EditorialTodas Las Entradas

Bolívar de carne y hueso

Ángel Rafael Lombardi Boscán
En Twitter @lombardiboscan
Director del Centro de Estudios Históricos de la Universidad del Zulia

¿Que pienso yo del Bolívar de carne y hueso? Fue un guerrillero exitoso. La velocidad que imprimió en sus campañas militares nadie se le podía equiparar. Además, fue audaz y voluntarioso en su propósito de ganarles a sus enemigos realistas desde una constancia sin igual. ¿Guerrillero? Las evocaciones de la palabra nos remiten a los barbudos de la Sierra Maestra en Cuba pero no es así


La pal­abra “guer­ril­la” se uti­lizó por primera vez en España al momen­to de la invasión de Napoleón Bona­parte entre los años 1808 y 1814 e implicó la insur­gen­cia del pueblo español que le resis­tió adop­tan­do las escara­muzas ráp­i­das y sor­pre­si­vas para sor­pren­der a un ene­mi­go supe­ri­or pero descono­ce­dor del ter­reno. En el caso vene­zolano el denom­i­nador común en el perío­do de la Inde­pen­den­cia (1810–1823) fue la ausen­cia de ejérci­tos reg­u­lares y si el tipo de una guer­ra irreg­u­lar, inclu­so, has­ta los años finales del con­flic­to. España estu­vo ausente prác­ti­ca­mente de nues­tra guer­ra lo cual cor­rob­o­ra lo que se ha dicho sobre la nat­u­raleza de éste con­flic­to como una guer­ra civil.

Sien­do un citadi­no y prove­niente de la clase aris­tocráti­ca man­tu­a­na tuvo que “con­cil­iar” con los jefes y caudil­los rurales de la Venezuela pro­fun­da e impon­erse sobre ellos y su inna­ta ten­den­cia a la insub­or­di­nación. Logró alian­zas con los jefes ori­en­tales y llaneros para ganar. Bolí­var has­ta el año 1819 es un “jefe más” y cues­tion­a­do por su ten­den­cia a la der­ro­ta. Moril­lo, le temió más a Páez que al pro­pio Bolí­var en un principio.

Temió a lo que él denom­inó la par­doc­ra­cia. Es decir, la may­or can­ti­dad de la población de ese entonces: los mes­ti­zos, gente de col­or more­na con dere­chos dis­minui­dos. No es casu­al que haya man­da­do a fusilar a Piar (1817) y Padil­la (1828) por con­sid­er­ar­les par­dos y rivales. Esto echa por tier­ra el imag­i­nario de un Bolí­var pop­u­lar. Bolí­var fue aristócra­ta y murió aristócra­ta. La causa de la lib­er­tad fue en el mejor de los casos una vic­to­ria políti­ca con­tra el par­tido real­ista y esa oli­gar­quía man­tu­a­na prác­ti­ca­mente pere­ció en el tor­belli­no de la guer­ra. Los par­dos ni se enter­aron de que hubo una Independencia.

Tam­poco es infun­da­da su prop­ues­ta de otor­gar estos ter­ri­to­rios lib­er­a­dos de la Monar­quía españo­la a los británi­cos como pro­tec­tora­do. Bolí­var al final de sus días fue der­ro­ta­do por la anar­quía y la lucha entre par­tidos. Su “arar en el mar” fue su ver­dadero tes­ta­men­to. Inglater­ra, sin ten­er una posi­ción explici­ta en esto de apo­yar a los rebeldes alza­dos en armas en con­tra de la Monar­quía porque fueron ali­a­dos de España en su lucha con­tra el tira­no Bona­parte, si apo­yaron, y sin dis­imu­los la insur­gen­cia amer­i­cana en con­tra de España porque tenían el interés de rel­e­var a España y quedarse ellos como la poten­cia colo­nial hegemóni­ca en Améri­ca. Y Bolí­var se alió con ellos para ganar de la mis­ma for­ma que se alió Miran­da en 1806 cuan­do inten­tó invadir por Coro.

Las dotes políti­cas de Bolí­var como pen­sador están muy por deba­jo de sus presta­ciones como genio mil­i­tar o rayo de la guer­ra. Fue en real­i­dad un secre­to admi­rador de Napoleón Bona­parte, y a larga, si bien no se coro­nó como Rey o Emper­ador, igual asum­ió la Dic­tadu­ra. Dic­tadu­ra que le lle­varía al rec­ha­zo de sus prin­ci­pales ali­a­dos, entre ellos el de su pro­pio Vicepres­i­dente, San­tander, que orga­nizó un com­plot en Bogotá en sep­tiem­bre de 1828 para matarle. 

El Bolí­var pen­sador es más el pro­duc­to deriva­do de un mito que de unas fac­ul­tades int­elec­tuales superiores

El genio mil­i­tar de Bolí­var se nos rev­ela en dos años: 1817 y 1819. En 1817, de la mano de Piar que liberó la Guayana, sabe que des­de ahí se puede ganar la guer­ra con­tra Moril­lo y los real­is­tas. Por eso fusila a Piar no puede per­mi­tir a un rival de altos quilates como el cura­zoleño que le hiciera som­bra y procu­ra asumir la unidad en la jefatu­ra de un ejérci­to sin ape­nas for­ma y con más jefes que soldados..

En 1819, cuan­do ya había fra­casa­do en 1818 en la batal­la de Semen para caer sobre Cara­cas, hace algo ines­per­a­do y ries­goso: atacar la Nue­va Grana­da tra­mon­tan­do la Cordillera de los Andes y ganán­dole a Bar­reiro en Boy­acá en agos­to de ese deci­si­vo año 1819. 1819 es el año de la inflex­ión en la car­rera político/militar de Simón Bolí­var. Ya en ese entonces, de jefe cues­tion­a­do por los suyos y los mis­mos real­is­tas, es asum­i­do por una­n­im­i­dad. Y es que la vic­to­ria es pop­u­lar mien­tras que la der­ro­ta espan­ta a los partidarios.

Luego ven­drían Carabobo en 1821 y las cam­pañas del Sur que cul­mi­narían con Ayacu­cho en 1824. Para algunos estas cam­pañas fueron por la lib­er­tad mien­tas que para otros como los habi­tantes de Lima, Pas­to o Piu­ra fue una invasión. Bolí­var está en el cen­it de su glo­ria en vida. Esto lo sabe y lo cul­ti­va. Es un espíritu vanidoso en exce­so y no sabe que era el momen­to de la reti­ra­da como si lo supo hac­er San Martín, otro lib­er­ta­dor, que ter­minó radicán­dose en Europa, lejos de los chismes y complots.

Bolí­var pre­tendió ser estadista, políti­co, gob­er­nante y leg­is­lador en unos ter­ri­to­rios indómi­tos. Y no fue un hom­bre con fac­ul­tades para insta­lar la paz. Su ele­men­to fue la guer­ra y por ello fra­casó su proyec­to de la Gran Colom­bia (1819–1830). Como guer­rero fue exi­toso porque der­rotó a España y con­tribuyó a la nue­va nacional­i­dad colom­biana, nom­bre orig­i­nal, de esos ter­ri­to­rios “lib­er­a­dos”. Pres­en­ció con dolor la bal­can­ización de su obra y no pudo con la anar­quía desatada.

La oli­gar­quía sobre­viviente jun­to a los mil­itares que ganaron con él la guer­ra tuvieron los pies en la tier­ra a difer­en­cia del pro­pio Bolí­var. Esos “lib­er­ta­dores” no hicieron la Inde­pen­den­cia para repar­tir dere­chos a los sec­tores social­mente infe­ri­ores que sigu­ieron poster­ga­dos. Una Inde­pen­den­cia muy cos­tosa que cam­bió la condi­ción jurídi­ca de estos ter­ri­to­rios de colonia/reino a repúbli­ca aunque sin ciu­dadanos y sin ape­nas mod­i­ficar la estruc­tura socio-económi­ca. Sólo éste dato es con­cluyente: la abol­i­ción de la esclav­i­tud se pro­duce en el año 1854.

En con­clusión el Bolí­var históri­co fue un mil­i­tar que ganó “su guer­ra” porque la may­oría de la población en ese entonces fue indifer­ente a una con­tien­da de exter­minio de la cual fueron víc­ti­mas y que nadie pidió invi­tar­les pre­vi­a­mente. Una Inde­pen­den­cia cap­i­tal­iza­da por los caudil­los y mil­itares de ese entonces que pen­saron que había que repar­tir el botín obtenido por la vic­to­ria con­tra España encum­brán­dose en el poder sin asumir la pro­mo­ción de la población sobre los der­roteros de la prop­ues­ta lib­er­al, cap­i­tal­ista indus­tri­al y mod­er­na. El país devi­no en un archip­iéla­go des­o­la­do con repiques con­tin­u­os de una vio­len­cia no apla­ca­da porque la guer­ra no resolvió la cuestión social.

Bolí­var fue traiciona­do por Páez en Venezuela y San­tander en la Nue­va Grana­da. Esto tam­bién puede verse al revés. Sus últi­mos años fueron los de un alma en pena. Y muere en San­ta Mar­ta en 1830 por depre­sión y mas­cul­lan­do la decep­ción y der­ro­ta del soli­tario aban­don­a­do por todos. Ese es el Bolí­var real en una muy apre­ta­da sín­te­sis. Ya luego, en 1842, ante la ausen­cia de una iden­ti­dad nacional sosteni­da en algo pro­pio porque lo indí­ge­na y lo negro poco con­ta­ban, y lo his­páni­co era con­tra quién se había hecho la guer­ra, se recu­pera a Bolí­var como mito.

Des­de entonces el Esta­do, es decir, el poder, se ha abraza­do al mito Bolí­var sobred­i­men­sio­n­an­do todos sus actos y hechos y con­vir­tien­do la his­to­ria en una autén­ti­ca religión con sus rit­uales, pom­pa y demás. El vene­zolano prome­dio es un creyente de ésta religión patrióti­ca. Apren­der a dis­tin­guir el mito de la his­to­ria es hoy una tarea ine­ludi­ble para asumir los retos del pre­sente des­de una posi­ción mucho más sin­cera y realista. 

Y recono­cer en Bolí­var el artí­fice de una nacional­i­dad amplia y pos­i­ti­va ale­ja­da de los clichés al uso. Y sobre todo, hay que reivin­dicar el proyec­to civ­il por enci­ma del proyec­to mil­i­tar que secuestró para sí mis­mo al mito Bolí­var y lo impone a su medi­da sobre los vene­zolanos con­travinien­do la Democ­ra­cia y vida mod­er­na la cual aspi­ramos la may­oría de los venezolanos.

CorreodeLara

Esᴛᴀ́ ᴜsᴛᴇᴅ, ᴅɪsᴛɪɴɢᴜɪᴅᴏ ʟᴇᴄᴛᴏʀ, ᴇɴ ᴛᴇʀʀɪᴛᴏʀɪᴏ ᴅᴇ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ, ᴅᴇ ʜᴏᴍʙʀᴇs ᴄɪᴠɪʟɪsᴛᴀs, ʏ sᴏʙʀᴇ ᴛᴏᴅᴏ, ᴅᴇ ɢʀᴀɴᴅᴇs ᴀᴄᴏɴᴛᴇᴄɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ϙᴜᴇ ᴍᴀʀᴄᴀʀᴏɴ ᴜɴ ʜɪᴛo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *