que desde que comenzó a leer EL IMPULSO, las páginas de opinión, de deporte y la literaria que con talento escribe Violeta Villar Lista, configuran una entrañable predilección.
Las crónicas de Barquisimeto, siempre han sido parte del contenido de EL IMPULSO, anota Arnoldo con euforia. Sostiene que entre sus atesoradas colecciones destacan considerables reportajes de ese ayer reflejado en las hoy amarillentas páginas de su hemeroteca: artículos de Hermann Garmendia, Fulgencio Orellana, Eligio Macías Mujica, Raúl Azparren, Rafael Domingo Silva Uzcátegui, Ramón Querales, entre otros.
Las colecciones de EL IMPULSO que engrosan su invaluable colección datan de los años 30, cuando el periódico publicó un cuerpo especial sobre el centenario de la muerte del Libertador, otras como los especiales literarios, el bicentenario del natalicio de Bolívar, los aniversarios de Barquisimeto con sus revistas.
“Cuando se agotaba alguna edición especial, solía acudir al edificio azul, de EL IMPULSO en la carrera 23”, anota Arnoldo, se detiene y evoca que la sede estaba signada con el número 27–63, en donde siempre lo atendía gustosamente Pedro Lozada, que fungía como jefe de redacción y que también tenía una muy leída columna: Gaveta Azul.
Arnoldo concluye la entrevista con un petitorio especial para EL IMPULSO: Añoramos esas ediciones. “Que se editen nuevamente porque cuentan con el talento y eso les sobra”.