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Segundo Ceballos: el hombre que curaba con ciencia y contaba con el alma

Francisco (Larry) Camacho
Historiador y escritor
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Médico pediatra, historiador de fina pluma, narrador oral e impulsor cultural, Segundo Ceballos entregó su vida a sanar cuerpos y a nutrir espíritus. Su legado triplemente bueno perdura en la memoria de Barquisimeto

Dice el his­to­ri­ador Reinal­do Rojas que Segun­do Cebal­los es (fue) un “human­ista en su con­duc­ta frente a la vida y a la muerte que todos los días ve refle­ja­da en el ros­tro esper­an­za­do de sus pacientes”. 

En mate­ria de cien­cia, el méri­to le viene por par­ti­da doble: porque durante décadas en su desem­peño como jefe y coor­di­nador docente de la Unidad de Cuida­dos Inten­sivos del Hos­pi­tal Uni­ver­si­tario de Pedi­atría Dr. Agustín Zubil­la­ga de Bar­quisime­to libró batal­las en favor de la super­viven­cia en esa del­ga­da línea divi­so­ria entre lo que es y no es, y porque sus cen­tenares de miles de pacientes fueron niños que merecían una segun­da oportunidad. 

Médi­co pedi­atra, his­to­ri­ador, hom­bre de la cul­tura, la ausen­cia de este sin­gu­lar per­son­aje deja un hon­do pesar en la sociedad larense.

Segun­do Cebal­los. Foto: Cortesía UNOES

Para ser más jus­tos, Cebal­los era bueno por par­ti­da triple: por inten­sivista, por cuidar de la salud de los niños y por hace­dor de la cul­tura. Es posi­ble que peque de exager­a­do si afir­mo que el doc­tor Segun­do, como le decían en su tier­ra, fue el pedi­atra de la gran may­oría de mis ami­gas y ami­gos bar­quisimetanos con edad prome­dio de entre los 20 y los 50 años.

Por algu­na razón, en nues­tras con­ver­sa­ciones siem­pre sale a la luz el nom­bre de Segun­do: cuan­do no es porque les atendió de pequeños, es por el reconocimien­to al tra­ba­jo desar­rol­la­do des­de la Unión de Nar­radores Orales Escéni­cos de Venezuela (Unoes), de la que es fun­dador jun­to con su esposa María Euge­nia Ramos Sei­jas “Mau”, su hijo Fidel, Elianay González y el resto de un equipo intergeneracional. 

En un esfuer­zo sostenido de más de 30 años de exis­ten­cia, la gente de Unoes lle­va cul­tura en for­ma de pal­abra a Bar­quisime­to, la “Cap­i­tal musi­cal de Venezuela”. 

Mila­gros Flo­res de Reyes le ded­i­ca emo­ti­vas pal­abras al Dr. Segun­do Ceballos

II

Segun­do Cebal­los, fal­l­e­ci­do el pasa­do domin­go (1 de junio de 2025), fue la inte­gración de la cien­cia y la cul­tura. Con “Mau” (su conyugue des­de hace 54 años), crearon hace tres décadas y media la Unoes, orga­ni­zado­ra de las edi­ciones anuales del Fes­ti­val Inter­na­cional de la Oral­i­dad, en el que se ha pre­sen­ta­do una var­i­opin­ta gama de artis­tas nacionales y extranjeros. 

Val­ga un comen­tario mar­gin­al: algunos de esos nar­radores “cuen­tan cuen­tos” en sus lenguas. ¿Cómo les enten­demos? No lo sé, pero en sus pre­senta­ciones a sala llena un públi­co his­panoh­ab­lante per­manece aten­to y silen­cioso durante esas fun­ciones en idiomas extraños.

Fun­dador del Ate­neo de Cabu­dare y asid­uo colab­o­rador de la Casa de la Cul­tura de El Eneal, Pres­i­dente de la Jun­ta Direc­ti­va de la Fun­dación Museo de Bar­quisime­to (1998–2002), impul­sor de la Bib­liote­ca Pop­u­lar Adelis Fre­it­ez de Chir­gua El Cer­ca­do (Bar­quisime­to), con­fer­encista, his­to­ri­ador, Segun­do Cebal­los com­par­tió su exis­ten­cia entre el que­hac­er int­elec­tu­al y la ciencia.

Mau de Cebal­los y Segun­do Cebal­los. Foto: Archi­vo Diario El Impulso

III

Como pro­fe­sion­al de la salud, la trayec­to­ria de Segun­do Cebal­los es admirable. En 1975 se graduó de la Escuela de Med­i­c­i­na José María Var­gas de la Uni­ver­si­dad Cen­tral de Venezuela y de regre­so a su esta­do natal, ejer­ció de médi­co rur­al en la población de Are­nales, en el munici­pio Torres. 

Con­tin­uó su espe­cial­ización en el Hos­pi­tal J. M. de Los Ríos, primera­mente, en Puer­i­cul­tura y Pedi­atría (1980) y luego, en Med­i­c­i­na Críti­ca Pediátri­ca (1982).  Estu­vo al frente de la Direc­ción Gen­er­al Sec­to­r­i­al de Salud del Esta­do Lara (1999–2000) y fue el Direc­tor de Aten­ción Médi­ca del Hos­pi­tal Uni­ver­si­tario de Pedi­atría, Dr. Agustín Zubil­la­ga, donde tam­bién coordinó el Comité de Bioéti­ca, instan­cia donde se trataron tan­tos casos aso­ci­a­dos a deci­siones médi­cas en torno a la vida y la muerte.

Dr. Segun­do Cebal­los. Cap­tura de ima­gen @egresadosucladsc

Es autor y coau­tor de más de una vein­te­na de artícu­los cien­tí­fi­cos pub­li­ca­dos en revis­tas espe­cial­izadas y pre­sen­ta­dos en con­gre­sos pro­fe­sion­ales. Fue miem­bro de la Sociedad Vene­zolana de Puer­i­cul­tura y Pedi­atría, y fun­dador del Capí­tu­lo Occi­den­tal de la Sociedad Vene­zolana de Med­i­c­i­na Crítica. 

IV

De raíces de las más tradi­cionales famil­ias de Quí­bor, Rafael Anto­nio Segun­do Cebal­los Garzón, como se le reg­istró ante la autori­dad civ­il, nació en Bar­quisime­to en junio de 1951, y, como su padre, Anto­nio Cebal­los Lis­cano, se hizo pedi­atra, unos años después de grad­uarse de bachiller en Cien­cias en el Cole­gio Javier de Barquisimeto. 

Cebal­los Lis­cano, el padre, qui­boreño emparenta­do con el expres­i­dente vene­zolano Rafael Caldea, se recibió como médi­co en los años 40 del siglo pasa­do en Ecuador, donde cono­ció a Mag­da Garzón, la madre de Segundo. 

Luego, el doc­tor Anto­nio se espe­cial­izó en Pedi­atría en Méx­i­co y jun­to con un equipo de cole­gas, creó en Bar­quisime­to la Clíni­ca San­ta Cruz, ubi­ca­da en las inmedia­ciones de la aveni­da Var­gas y donde el pro­pio doc­tor Segun­do tuvo un consultorio. 

La famil­ia Cebal­los en Quí­bor (cir­ca, 1950). Solo se iden­ti­f­i­can, de izquier­da a derecha, a Juan Pablo (músi­co), Adeli­no y Anto­nio, el padre de Segundo

V

Ten­go el hon­or de haber sido ami­go del doc­tor Segun­do. Como él, su cole­ga, el doc­tor Fed­eri­co Arte­ta y otros pro­fe­sion­ales de dis­tin­tos cam­pos, somos inte­grantes de la primera cohorte del pro­gra­ma interin­sti­tu­cional de Maestría en His­to­ria de la Uni­ver­si­dad Cen­troc­ci­den­tal Lisan­dro Alvara­do- Univer­si­dad Pedagóg­i­ca Exper­i­men­tal Lib­er­ta­dos, Insti­tu­to Pedagógi­co de Bar­quisime­to, semi­llero de his­to­ri­adores a car­go del pro­fe­sor Reinal­do Rojas, ini­ci­a­do en 2002. 

Fru­to de esos estu­dios de pos­gra­do, es su inves­ti­gación tute­la­da por Rojas y que tiene por títu­lo: Del Hos­pi­tal de la Cari­dad al Hos­pi­tal Cen­tral de Bar­quisime­to 1880–1954. Cito de esta obra unas pal­abras de Segun­do Cebal­los para acer­carnos a la his­to­ria del prin­ci­pal cen­tro de salud de la ciudad:

“En Bar­quisime­to han exis­ti­do hos­pi­tales des­de el siglo XVI, según la relación de alcaldes de Nue­va Segovia de Bar­quisime­to, quienes hacen men­ción del Hos­pi­tal de San­ti­a­go, que aparente­mente ini­cia sus activi­dades en 1565. Luego, durante los sig­los XVII y XVIII, se conoce de la exis­ten­cia de un hos­pi­tal bajo la advo­cación de San Lázaro que es destru­i­do por el ter­re­mo­to (de 1812). En el siglo XIC fun­ciona el Hos­pi­tal de la Cari­dad, que luego de remod­ela­ciones dom­i­na la esce­na hos­pi­ta­lar­ia durante toda la primera mitad del siglo XX, has­ta ser susti­tu­i­do en 1954 por el nue­vo Hos­pi­tal Cen­tral de Barquisimeto”.

Y, más ade­lante nos dice Ceballos:

“En la his­to­ria de estos hos­pi­tales, las cir­cun­stan­cias que les rodearon, sus rela­ciones con el entorno local, region­al, nacional y mundi­al, se pueden ubicar las claves para respon­der a cómo y cuán­do se da la tran­si­ción de la med­i­c­i­na medieval que lle­ga a estas tier­ras con la colo­nia, con su con­cep­to de cari­dad y su pre­pon­der­an­cia de la religión sobre la cien­cia, a la med­i­c­i­na mod­er­na, la de la espe­cial­ización, los ade­lan­tos téc­ni­cos, la cul­tura de la inves­ti­gación y el conocimien­to en el mod­e­lo hos­pi­ta­lario”.   (Cebal­los, S. (2008). Del Hos­pi­tal de la Cari­dad al Hos­pi­tal Cen­tral de Bar­quisime­to 1880–1954. pp. 19 y 20. Edi­ciones del Rec­tora­do de la Uni­ver­si­dad Cen­troc­ci­den­tal Lisan­dro Alvarado)

Vida intere­sante la de este par­tic­u­lar médi­co que deja tras de sí una estela de bon­homía, pen­samien­to y virtud.

Vuela alto, Segundo

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

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