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Pío Tamayo y su relación con el municipio Palavecino

Yolanda Aris
Cronista oficial del Municipio Palavecino
arisyoli1@yahoo.es

En la recon­struc­ción de la larga his­to­ria de la Hacien­da Los Cristales, hoy ubi­ca­da en el munici­pio Simón Planas, pero has­ta 1990, perteneciente a los espa­cios del munici­pio Palave­ci­no; nos topamos con desta­ca­dos per­son­ajes que fueron propi­etar­ios de esta.

Entre ellos, resalta como copropi­etario, un tocuyano. Se tra­ta del poeta José Pío Tamayo Rodríguez quien, jun­to a su madre, Sofía Rodríguez de Tamayo, por breve tiem­po fueron propi­etar­ios en el año 1921, de la men­ciona­da hacien­da Los Cristales.

 

 


José Pío Tamayo Rodríguez, nació el 4 de mar­zo de 1898 en la ciu­dad de El Tocuyo, y fal­l­e­ció en Bar­quisime­to el 5 de octubre de 1935

 

 

 

 

Fueron sus padres: Anto­nio Tamayo Pérez y Sofía Rodríguez. Estudió primeras letras con su tía la maes­tra Jua­na Fran­cis­ca Rodríguez, luego cursó estu­dios en el Liceo Bolí­var y en el Cole­gio La Con­cor­dia de su ciu­dad natal.

En 1912 asis­tió al Cole­gio La Salle de Bar­quisime­to, pero al morir su padre en 1914, tenien­do 16 años, regresó a El Tocuyo a apo­yar a su madre, a sus diez her­manos menores y a encar­garse de su hacien­da de caña.

Fue poeta y escritor des­de tem­prana edad, fun­dan­do a lo largo de su vida diver­sas revis­tas tan­to en Venezuela como en El Exte­ri­or. A los 16 años, jun­to a var­ios ami­gos, entre ellos, Rober­to Mon­tesinos y los her­manos Losa­da, fun­dan el Cen­tro Cul­tur­al El Tonel de Dió­genes en El Tocuyo.

Escribió la nov­ela El dolor de los granu­jas. Sus ideas políti­cas comu­nistas y su posi­ción con­traria a la dic­tadu­ra de Juan Vicente Gómez le obligaron a exiliarse.

Hacien­da de Caña de azúcar

En un doc­u­men­to de ven­ta del 14 de enero del año 1921, local­iza­do en el Reg­istro Sub­al­ter­no  de Cabu­dare, hoy Reg­istro Inmo­bil­iario, aparece como com­prador jun­to a su madre de la Hacien­da Los Cristales, allí se señala:

…Pedro Bere­cia­r­tu vendió por 120.000 bs a Sofía Rodríguez de Tamayo Pérez y al Sr. José Pío Tamayo, la hacien­da de caña denom­i­na­da Los Cristales en el munici­pio Sarare…tiene casa de habitación y edi­fi­cio de tejas para maquinar­ia, trapiche, par­ril­la de seis fon­dos, rue­da hidráuli­ca con su cor­re­spon­di­ente cañería y dos bucos para su regadío, a uno y otro lado del río…cuatro jun­tas de bueyes con sus aper­os, dos car­ros con sus bes­tias, dos zor­ras para car­gar cañas, doce bur­ros aper­a­dos, diez bur­ros cañeros con sillones…(protocolos año 1921 — Reg­istro Inmo­bil­iario del Munici­pio Palavecino)

José Pío Tamayo

Sin embar­go a los pocos meses, vendieron la propiedad, posi­ble­mente moti­va­do a las activi­dades políti­cas que desar­rol­la­ba Pío Tamayo, que no le per­mi­tieron dedi­carse a la  pro­duc­ción agrí­co­la y que lo oblig­an a huir al año sigu­iente hacia Puer­to Rico. El doc­u­men­to dice:

Sofía de Tamayo Pérez, viu­da, y José Pío Tamayo, veci­nos de El Tocuyo y res­i­den­ci­a­dos en Bar­quisime­to, le vendieron a Ale­jan­dro Riera,  de Caro­ra y res­i­den­ci­a­do en esta ciu­dad (Bar­quisime­to), un hacien­da de caña denom­i­na­da Los Cristales en el Munici­pio Sarare, que habían com­pra­do a Pedro Bere­cia­r­tu el 14 de enero de 1921. Esta hacien­da está for­ma­da por los ter­renos denom­i­na­dos Los Cristales, La Faja y el Cocuy, todos bajo el nom­bre Los Cristales. Que lim­ita­ba por el norte, cabeceras del río Sarare; naciente el mis­mo río; poniente, ser­ranías altas de mon­tañas; sur, que­bra­da de Agua Blan­ca… (Pro­to­co­los año 1921 — Reg­istro Sub­al­ter­no del munici­pio Palavecino)

Des­de 1922,  ini­ció su pere­gri­na­je por var­ios país­es de Améri­ca. Cabe destacar Puer­to Rico, Cuba, Colom­bia, Panamá, El Sal­vador, y Esta­dos Unidos, conc­re­ta­mente en Nue­va York; donde par­ticipó en asun­tos vin­cu­la­dos con sus ideas políti­cas, y donde se dedicó a la labor peri­odís­ti­ca y lit­er­aria, escri­bi­en­do en difer­entes per­iódi­cos y revistas.

El 5 de octubre de 1935, en el bar­rio Namur, en Bar­quisime­to muere José Pío Tamayo, a los 37 años, dos meses antes del dece­so del dic­ta­dor Juan Vicente Gómez

Regresó a Venezuela en 1928, aprovechan­do una amnistía políti­ca, dedicán­dose nue­va­mente a la lucha con­tra el gob­ier­no de Juan Vicente Gómez; lo que lo llevó a la cár­cel, luego de los dis­tur­bios de la sem­ana del estu­di­ante en Cara­cas, el 12 de febrero de ese año, donde leyó el poe­ma Hom­e­na­je y deman­da del Indio, ded­i­ca­do a la reina del car­naval, Beat­riz I, que con­tenía una  pro­fun­da críti­ca al rég­i­men gomecista. 

Por var­ios años per­maneció pri­sionero en el Castil­lo Lib­er­ta­dor de Puer­to Cabel­lo, de donde sal­ió para morir a los pocos meses después.

Se le conoce además, como pre­cur­sor del movimien­to lit­er­ario van­guardista y del marx­is­mo en Venezuela.

El fal­l­e­ci­do abo­ga­do, empre­sario, peri­odista, políti­co, expres­i­dente del Con­gre­so, senador  y quien dio vida al per­iódi­co El Infor­mador, entre muchas de sus fac­etas, Eduar­do Gómez Tamayo, en relación a su desem­peño en la agroin­dus­tria, dice de su tío, Pío Tamayo:

¨…Son cono­ci­das las ideas que se cruz­a­ban en la mente de Pío, en relación con los ade­lan­tos tec­nológi­cos y cien­tí­fi­cos ya puestos en prác­ti­ca en otros país­es, en con­tra­posi­ción con el atra­so en que se encon­tra­ba el cam­po vene­zolano. De allí partía su empeño en mod­ern­izar la indus­tria azu­car­era de su región de ori­gen, reem­plazan­do los trapich­es tradi­cionales y rudi­men­ta­r­ios por un bien insta­l­a­do Cen­tral Azu­carero.¨  (Eduar­do Gómez Tamayo. Viven­cias de un hom­bre de con­sen­so. p. 36)

En relación a su trayec­to­ria, ide­ales sociales, y mejo­ras para los tra­ba­jadores señala:

¨…Esta­ba con­ven­ci­do que el Cen­tral traería enormes ben­efi­cios para un gran número de hacien­das larens­es y ele­varía el niv­el de vida de los campesinos. Pero des­de el prin­ci­pio las cir­cun­stan­cias le fueron adver­sas. Los socios que se habían com­pro­meti­do en el proyec­to no tuvieron la sufi­ciente con­fi­an­za, le fal­laron a últi­ma hora y lo dejaron solo. Y su gran sueño se vino aba­jo, arras­tran­do con él una bue­na parte del ya mer­ma­do pat­ri­mo­nio famil­iar.¨ (Ibi­dem)

Es de esta man­era, como encon­tramos una relación por medio de un ele­men­to económi­co, entre de este dis­tin­gui­do poeta tocuyano con las tier­ras palaveci­nense, a quien su sobri­no Eduar­do Gómez Tamayo, lo iden­ti­fi­ca como ¨…al tío poeta que ya era lla­ma­do Már­tir de la Lib­er­tad…¨ Idem. p. 39)


Fuentes con­sul­tadas
Gómez Tamayo, Eduar­do. Viven­cias de un hom­bre de Con­sen­so. Cara­cas, 2008. 319 p. Pro­to­co­los año 1921. Reg­istro Inmo­bil­iario de Cabudare

CorreodeLara

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