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Rafael Urdaneta al mando de tropas inglesas y alemanas durante la Guerra de Independencia

Luis Alberto Perozo Padua
Periodista especializado en crónicas históricas
luisalbertoperozopadua@gmail.com
En las redes sociales: @LuisPerozoPadua

 

“Yo le doy a Ud., las gracias en nombre de Venezuela,
que si vuelve a ser liberada, deberá a Ud., este beneficio”

Simón Bolívar

El 5 de enero de 1817, en Barcelona, Venezuela, el gen­er­al Simón Bolí­var fir­mó una cor­re­spon­den­cia de vital impor­tan­cia donde nom­bra­ba a Luis López Mén­dez como agente y comi­sion­a­do espe­cial en la ciu­dad de Lon­dres, otorgán­dole autori­dad jurídi­ca de todo género de escrit­uras y obliga­ciones a nom­bre de la Repúbli­ca de Colombia.

El Lib­er­ta­dor instruyó al nue­vo agente espe­cial a realizar con­tratos con el gob­ier­no británi­co para el reclu­tamien­to de tropas. En 1818, López Mén­dez fir­mó la cel­e­bración de dos con­tratos con los gen­erales Elson y J. W. J. Enlish, quienes arrib­aron a las costas vene­zolanas por lugares diferentes.

Rafael Urdane­ta. Por Juan Bel­lo Osío para Genealogía Ilustra­da. Año 2024

Elson llegó por el Orinoco y Eng­lish a través de la isla de Mar­gari­ta por haberse equiv­o­ca­do de ruta. El Lib­er­ta­dor supo el arri­bo de las tropas ingle­sas en la población de San Juan de Payara. De allí se dirigió a la ciu­dad de Angos­tu­ra donde se hacían los últi­mos prepar­a­tivos para la aper­tu­ra del céle­bre con­gre­so cel­e­bra­do el 15 de febrero, para pro­mul­gar la nue­va Con­sti­tu­ción de la Gran Colombia.

Aquel Con­gre­so nom­bró por una­n­im­i­dad al gen­er­al Rafael Urdane­ta, que era diputa­do, para que partiera de inmedi­a­to a la isla de Mar­gari­ta a orga­ni­zar las tropas ingle­sas que con­tinu­a­ban lle­gan­do esto como parte de los planes de Bolí­var para la cam­paña de lib­eración de Nue­va Granada.

El Lib­er­ta­dor remi­tió car­ta al gen­er­al Juan Bautista Aris­men­di, quien era gob­er­nador de la isla, un ofi­cio fecha­do en Angos­tu­ra, el 24 de febrero de 1819, donde le instruía:

“Al Exmo. Señor Gen­er­al en jefe, Juan Bautista Aris­men­di: “El Señor Gen­er­al de División, Rafael Urdane­ta, va a tomar el man­do de la expe­di­ción ingle­sa que haya de lle­gar a esa isla. Está autor­iza­do por el Gob­ier­no para obrar en su encar­go con amplias fac­ul­tades. De con-sigu­iente V. E. debe fran­quear­le todo lo nece­sario para cualquier operación que haya de empren­der   y de los almacenes de esa isla le entre­gará V. E. mil o mil quinien­tos fusiles, además del carga­men­to del bergan­tín Ima­gen y del arma­men­to de las tropas ingle­sas, muni­ciones y todo equipamien­to de tropas con­forme a los ped­i­men­tos que haga el referi­do señor Gen­er­al Urdane­ta. Como puede prob­a­ble­mente nece­si­tarse de dinero para socor­ro de las tropas y otros gas­tos de la expe­di­ción, acor­dará V. E. que de las cajas nacionales de esa isla y de otros cua­lesquiera fon­dos pertenecientes al Esta­do se entreguen al mis­mo señor Gen­er­al Urdane­ta los que pidiere. Dios guarde a V. E. muchos años. Cuar­tel Gen­er­al de Angos­tu­ra, a 24 de febrero de 1819–9° Bolívar”.

El Lib­er­ta­dor tam­bién dirigió cor­re­spon­den­cia, ese mis­mo día, al Almi­rante Luis Brión para comu­ni­car­le sobre la operación encomen­da­da a Urdane­ta, solic­itán­dole facil­i­tara lo nece­sario para empren­der nuevas opera­ciones, y que de su coop­eración con la escuadra dependía en gran parte el éxi­to del plan mil­i­tar que le había orde­na­do al gen­er­al zuliano.

Urdane­ta emprendió camino a Mar­gari­ta durante los primeros días de febrero y arribó el 27 de ese mis­mo mes. A su lado se encon­tra­ban el gen­er­al Manuel Valdés, quien lo acom­paña­ba como segun­do jefe, el Esta­do May­or esta­ba a car­go del coro­nel británi­co, ‑recién llegado‑, José Alber­to Gilmore, y como ayu­dante del Esta­do May­or el coro­nel Wood­ber­ry. El séquito de Urdane­ta esta­ba con­for­ma­do por un grupo de ofi­ciales vet­er­a­nos de las guer­ras napoleónicas.

Cuan­do los patri­o­tas lle­garon a Mar­gari­ta, hal­laron al gen­er­al Eng­lish con parte de su tropa, además de 150 sol­da­dos ale­manes que pertenecían a la expe­di­ción de Elson, los cuales se unieron al Ejérci­to Lib­er­ta­dor al man­do direc­to de Urdaneta.

Bolí­var por su parte emprendió la cam­paña sobre la Nue­va Grana­da en soli­tario, porque el gen­er­al José Anto­nio Páez nun­ca llegó a Cúcu­ta, como ambos jefes mil­itares habían acordado.

La Legión Británi­ca fue un grupo de vol­un­tar­ios ingle­ses, esco­ce­ses, irlan­deses, gale­ses y algunos ale­manes que com­bat­ieron jun­to a los patri­o­tas en la guer­ra de la Inde­pen­den­cia de América

Orden de arresto

Urdane­ta, en cam­bio, cumplió bril­lante­mente su encar­go y durante el desar­rol­lo de la mis­ión encar­ga­da por el Lib­er­ta­dor reit­eró con cre­ces su don de man­do y el alto con­cep­to de la dis­ci­plina. Las rival­i­dades de los caudil­los locales y la pre­po­ten­cia del Gen­er­al en jefe mar­gariteño Juan Bautista Aris­men­di se inter­pusieron en sus opera­ciones, al negarse rotun­da­mente a entre­gar los 500 reclu­tas solic­i­ta­dos, pero, Urdane­ta enér­gi­co y seguro, y con el aseso­ramien­to jurídi­co del Dr. Andrés Nar­varte abrió causa con­tra los sospe­chosos de des­obe­di­en­cia y apre­hendió al gen­er­al Aris­men­di, orde­nan­do lo embar­caran en un buque de guer­ra con des­ti­no a la ciu­dad de Angos­tu­ra (hoy Ciu­dad Bolí­var), donde se le some­tería a juicio de un tri­bunal mil­i­tar para ser juz­ga­do por sus actos de insub­or­di­nación y sedición.

Has­ta el 28 de mayo duró la abier­ta insur­rec­ción del gen­er­al ori­en­tal, ya que ese mis­mo día Urdane­ta le envió una orden de arresto:

“Exce­len­tísi­mo Señor: “Como de la infor­ma­ción sumaria que se ha segui­do, para la cal­i­fi­cación de los hechos que han tenido lugar del 21 en ade­lante, resul­ta que la con­duc­ta de vues­tra Exce­len­cia ha sido sindi­ca­da de haber con­tribui­do a que no se cum­plan las órdenes del  Gob­ier­no Gen­er­al, he resuel­to en vir­tud de las fac­ul­tades de que me hal­lo revesti­do por el artícu­lo 39 del decre­to de 10 del pasa­do, que vues­tra Exce­len­cia sea des­de este momen­to sus­pen­so del man­do de esta Isla, y que en clase de arresta­do se pon­ga a dis­posi­ción del señor Gen­er­al Valdés, para que con todo lo actu­a­do pase a dar cuen­ta de su con­duc­ta al Gob­ier­no Gen­er­al. La con­tra­ven­ción a esta orden será una prue­ba de inobe­di­en­cia a la autori­dad supre­ma, bajo cuyo nom­bre impon­go arresto a vues­tra Exce­len­cia. ‑Dios guarde a vues­tra Exce­len­cia muchos años. ‑Cuar­tel Gen­er­al Divi­sion­ario en el Norte, mayo 28 de 1819.-Excelentísimo señor. ‑Rafael Urdane­ta. ‑Exce­len­tísi­mo señor· Gen­er­al en jefe, Juan Bautista Arismendi”.

Aris­men­di fue apre­sa­do por orden de Urdane­ta y embar­ca­do en un buque de guer­ra con des­ti­no a la ciu­dad de Angos­tu­ra (hoy Ciu­dad Bolí­var), donde se le some­tería a juicio de un tri­bunal mil­i­tar para ser juz­ga­do por sus actos de insubordinación.

Juan Bautista Aris­men­di, naci­do en La Asun­ción (Edo. Nue­va Espar­ta) 24 de junio de 1770 y fal­l­e­ci­do en Cara­cas 22 de junio de 1841. Ofi­cial (gen­er­al en jefe) del Ejérci­to Lib­er­ta­dor de Venezuela en la Guer­ra de Inde­pen­den­cia y años subsiguientes

400 británi­cos y 150 alemanes

El 18 de julio de 1819, a las 8 de la mañana, Urdane­ta tomó por asalto el Mor­ro de Barcelona en un ataque con­jun­to con el Almi­rante Luis Brión, y el 22 del mis­mo mes la ciu­dad de Barcelona con la Legión Británi­ca y 150 sol­da­dos de infan­tería ale­manes; de allí sigu­ieron hacia Cumaná donde trataron de tomar la batería de Aguas­an­ta los días 3 al 5 de agosto.

Lam­en­ta­ble­mente la mitad de los sol­da­dos ingle­ses se embor­racharon pre­vio a la operación mil­i­tar, razón por la cual no pudo conc­re­tarse. Fueron acu­sa­dos de indis­ci­plina y oblig­a­dos a tomar baños en el río Neverí.

Inmedi­ata­mente, más de 400 infantes ingle­ses fueron trans­feri­dos a las órdenes del gen­er­al Manuel Valdés, quien no pudo impon­erse, pues se rebe­laron con­tra su autori­dad, plan­i­f­i­can­do además saque­ar la ciu­dad de Barcelona.

Urdane­ta enter­a­do de la mal­hada­da acción, se impu­so con autori­dad y dici­plinó a los insubordinados.

Una panorámi­ca del Pan­teón Naciona en 1930

Al Pan­teón Nacional

De regre­so de Nue­va Grana­da, Bolí­var nom­bró al gen­er­al Urdane­ta coman­dante de la Guardia de Hon­or, por muerte de su tit­u­lar, el gen­er­al de división José Anto­nio Anzoátegui.

Urdane­ta había naci­do en Mara­cai­bo, (Esta­do Zulia) el 24 de octubre de 1788. Su actuación durante la con­tien­da inde­pen­den­tista puede resumirse así: Par­ticipó en 26 batal­las, 9 sitios y 2 asaltos a fortalezas.

Después de var­ios días en cama fal­l­e­ció en París, Fran­cia, el 23 de agos­to de 1845, en donde se agravó su salud, pues su pres­en­cia en Europa se debía a que había sido fac­ul­ta­do por el Gob­ier­no de Venezuela como envi­a­do extra­or­di­nario y min­istro plenipo­ten­cia­rio ante el gob­ier­no de España, con el encar­go espe­cial de can­jear las rat­i­fi­ca­ciones del Trata­do de Reconocimien­to, de Paz y Amis­tad. Sus restos fueron inhu­ma­dos en el Pan­teón Nacional, en Cara­cas, el 16 de mayo de 1876.


Fuente: S. T. Forzan-Dag­ger. El gen­er­al Rafael Urdane­ta y las tropas ingle­sas y ale­m­anas. Boletín Cul­tur­al y Bib­li­ográ­fi­co Vol. 6 Núm. 12. Año 1963

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